lunes, 25 de agosto de 2014

White Night

White Night.


El cabello azabache se revolvía por la fuerte brisa invernal que invadía la ciudad.
Las calles adornadas con pintorescas luces de colores, los arboles sin hojas cubiertos por una capa de blanco resaltante en cada una de sus ramas, la tiendas a cada lado de la ciudad con vivos colores navideños.
El cielo repleto de estrellas, una redonda luna blanca en el centro del firmamento, era la estrella principal del espectáculo.
Su bufanda se revolvía y volaba sin piedad entre sus brazos y espalda, el abrigo de shell no llegaba a cubrirlo del frio. La guitarra colgaba de uno de sus hombros, el café humeaba en su baso de plástico.
 Su paso tranquilo, no había apuros en su caminar. Tenía tiempo para llegar aún quedaban algunos minutos.
Su mirada se perdía, paseaba de aquí para allá, observando el paisaje delante de sus ojos marrones.
Un cartel con letras luminosas en un resaltante violeta, recitaba "White night".
Entro al restaurante, inhalo el aroma a cigarrillo, alcohol, el aroma a vida desecha. Camino hasta el escenario, adornado con luces azul zafiro solo un micrófono descansa arriba de este. Subió, dejo su café, frio, en el piso, se quitó su bufanda más se quedó con el abrigo y por ultimo desfundo su guitarra. Acerco sus labios al micrófono, saludo al poco público que decidió prestarle atención y presento su canción.
Un perfecto acústico resonó en el salón, de Passenger " Let Her Go".
Al poco tiempo el restorán quedo en completo silencio, los clientes se inundaban de los acordes de guitarra, de la melodiosa voz del joven, de cabellos azabache.
Entre los espectadores, un muchacho de corta edad, tez blanca como la nieve, la nariz roja, quemada por el frio, al igual que su cabello; observaba y oía al cantante... Una sonrisa ilumino su rostro. Perfecto espectáculo...
Aplaudió entusiasmado, junto al público, en el momento que el joven término...
Recordó la primera vez que el muchacho subió al escenario, inseguro, lleno de vergüenza, recordaba su voz quebrada y tartamuda al hablar, su mirada fija en algún punto del salón. Recordó que presento una canción de Maroon 5 "Sunday Morning", un sábado de verano, por la tarde. Él había entrado por casualidad al bar en busca de algo fresco que beber y se encontró con tal espectáculo. Un niño de no más de veinte años arriba del mismo escenario, hablando... Escucho su nombre "Nam WooHyun".
Luego pudo oír lo perfecto que podían sonar los acordes de la guitarra, si él los tocaba. Más tarde sus oídos se llenaron del canto inigualable del sujeto. Desde entonces siempre asistía por las noches, luego de su trabajo, al bar; aunque en ocasiones no lograba llegar a tiempo, desde el inicio, pero aun así llegaba antes del final.
Siguió con la mirada al muchacho que bajo del escenario se encontró con uno de los meseros, le regalo una sonrisa amplia y le pidió algo el otro sujeto se fue y a los pocos segundos regreso con una botella de agua. SungKyu regreso su vista al escenario, él en algún momento de su vida estuvo en uno parecido, él en algún momento soñó...
WooHyun observo a la distancia la mirada perdida del joven de cabellos rojizos, como el fuego. Sonrío y con pasos decididos camino hasta la mesa de aquel que él consideraba como su mayor fan y WooHyun su gran admirador. Por él, por SungKyu decidió demostrar su talento, salir a la luz.
Deslizo, delicado, la silla a un lado del de cabellos rojos, tomo asiento y reposo su botella de agua en la mesa.
-¿Recordando viejos tiempo?- Soltó Nam.
SungKyu solo asintió, sin apartar su mirada del luminoso escenario... Tiempo más tarde reparo en quien estaba a su lado.
Sonrío.-Anhelando viejos tiempos.-Respondió.
Aunque su música básicamente no fue la misma, SungKyu se sentía identificado con el joven sentado a su lado... Ambos vivieron o viven del sueño...
WooHyun le había contado a Kim que solo por él había decidido seguir su sueño, que por él decidió abandonar el camino planeado por sus padres y seguir sus propias metas, planear un futuro viviendo de sus propios sueños.
WooHyun quería poder cumplir el sueño de su hyung, poder ser solo él quien lo cumpliera.
Tiempo después, luego de una breve conversación WooHyun regreso al escenario, interactuó un poco con el público y prosiguió por pedir la presencia de una persona para que lo acompañe… Al poco tiempo un sonriente SungKyu subió a acompañar al menor… Nam le cedió su guitarra y acerco el micrófono a él, bajo del escenario… SungKyu lo observo sorprendido y extrañado…
WooHyun en un movimiento de labios, casi imperceptible, pronuncio “Como en los viejos tiempos, Hyung”.
Una sonrisa escapo de los labios del mayor.
Nuevamente el salón se inundó del perfecto acústico, del tocar de las cuerdas de guitarra, del cantar del joven. Una voz melancólica y armoniosa tranquilizaba y callaba los sonidos proveniente de fuera. Ni el sonido de los autos circular, siquiera los cantantes de villancicos se oían, solo aquella perfecta voz, solo el sonido producido por sus cuerdas vocales.
Que perfecto ambiente se había generado…Las luces del escenario brillaban, ahora, de un color dorado; los espectadores bebían algunas copas de cerveza, otros fumaban, los meseros a un lado de la barra escuchaban la melodía… Hermosa armonía. 
WooHyun sonrió complacido al escuchar los aplausos y vitoreó del público.
Bajo lento del territorio donde había estado expuesto hace unos minutos y regreso a su mesa, con una perfecta y radiante sonrisa en su rostro.

En el transcurso de la noche, luego de tanto tiempo dentro de aquel bar, WooHyun volvió a salir a ver la luz de la ciudad solo que esta vez acompañado del muchacho de tez blanca.
Las calles casi bacías, pocos peatones circulaban… Ambos inhalaron el aroma a naturaleza… El frio golpeo sus mejillas y revoloteo sus cabellos.
Nam miro el cielo, las estrellas y la luna habían desaparecido, el firmamento pitado de un tono azul oscuro.
La brisa revoloteo por ambos cuerpos. SungKyu tirito.
WooHyun decidió que era hora de regresar. Acomodo su guitarra y su abrigo. Guio la mirada a su Hyung, el mayor temblequeo, cuando un aire gélido choco su rostro. Se quitó la bufanda que llevaba envuelta en su cuello, colocándola en el cuello del mayor.
SungKyu se sorprendió y giro a ver al menor, este menciono bajito “Hace frio”  y prosiguió.
Al terminar, el de cabello azabache se ubicó a un lado de el de tez blanca y tomo su mano.

