Capitulo 19
Stefania
descendió las escaleras con cierta pastosidad. Perezosa, bostezando, he
intentado recoger en una coleta mal hecha, todos sus cabellos. Apenas si se ha
cepillado los dientes y ha lavado su cara. Permanece aún con el pijama, un
pantalón y una camiseta negra con una
estampa en el cetro de su pecho de Hello
Kitty. Cualquiera diría que tiene cierto fanatismo por la gata, pero no, solo
le gusta como combina con el color negro. Dedico una fugaz mirada a la sala. El
suelo opaco, igual que los muebles.
-Hoy habría
que tomarnos un tiempo para ordenar el apartamento- Comento WooHyun, mientras
terminaba de poner los tazones, con comida en el interior, sobre el la barra
entre la cocina y la sala.
Stefania
observo al moreno, que al igual que ella, se encontraba despeinado, en pijamas,
y con el albornos azul que utilizaba cuando se levanta de la cama. No respondió
pero si estaba de acuerdo. Durante toda la semana no habían tenido tiempo para
poner un dedo sobre nada de la casa. El tiempo era lo sumamente justo para
permitirse bañarse, comer y dormir un par de horas durante la madrugada. El
resto de horas aplicaban al trabajo y ensayos. Había que decir que todos esos
días, con WooHyun, llegaban al departamento a las dos de la madrugada.
“Cenaban” cualquier cosa que compraban al salir del conservatorio, en alguna
tienda que estuviese abierta a tan altas horas. Tomaban un baño al llegar y a
la cama. Para lo único que se hacían un tiempo era para lavar ropa. Dejaban la
lavadora en funcionamiento mientras ellos descansaban, y era extendida en un
pequeño tendedero cuando Stefania se levantaba por la mañana.
-¿Qué hora
es?- Pregunto la joven, arrastrando sus pantuflas de patas de oso por el
polvoriento suelo. Todo había que decirlo, ninguno de los dos andaba por la
casa en calcetines para no percudirlas. Siempre en pantuflas.
-Mmmm…
7:42.-Respondio WooHyun, observando el reloj de su muñeca.
Quería
correr hasta su habitación y tirarse sobre su cama. La joven carraspeo. Tomo
asiento en una banqueta del lado de la sala, miro la cantidad de platillos
servidos y los ignoro. Nada de eso era para ella. A un costado del tazón de
arroz, su desayuno esperaba. Una taza grande, repleta de café con leche y un
plato blanco con tostadas.
-Gracias
por hacer el café.-Murmuro
-De nada.
Desayunaron
en silencio. Se dedicaron algunas miradas, y notaban en el rostro del ajeno, el
cansancio de toda esa ajetreada semana, lo frustrante que les resultaba
trabajar día sábado y saber que aun restaba una semana más, antes de poder
permitirse un descanso. Stefania mastico un poco de tostada, pasó por su
garganta y dijo:
-Si
-Sí, ¿Qué?
-Que si
limpiemos un poco. Tenemos tiempo hasta las 10.
WooHyun
asintió. A las 10 tenían que estar en el conservatorio… Otra vez.
…
…
Miro la
pantalla de su móvil. No tenía mensajes. De un día al otro había dejado de
recibirlos. ¿Cómo debía reaccionar ante aquello? ¿Relajarse o mantenerse en
alerta constante? No era vida tener que estar pensando en que hay un acosador
merodeando por sus alrededor, sin poder verlo ni una vez. Por su puesto que no,
y por supuesto que prefería pensar que el martirio había acabado, que Gerard la
había dejado al fin en paz. Sin embargo, mientras observa un programa de
televisión, aun acostada, y envuelta con el edredón de su cama, no sé permite
un respiro de alivio. La segunda opción no le agradaba, pero era la más
acertada.
-Me he
vuelto paranoica.-Se dijo a sí misma y no se convenció.
Había
llegado a contar los días desde la última vez que recibió un mensaje. 7 en
total, comenzando desde el domingo. El ultimo recibido, el sábado mientras
estaba encerrada en el baño del apartamento de Stefania.
<<No
escapes de mí>>
Una frase
que nadie utilizaría para despedirse, o dar al menos a entender que
desaparecería. No era paranoia y hacia bien en creer que algo estaba planeando
hacer su ex. Pero no le daría tiempo de actuar, si quiera que fuese capaz de
mandarle un solo mensaje más. No había tenido tiempo para llegarse a la
estación de policía para hacer una denuncia, pero tenía un par de horas libres
esa mañana para hacerlo. Yadira tomo el mando que estaba en la mesita a un lado
de su cama, y apago la televisión. Se apeó de la cama y fue directo al baño en
el interior de su habitación.
-No dejare
pasar más tiempo- Dijo decidida mientras se deshacía de su pijama y habría la
ducha de agua caliente.
Iba a
preguntarle a su amiga si podía acompañarle hasta la estación de policía, luego
pensó que eso era asunto suyo. No tenía por qué inmiscuir a terceros. Demasiado
hacia Stefania en escucharla y, más allá de todo eso, la locutora estaba con
mucho trabajo.
El agua
impoluta y templada mojo directamente su rostro, cada centímetro de piel de su
cuerpo, y los músculos tensos y aun perezosos, se relajaron. Un suspiro inesperado
salió de sus labios y su mente pidió un momento de calma, de vaciar esa laguna
de preocupaciones que ajetreaban cada día y dejarse llevar por algo que causara
vitalidad. Y SungJong fue en lo único en que pudo pensar. Del inesperado beso
de noches atrás y que ella misma quiso corresponder, porque llevaba tiempo
sintiendo cosas por su amigo, que hasta hacia muy poco, descubría que no era
simplemente un cariño especial entre amistades.
Pero no
había llegado a suceder más nada. Esa unión de labios se rompió abruptamente.
Las manos de SungJong se alejaron de su rostro, él se apartó varios pasos de
ella y solo se quedaron observando, uno al otro, con las mejillas encendidas no
solo por el calor que aumento en sus cuerpos, sino también por la vergüenza de
que alguien los encontrase. Tal vez mas temerosos, aun, de ser conscientes de
que sus sentimientos acababan de exteriorizarse por un simple impulso.
-Yadira…
Yo…- El joven había querido intentar decir algo, pero la menor no lo dejo.
Yadira
había negado con su cabeza, intentando que SungJong no dijese nada. Ella sin
poder balbucear palabra alguna, confundida y con la mente volviéndose una
jungla de puro caos, solo pensando en probar una vez más del dulce sabor de los
labios de su amigo, hasta que escucharon la voz de Stefania en el pasillo en
busca de la joven.
-Sera mejor
que te vayas.- Murmuro la menor, nerviosa.
Y antes de
que SungJong saliese por la puerta, casi llevándose puesta a la directora del
conservatorio que ingresaba al aula, Yadira noto la desilusión en los ojos de
su amigo.
Envolvió su
cuerpo con una toalla blanca que colgaba a un lado de la ducha, y tomo otra más
pequeña para secar su cabello. Lamentaba su actitud con SungJong, pero luego
del beso, o tal vez cuando escucho la voz de su amiga, fue un poco más
consiente que antes de querer probar una relación con el muchacho, primeramente
debía resolver los problemas que estaban causando su antigua relación. Y de más
estaba decir, que Lee no había vuelto a dirigirle la palabra en lo que fue de
la semana, apenas ateniéndose a asentir en cuanto llegaba al conservatorio.
Necesitaba
caducar con ese tema con una necesitada urgencia. No solo por el hecho de que
podría terminar volviéndose una loca psicótica, constantemente sintiéndose
perseguida por una persona, que bien podría hacerle daño, sino porque ella
quería comenzar algo nuevo. Y eso nuevo era SungJong. Que hubiese tenido una
mala experiencia, anteriormente, no significaba que tal situación se repitiese
una vez más. Pero debía resolverlo cuanto antes… Antes de que la molestia y
desilusión, en su amigo, terminase por ser enojo y luego odio hacia ella.
