Capítulo
3
La conversación
intacta en su mente. Distrayéndolo de sus estudios para los próximos exámenes.
Y ya habían transcurrido varios días de eso, pero no lograba retenerla solo en
su sub consiente. Se expandía, hasta llegar a sus sueños. Tal vez exageraba
pero no era consciente de que hacia tan especial o perturbarte las palabras de
aquella mujer.
Woohyun
estiro sus brazos, desperezando su cuerpo, y luego apago el despertador que
sonaba insistente sobe la mesita de noche a un lado de su cama. Seis y media la
mañana, un día largo, tedioso y tal vez ¿Emocionante? No tanto así, pero
durante su turno en el Hospital, tendría su primera cirugía. Algo sencillo,
nada que pudiese llegar a ser complicado, aunque nada es predecible dentro de
un quirófano.
Sus padres
aun dormían, así que en silencio salió de su habitación, ya vestido y
acicalado. Bajo las escaleras solo para tomar su bolso, calzarse y salir de la
casa.
Las hojas
de los arboles iniciaban la etapa de
perder su peculiar color verde, tiñéndose de marrones claros, fuertes,
amarillos y anaranjados. Si, la época otoñal asomaba sus narices de a poco en
ese año. Las calles vacías, la parada de autobús desierta, solo con su
presencia. Un brisa surco por el ambiente, sus cabellos se despeinaron y una
sonrisa se posó en sus labios.
Una vez más
recordando, a quien no quisiera olvidar. Percibiendo su aroma si tenerlo cerca.
Normal era detenerse unos segundos, para evocar los recuerdos, tan vivos y
claros como el agua, de Kim Sungkyu. Las palabras tan embelesantes, y
reconfortantes que servían día tras día, como Una Oración a Dios, para
comenzar la jornada, y de alguna manera toda esa pesadez en su pecho, que lo
ahogaba, se disolvía hasta esfumarse y dejar existir.
Pero cada día
era una batalla nueva. Enfrentar aunque fuese, míseros minutos el rostro de sus
padres, que no hacían mas que insinuar lo aberrante que era su existencia en
este mundo. El desprecio que desprendían hacia él, con solo ignorarlo, y dolía.
Podría disimularlo, pero internamente, lastimaba. La universidad era un caso aparte,
el no apreciaba a sus compañeros, y ellos menos a él. Pese a que los murmullos no cesaban, podía
vivir con aquello. El hospital, mejor no hablar. No sabían de su condición
sexual, y era mejor así. Abecés se aventuraba a pensar que de enterarse, la voz
se correría a la velocidad de la luz, hasta llegar a los pacientes. Y eso sería
un problema complicado de manejar. ¿Y si decidían a no atenderse con él? No obtendría
el título, y estaba luchando demasiado para conseguirlo.
Algo que lo
inquieto, quizás mucho, fue la charla con la mujer de la fundación. En un
inicio no fue algo para que se relajara, ya lo había presentido. La seriedad en
el rostro de la mayor fue hasta alarmante cuando le pidió que la siguiera hasta
la pequeña oficina que tenía dentro del lugar. La siguió. El silencio cuando
ingreso a esa habitación, bastante simple, fue abrumador. Tomo asiento como
ella se lo pidió. La mujer hizo lo mismo, y Woohyun sintió el pulso acelerarse.
-Nam
Woohyun, ¿Verdad?-Él solo asintió- Hace mucho que te estoy observando. Desde
antes que te fueras de viaje. Sabes me ha llegado un curioso rumor acerca de
ti...
El cuerpo
de Woohyun sufrió la falta de aire ¿Es que acaso nadie podía mantener su boca
callada? ¿Era un famoso, para que su vida causara tanto revuelo? ¡Que mierda
les importaba, lo que hacía con su vida!
Como
algunos sabrán, en fundaciones es normal que existan entes económicos, que
apoyan, o donan dinero por solidaridad. La voz de su homosexualidad, se había
corrido hasta llegar a un padre de familia, dueño de una empresa, y para dada
las casualidades, ya que estamos, quizás uno de los más importantes,
colaboradores de la fundación. Mucho tenía que ver, que uno de sus compañeros
en la universidad, fuese hijo de aquel sujeto. Lo dedujo, no solo por el
apellido, sino porque el mismo sujeto se encargó de decirle, que era su primogénito,
quien había llegado al hogar, luego de clases, comentado que un chico Gay
trabajaba junto a menores, en aquel lugar.