-Es hora de ir a casa.

Durante el camino la nieve comenzó a caer, recubriendo el paisaje con su blancor. Las luces y los colores quedaron atrás, ahora solo se podía apreciar los pequeños copitos que descendían buscando donde descansar…
En la lejanía, en lo más oculto del panorama, se podía observar a dos jóvenes caminar, viviendo del momento. Viviendo del sueño. 


----------------------------------------------------------------------------------------------------


Bien, como había prometido hace unos días atras, iba a subir este drabble escrito por mi hermana. Se le da bastante bien los relatos cortos, y a mi parecer, es bastante sensible cuando escribe jejeje lo que hace un poco mas atrapante el relato, porque llega... o que se yo, es lo que me sucede a mi XD ajaj


Bueno espero que haya sido de su agrado. Particularmente me gusto bastante, jejeje sobre todo si es WooGyu... 

Espero puedan comentar, mi hermana y yo se lo vamos a agradecer...

Tengan una buena semana... 

Bye 

miércoles, 20 de agosto de 2014

I Remember. Cap 3

3


Era mediado de abril, las calles, los jardines y parques invadidos de colores llamativos y el cantar de las aves indicaban que la primavera había llegado. 
El tiempo había pasado demasiado rápido, tanto que ya nos habíamos graduado y dentro de algunas semanas ingresaríamos a la universidad.  
Durante este tiempo no había hablado con Yeol acerca de mis sentimientos por él, primero por el hecho de que sentía vergüenza de confesarme y, segundo porque hacía tiempo que él me había confesado sus sentimientos y luego de aquello no volvimos a tocar ese tema. Soy sincero, tenía un vagó sentimiento de que en SungYeol ya no habitaba ningún tipo de sentimiento por mí.

Luego de terminar nuestro recorrido por los distintos sectores de la universidad decidimos ir a almorzar algo, debido a que era pasado el mediodía y aun no habíamos comido.
Caminamos algunas calles, luego de la salida de la universidad, hasta que logramos visualizar un puesto de comida rápida.

-Ven Myung- Yeol tomo de manera brusca mi muñeca, llevándome casi a la fuerza al establecimiento.

Por más que de alguna manera no fuera romántico, yo logre sentirme tan bien al tener a SungYeol una vez más cerca de mí. <<Hace tanto tiempo que no te sentía tan cerca>>. SungYeol apretó con un poco más de fuerza el agarre, llamando mi atención.
Para cuando reaccione ya estábamos dentro del local, con el dependiente frente a nosotros esperando para digitar nuestra orden.

-¿Myung que deseas ordenar?- Preguntó alegre, denotando una enorme sonrisa en su rostro.
Solo pedimos unas hamburguesas y dos Coca-Cola para llevar y salimos del establecimiento. Recorrimos solo algunas calles hasta llegar a un parque repleto de vida. Árboles, flores, de diversos colores y tamaños, y hasta algunos niños con sus padres, al igual que jóvenes.
Nos ubicamos bajo un enorme árbol, el cual nos cubría de los rayos de sol  que comenzaban a ser algo molestos.
Me senté sobre el césped, dejando nuestras bebidas a un lado de mi cuerpo y mire a Yeol, esperando que hiciera lo mismo. Unos segundos más tarde SungYeol se acomodaba a mi lado, extrayendo de la bolsa de papel dos pequeñas cajas, que contenían nuestro almuerzo. Me entrego mi almuerzo y prosiguió por abril el suyo y comenzar a comer. Yo solo opte por beber un poco de gaseosa y mirar a mi futuro compañero de departamento, claro había olvidado que a partir de la semana próxima viviríamos juntos.
Me perdí tanto en sus facciones, en su rostro, que no llegue a percatarme que Lee también me observaba con una amplia sonrisa.

-Dime Myung ¿Qué es lo que tengo en mi rostro que tanto llama tu atención?-Pregunto pícaro.

Mordí mi labio inferior, preguntándome si SungYeol sabía, o tenía algún conocimiento acerca de mis sentimientos por él, o bien lo que estaba haciendo era solo un juego.
<<Oh vamos MyungSoo, eres tan obvio>> Maldita mi conciencia. Desde cuando habla por sí sola, desde cuando era tan malditamente sincera.
No sabía que responder, tan solo mi cabeza no creaba ningún tipo de respuesta concreta ni algo creíble. En momentos como estos lo único que podía hacer era evitar la maldita pregunta y comer como si no hubiera un mañana, y así mismo lo hice. Saque de su empaque la hamburguesa y comí, fingiendo no haber oído su pregunta.
Decidí que ya era suficiente cuando mi boca se llenó y mi estómago se negó a recibir más comida.
Levanté cauteloso mi rostro averiguando si SungYeol aún me observaba, lamentablemente y para mi mala suerte aun lo hacía. Traté de hacer un mero intentó de ignorancia a su inquietante mirada, terminando de ingerir la comida que estaba dentro de mi boca y prosiguiendo a tomar la botella, que se encontraba depositada en el césped. Pero al momento de coger el objeto, mi mano se topó con la de SungYeol.
Yeol sujeto sin cuidado mi mano tironeando con fuerza de ella, para así poder acercarme a él. Caí de espalda, golpeando mi cabeza con sus piernas.
Nos encontrábamos tan cerca el uno del otro, que podía sentir su corazón palpitar, su respiración tranquila y su mirada potente en mi rostro.
SungYeol ya había soltado mi mano, aun así no podía alejarme de él debido a que me sostenía con uno de sus brazos mis hombros y al otro lo paso sobre mi vientre, sujetando firme mi cintura.
La cercanía era demasiada y en momentos como estos no podía evitar sentirme nervioso.

-MyungSoo no respondiste mi pregunta- Dijo abrupto. Sonrío
Había olvidado que nos encontrábamos en un lugar público y que los alrededores estaban repletos de personas.
Miré a un costado observe como algunas de las familias o parejas que se encontraban cerca nos examinaban curiosos o algunos con fastidio.

-¿Myung sucede algo?