Yadira se
puso ropa interior, una camiseta blanca, la calza larga hasta los tobillos, de
color negro, una campera y converse. Cepillo rápido su pelo, lo recogió en una
coleta y busco las llaves del apartamento, que estaban sobre la mesa de la
cocina. Tenía su vehículo en la cochera del edificio y dudo en utilizarlo… ¿No
era mejor ir en bus? Ya que ganas de conducir, no tenía esa mañana.
-Definitivamente
no cuento con tiempo para esperar el bus… Sera mejor utilizar el auto.-Dijo
para sí misma y salió de su apartamento, con la mochila al hombro y las llaves
del Citroën.
…
…
Stefania
rodo los ojos y DongWoo tomo la palabra esta vez.
-Es que ¿en
verdad piensas que podremos entregar todos los folletos en un día?- pregunto
casi exasperado.
¿Hasta
cuándo renegarían de todo lo que ella propusiese? Realmente estaban siendo
demasiados difíciles de aguantar. La paciencia, o mejor dicho, el intento de
paciencia que con mucho esfuerzo lograban formular y mantener, comenzaban a
desvanecerse con el paso de los días. La directora del conservatorio empezaba a
tener sus dudas acerca de si continuar con el evento. Aunque al pensar que
muchos niños dependían de ello, olvidaba que tenía esas ideas en su cabeza. Sin
embargo ya era en un hecho para ella que tener que encargarse de un evento, resultaba
tedioso y abrumante. Incluso no solo porque consumía tiempo, si no también,
porque económicamente, era un devorador de dinero. Era necesario que se diese a
conocer lo del evento. En un principio la idea había sido promocionarlo a
través de la radio, aprovechando que Stefania, SungKyu y Dongwoo trabajaban en
una. El problema era que por ocupar apenas unos segundos del espacio
publicitario, solo para decir contadas palabras, tenía un precio y uno bastante
alto. Poseían un fondo para los gastos, pero no era el suficiente, por ende el
pago de la ocupación de señal salía directamente del sueldo de los locutores y
del director de programación. Stefania se preguntaba cuanto era lo que
llegarían a cobrar el próximo mes por el anuncio. Una nueva propuesta era el de
salir a las calles y repartir folletos, los cuales ya habían sido mandados a
hacer y que la locutora hacía pocos minutos había retirado de la imprenta, de
camino al conservatorio. Aun así las complicaciones seguían estando. Por
ejemplo el no querer salir a entregar, con la excusa de que eran muchos
folletos y pocas personas para trabajar. ¡Con un demonio! Que eran más de 20
para hacer el trabajo. Entendía completamente que estuviesen cansados, ya que
no había momento en que no tuviesen algo para hacer, pero, era muy simple y lo
había dicho anteriormente en cada ensayo, el que no se viera capaz de continuar
con el itinerario, podía salirse. Ella no iba a cambiar la rutina. El tiempo
era poco y los minutos le valían oro.
-Sí, sí se
puede.-Sentencio la directora, hosca. Dio la espalda al grupo de personas que
la observaba y se dirigió hasta la mesa de entrada donde se encontraba el
guardia de seguridad.
El hombre
uniformado, con camisa blanca, un escudo de la empresa a la que pertenecía en
el lado izquierdo de su pecho, pantalón
azul, y zapatos negros, apenas si despego la vista de las pantallas de los
ordenadores delante de él, solo para entregar un caja grande y pesada a la
joven que permanecía esperando del otro lado de la mesa. Luego su atención estuvo
nuevamente en las imágenes del conservatorio, captadas por la cámara de
seguridad.
Stefania
saco un corta papel, que tenía dentro del bolsillo de su campera, y corto la
cinta que mantenía cerrada las solapas de la caja. Extrajo una pila de papeles
del interior y lo dejo sobre la mesa. Dividió en pequeños montones de hojas.
Abandono la caja vacía en el suelo, a un lado de sus pies, y antes de dirigir
una severa mirada a las personas que esperaban impacientes, suspiro con
pesadez.
-Pues
bien…-Dijo, alzando la voz y llamando la atención de todos.- Formen grupos de a
dos o tres y retiren una pila de folletos. Luego les diré hacia donde irán a
entregar.
Los
primeros en movilizarse fueron los estudiantes, quizás con más ánimos y
entusiasmo de ayudar que los mismos adultos. En cuestión de dos minutos los
grupos de menores ya estaban formados. Sin embargo los adultos se mantenían en
silencio y sin moverse.
-¿Qué?-
Espeto SungKyu, irritado.
-¿Cómo que,
qué? ¿Qué esperan para formar los grupos?
Las puertas
del Hall se abrieron con brusquedad. Yadira ingreso corriendo a interior del
conservatorio, pidiendo disculpa por la demora y acomodándose a un lado de
WooHyun. Balbuceo una corta frase inentendible para la hilera de hombres que
tenía hacia su derecha, pero si para la joven que estaba delante. Stefania
asintió al instante.
-Yo no
quiero salir a entregar folletos a la calle. Hace frio y son demasiados.-
Arremetió HoWon.
La
directora se cruzó de brazos, cansada.
-Pues ya te
he dicho lo que puedes hacer, Hoya. No te estoy obligando a que continúes…
-Si pero…
-Basta de
peros. ¿Me ves apuntándote con un arma para que lo hagas? ¡No! ¿Verdad?- El
ambiente comenzó a ponerse tenso entre los mayores. Stefania se acercó hacia
donde se encontraban ellos, sin descruzar sus brazos, y con los ojos encendidos
en llamas-. Creo haber sido clara. Lo he dicho en cada ensayo; no quieren, no
sigan. Sé que están cansados, yo también lo estoy. Pero no voy a cambiar el
itinerario de actividades. No puedo. Solo nos queda una semana para terminar de
preparar todo y aún hay mucho para hacer.
-No… Bueno,
basta… Mejor armemos los grupos y hagamos lo que tengamos que hacer, que luego
hay que venir a ensayar.-Dijo SungYeol, y la directora le agradecía,
internamente, que al menos pusiera esfuerzo.
Tal vez
fuese algo de culpa por parte de SungYeol, ya que se suponía que él debía estar
más atento al proyecto que Stefania, debido a que era hijo de la directora de
la fundación, pero el trabajo al que de por si debía cumplir a raja tabla, no
le daba el tiempo para ayudar a la joven y a SungJong, que pese a estar más
tiempo libre que él, tampoco podía dedicarse mucho a los preparativos del
evento a causa de los exámenes en la universidad.
-Bueno, formen los grupos.-Insistió nuevamente la
directora, con un ademan de su mano. Nadie se movió y dijo nada. Stefania rasco
su nuca y contuvo la respiración, exasperada-.Entonces yo armare los grupos.
…
…
Al comienzo
pensó, <<Estoy muerto, me pondrá con él>>, sin embargo, y
agradecía a Dios aquello, no fue así. SungJong de pie a su lado. Ambos
estirando sus manos a un costado o hacia
delante, para ofrecer folletos a algunos de los transeúntes que cruzaban por
esa esquina.
El clima
era fresco, pero agradable. Sin necesidad de utilizar demasiada ropa abultada
para aguantar la temperatura... Segun ellos.
Algo más para agradecer ya que sería incómodo y tedioso pasar varias
horas, plantados en un mismo lugar hasta que ese cumulo de papeles se acabasen.
MyungSoo ofreció un folleto a una Mamá que pasaba con sus dos pequeñas hijas,
al menos esa era la impresión que le dio, y luego volteo a ver al menor que
permanecía callado y con la atención dispersa en nada fijo.
-Me cuentas
o es algo muy secreto como para saberlo.-Dijo MyungSoo, dedicándole una
sonrisa.
SungJong no
respondió y continuo extendiendo su mano a cuanto pasase cerca de él, como si
estuviese programado para hacerlo. No lo había escuchado.
-SungJong…
El menor
siguió sin responder.
-¡Jongie!
Lee dio un
respingo y lanzo una mirada fulminante a su amigo.
-¡¿Por qué
gritas?!
-¡Porque no
me escuchas!
-Si te
escucho.-Carraspeo-. ¿Qué quieres?
Myung Soo
frunció el entre cejo.
-Nada…
Olvídalo.