-¿Eres
homosexual, Woohyun?- Había preguntado la mayor, con voz apacible, tranquila.
-Sí. Lo
soy.- Su pulso término por dispararse. <<Hubiera
sido más fácil mentir… >> No, claro que no. Le alcanzaba con el
hospital. Las palmas de sus manos comenzaron a sudar.
El rostro
de la mujer no mostro sorpresa, indignación, ni nada que hiciese suponer, que
su presencia en el lugar había acabado. Min Ji, esbozo una cálida sonrisa, y lo
observo como una madre a su hijo, quien está pasando por momentos difíciles, y
ellas por experiencias comprenden a la perfección, lo que les sucede a los
menores.
-No es algo
que me sorprenda, Nam. Por eso te cuento que cuando me exigieron que te expulsara
de aquí, me negué.- y la sorpresa termino por llevársela él. Sus párpados se
abrieron, y sus ojos quedaron plenamente a la vista ¿Por qué se había negado?
La mujer se enderezo en su silla, y con el dedo índice de su mano, acomodo sus
lentes, acercándolos más al puente de su nariz.- No sé qué tendrá aquel sujeto
en contra de los homosexuales, o su hijo que por lo visto ya te conoce. Pero no
dejare que quieran hacer de mi fundación, lo que a ellos les plazca...
<< ¿Mi
fundación?>> Tenía varios meses ayudando en el lugar, pero era la primera vez que
cruzaba palabra con la mayor, más allá de un simple saludo. Y cuando ingreso,
nadie se había tomado la molestia de presentarla como tal, solo como otra encargada.
-Soy la
Creadora de esta fundación, Woohyun, por si te lo preguntas.
-Ah-
Balbuceo, avergonzado.
-Woohyun,
yo tengo a mi hijo que es homosexual, como tú.
No es un enfermo, no está mal de la cabeza, ni es un promiscuo. Todo lo
contrario, ha sido un excelente hijo, una buena persona. No sé si todos lo
sean, aunque nadie en este mundo lo es, pero doy fe de que tú lo eres. Soy consciente,
de que esto quita una entrada de dinero en la fundación, pero no me gustaría que
mi hijo pasara por algo así. ¿No sé si entiendes? Es como un sentimiento
que,-Min Ji había tomado entre sus manos las del menor, y comenzó a
acariciarlas con sus pulgares.- creas, porque me recuerdas a él. Quizás sea
porque llevo tiempo sin verlo. No vive en este país...
Woohyun sintió un poco de envidia, en ese momento, no de mala manera, pero ver los
ojos de aquella mujer, brillar por cada vez que mencionaba a su hijo, y los
logros alcanzados por aquel, le hizo generar un desasosiego, un vacío interno.
¿Porque su madre no podría aceptarlo? ¿Por qué
no era capaz de apreciar, todo lo que él hacía, sin tener en cuenta ese
detalle de su homosexualidad? Estaba estudiando medicina, no solo porque le
gustase, lo hacía porque quería ver un semblante de orgullo en sus padres, cuando
al fin tuviera su título en mano. Cuando fuese un profesional. Lo hacía más que
nada, por ellos. Pero hasta entonces, no lograba cambios en los mayores. En ese
momento había sentido pugnar unas lágrimas en sus ojos. Molestando por
liberarse del encierro. Woohyun logro disuadirlas, aunque algo parecido a un
frio seco, como el hielo de un iceberg, comprimió su corazón.
El chirrido
del bus al frenar delante de él, hizo que regresara de los recuerdos. Ajusto su
bolso, y subió al vehículo, antes de que arrancase. Un examen, y cirugía, les
esperaba ese día. Luego ver a la Señora Min Ji, que desde el momento en que
conversaron, lo hacía sentir como un niño con el trato que le propinaba. Al
menos ese cariño, apego cálido con la mujer, aminoraba el desasosiego causado
por la falta de contención por parte de sus padres. Y al final regresar a su
casa.