No respondí, continúe observando a los individuos que nos miraban. <<Parecen idiotas.>> Era molesto el hecho de que tantas personas nos observaran, como si se tratara de algo extraño, como si lo que vieran fuera un tema “TABÚ”, y era más que claro que no lo era, no en la época en la que vivimos. <<La estupidez humana es sorprendente>>
No llegue a sentir el movimiento de mi amigo, aún menos el momento en que tomo mi cara con su mano, la cual hace un tiempo atrás tenías sobre mi cintura, para que lo mirara.
Su rostro estaba demasiado cerca del mío.
Lo mire, tímido, a los ojos, aquellos que parecían querer perforarme de los profundos que eran.

Oí una leve carcajada.- ¿Porque te sonrojas?

No lo había notado, ni siquiera sentí el ardor en mi rostro.
Mordí nervioso mi labio inferior. <<Basta o notara tus sentimientos por él>> Ya era algo imposible poder ocultarlos.
Cerré mis ojos tratando de perder contacto, aunque sea unos segundos, con su vista.

-¿Porque...?- Su corta e inentendible pregunta, me hizo volver a abrir mis ojos para poder verlo. Ahora Yeol miraba hacia arriba, su mirada se mantenía perdida en aquellas hojas verdes, que brillaban a causa de la luz que irradiaba el sol.- ¿Porque a pesar del tiempo no logro olvidarte?

Aquellas palabras me tomaran por sorpresa, no creí que llegara a decir aquello, ni siquiera pensaba que en él aun albergaba algún tipo de sentimientos por mí. Pero reconozco que por más sorprendido que estuviera, su declaración me lleno de esperanzas y alegría.

-Tan solo no puedo...- Dijo para finalizar.

Sonreí como idiota- Eso es bueno.
Para cuando me di cuenta de lo que acababa de decir, ya era demasiado tarde. Yeol en teoría me ataco con su mirada inquisitiva.
-Explícate MyungSoo, ¿Porque está bien?

¿Qué carajos se suponía que debía decir ahora? ¿Cómo demonios se me ocurrió decirlo en vos alta? ¿Y ahora que se suponía que debía decir?
-MyungSoo explícate- No sabía si Yeol estaba muy ansioso por escuchar la respuesta o bien estaba molesto. <<No lo sé>> - ¡MYUNGSOO!
Me sobresalte al escuchar el tono de voz que había utilizado.
<<Es el momento, debes decirle lo que sientes>> No sabía si hacerle caso a mi conciencia, temía de lo que llegara a decir. <<Vamos Myung es tu momento>> Si lo pensaba mejor mi conciencia tenía razón, este era el momento. Era casi imposible que terminara rechazado. NO, era imposible, porque si mis oídos no escucharon mal él acababa de decir que aún no podía olvidarme.
Trague saliva, tome aire y trate de no apartar mi vista de los ojos de Yeol.
Aun me encontraba recostado en las piernas de mi amigo, a estas alturas bajo mi propia voluntad, debido a que SungYeol hace tiempo que había dejado de ejercer algún tipo de fuerza en mi cuerpo, solo manteniendo su mano derecha sobre mi cabello, en un intento de caricia.
Lleve mis manos a mi vientre y las entrelace.

-Yeol... yo... tú...-No sabía por dónde comenzar.
-Si hablas de esa manera no lograre entenderte.- Dijo alegre.

Mis nervios me dominaban por completo, no sabía por dónde empezar mi declaración.
SungYeol llevo su mano izquierda hasta donde se encontraban las mías, posándola sobre ellas.

-Dilo-Susurró-Confía en mí.
Respire profundo y cerré mis ojos, tal vez las palabras fluirían si no lo veía a la cara.

-Como decirlo... No sé por dónde comenzar- Dije nervioso. -Hace algunos meses atrás comencé a sentir algo, demasiado fuerte, al principio fue inexplicable y difícil de asimilar. Al comienzo creí que solo era una confusión, por causa de tus palabras, luego trate de convencerme que se trataba de cariño. Pero... más tarde comprendí que por más palabras que me dijera la situación no cambiaría y solo me quedaba una opción... aceptar la realidad.
-Y... ¿Cuál es la realidad?

Su pregunta me tomo desapercibido, no imagine que luego de mi relato preguntara aquello, es más llegue a pensar que él ya comprendía, o entendía a lo que me refería.
<<Se más preciso MyungSoo>> ¿Más preciso?
Abrí mis ojos, encontrándome con el rostro de Yeol, en primera plana. << ¿Ser más específico?>> Solté mis manos, llevando mi palma derecha hasta donde se encontraba la suya, para así entrelazar nuestras manos...
SungYeol sonrió.
Inhale y exhale repetidas veces, soltando suspiros de por medio, hasta que logre tranquilizarme, de alguna manera.

-La realidad era simple...- Y el momento había llegado, jamás creí que hoy fuera el día en el que confesaría mis sentimientos a mi mejor amigo, ni siquiera pensaba en algún momento decirlos, pero el día llego sin previo aviso... Nunca lo imagine.- Me había enamorado... de ti. En realidad aun lo estoy.
...
...
Las horas transcurrieron demasiado rápido, o al menos así fue a mí parecer.
Luego de mi inesperada confesión continuamos nuestro almuerzo, claro con algunas palabras de por medio, nada relacionado a nuestros sentimientos. No me sentí decepcionado ni mal por ello, porque sabía que Yeol no hablaba de ello solo para no incomodar o tensar el ambiente, demasiado había sido en el momento de mi declaración.

Ya había anochecido, las farolas de las calles alumbraban nuestro recorrido, con su pintoresca luz blanca.
Nos encontrábamos circulando una de las avenidas cercanas a mi hogar, uno al lado del otro sin pronunciar palabra alguna, ni mirarnos, solo caminando. SungYeol miraba hacia algún punto fijo en la calle, como analizando lo que había delante de él, mientras tanto yo observaba el cielo algo turbio, por las nubes grisáceas que hicieron aparición poco después del atardecer. La noche aún era cálida, pero parecía que llovería pronto.

-Parece que lloverá- Pronuncio en un leve susurro.-Sera mejor que nos apresuremos.