Un grupo de
adolescentes pasaron delante de ellos, tomando varios folletos que ambos
muchachos entregaron. Si hubiese sido por ellos, le entregaban el montón, de
una vez, para acabar pronto, pero claro que eso no ayudaría al evento. El menor
suspiro y miro de soslayo a su compañero.
-¿Quieres
que te cuente?- Pregunto, un poco avergonzado de su actitud reacia. Simplemente
MyungSoo no tenía la culpa de lo que al él le sucediese.
-Si
quieres…
SungJong
tosio un poco antes de hablar. Pensando
bien, exactamente qué es lo que contaría.
-Bese a…
Yadira.-Murmuro, cubriendo su rostro detrás de los papeles que se agitaban un
poco a causa de la brisa, que repentinamente se había levantado. Quería evadir
los ojos de sorpresa del mayor, sin embargo su mente ya había trabajado
rápidamente una clara y real imagen de cómo, suponía, MyungSoo lo observaba.
MyungSoo
sonrió, incrédulo de lo que escuchase, pero sonrió. ¿Qué era lo que le causaba
tanta gracia? No era complicado de deducir. El hecho de que hubiese sido
SungJong quien diera el primer paso, eso le parecía divertido. Aunque evaluando
un poco todo, tampoco es que creyese que Yadira fuera capaz de hacerlo.
Parecían, ambos menores, tan faltos de experiencia y correctos, que incluso
daba la impresión de que su amigo hablaba de haber cometido un pecado. Luego
retracto su opinión. Por fuera aparentaban ser suficientemente inocentes; si
uno se detenía a conocerlos la cuestión cambiaba, por supuesto que no excedían
el límite de locura que, comenzando en él y terminaba en SungKyu, eran capaces
de cometer en ese extraño grupo de amigos.
-Y… ¿Cuál
es el problema de eso? Digo… ¡La besaste, Jongie!-Tomo de los hombros del menor
y comenzó a sacudirlo, exteriorizando, demasiado, su felicidad-. ¡La besaste! y
¡Tú diste el primer paso! ¡Esta genial!
SungJong se
sacudió con fuerza, para soltarse de las manos del mayor.
-No, no
está genial. Yadira ya no me habla. Es más, esto sucedió el lunes, cuando me
fui del aula mientras tú te ensimismabas en tocar bien la guitarra. La vi
pasar, la seguí hasta la planta alta. Ella se encerró en una de las aulas a
ensayar y… bueno no sé. Me hipnotice y la bese. Qué se yo. El problema es que
ya no me habla.
-Oh- Logro
decir Kim.- Pero… Que detallista eres.- Pequeño sarcasmo que se permitió.
-Lo justo y
necesario…-Dijo, evadiendo lo que realmente le estaba causando preocupación, y
lo que había estado sucediendo durante esa semana, claramente alineado con
Yadira. Necesitaba cambiar de tema, y llevarlo hacia alguien más-. Y ¿Tu con mi
hermano?
MyungSoo
arqueo la ceja.
-¿Queriendo
cambiar de tema, Jongie? No vas a poder…
-¿Se han
vuelto cruzar como animales en celo? Yo creo que no. SungYeol no anda de muy
buen humor. Hasta parece que le viene haciendo falta una dosis…
Como había
dicho antes, era solo superficial la inocencia del menor. MyungSoo entrecerró
sus ojos, y fulmino al menor con la mirada, quien hizo caso omiso de esto y
continuo hablando descaradamente de esa “No” Relación que tenía con el hermano
de este. Y mientras pensaba seriamente en hacerle tragar todos los papeles que
tenía en la mano para callarlo… Se preguntó que estaría haciendo Lee
<<Seguramente lo que tendrías que estar haciendo tú con SungJong>>
E inmediatamente recordó a que habían ido a esa esquina donde el viento soplaba
sin fuerza, pero que resultaba bastante fresco de todas maneras.
…
…
SungKyu
continúo caminando, ajustando un poco más su abrigo ante el frio que estaba sintiendo su cuerpo. Había
sol sobre la ciudad pero poco calentaba. DongWoo caminaba a la par, pegando los
panfletos de vivos colores en cada poste de luz, pared o esas carteleras de
anuncios que había en la calle. Gracias a Dios la locutora había decidido para
ellos un barrio. Los suburbios. Más tranquilo que andar en el centro de la
ciudad empujándose con gente. Pero el hecho de que tuviesen que hacer todas las
calles a pie, no le agradaba mucho.
-¿No nos
pondrá una multa por andar pegando papeles por cuanto lugar se nos cruce?-
Pregunto un preocupado Kim SungKyu.
Jang no
volteo a verlo y se detuvo delante de un muro y pego folletos uno al lado del
otro.
-No.
Stefania pidió permiso al municipio de la ciudad para poder hacerlo. Piensa en
todo, menos en lo cansado que estamos.-Se quejó el menor-. Lo peor es que en
cuanto ella se trata, te olvidas de que existe la libertad de expresión. No te
deja decir ni “ah”.
SungKyu asintió.
Aunque sabían que la menor no lo hacía de mala persona, como si fuera ama y
dueña de sus vidas y los tratase como si fueran sus fieles súbditos.
-Está un
poco desquiciada con todo lo del evento.- Argumento el mayor, por primera vez
queriendo defender a la locutora.
-Ella lo propuso.- Respondió DongWoo.
-Nosotros aceptamos y, como le dijo a HoWon, no obliga
a nadie.- SungKyu medito un poco y entendió tarde que es lo que realmente
aquejaba a su amigo-. Tu estas así porque no te mando a formar grupo con él,
¿Verdad?
DongWoo se quedó inmóvil y sus mejillas se azoraron a
pesar del frio. ¡Ja! Había dado en el clavo.
-Con que es eso… ¿Cómo van las cosas con él?
El menor se encogió de hombros y luego los bajo. Un
poco desilusionado o decepcionado.
-No van, Hyung…
Y es que realmente no iban. DongWoo había querido
hablar muchas veces con HoWon, pero tanto que tenían que hacer; los ensayos con
los alumnos, el trabajo y luego los ensayos con el grupo en que Stefania
se ponía mas exigente, no solo con respecto
al baile, si no en que sus voces debían sonar y escucharse bien, terminaba con
ellos en un estado apático y sin ganas de hablar. Si bien compartían horarios y
DongWoo podía ver en los ojos del menor que había algo que quería decirle, muy
probablemente lo que quedo pendiente
desde el lunes, finalmente no lograban tener un
tiempo a solas… Y justamente, y aunque costase creerlo, el había estado
esperando a que la locutora los pusiese juntos para entregar folletos. Sin
adolecentes, ni clases y ensayos de por medio, solo ellos dos haciendo el
trabajo que él solo está haciendo en este momento, dado a que SungKyu tiene sus
manos bien resguardadas en los bolsillos de su abrigo.
-Tienes que hablar con él.- Ordeno el mayor.
-No tengo tiempo. – Respondió, tajante pensando que
Kim le tomaba el pelo.
SungKyu, increíblemente, saco las manos al frio y
quito un poco de la cantidad de folletos que Jang tenía debajo de su brazo.
Pues muy en claro no tenía las ideas en su cabeza, pero quería ayudar a su
amigo. Que se desocuparan lo más pronto posible esa mañana. La tarde quedaría
para los ensayos y… eso. Lastimosamente que ellos acabasen pronto, regresaran
al conservatorio primero o ante de lo que se tenía previsto, no significaba que
el resto haría lo mismo.
-Hagamos una cosa… Yo voy por aquel sector.-Indicando
con su mano hacia la derecha de una calle-. Y tú tomas aquel otro. Terminaremos
pronto. Nos juntamos al medio día en este punto…
Como ultima opción SungKyu pensaba que, si bien no
contaban con que los demás terminasen al igual que ellos, llevaría a DongWoo
hacia donde se encontraba HoWon con la excusa de que iban a ayudar. Levanto la
vista hacia el cielo. El celeste era vivo y enérgico. Kim recordó entonces, sin
saber porque, que WooHyun estaba con Hoya.