...
...
Dublin,
Irlanda
Dejo de tipiar por unos minutos. Cerró y abrió
la mano varias veces, tratando de relajar sus dedos, casi entumecidos de tanto
escribir. Llevaba cerca de cuatro horas, encerrado en la oficina, sentado en su
silla, solo levantándose para ir hasta el baño, o buscar algo de beber en la
cocina. Ocho horas delante del ordenador del trabajo, mas cuatro horas frente a
la laptop en su casa, terminarían por dejarle ciego, o con las retinas
fundidas.
Quito los
lentes de su rostro, y hurgo en los cajones de su escritorio. Saco un pequeño
frasco del interior de uno de ellos, lo desenrosco y dejo caer dos gotas en
cada uno de sus ojos, del gotero que pertenecía al frasco. Parpadeo varias
veces, y la vista se le empaño. Su
espalda dolía, y pensó que ya era hora
de un baño y de una pausa.
Dijo "Basta"
mentalmente. Por ese día, daba por finalizado su trabajo. Un trabajo aparte
del que tenía en la editorial. Algo que estaba consumiendo sus horas de
descanso, pero que al final, aseguraba que sacaría provecho de ello. Su propio
libro. Podría decir, que estar rodeado de ellos, habían logrado transmitirle un
amor especial por la escritura, pero debía sincerarse, que su meta no era
alcanzar el éxito con su relato. Había algo más importante detrás de tanto
empeño e inspiración, que nacía puramente de su alma. Cada una de esas páginas
eran dedicadas a alguien, y cada palabra era su muestra más sincera, hacia
quien amaba.
Tomo una
relajante ducha, de largos minutos, su cabeza aun generando ideas, por cuanto
segundo transcurría, y se halló en un punto en que no podía parar de pensar, ni
imaginar frases, para esa historia.
-Para un
poco, Sungkyu- Se dijo así mismo, antes de sumergir completamente su cabeza
bajo el agua, de la pileta.
Con solo el
pantalón de su pijama, de rayas azules, y grises verticales, y una musculosa
blanca sobre su torso, Sungkyu se dirigió hacia su habitación, hasta que el teléfono
en su oficina, comenzó a sonar. El timbre del aparato, chocando contra cada rincón
del apartamento.
Frunció el
entre cejo antes de regresar varios pasos atrás, bajar las escaleras, y pasar
por toda la sala, hasta llegar al pequeño cuarto. Miro el reloj en la pared
sobre el estante de libros, a un costado de la puerta. Una de la madrugada, y
solo una persona en la tierra, era capaz de llamarlo a esa hora.
-Mamá, por
favor que sean las diez de la mañana en Corea, no significa, que aquí lo sea-
Gruño a través del auricular, sin embargo al escuchar la risa de la mujer del
otro lado de la línea, logro sacarle una sonrisa a él también.
-Buen día
hijo. ¿Cómo estás?- Dijo
su madre con voz cantarina.
Sungkyu,
rodeo el escritorio, y tomo asiento sobre su silla. Alzo los pies del suelo y
los dejo sobre el mueble, estirando completamente sus piernas, mientras
relajaba su cuerpo, sobre el respaldo de la silla. Con el teléfono en mano y al
lado de su oreja.
Eran pocas
las personas de Corea, con las que mantenía contacto. Solo dos, mas específicamente.
Entre ellas su madre, que lo llamaba una o dos veces por semana, sin tener en
cuenta la diferencia horaria entre un país y otro Pero era la primera vez que había
sido más sutil con el horario, al llamarlo. Había veces que el teléfono sonaba,
demasiada entrada la madrugada, a las 3
o 4 am. Lo levantaba de la cama, y ella tendía hablarle, como si en Irlanda
fuera pleno medio día.
-Corres con
suerte. Aun no me había ido a dormir. Pero...
-Estabas en
camino ¿verdad?
-Exacto,
mamá. Incluso ya había subido las escaleras ¿sabes?- La ironía en sus palabras
marcando presencia. Escucho la mujer reír.- ¿Cómo está todo por allá? ¿Papá?