Menciono por ultimo antes de sujetar con fuerza mi mano y caminar rápido.
 Quise creer o suponer que era solo una excusa para que de alguna manera permaneciéramos más juntos, físicamente. Parecía que corríamos por la velocidad en la que avanzábamos por la acera.
Mientras transitábamos con pasos ligeros, la lluvia comenzó a caer, unas cuantas gotas cayeron sobre mi frente, otras sobre mis brazos, así continuaron cayendo hasta que termine por mojarme casi por completo.
Comenzamos a detener nuestros pasos cuando notamos que por más que corriéramos ya no habría escapatoria, además de que ya estábamos empapados.
Yeol volteo a mirarme con una enorme sonrisa en sus labios. Sonrisa que demostraba alegría, entusiasmo, felicidad y miles de sentimientos que si los nombraba no terminaría jamás. Le sonreí también.
Dio unos cortos pasos para acercarse a mí, la distancia era poca, aun así necesitaba hacer unos dos o tres pasos más para que estuviera completamente cerca de mí. Así lo hizo, solo dos pasos y SungYeol se detenía frente de mí, inspeccionándome con la mirada. Poso sus ojos en mis pies, subió desde mi torso hasta llegar a mi ojos, los observo unos cortos segundos, y volvió a bajar su vista. No sé qué fue lo que vio, solo pude percibir su duda, la duda que sus ojos emitían.
Por algún motivo que desconocía, sentí inquietud, nerviosismo, en mi interior. Era como una alerta que me dieron mis sentidos, suponía algo estaba por venir.
Poso de manera suave su mano izquierda sobre mi mejilla. Volvió a levantar su vista, observando mis ojos, dibujándose en los suyos inseguridad y duda.
Comenzó a acercar su rostro al mío, tan lento, pausadamente, que parecía pasar una eternidad.
Si mis sentidos y conclusiones no eran fallidos creía saber que trataba de hacer  y  juraba lo esperaba con tanta emoción.

-Hazlo...-Pronuncie impaciente, esperando la acción de mi amigo.
SungYeol me contemplo asombrado. Sus ojos permanecían abiertos de par en par, tan inmensamente que logro producir en mí una sonora carcajada, la cual no duro demasiado, ya que Yeol se encargó de callarla con aquella acción tan esperada, pero que resulto ser inesperada.
No esperaba que lo hiciera de esa manera, tampoco en ese momento, aun así eso no le quito el encanto y el amor con el que se producía el acto.
Se sentía tan bien estar de esa forma. Poder sentir el sabor único de sus labios. Sentir sus labios acompasarse a los míos, en un compás tan singular, como si de una danza que únicamente él y yo conocíamos se tratara.
De apoco aquel contacto se fue tornando más potente, algo que nos permitía demostrar nuestros sentimientos, todos aquellos sentimientos que por tanto tiempo ocultamos el uno del otro.
Mi mano con cuidado se soltó de la suya, para ascender por su cuerpo y envolverse en su cuello, mientras que la otra la aferraba en su espalda.
Yeol aún mantenía su palma izquierda en mi mejilla, en un contacto poco perceptible.

Sonreí para mis adentros. Los sentimientos que vivía en ese momento nunca los olvidaría, porque nunca antes había podido sentir tantas sensaciones juntas.

...
...

Cada vez que recordaba aquel momento, aquel día, lograba volver a sonreír y sentir aquellas sensaciones que marcaron mi ser.

Siempre que su recuerdo me dolía, siempre que extrañaba su presencia, recordaba nuestro primer beso, aunque eso significara ser un masoquista conmigo mismo, porque el anhelo se hacía más grande, aun así aquello también lograba hacerme sentir bien. Recordar los tiempos vividos a su lado me reconfortaba.



------------------------------------------------------------------------------------------------


Que tal como va???

Mmmm, mi hermana y ustedes me mataran por tardar en subir este cap jejeje perdon me olvidaba y no tengo mucho tiempo jejjee... Pero bueno aqui esta... Hagamos fiesta XD j

En Fin yo aun no lo leí, solo lo subi, y en los proximos días subire el siguiente... Recuerden que no soy quien lo escribio, si halagan que sea a mi hermana jejeje, que por cierto escribio un hermoso drabbe del WooGyu, je y la estoy apurando para que lo corrija asi lo subo wiiiii... de verdad me encanto.

Bueno, gracias por leer, y por fa, no me gusta rogar comentarios, pero sirven para saber si lo que hacemos lo hacemos bien o mal. 

Nos estamos leyendo.

sábado, 9 de agosto de 2014

El Trébol de la Luna. Cap 8

Capítulo 8

¿Frio? No, nada de eso. No siente nada. Aunque ve el suelo blanco, ve a sus pies descalzos avanzando y hundiéndose ante cada paso, ve los arboles sin hojas a su alrededor, pero al igual que el suelo están cubiertos de nieve en sus ramas. Un impetuoso viento recorre por su cuerpo. Sus cabellos se agitan ante el contacto de esa caricia invisible y detiene su andar por unos minutos. Piensa.

-¿Dónde estoy?- Pregunta en voz baja.

Mira de un lado a otro. Gira sus pies en el mismo lugar que se encuentra, pero más allá de él, los árboles y la nieve no ve más nada…ni nadie. Esta solo y se siente extraño. ¿Cómo es que ha llegado hasta ahí? ¿En qué momento? No puede recordar, incluso si quiere concentrarse, forzando su mente a que trabaje aún más rápido no logra visualizar nada, solo… agua

-Agua…-Dice en un murmullo.

¿Por qué agua? Un vistazo más a su alrededor y en un momento se mira a sí mismo. Una bata y se encuentra mojada. La vestidura apenas si hace algo de contraste con el resto del paisaje. Un celeste demasiado claro y le es vagamente familiar ¿Dónde más ha visto este estilo de prenda?  Medita. En realidad tiene muchas preguntas en su cabeza que quisiera responder. Sin embargo no recuerda. No tiene memoria. Tampoco puede sentir… Ahora toma algo de importancia en que no solo su ropa esta mojada, si no que su cuerpo también. ¿Pero cuando fue que llovió para mojarse? Su cabello se siente pesado sobre su cabeza y unas cuantas gotas descienden por su rostro…

-¿Por qué?

Otra pregunta que se va sumando a la lista que ya va haciendo mentalmente. Otra que no tiene respuesta.  No siente nada físico, eso es lo único que sabe, porque no es consciente de que parte de la nieve debajo de él, comienza a disiparse o mejor dicho a hacerse agua. Sus pies no perciben donde están parados ahora.  Nam solo tiene la lucidez suficiente para pasar una mano en su pecho y apretar ahí, con suficiente fuerza.  Duele… No sabe exactamente qué es lo que duele, pero la sensación de vacío, de que no hay nada dentro de él, de que le falta el aire, es mortificante.

WooHyun aprieta con más fuerza sobre su pecho, con ambas manos.  Sus labios se separan e intentan aspirar con dificultad, algo de oxígeno. El transcurso de los segundo hace todo más agobiante, más horrible y opresivo. No entiende lo que está ocurriendo o que le sucede.