Y ahí iba de nuevo con su confusión. Erikka
apareciendo de nuevo en su vida, aunque la hubiese visto solo una vez luego de
dos largos años y WooHyun… El menor era… Bien no sabía que “era” pero no le
daba lugar a la duda en cuanto se planteaba que la compañía de Nam era bastante
cómoda, que él al verlo, porque se habían visto durante toda la semana, incluso
esa mañana antes de salir a las calles, una sonrisa surcaba sus labios al
instante. No recordaba que tales cosas hubiesen sido así con Erikka, pero la chica
lo había movilizado bastante... Y WooHyun tal vez un poco más.
-Hyung, me voy. Medio día nos juntamos aquí,
¿entonces?
SungKyu asintió y vio alejarse a Jang. Debía ser
aunque sea un poco más sincero, que no solo quería ayudar a su amigo. Él quería
estar cerca de WooHyun.
…
…
Le hubiera gustado saber el por qué de la emoción en su novio por caminar
en el centro de la ciudad, con tanto apuro. Mirando de un lado a otro, buscando
entre medio de la cantidad de gente, y preguntando a cuanto pasase por su lado,
por el paradero de quienes entregaban esos folletos. Erikka comenzó a cansarse de la actitud del
joven que jalaba de su muñeca, tratando de que apresurase el paso. Ella se
detuvo y tiro con fuerza de su brazo.
-¡JongHyun!... ¿Por qué tanta urgencia en caminar?-
pregunto, quejosa, con un pequeño puchero en sus labios.
El menor solo la observo. Planto una sonrisa en sus
labios.
-Una sorpresa, amor.- Respondió aunque no era cierto.
Había alcanzado
ver de reojo uno de los folletos que un grupo de adolescentes llevaba
alegremente entre manos y que comentaban con efusiva emoción acerca de asistir
a un evento. Si, estaba seguro que era el del Conservatorio. No solo porque,
gracias a un contacto amigo, tenía la data de que se planeaba realizar un
evento, en busca de recaudar dinero para detener el desalojo de la fundación, sino porque al
fin su novia había servido para algo. Escuchar durante la semana una radio que
se le había hecho costumbre a la muchacha poner en el horario nocturno, que casualmente había sido en la que Stefania
trabajaba, y en el horario en que esta conducía, le había dicho que la cosa iba
enserio. La publicidad. Buen truco. Acertado para poder convocar más gente.
Ahora se veía con la obligación de encontrar a la locutora. No sabía bien el
por qué, pero quería refregarle por la cara que no tenía sentido lo que estaba
haciendo. Que era inútil tanto esfuerzo, porque el edificio de la fundación iba
a ser demolido aunque se cancelara la deuda.
Jalo otra vez de su novia, que ceñuda lo observaba y
regresaba a seguirle sus pasos, mascullando quejas entre dientes, poco
convencida de la escusa que él le había dado.
Ha JongHyun no le intereso. Si bien, salir a caminar
al centro de la ciudad había sido una idea de él, para calmar un poco el mal
humor de Erikka y el renuente reclamo de que la tenía olvidada, al llegar y
encontrarse con medio mundo con esos folletos lo puso en alerta. ¿Qué pasaba si
Stefania tenía éxito, y lograba juntar, incluso, más dinero de lo que se
necesitaba para saldar la deuda? Probablemente Karjalainen se mostraría
maravillado con la capacidad de la joven en lograr lo que se propone e
insistiría el triple para que la convencieran de ser parte de la empresa, a lo
que él suponía, volverse loco o poner en riesgo su puesto de trabajo en caso de
conseguir o no que la chica aceptase. Para ambas situaciones, existía el mismo
temor. Estaba varado en medio de una encrucijada o en la unión de dos líneas rectas sin saber qué
camino tomar.
El viejo y sus caprichos… Y Erikka que, en cuanto a
actitud, era igual al padre.
<<No me haces caso>>
<<Esta pendiente del trabajo>>
<<Desde que llegue a Seúl, que me
ignoras>>
Y bla, bla, bla… Su novia tenía un poco de razón, pero
trataba de complacer a ese sujeto que posiblemente podría llegar a ser su
futuro suegro. Aunque ya comenzaba a dudar, pese a que quería la presidencia de
esa empresa, de seguir con Erikka. Pero cada vez que se ponía pensar
detenidamente, llegaba a la misma conclusión, Erikka era hija de Karjalainen
por ende un medio importante para lograr lo que él quería.
JongHyun suspiro y su mirada se escabullo en la
multitud del centro de la ciudad. Por ahora debía encargarse de la locutora y
tratar de que las cosas para esa mujer no salieran bien. Así Jukka dejaría de
insistir.
…
…
El silbido salió sin proponérselo, primero despacio y
luego demasiado alto. Yadira volteo a verla arqueando una de sus cejas.
-Yah… Deja de hacer eso. Es molesto.
Stefania entrecerró sus ojos antes de hablar.
-Para ti todo es molesto.- Mascullo y estiro sus
labios una vez más y dejo escapar el aire por la pequeña abertura, en un sonido
bastante irritante. De repente se detuvo y miro inquisitiva a la menor a su
lado-. Tú tienes algo que decirme.
-¿Quién? ¿Yo?- Yadira se señaló a sí misma,
sorprendida.
-No, el hombre de la cafetería de en frente.-Dijo con
sarcasmo- ¡Pues claro que tú, mujer!
-Alucinas. No tengo nada para contar.
Stefania estaba evaluando pegarle con los folletos en su
mano, pero no. Tenía una mejor idea para torturarla.
-Aja… ¿Ha poco crees que decidí armar grupo contigo
por nada? Cuando podría estar haciéndole la vida imposible a alguien más. No me
veas la cara de estúpida, Yadira. Puede que la tenga, pero no lo soy. Vi
claramente cuando entraste al conservatorio que balbuceaste que tenías algo que
decirme. Pues suelta. Soy todo oído… Ahh y no me vengas con el beso entre Jongie y tú, porque ya lo sé y sé que es algo
más.
Yadira amplio sus ojos sorprendida, mientras Stefania
risueña, se cruzaba de brazos. Satisfecha del gesto que provoco en el rostro de
su amiga.
-¿Cómo demo…
-Recuerda que es mi conservatorio.
-Te lo dijo SungJong.-Acuso la menor, sin pensar.
La mayor negó con su cabeza y sus labios esbozaron una
sonrisa con atisbo de picardía.
-Por supuesto… que no. Yo los vi.
¿Los había visto? ¿En qué momento? Según recuerda,
para cuando había llegado la directora ellos ya estaban separados, incluso,
SungJong se estaba retirando del aula. ¿Cómo es que los pudo ver? Las mejillas
de Yadira se encendieron al seguir escuchando a aquella mujer que continuaba
hablando sin parar, desvergonzadamente.
-Me dio una pena terrible tener que romper con ese
momento. Se veían tan lindos, tan románticamente cursi y empalagosos mientras
la música seguía escuchándose…
Un momento ¿Qué había dicho? ¿Romper con ese momento?
Estaba perdida.
-Por favor explícate, Stefania. ¿Cómo es eso de que
nos viste? Y de que… ¿Rompiste el momento?
-Ha sí, es que para cuando yo llegue al aula, ustedes
estaban en pleno auge. Entonces se me ocurrió que estaría muy bueno dejarlos
solos. Me aleje de nuevo hacia las escaleras, deje pasar unos segundos y luego
te llame. Si, sé que fue poco el tiempo que les dí, es que tampoco los iba a
dejar a solas una hora, para hacer Dios sabrá que… Es que los niños de hoy en
día tienen las hormonas tal alborotadas.
<<Esto es un tic>> Pensó Yadira al sentir el parpado de su ojo izquierdo,
querer cerrarse y abrirse frenéticamente. Mas alborotadas estaban las hormonas
y la mente de esa mujer delante de ella, que juraría en cualquier momento la
mataría… ¿Y por qué esperar? Tenía que ahorcarla en ese momento, no solo por
hablar de esa manera, creyendo que con Jongie podían tener… eso. Sino también
por interrumpir. Porque si no lo hubiese hecho quizás las cosas con su amigo no
estarían tan mal. Tal vez ella se hubiese atrevido a, a… La verdad no sabe que
hubiera hecho, pero mataría a su jefa. Y estaba por hacerlo, sus brazos
extendidos directamente para tomar del cuello de la mayor y apretarlo con una
fuerza que no sabía que tenía, hasta que dos personas se le plantaron delante,
frustrando sus planes.