Su madre pareció
vacilar antes de responder.
-Bien.
Ocupado en el trabajo. Como siempre- dijo tajante.
Percibió la
incomodidad que se creó en esa charla. No era su intención. Lamentablemente,
sus padres estaban pasando por una crisis en su matrimonio, una crisis que parecía
no tener retorno, más que avances a un pronto divorcio. Sungkyu soltó una
bocanada de aire. De pronto un sentimiento de culpa se instaló en su pecho.
-Lo siento
Mamá, de verdad...
-Hijo, tú
no tienes culpa alguna. Las relaciones se desgastan con el tiempo. Algunas sobreviven,
otras no.
Y por más
que dijera que él no tenía nada que ver con ese asunto, era una obviedad que el
desencadenante de los problemas, había sido su salida del closet, y el apoyo de
su madre hacia él. Su progenitor, pese a ser bastante tiempo, no lo aceptaba,
pero él aprendió a vivir con ello. Sin su aceptación.
-¿Sabes
algo, Sungkyu? Conocí a un chico como, tu.-La mujer cambio rápidamente de tema, y Sungkyu hallo
sospechoso el tono con que hablo.
-¿Como
yo?-Pregunto, curioso.
-Sí, Es
homosexual.-Murmuro, como
si fuese un secreto.
-¡Mamá, ni
que fuésemos una especie de animal en extinción!- Levanto la voz, pero una vez más
escucho la risa de la mujer a través de la línea, y Sungkyu no pudo más que compartirla.-
¡Hay, Mujer!-Espeto mientras negaba con su cabeza.
Entendía que su madre no lo había dicho con ánimos
de ofender. Todo lo contrario, lo había comentado como si fuese algo gracioso,
y divertido.
-Lo siento.
Aun me cuesta.- Respondió, y
él se la imaginaba sonriente.
La extrañaba.
Aunque no perdieran el contacto, empezaba hacerle falta ese calor materno. Podrían
estar sus amigos, pero no tenía familia en Irlanda. La idea de una visita a
Corea, comenzaba a picar como un bichito insistente sobre su cabeza.
-Lo sé,
mamá. Bueno cuéntame, porque te noto muy alegre.
-Ah, sí. La
verdad lo conozco de hace un tiempo, pero hace poco comenzamos hablar. Trabaja
en la fundación...
<<Y
bla bla bla...>> Sungkyu
se acomodó mejor sobre la silla, y se dispuso a escuchar el largo relato, de su
madre. Algo le decía que su hora de dormir se pospondría por media hora más, o
al menos hasta que Min Ji, decidiera dejarlo ir.
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Buenas noches.
Lo siento, se que dije que el lunes iba a estar listo, pero no me convenció lo que escribí, y lo empece de nuevo al cap. Aunque me quedo corto. Muy corto, pero me gusta más así.
Creo que está lindo... ¿Ustedes que dicen? XD
Bien, esta rara la historia, pero prometo que tendrá sentido.
Lamento tardar con las actu, y tambien en responder los comentarios. Aprecio mucho que den su opinión de estas historias, es lo que mas me gusta de escribir, jejeje saber que piensan acerca de los fics. Tambien agradezco el tiempo que se toman en leer.
Gracias de verdad.
Bueno, el lindo de Gyu y Namu. Lejos y cerca a la vez. ¿Que les deparara la vida?
Tenia mucho por comentar, pero me quede en blanco jajaja y me apuran con la comida XD
Bueno, calculo, no prometo nada, que para el lunes o martes, ya actualice de nuevo. Es que saben, tenia en mente escribir mas fics, de infinite. Los cuales ya empece, pero hasta que no acabe con algunos de estos, los yaoi o heteros, no los subire. Salvo que me agarre la loca, y termine por subirlo igual.
Bueno, me despido. Respondere los comentarios en los siguientes días.
Se cuidan.
Kiss
P/D: Les iba a compartir un video de los Grammys, pero lo bloquearon y no se puede ver en you tube. Pero una pagina en face logro subirlo. Es hermoso de verdad.
Les dejo el Link. Yo casi lloro =)