-Abran… paso…

Un murmullo, el murmullo de una persona y él voltea para ver de donde proviene. Esta agitado, intranquilo y con miedo porque no hay nadie, y recién puede ver que la nieve ya no está, que los árboles muertos, sin hojas, comienzan a caer y a hundirse lentamente, sin salpicar, en las profundidades del agua. Él ve como todo a su alrededor desaparece, ve que una bruma espesa empieza a marcar presencia en su entorno y el sigue sin poder respirar. Sus piernas comienzan a temblar con violencia y pierde las fuerzas para seguir sosteniéndose. Cae de rodillas en el agua… Y se confunde aún más al darse cuenta de algo… ¿Por qué él no se está hundiendo como los arboles? ¿Por qué se mantiene en la superficie y sintiendo bajo su cuerpo, suelo firme en que sostenerse? ¡¿Por qué siente que está muriendo?!

-No te vayas…

Otra vez  ese susurro que se hacía cada vez más audible en cuanto la bruma se volvía más intensa y densa. ¿De dónde provenía? ¿Quién era el que hablaba? ¿A quién pedía que no se fuera?...


-WooHyun… No te vayas…

Y el no pudo forzar más a sus pulmones a inhalar aire. El suelo debajo de él desapareció y su cuerpo se sumergió en un mar ya no  cristalino, si no en un unas enfurecidas aguas color carmín. Las olas se alzaron por sobre su cabeza, cayendo sobre él, golpeándolo con fuerza y engulléndolo en una caótica profundidad rojiza que se tornaba cada vez más oscura. Y fue en ese momento, mientras exigía a su cuerpo a pelear con el agua para llegar a la superficie,  que no solo recordó su nombre. Reconoció aquella voz. Sus labios se abrieron al sentir una punzada en su pecho, y el líquido sanguinolento  ingreso a su boca y pulmones...

<<SungKyu…- Pensó Woohyun- Estoy muriendo...>>

...
...

Varios pasos atrás, la mujer quedo parada en el centro del pasillo. Las paredes blancas resaltaban por las luces fluorescentes que estaban adheridos al techo. El cartel, más adelante sobre una puerta dobles, que hacia momentos se habían abierto con brutalidad, relataba en un intenso blanco sobre un fondo azul  “No ingresar. Solo personal autorizado” Una vez más su cuerpo sintió el abatimiento de lo que estaba aconteciendo.

Dolor, pena, angustia e incomprensión. Eun Ji no hubiese esperado jamás a que esa mañana, en la que ella deducía sería como todas las anteriores, haciendo las compras, preparando el almuerzo para sus nietos que llegarían de visita ese medio día, acomodando la casa, sucediesen tantas cosas... Sin embargo está ahí, en el área de urgencias de un Hospital, nerviosa y contemplando al muchacho que está de pie delante de las puertas de dos alas. Ambos esperan a porque algo suceda, con sentimientos encontrados y confundidos. Ella por su parte sintiendo tanta aflicción tanto como por el joven de ojos sumamente pequeños, que está brindando una digna batalla a las lágrimas que pujan por salir, como por el muchacho que se encuentra del otro lado de esas puertas.

Eun Ji no sabe exactamente que es lo que la llevo acompañar a aquel muchacho cuando la ambulancia llego. Poco recuerda de ese momento que le pareció suceder demasiado rápido. El chico de ojos pequeños luchando para traer a este mundo nuevamente al que estaba recostado en el suelo. Con desesperación. No sabe exactamente en qué momento tomo un teléfono que estaba cerca y llamo a emergencias, ni cuanto demoraron en llegar. El peso de la situación había podido con su ya anciana memoria, de la cual ella solía alardear por lo buena que resultaba ser. Esta vez incluso, quería olvidar.

<<Demasiado joven>> pensó << ¿Por qué siendo tan joven? ¿Por qué teniendo toda una vida por delante? ¿Qué puede ser tan mortificante para acabar así? ¿Qué puede ser tan dolor para querer poner fin a la vida?>> Se preguntó a sí misma. Observo nuevamente al chico de piel nívea, con la parca humedecida por apretar contra su pecho el cuerpo del moreno pálido y empapado, hundiendo sus labios en los cabellos mojados de este, mientras pedía entre llantos sin consuelo, que no se fuera, que él estaba ahí... Otra vez se preguntó a si misma << ¿habrá algo más que una amistad entre ellos?>>

Su mirada escruto un poco más al joven que seguía esperando con la mirada puesta en el suelo brilloso del hospital, derrotado. No era el momento para ponerse analizar tal cosa, mucho menos para quitar esa espinilla de curiosidad. Eun Ji se encogió de hombros. La desazón comenzaba a hacerse presente. Sus piernas parecían querer aflojar, su cuerpo tensándose por un escalofrió. No se sentía bien y quería regresar a su casa. No tenía motivos para seguir permaneciendo en ese hospital. No conocías a ese sujeto a pocos metros de ella, ni al que estaba siendo asistido por los médicos. No tenía razones y aun así, no se movió ni gesticulo movimiento alguno. No tenía un buen presentimiento.

Las puertas dobles se abrieron. Un hombre alto con una casaca y pantalón azul, salió de esa sala, quitando los guantes blancos de sus manos, enrollándolos y metiéndolos en el bolsillo del pantalón. Eun Ji evaluó el rostro del hombre, resignación. El Doctor pidió que se acercara el muchacho de ojos pequeños, y ella prefirió no asomarse hasta que fuese necesario. Únicamente observo, temiendo y ansiosa a la vez. El sudor de sus palmas lo demostraban, y los fuerte latidos de su corazón aún más.


Un quejido, y el menor lloro. El doctor quedo de pie ahí, poniendo una mano sobre el hombro del más chico, a manera de consuelo, mientras este cubría su rostro con sus palmas. Eun Ji Corrió hacia donde se encontraba el joven. 



----------------------------------------------------------------------------------------


¿Que tal? Bien, pues aqui el cap 8, corto. Tengo un problema con este fic, me place escribirlo pero me salen sumamentes cortos todos sus caps... Por lo cual me enojo...


Bueno, ya quedan dos capitulos mas, y fin de esta historia. Pobre mis niños... Lo que deben pasar... Realmente no se que escribirles,jejeje solo que espero que disfruten de leer, y espero comentarios. Soy de las personas que esperan una critica... Asi uno puede ir mejorando, asi que si tienen tiempo dejen aunque sea "feo" XD jajajajaja


Tengo que volver a mis cosas, aunque recien salgo del trabajo... Mi casa espera.

Mmmm. este cap lo escribi escuchando Nell... Amo su musica.