Yadira observo a la pareja que parecía haber sido
sacados de una portada de revista de modelos, mientras que Stefania frunció el
entre cejo y aparto sus manos del cuello despacio.
-¿Qué quieres?-La directora pregunto hosca y tajante.
La menor miro curiosa. Sin entender el porqué de que
su amiga se dirigiese de tal manera y a uno solo de ellos, cuando eran dos los
presentes. Y en un comienzo creyó que se trataba de una riña entre Stefania y
la rubia que las observaba con bastante molestia en el rostro, sin embargo el
chico con una sonrisa perfilando sus blancos y perfectos dientes, fue el que
hablo y con demasiado tono socarrón.
-No piensa entregarme un folleto a mí, Señorita
Stefania.
…
…
-¿Cuánto nos falta?
-No nos queda mucho…
Murmuro WooHyun mientras echaba un vistazo al pequeño
monton de hojas que tenía entre manos. HoWon asintió, bostezando por el
aburrimiento de ese medio día. Los podrían haber mandado al centro de Seúl,
donde había más movimiento, sin embargo están en un lugar que ni conocen de la
ciudad y donde no vuela ni una mosca. Y sin mucho más que decir, entre ellos
estaban bastante incomodos. Cada uno concentrado en sus propios pensamientos.
-Ya me canse de pegar papeles en cada poste que
vemos.-Dijo SungYeol.
Con apenas una fina campera gris y un Jogging, el más
alto ya comenzaba a tener frio y ponerse de mal humor. Día ventoso que le
estaba jodiendo por demás su estado de ánimo. Claro que había querido ayudar a
que se resolvieran rápido ese pequeño lio que se había generado en torno a
Stefania, prácticamente se lo debía a la locutora por no insistir tanto durante
la semana a que ayudara un poco más con ese proyecto, pero no podía con el
cansancio de su cuerpo. Últimamente tanto él como WooHyun estaban saturados de
trabajo en la empresa. Quizás él un poco más. Era abogado, claramente trabajaba
para la firma del padre de Nam, pero cuando quería solía tomar casos que no
venían en conjunto con su puesto en la empresa. Y de eso se trataba lo que lo
había mantenido despierto hasta pasada las tres de la madrugada. Una mujer
queriendo salir del país. Para eso no necesitaba un abogado. Pero esta mujer
quería divorciarse antes de irse. Y venia acarreando el asunto hacia un mes
atrás.
-Deja de quejarte, Yeol. Ya casi acabamos.-WooHyun
continuaba caminando delante, seguido por un HoWon distante, que luego de haber
discutido con Stefania, se había mostrado tajante con el mundo.
SungYeol sintió un escalofrió recorrer su cuerpo y se
encogió un poco de hombros. Estaba tan dormido cuando su hermano lo levanto esa
mañana que tanto como no desayuno, tampoco se abrigo. Y es por eso que quiere
terminar cuanto antes para regresar al conservatorio y resguardarse en la calefacción del edificio… Al menos quería un
café y estar dentro de su vehículo.
-Incluso me da la impresión que terminaremos antes que
el resto-. Continúo WooHyun.
Y era solo una impresión.
…
…
Era la dos de la tarde para cuando llegaron WooHyun,
SungYeol y HoWon. Ni bien entraron al conservatorio donde los alumnos se
encontraban sentados en el suelo del Hall apoyados contra una de las paredes,
esperando hacías más de media hora a que los adultos llegaran, vieron que un
Audi negro, parecido al de Nam, ingresaba a la cochera del lugar. Dos minutos
después la figura de Kim SungKyu y Jang DongWoo marcaban su presencia en el
hall.
-¿El resto?- Pregunto DongWoo. Impresionado de que la
directora no estuviese aun.
Los menores respondieron un “no sé” y regresaron a la
plática entre ellos. Sin dar más importancia. Jang suspiro.
Las cosas no habían salido como SungKyu planeo.
Terminaron con los folletos al medio
día, pero de camino al conservatorio, para verificar que el grupo de Hoya aun
no había llegado, se encontraron en un atasco por un accidente en mitad de la
carretera. Dos autos colisionados. Allí estuvieron varados hasta que la
ambulancia llego a recoger a las pobres victimas que a simple vista se habían
hecho bastante daño, y siguieron esperando a que luego de una hora las grúas se
llevaran a los vehículos a mitad de paso,
mientras la policía intentaba reorganizar el caótico tránsito. Mala suerte. Al menos eso pensó DongWoo
en ese momento, y saber que terminarían de ensayar muy tarde, tan tarde que ni
él y Hoya tendrían ganas de hablar.
Las puertas dobles del Hall se abrieron nuevamente.
MyungSoo y SungJong entraban apresurados, temiendo a que le Directora ya
estuviese y los regañara. Sin embargo ni ella ni Yadira se encontraban.
-¿Stefania?- MyungSoo dejo vagar la mirada por el
pasillo buscando a su jefa, pero no
había rastro de la mujer. Su cuerpo se relajó hasta que escucho a quien le
respondió.
-No llego aun.-Dijo SungYeol mientras chequeaba su
móvil.
El profesor de canto trago efusivamente saliva por su
garganta. Nervioso. Entre ellos no se dirigían la palabra, y él le dolía el
hecho de no poder hacer algo para cambiar la mala imagen que había creado el
hermano de su amigo acerca de él. No sabía si era por cobardía o timidez, la
cuestión es que intentaba no estar lo suficientemente cerca del mayor, aunque
en las coreografías creadas por Hoya y
DongWoo de vez en cuando sus cuerpos se aproximaban. Y más de una vez
percibió una carga sobre su espalda, a
la cual el quería atribuírsela al mayor y a sus cortos vistazos hacia él.
Necesitaba de SungYeol. Lejos de una necesidad física,
sexual, y que sus encuentros solo se hubiesen basado en eso, había sido
reconfortante y de alguna manera mitigaba la soledad que solía tener. Ahora con
sinceridad podía decir que estaba perdido, estresado y angustiado. Lo poco que
tenia de su padre lo perdería en unos días, su madre que se reusaba dejar la
casa, aunque MyungSoo le hubiese ofrecido llevarla a vivir con él, y buscar a
su padrastro que no se encontraba en él país. ¿Dónde se había metido, justo en
el momento en que la empresa más lo necesitaba? Y su madre, esa mujer no le
facilitaba nada. Él quería saber, aunque no entendiese nada de Economía,
necesitaba ver factura, libro diario, todo, porque estaba seguro que algo no
encajaba en ese desastre de familia. Myungsoo camino detrás de SungJong hasta
donde se encontraban los de más, entre esos su primo y SungYeol. Las puertas de
entrada al conservatorio se abrieron una vez más.
-¡¿Quién se cree que es?! Le tendría que haber metido
los folletos en el agujero de…
-Shhhh…- Eso y un codazo en las costillas de Stefania,
es lo que utilizo Yadira para acallar a la directora, y esta no pudo más que
mirarla furiosa por el intenso dolor de ese golpe. La menor señalo al Hall-
Están todos acá, guarda silencio.- Murmuro. Y es que venia con con ese
vocabulario poco decente hacia mas de una hora y temia a porque se le quedara
pegado en su lengua.
Stefania miro ceñuda y paso una mano por todo su
rostro para relajarse un poco… Lamentablemente no funciono. Lee JongHyun le
había estrujado el ánimo.
-DongWoo, Howon ¿Qué hacen aquí? ¿No tendrían que estar en el ensayo con los alumnos?
-Hace un momento que llegamos.-Dijo Jang, perplejo por
el carácter de la locutora.
-Pues empiecen de una vez, que ya estamos perdiendo mucho
tiempo. El resto me espera en el aula A,
y comiencen sin mí.