En fin me voy... Que tengan buen fin de semana. Y espero nos leamos pronto. Bye.


WOOGYU ES REAL!! jajaja no me contuve jajajajaj



        



    


viernes, 8 de agosto de 2014

MI AMOR INEXPLICABLE



Mis amores... Como me gustaria poder demostrar al cien por ciento lo feliz que me hace escucharlos día a día. Suena a cursileria, pero gracias a ellos he conocido personas que me entienden, con las que puedo ser yo misma, con las cual platicar cada noche o en cualquier momento... Estoy rara jejeje, pero estos chicos me han cambiado y para bien... Sigan asi!!! INFINITE!!!!

Culpa de una Fujoshi. Cap 19

 Capitulo 19

Stefania descendió las escaleras con cierta pastosidad. Perezosa, bostezando, he intentado recoger en una coleta mal hecha, todos sus cabellos. Apenas si se ha cepillado los dientes y ha lavado su cara. Permanece aún con el pijama, un pantalón y  una camiseta negra con una estampa en el cetro de su pecho de  Hello Kitty. Cualquiera diría que tiene cierto fanatismo por la gata, pero no, solo le gusta como combina con el color negro. Dedico una fugaz mirada a la sala. El suelo opaco, igual que los muebles.

-Hoy habría que tomarnos un tiempo para ordenar el apartamento- Comento WooHyun, mientras terminaba de poner los tazones, con comida en el interior, sobre el la barra entre la cocina y la sala.

Stefania observo al moreno, que al igual que ella, se encontraba despeinado, en pijamas, y con el albornos azul que utilizaba cuando se levanta de la cama. No respondió pero si estaba de acuerdo. Durante toda la semana no habían tenido tiempo para poner un dedo sobre nada de la casa. El tiempo era lo sumamente justo para permitirse bañarse, comer y dormir un par de horas durante la madrugada. El resto de horas aplicaban al trabajo y ensayos. Había que decir que todos esos días, con WooHyun, llegaban al departamento a las dos de la madrugada. “Cenaban” cualquier cosa que compraban al salir del conservatorio, en alguna tienda que estuviese abierta a tan altas horas. Tomaban un baño al llegar y a la cama. Para lo único que se hacían un tiempo era para lavar ropa. Dejaban la lavadora en funcionamiento mientras ellos descansaban, y era extendida en un pequeño tendedero cuando Stefania se levantaba por la mañana.

-¿Qué hora es?- Pregunto la joven, arrastrando sus pantuflas de patas de oso por el polvoriento suelo. Todo había que decirlo, ninguno de los dos andaba por la casa en calcetines para no percudirlas. Siempre en pantuflas.

-Mmmm… 7:42.-Respondio WooHyun, observando el reloj de su muñeca. 

Quería correr hasta su habitación y tirarse sobre su cama. La joven carraspeo. Tomo asiento en una banqueta del lado de la sala, miro la cantidad de platillos servidos y los ignoro. Nada de eso era para ella. A un costado del tazón de arroz, su desayuno esperaba. Una taza grande, repleta de café con leche y un plato blanco con tostadas.

-Gracias por hacer el café.-Murmuro

-De nada.

Desayunaron en silencio. Se dedicaron algunas miradas, y notaban en el rostro del ajeno, el cansancio de toda esa ajetreada semana, lo frustrante que les resultaba trabajar día sábado y saber que aun restaba una semana más, antes de poder permitirse un descanso. Stefania mastico un poco de tostada, pasó por su garganta y dijo:

-Si

-Sí, ¿Qué?

-Que si limpiemos un poco. Tenemos tiempo hasta las 10.

WooHyun asintió. A las 10 tenían que estar en el conservatorio… Otra vez.



Miro la pantalla de su móvil. No tenía mensajes. De un día al otro había dejado de recibirlos. ¿Cómo debía reaccionar ante aquello? ¿Relajarse o mantenerse en alerta constante? No era vida tener que estar pensando en que hay un acosador merodeando por sus alrededor, sin poder verlo ni una vez. Por su puesto que no, y por supuesto que prefería pensar que el martirio había acabado, que Gerard la había dejado al fin en paz. Sin embargo, mientras observa un programa de televisión, aun acostada, y envuelta con el edredón de su cama, no sé permite un respiro de alivio. La segunda opción no le agradaba, pero era la más acertada.

-Me he vuelto paranoica.-Se dijo a sí misma y no se convenció.

Había llegado a contar los días desde la última vez que recibió un mensaje. 7 en total, comenzando desde el domingo. El ultimo recibido, el sábado mientras estaba encerrada en el baño del apartamento de Stefania.

<<No escapes de mí>>

Una frase que nadie utilizaría para despedirse, o dar al menos a entender que desaparecería. No era paranoia y hacia bien en creer que algo estaba planeando hacer su ex. Pero no le daría tiempo de actuar, si quiera que fuese capaz de mandarle un solo mensaje más. No había tenido tiempo para llegarse a la estación de policía para hacer una denuncia, pero tenía un par de horas libres esa mañana para hacerlo. Yadira tomo el mando que estaba en la mesita a un lado de su cama, y apago la televisión. Se apeó de la cama y fue directo al baño en el interior de su habitación.

-No dejare pasar más tiempo- Dijo decidida mientras se deshacía de su pijama y habría la ducha de agua caliente.

Iba a preguntarle a su amiga si podía acompañarle hasta la estación de policía, luego pensó que eso era asunto suyo. No tenía por qué inmiscuir a terceros. Demasiado hacia Stefania en escucharla y, más allá de todo eso, la locutora estaba con mucho trabajo.

El agua impoluta y templada mojo directamente su rostro, cada centímetro de piel de su cuerpo, y los músculos tensos y aun perezosos, se relajaron. Un suspiro inesperado salió de sus labios y su mente pidió un momento de calma, de vaciar esa laguna de preocupaciones que ajetreaban cada día y dejarse llevar por algo que causara vitalidad. Y SungJong fue en lo único en que pudo pensar. Del inesperado beso de noches atrás y que ella misma quiso corresponder, porque llevaba tiempo sintiendo cosas por su amigo, que hasta hacia muy poco, descubría que no era simplemente un cariño especial entre amistades.

Pero no había llegado a suceder más nada. Esa unión de labios se rompió abruptamente. Las manos de SungJong se alejaron de su rostro, él se apartó varios pasos de ella y solo se quedaron observando, uno al otro, con las mejillas encendidas no solo por el calor que aumento en sus cuerpos, sino también por la vergüenza de que alguien los encontrase. Tal vez mas temerosos, aun, de ser conscientes de que sus sentimientos acababan de exteriorizarse por un simple impulso.

-Yadira… Yo…- El joven había querido intentar decir algo, pero la menor no lo dejo.

Yadira había negado con su cabeza, intentando que SungJong no dijese nada. Ella sin poder balbucear palabra alguna, confundida y con la mente volviéndose una jungla de puro caos, solo pensando en probar una vez más del dulce sabor de los labios de su amigo, hasta que escucharon la voz de Stefania en el pasillo en busca de la joven.

-Sera mejor que te vayas.- Murmuro la menor, nerviosa.

Y antes de que SungJong saliese por la puerta, casi llevándose puesta a la directora del conservatorio que ingresaba al aula, Yadira noto la desilusión en los ojos de su amigo.

Envolvió su cuerpo con una toalla blanca que colgaba a un lado de la ducha, y tomo otra más pequeña para secar su cabello. Lamentaba su actitud con SungJong, pero luego del beso, o tal vez cuando escucho la voz de su amiga, fue un poco más consiente que antes de querer probar una relación con el muchacho, primeramente debía resolver los problemas que estaban causando su antigua relación. Y de más estaba decir, que Lee no había vuelto a dirigirle la palabra en lo que fue de la semana, apenas ateniéndose a asentir en cuanto llegaba al conservatorio.

Necesitaba caducar con ese tema con una necesitada urgencia. No solo por el hecho de que podría terminar volviéndose una loca psicótica, constantemente sintiéndose perseguida por una persona, que bien podría hacerle daño, sino porque ella quería comenzar algo nuevo. Y eso nuevo era SungJong. Que hubiese tenido una mala experiencia, anteriormente, no significaba que tal situación se repitiese una vez más. Pero debía resolverlo cuanto antes… Antes de que la molestia y desilusión, en su amigo, terminase por ser enojo y luego odio hacia ella.

Yadira se puso ropa interior, una camiseta blanca, la calza larga hasta los tobillos, de color negro, una campera y converse. Cepillo rápido su pelo, lo recogió en una coleta y busco las llaves del apartamento, que estaban sobre la mesa de la cocina. Tenía su vehículo en la cochera del edificio y dudo en utilizarlo… ¿No era mejor ir en bus? Ya que ganas de conducir, no tenía esa mañana.

-Definitivamente no cuento con tiempo para esperar el bus… Sera mejor utilizar el auto.-Dijo para sí misma y salió de su apartamento, con la mochila al hombro y las llaves del Citroën.


Stefania rodo los ojos y DongWoo tomo la palabra esta vez.

-Es que ¿en verdad piensas que podremos entregar todos los folletos en un día?- pregunto casi exasperado.

¿Hasta cuándo renegarían de todo lo que ella propusiese? Realmente estaban siendo demasiados difíciles de aguantar. La paciencia, o mejor dicho, el intento de paciencia que con mucho esfuerzo lograban formular y mantener, comenzaban a desvanecerse con el paso de los días. La directora del conservatorio empezaba a tener sus dudas acerca de si continuar con el evento. Aunque al pensar que muchos niños dependían de ello, olvidaba que tenía esas ideas en su cabeza. Sin embargo ya era en un hecho para ella que tener que encargarse de un evento, resultaba tedioso y abrumante. Incluso no solo porque consumía tiempo, si no también, porque económicamente, era un devorador de dinero. Era necesario que se diese a conocer lo del evento. En un principio la idea había sido promocionarlo a través de la radio, aprovechando que Stefania, SungKyu y Dongwoo trabajaban en una. El problema era que por ocupar apenas unos segundos del espacio publicitario, solo para decir contadas palabras, tenía un precio y uno bastante alto. Poseían un fondo para los gastos, pero no era el suficiente, por ende el pago de la ocupación de señal salía directamente del sueldo de los locutores y del director de programación. Stefania se preguntaba cuanto era lo que llegarían a cobrar el próximo mes por el anuncio. Una nueva propuesta era el de salir a las calles y repartir folletos, los cuales ya habían sido mandados a hacer y que la locutora hacía pocos minutos había retirado de la imprenta, de camino al conservatorio. Aun así las complicaciones seguían estando. Por ejemplo el no querer salir a entregar, con la excusa de que eran muchos folletos y pocas personas para trabajar. ¡Con un demonio! Que eran más de 20 para hacer el trabajo. Entendía completamente que estuviesen cansados, ya que no había momento en que no tuviesen algo para hacer, pero, era muy simple y lo había dicho anteriormente en cada ensayo, el que no se viera capaz de continuar con el itinerario, podía salirse. Ella no iba a cambiar la rutina. El tiempo era poco y los minutos le valían oro.

-Sí, sí se puede.-Sentencio la directora, hosca. Dio la espalda al grupo de personas que la observaba y se dirigió hasta la mesa de entrada donde se encontraba el guardia de seguridad.

El hombre uniformado, con camisa blanca, un escudo de la empresa a la que pertenecía en el  lado izquierdo de su pecho, pantalón azul, y zapatos negros, apenas si despego la vista de las pantallas de los ordenadores delante de él, solo para entregar un caja grande y pesada a la joven que permanecía esperando del otro lado de la mesa. Luego su atención estuvo nuevamente en las imágenes del conservatorio, captadas por la cámara de seguridad.

Stefania saco un corta papel, que tenía dentro del bolsillo de su campera, y corto la cinta que mantenía cerrada las solapas de la caja. Extrajo una pila de papeles del interior y lo dejo sobre la mesa. Dividió en pequeños montones de hojas. Abandono la caja vacía en el suelo, a un lado de sus pies, y antes de dirigir una severa mirada a las personas que esperaban impacientes, suspiro con pesadez.

-Pues bien…-Dijo, alzando la voz y llamando la atención de todos.- Formen grupos de a dos o tres y retiren una pila de folletos. Luego les diré hacia donde irán a entregar.

Los primeros en movilizarse fueron los estudiantes, quizás con más ánimos y entusiasmo de ayudar que los mismos adultos. En cuestión de dos minutos los grupos de menores ya estaban formados. Sin embargo los adultos se mantenían en silencio y sin moverse.

-¿Qué?- Espeto SungKyu, irritado.

-¿Cómo que, qué? ¿Qué esperan para formar los grupos?

Las puertas del Hall se abrieron con brusquedad. Yadira ingreso corriendo a interior del conservatorio, pidiendo disculpa por la demora y acomodándose a un lado de WooHyun. Balbuceo una corta frase inentendible para la hilera de hombres que tenía hacia su derecha, pero si para la joven que estaba delante. Stefania asintió al instante.