Stefania avanzo por el pasillo dejando atrás a Yadira que quedo de pie en el
Hall, cruzada de brazos. Los demás observaron la espalda de la mujer alejarse
curiosos y sorprendidos por el mal humor de esta.
-¡He dicho que ahora!- Grito la Directora del
conservatorio antes de encerrarse en su oficina con un portazo.
Y todos en el Hall se comenzaron a movilizar.
…
…
Hurgo carpetas y cajones. No dejaría ni un cabo suelto
y si tenía que comenzar a hacer llamadas a las dos de la tarde del día sábado
lo iba a hacer...
<<No creas que vas a tener éxito en esto>>
-Maldito…
No resulto una amenaza pero, si una advertencia. Se
preguntaba porque parecía que se estaba ensañando con ella. Si apenas una vez
se habían encontrado, en una reunión que no duro ni media hora, para bien de su
salud, y para discutir un asunto que poco tenía que ver con el futuro de la
fundación. ¿Qué demonios le pasaba a ese tipo? No podía decir que era por haber
rechazado la propuesta de trabajar con Karjalainen. Sería poco serio que tomase
esa actitud con ella por un asunto de poca envergadura. O al menos así lo era a
su punto de vista.
Stefania dejo una pequeña pila de carpetas sobre su
escritorio, tomo asiento en la silla y puso en marcha la lectura de todas las
hojas de cada carpeta. Sabía que no tenía que preocuparse de más, que contaba
con permisos y todo lo que hiciese necesario para hacer el evento, incluso
releyó el contrato de locación del terreno donde se encontraba la fundación.
Quería tener la certeza de que tenía todo en orden, porque las palabras y la
mirada que le dedico Lee JongHyun la desestabilizo e hizo que un escalofrió
recorriese su cuerpo hasta erizar sus bellos en los brazos.
Y ese encontronazo que tuvieron en el centro de la
ciudad solo había durado minuto y medio en que una guerra se desencadeno en donde solo hablo el abogado y ella solo lo
observaba con altivez y soberbia.
<<No vas a poder conmigo…>>
-Imbécil.
…
…
-¡De nuevo!
La tarde había pasado tan rápido como un auto de
carrera por una pista de 100 metros. El ensayo con los alumnos, luego de dos
horas en que se bailó sin tomar descanso, acabo por ese día. Sin embargo para
los coreógrafos de ese grupo aun le quedaba buena parte de la noche hasta poder
decir lo mismo. Ahora se encontraban en otro ensayo donde la Directora del
conservatorio era quien los coordinaba a ellos y a los otros cinco.
HoWon seco el sudor de su rostro con el borde de su
musculosa negra. Se quejó.
-¿Qué es lo que está mal ahora, Stefania?
La joven suspiro, cansada.
-Que están bailando sin sentimiento y lo cantan de la
misma manera… Tienen que hacerlo con pasión. Cada paso.
-Entonces hazlo tú.- Dijo el mal chico de todos los
presentes.
Una corta demostración. Ella delante y el resto atrás.
Yadira en una esquina encendió el reproductor de música y observo. Primero
Stefania dio comienzo, y a los segundos retomaron los siete jóvenes. Stefania
se detuvo y volteo a ver al grupo, he ínsito con una mano a que no se
detuvieran.
-Quiero escucharlos… Canten- Grito para poder
escucharse sobre la música.
SungKyu frunció el entre cejo porque justamente era él
quien empezaba. Miro a WooHyun antes de ponerse en el centro, y este le indico
con la mirada que no tenía caso discutirle a la joven. Mientras más rápido lo
hicieran, mejor.
-¡Mas fuerte! ¡No tienen linda voz al vicio!- Dijo
Stefania, y se ganó la fulminante mirada de los 7 muchachos.
A la mujer le faltaba el traje y era una dictadora.
Miraba con fijeza las piernas, brazos, expresiones en el rostro, y escuchaba
sus voces mientras permanecía rígida de pie con sus brazos detrás de su
espalda. Cuerpos sudados y agitados se
movilizaban por el gran espacio de la sala. El frio en la calle y entre esas
cuatros paredes se concentraba un calor que se enervaba cada segundo. Stefania
bajo la cabeza y acaricio el puente de su nariz con la yema de sus dedos.
-¡Basta!-Grito
Y todos se paralizaron. Yadira apago el reproductor al
instante. Con los ojos como platos se miraron uno a otros, sin entender nada.
Estaban seguros que lo habían hecho mucho mejor. Yadira podía asegurarlo con
firmeza que así era y que posiblemente su amiga ya exageraba con los chicos. La
directora rasco su nuca.
-Está bien por hoy. Están cansados y yo también. Vamos
a casa.- Dijo conciliadoramente.
Se sorprendieron aún más pero no pensaban discutirle
nada.
En silencio cada uno retiro sus sacos y camperas que
estaban sobre una mesa cerca del reproductor de música. Enteramente
agradeciendo a que el ensayo acabase. Stefania pidió a WooHyun que no la
esperara. El mayor asintió sin hacer preguntas. La joven se despidió de todos
antes de regresar al aula, no sin antes avisar que el día siguiente los
esperaba a las diez de la mañana en el conservatorio. Observo al grupo alejarse
por el pasillo de la segunda planta y presto demasiada atención a un HoWon que
caminaba delante de todos, apresurado, y a DongWoo que lo miraba, varios pasos
atrás, con cierta desazón y abatimiento sin hacer reparo de SungKyu que le
hablaba a la par. Luego desaparecieron
por las escaleras. La Directora negó con su cabeza y volteo. Se llevó a alguien
por delante.
-¿Qué no ves por dónde vas?- Pregunto Yadira con el
entrecejo fruncido. Stefania se sorprendió de verla-. Vaya amiga eres ¿No?
Tenemos que hablar.- Dijo la menor casi quejándose.
-¿De qué?-Pregunto la mayor casi inocentemente. Yadira
quiso comerla con los ojos-. ¡Ohhhh!... Con que ahora si quieres contarme lo
que no me quisiste contar cuando te pedí que me contaras...
…
…
<<SungKyu hyung, ¿qué
te parece ir a tomar un café?>>
El locutor miro hacia un lado y sonrió. DongWoo se
había ido hacia un momento y quedaba él y WooHyun quien se despedía de los
hermanos Lee que comenzaban a poner en marcha al Toyota. ¿Qué necesidad había
de preguntar tal cosa por mensajes cuando estaban a unos pocos metros? Y aunque
pareciese ridículo, a SungKyu le agrado el gesto.
<< ¿En estas
condiciones?>>
Presiono en la pantalla la palabra enviar y guardo el
móvil en el bolsillo de su saco. No esperaba una respuesta por vía mensaje de
texto, así que volteo a ver al menor.
WooHyun sonreía mientras quitaba la vista del celular
para ponerla sobre él.
-¿Qué condiciones, hyung?- Pregunto el moreno, con una
sonrisa burlista en sus labios.
-Estas...-SungKyu se señaló a sí mismo. Sus manos
indicaban desde los hombros hasta la planta de los pies. WooHyun no
entendió-. Estoy todo sudado. Prefiero
ir a casa a por un baño.
El menor comenzó acercarse con un pequeño mohín en sus
labios e inclinando su cabeza a un lado. Kim lo observo. Ese pequeño puchero
hacía ver a Nam demasiado enternecedor, lo suficiente como para que su corazón
alterara sus pulsaciones. Algo más que no conocía de ese chico, y que, pese a
que fuese un tanto molesto el aegyo, se le daba bastante bien... Tan bien que
SungKyu hubiese querido inmortalizar ese rostro en una foto.
-Hyung...-Murmuro el más joven-. Por favor no te ves
mal. Yo menos. Además es solo un café.
SungKyu no respondió, parecía estar pensándolo. <<No hace falta que lo pienses
tanto>> La voz de su mente tenía razón. Estaba cansado y era
innecesario debatir entre salir o no salir.
<< ¡Alto ahí!, no abras esa maldita bocota. Hasta que yo lo diga>>
Esa voz tenia parecido a... <<Se,
se, se. Stefania. Es que es tan molesta que se me pego. O es contagiosa. En
fin, ¡NO LE DIGAS QUE NO!>> Su conciencia estaba un poco alterada. Y
él, también. Para que negarlo. ¿Salir otra vez con WooHyun?
-Vamos, SungKyu Hyung.
Aparte me debes lo del sábado...
-Está bien.- Respondió decididamente, Kim.
Nam quería saltar en un pie, pero recordó que era
adulto, con un título profesional obtenido en los Estados Unidos, Gerente
Comercial de una empresa y... Que ya había hecho el ridículo en cuanto comenzó
a rogarle al mayor para que aceptase. Incluso era bobo el haber enviado un
mensaje, cuando lo tenía a contados pasos. No importaba, SungKyu había
aceptado. Y aunque no valiese la pena, porque Nam estaba seguro que el mayor
era en su completa esencia Heterosexual, él quería seguir compartiendo tiempo
con ese chico. Aunque jamás fuese correspondido.
...
...
SungJong corrió
las cortinas de los ventanales de la sala. El bordo oscuro de la tela gruesa,
no permitía el paso de la luz de la calle. Mejor así, Pensó. Necesitaba que
nada se viese hacia afuera. SungYeol desde la puerta de la cocina lo observaba.
-¿No es aun temprano para que las corras? Mamá suele hacerlo a la media
noche. Cuando se está por ir a dormir.
Era cierto Sun Ji lo hacía minutos antes de apagar
todas las luces de la casa e irse a la cama. Lo cual siempre era muy tarde. Y
en este momento apenas eran las 10:17 pm
o eso es lo que decía el reloj colgado en la pared a un lado de la fotografía
ampliada de su padre.
-¿Te estas por ir a dormir? ¿Sin comer?-Pregunto
curioso SungYeol, olvidando por completo que había dejado la comida sobre la
ornalla ya encendida.
-No. Es solo por seguridad.- Y al instante de decirlo
se arrepintió. Su hermano lo escruto con la mirada.
-Estas enterado ¿No? Que vivimos en un barrio con
seguridad privada, y todo alrededor amurallado, ¿Verdad?
SungJong quería abofetearlo por esa insinuación de que
era un completo idiota. Pero SungYeol lo mataría sin problema alguno, y sin
duda era un idiota por la escusa más irracional que podía haber dado.
-Y ¿Quién dice que no tenemos un loco asesino a sueldo
como vecino?- Agrego SungJong, y medito bastante tarde a que era mejor que se
callara o que simplemente hubiese dicho que corría las benditas cortinas porque
tenía ganas.
-¿Que te traes, Lee SungJong?- SungYeol se apoyó
contra el marco de la puerta, cruzado de brazos, intrigado por saber que
sucedía con su hermano.
-Nada-Dijo encogiéndose de hombros haciendo de cuenta
que realmente estaba todo bien.
Y la verdad era que no. Pero no pensaba hablar de ese
asunto con su hermano cuando, con quien correspondía hablar era con Yadira. El
beso de días atrás poco tenía que ver con lo que le daba vueltas en mente pero
si estaba relacionado con la joven. Eso es lo que suponía. Ese maldito papel
que había encontrado al salir de la universidad el día lunes “No te acerques a
ella”, si bien no le había asustado, si lo había movilizado bastante como para
dejarlo nervioso. Podría alegar que se refería a Stefania con “ella” pero eso era
imposible. La mayor se veía como un siglo más grande que él, más que hermana
parecía tía, y por cómo se podían tratar entre ambos, definitivamente era una
relación más fraternal que otra cosa. Sin embargo con Yadira siempre era
distinto. Las miradas que él le dedicaba a su compañera de trabajo, su forma de
tratarla, siendo delicado y sutil. Era notorio lo que le sucedía a él con ella
y siguiendo ese sentido, claramente alguien más fuera de su entorno también lo
había notado. Alguien que SungJong no conoce, pero de más está decir, que a
Yadira sí.
¿Y por qué aun no lo había hablado con la joven?
Ciertamente cree que se entrometería mucho en la vida de la chica. Aunque él no
había buscado que le dejasen ese papel, y no mentía al decir que sentía el peso
de mil ojos observándolo constantemente. Y para apuntar algo más, no sabía cómo
retomar la plática con Yadira sin sentirse estúpido por el impulso bien
correspondido ya que Yadira parecía no querer saber nada con él.
-¿Tiene que ver con la chica?-Interrogo el mayor.
-¿Que chica?
-¡Yah!-Sungyeol se había enderezado furioso- Yadira ¡¿quien
más’!
SungJong se puso rojo. ¿Por qué tenía que ser tan
obvio cuando se trataba de Yadira? Aun así se apartó de la ventana hasta la
repisa con DVD, a un lado del mueble con el televisor, y observo las cajas
intentando disimular “normalidad”
-Que te importa.
-Me importa porque...
-MyungSoo- dijo de pronto el menor, casi sonriendo
socarronamente-. Tendrías que hablar con él. Creo que te extraña.
-¿En serio?- soltó inmediatamente casi incrédulo y
emocionado y luego dándose golpes mentales por ello-. ¡Eishhh! ¡SungJong!
El más alto se dispuso a salir corriendo detrás del
menor, hasta que este pareció estar atento a algo más.
-Y… ¿ese olor?- pregunto al olfatear un aroma
desagradable, a algo quemándose.
-Es la comida que...
SungYeol dejo a medias sus palabras, observo a su
hermano que tenía una caja de DVD en sus manos, en suspenso entre ponerlo de
nuevo en el estante o elegirla como la adecuada para ver esa noche en su
habitación. Este le regreso la mirada, asustado.
-¡La comida!
Para cuando llegaron a la cocina era tarde. La
cacerola emanaba un humo negro y espeso, con un leve olor a cebolla tostada y
ennegrecida y comenzaba a contaminar el ambiente de la casa. Ambos suspiraron.
-Cerraste las ventanas, pues ahora debes abrirlas a
todas, incluso la puerta de calle.
SungJong carraspeo entre dientes, pero aun así lo hizo
o morirían por asfixia.
-Es tu culpa, hyung.-Acuso el menor.
SungYeol no
hizo caso. Estaba frustrado porque era un hecho que ellos sin su madre eran un
completo desastre que a duras penas e increíblemente estaban logrando
sobrevivir por esa semana. Cada día resultaba ser una odisea para ambos. El
mayor de los Lee dejo la cacerola debajo del agua que caía de grifo del
fregadero y abrió la ventana de la cocina. No se iba a poner a cocinar o hacer
el intento nuevamente. Ni el cuerpo ni la mente le daba para eso, mucho menos
desde que SungJong le hiciera recordar a MyungSoo.
Y su cerebro se ocupó de hacerle añorar un poco la
presencia y esencia de ese chico.
...
...
HoWon salió del baño, destilando olor al enjuague de
frutos verdes en sus cabellos apenas secos.
Vestía una camiseta morada que bien recuerda había sido un regalo, sin
festejar algún día especial, por parte de su "ex" mejor amigo, y un
pantalón color aceituna. Los calcetines negros en sus pies, y para Lee no había
necesidad de fijarse en el espejo de su habitación para saber que era una
combinación horrorosa, pero, sin embargo, era lo bastante cómodo para andar en
el departamento.
Sábado a la noche y el solo, y sin nada que hacer,
aunque de alguna manera realmente prefería estar ahí, antes que en cualquier
otro lugar. Salir a las 9 pm del conservatorio era motivo suficiente para
tirarse en su cama y no mover ni un dedo, salvo para cambiar de posición. No es
que pensase irse a dormir a las 11pm, pero necesitaba relajar un poco su espalda
en su mullido colchón de dos plazas. Pero antes de eso necesitaba comer algo.
Estaba con el desayuno de esa mañana y no había vuelto a tocar bocado alguno en
todo el día, sobreviviendo con esos jugos que parecían hechos solo para
deportistas. Stefania tenía un refrigerador lleno de esa bebidas en la cocina
del conservatorio, pero nada solido que comer, más que galletas dulces pero
HoWon comenzaba aborrecerlas luego de consumirlas cada día de la semana.
El profesor levanto el teléfono inalámbrico que reposaba
sobre la mesita esquinera dentro de la sala, y marco el número de un local de
comida rápida, a pocas cuadras del edificio en el que vivía. Llamaba y luego de
tres tonos lo atendieron. Escucho la voz de una muchacha al otro lado de la
línea, que recitaba con cansancio el nombre del local. HoWon realizo su pedido
y mientras la joven cantaba de memoria un listado largo de marcas de soda para
que eligiese, los ojos de Lee capturaron la imagen de la ciudad que la ventana
de la sala le permitía ver. Se dejó embelesar. En realidad no era una gran
vista; la ventana era de proporciones medianas y no tenía salida al balcón,
para eso debía ir hasta su habitación donde se encontraba el ventanal, pero aun
así, y aunque apenas si eran unas luces de las farolas de la calle o de los
departamentos de los edificios aledaños lo que lograba ver, le fue suficiente
para que ese sentimiento de nostalgia se apoderara de él. Su cabeza trajo a
colación a DongWoo.
¿Qué podía tener que ver con Jang esas luces poco
llamativas? Nada, absolutamente nada, pero HoWon lo tenía muy presente. Quizás
fuese la noche de un sábado sin nada que hacer, cuando hace un mes atrás podría
decir que lo podía ocupar con una competencia de bailes en el centro de esa
sala, luego de correr un poco lo nubles para dejar lugar a los grandes pasos de
coreografías recién inventadas por él y DongWoo. Si, seguramente era eso y
extrañar la estrepitosa carcajada y el positivismo por la vida del mayor.
-Disculpe, señor ¿Continua ahí? ¿Me escucha?- La joven
del otro lado de la línea sonaba impaciente. Hacía poco más de un minuto que
estaba esperando a por una respuesta del cliente.
-Oh! Si, si, sí. Disculpa… ¿Me decías?
-Le repito: tenemos…- HoWon sintió algo de vergüenza
cuando escucho a la muchacha suspirar con cansancio al tener que comenzar
nuevamente con esa eterna lista de sodas.
Al final se decidió por una Coca Cola Zero y en lo que
demoraba en llegar su pedido, se dispuso a tomar asiento en el sofá de dos
cuerpos y a hacer zapping en el televisor para ocupar un poco el tiempo.
Alumbrado por la luz que despedía la bombilla en el centro del techo y con una
película de acción, poco interesante en la pantalla del Led, HoWon intento
estirarse a lo largo del sofá, sus piernas flexionadas para poder caber mejor y
sus brazos detrás de su cabeza. Mal hecho, sus parpados pesaron el doble y
comenzaron a traicionarlo. Empezaba a poner un gran esfuerzo de su parte para
mantenerse despierto, por lo menos hasta que llegase el delibery, pero incluso
tenía pocas ganas de levantarse y dar una vuelta por el apartamento para
despabilarse. ¿Cuánto más hacía falta esperar? En menos de 30 minutos le habían
dicho y ya había pasado 15.
Un bostezo salió de sus labios, y hasta sus ojos
comenzaron a lagrimear. Incluso esa ducha había logrado relajarlo tanto como
para dormirse. ¡Dios! Tenía mucho sueño y pocas fuerzas para pelearlo. El
cansancio lo domino en cuestión de segundo y sus parpados se cerraron firmes a
no volverse a abrir. El timbre sonó y se escuchó por todo el departamento,
despertando a Lee asustado, que ni bien se puso de pie apresurado por atender,
se enredó con ellos mismo, cayendo de geta al suelo.
-¡Auch!…-Dijo en medio de un quejido en lo que se
levantaba de suelo, y masajeaba su barbilla-. ¡Voy!.- Otra vez sintiendo pena
de sí mismo.
¿Cuánto tiempo se había dormido? Tenía la equivocada
idea de que llevaban tocando el timbre un buen rato, pero en realidad ni bien
se durmió, llamaron a la puerta. HoWon paso las manos por sus cabellos
intentado acomodarlo, recordando tarde que no había hecho ni por pasarse un
cepillo en esa cabeza. El timbre sonó de nuevo.
-¡Ya voy!-Dijo nuevamente.
Sin dar más vuelta abrió la puerta sin si quiera echar
un vistazo por la mirilla de esta.
-Hoya...
El rostro serio y confuso de DongWoo fue lo único que
vio. HoWon quedo aturdido. No lo
esperaba y sin embargo estaba feliz de tenerlo ahí.
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Que tal??' No me maten... Cuanto tiempo paso??? Casi tres meses... me desapereci por completo. De verdad mil disculpas, he tenido problemas para hacer este cap. Lo habia empezado pero luego lo que habia escrito, y era una buena cantidad, desaparecio. Se borro o no sé que carajo sucedio, pero no estuvo mas, asi que lo comence de nuevo. Luego emmm... trabajo, incluso mañana entro a la cinco de la madrugada a trabajar asi que mucho tiempo no tengo jejejjee pero bueno, lo hice un poco larguito como para remediar mi falta de cumplimiento. De verdad mil disculpas.
Bueno emm vamos al fic.... jajaja no vamos nada XD jajaja espero solo que sea de su agrado jajaja no sé si alguien seguira leyendo este intento de historia. Espero que si...
Y... hablamos de Infinite y Back... estoy muy contenta hemos superado los dos millones y medio de visita en el MV, asi que espero aqui sentada por que la WOOLLIM cumpla y no me trollee XD jajaja Aunque se hizo demorar bastante esas visitas, asi que he estado un poco molesta estos días, comenzando de que solo le hemos dado un solo premio a los chicos cuando claramente, luego de tanto esfuerzo y tremenda cancion, se merecian mucho mas. Ni hablar lo del Inkigayo... una dele Twittear hasta quedar sin huellas en los dedos, y dos grupos antes de que este Infinite nos cambian, o mas bien, no enteramos del HT... Si alguien me tiene en twitter sabra que mande a la m***** a todo XD jajaja no era justo, simplemente eso... pero bueno se mueve mucha mano negra ahi, no??? Lo unico que me alivio fue el WOOGYU al final, tomandose sus manitos.... CARAJO!! andan de pegotes... ES REAL jejej literalmente...
Estos tienen algo a mi no me joden jajaja que me pongo loca XD jajaja me pueden, los 7 me puede, pero estos dos ahhhh... se pasan. Me han hecho muy feliz estos dias. Enterarme hoy, que fue el solo de Namu y que luego canto con Gyu Delicious de ToHeart... jajajja WTF?? jajaj mori... Peor que me dijensen que le pregutaron a WooHyun cual era su miembro preferido, y este se acerco a Gyu y le sonrio... Naaaa... No saben como me puse. Caminaba por la calle y soreia boba. Quiero mas de ellos... jejeje espero que en el solo de Gyu este Namu... estoy segura y va a ser para morir, eso espero jejeje
Que mas decir??? Emmm... estoy haciendo un one shot del woogyu, pero ni idea de para cuando estara listo. En unos días publico el siguiente cap del El Trebol de la Luna, no quedan mas que dos cap para que finalice... Y... pues no sé. Ando enamorada asi que no me hagan mucho caso.
Por favor sigan reproduciendo Back hasta el cansancio. Y sigan apoyandolos, que sepan que estamos ahi para ellos, pese a todo. No se dan la idea de lo mal que me hace solo darle un premio... Asi que intentemos hacer ver que los premio de esos programas no lo es todo, que la canción es excelente reproduciendo el MV... Ahhhh... me pongo triste de tenerlos lejos y no poder expresar mi amor XD jajaja Ayyy que me pongo melancolica jajajaj Oh si, mi hermana escribe un fic MYUNGYEOL asi que si quieren se pasan, lo leen, y comenten... jejeje
Bueno me despido... Intentare escribir mas rapido jejeje Nos leemos.
Gracias...
P/D : Hoya, Jongie, y Yeol tuvieron novia???
P/D: No seas porfiado y quedate sentado hasta que te recuperes... Mi vida, por favor recuperate pronto...
P/D: WooGyu, me hace feliz... Yo me juego a que son pareja, Osea namu se resfrio xq Gyu lo contagio... y el resto de los miembros mas sanos que nunca... No sé pero es sospechoso XD