-Yo no quiero salir a entregar folletos a la calle. Hace frio y son demasiados.- Arremetió HoWon.

La directora se cruzó de brazos, cansada.

-Pues ya te he dicho lo que puedes hacer, Hoya. No te estoy obligando a que continúes…

-Si pero…

-Basta de peros. ¿Me ves apuntándote con un arma para que lo hagas? ¡No! ¿Verdad?- El ambiente comenzó a ponerse tenso entre los mayores. Stefania se acercó hacia donde se encontraban ellos, sin descruzar sus brazos, y con los ojos encendidos en llamas-. Creo haber sido clara. Lo he dicho en cada ensayo; no quieren, no sigan. Sé que están cansados, yo también lo estoy. Pero no voy a cambiar el itinerario de actividades. No puedo. Solo nos queda una semana para terminar de preparar todo y aún hay mucho para hacer.

-No… Bueno, basta… Mejor armemos los grupos y hagamos lo que tengamos que hacer, que luego hay que venir a ensayar.-Dijo SungYeol, y la directora le agradecía, internamente, que al menos pusiera esfuerzo.

Tal vez fuese algo de culpa por parte de SungYeol, ya que se suponía que él debía estar más atento al proyecto que Stefania, debido a que era hijo de la directora de la fundación, pero el trabajo al que de por si debía cumplir a raja tabla, no le daba el tiempo para ayudar a la joven y a SungJong, que pese a estar más tiempo libre que él, tampoco podía dedicarse mucho a los preparativos del evento a causa de los exámenes en la universidad.

-Bueno,  formen los grupos.-Insistió nuevamente la directora, con un ademan de su mano. Nadie se movió y dijo nada. Stefania rasco su nuca y contuvo la respiración, exasperada-.Entonces yo armare los grupos.


Al comienzo pensó, <<Estoy muerto, me pondrá con él>>, sin embargo, y agradecía a Dios aquello, no fue así. SungJong de pie a su lado. Ambos estirando sus manos a un costado  o hacia delante, para ofrecer folletos a algunos de los transeúntes que cruzaban por esa esquina.

El clima era fresco, pero agradable. Sin necesidad de utilizar demasiada ropa abultada para aguantar la temperatura... Segun ellos.  Algo más para agradecer ya que sería incómodo y tedioso pasar varias horas, plantados en un mismo lugar hasta que ese cumulo de papeles se acabasen. MyungSoo ofreció un folleto a una Mamá que pasaba con sus dos pequeñas hijas, al menos esa era la impresión que le dio, y luego volteo a ver al menor que permanecía callado y con la atención dispersa en nada fijo.

-Me cuentas o es algo muy secreto como para saberlo.-Dijo MyungSoo, dedicándole una sonrisa.

SungJong no respondió y continuo extendiendo su mano a cuanto pasase cerca de él, como si estuviese programado para hacerlo. No lo había escuchado.

-SungJong…

El menor siguió sin responder.

-¡Jongie!

Lee dio un respingo y lanzo una mirada fulminante a su amigo.

-¡¿Por qué gritas?!

-¡Porque no me escuchas!

-Si te escucho.-Carraspeo-. ¿Qué quieres?

Myung Soo frunció el entre cejo.

-Nada… Olvídalo.

Un grupo de adolescentes pasaron delante de ellos, tomando varios folletos que ambos muchachos entregaron. Si hubiese sido por ellos, le entregaban el montón, de una vez, para acabar pronto, pero claro que eso no ayudaría al evento. El menor suspiro y miro de soslayo a su compañero.

-¿Quieres que te cuente?- Pregunto, un poco avergonzado de su actitud reacia. Simplemente MyungSoo no tenía la culpa de lo que al él le sucediese.

-Si quieres…

SungJong tosio un poco antes de hablar.  Pensando bien, exactamente qué es lo que contaría.

-Bese a… Yadira.-Murmuro, cubriendo su rostro detrás de los papeles que se agitaban un poco a causa de la brisa, que repentinamente se había levantado. Quería evadir los ojos de sorpresa del mayor, sin embargo su mente ya había trabajado rápidamente una clara y real imagen de cómo, suponía, MyungSoo lo observaba.

MyungSoo sonrió, incrédulo de lo que escuchase, pero sonrió. ¿Qué era lo que le causaba tanta gracia? No era complicado de deducir. El hecho de que hubiese sido SungJong quien diera el primer paso, eso le parecía divertido. Aunque evaluando un poco todo, tampoco es que creyese que Yadira fuera capaz de hacerlo. Parecían, ambos menores, tan faltos de experiencia y correctos, que incluso daba la impresión de que su amigo hablaba de haber cometido un pecado. Luego retracto su opinión. Por fuera aparentaban ser suficientemente inocentes; si uno se detenía a conocerlos la cuestión cambiaba, por supuesto que no excedían el límite de locura que, comenzando en él y terminaba en SungKyu, eran capaces de cometer en ese extraño grupo de amigos.

-Y… ¿Cuál es el problema de eso? Digo… ¡La besaste, Jongie!-Tomo de los hombros del menor y comenzó a sacudirlo, exteriorizando, demasiado, su felicidad-. ¡La besaste! y ¡Tú diste el primer paso! ¡Esta genial!

SungJong se sacudió con fuerza, para soltarse de las manos del mayor.

-No, no está genial. Yadira ya no me habla. Es más, esto sucedió el lunes, cuando me fui del aula mientras tú te ensimismabas en tocar bien la guitarra. La vi pasar, la seguí hasta la planta alta. Ella se encerró en una de las aulas a ensayar y… bueno no sé. Me hipnotice y la bese. Qué se yo. El problema es que ya no me habla.

-Oh- Logro decir Kim.- Pero… Que detallista eres.- Pequeño sarcasmo que se permitió.

-Lo justo y necesario…-Dijo, evadiendo lo que realmente le estaba causando preocupación, y lo que había estado sucediendo durante esa semana, claramente alineado con Yadira. Necesitaba cambiar de tema, y llevarlo hacia alguien más-. Y ¿Tu con mi hermano?

MyungSoo arqueo la ceja.

-¿Queriendo cambiar de tema, Jongie? No vas a poder…

-¿Se han vuelto cruzar como animales en celo? Yo creo que no. SungYeol no anda de muy buen humor. Hasta parece que le viene haciendo falta una dosis…

Como había dicho antes, era solo superficial la inocencia del menor. MyungSoo entrecerró sus ojos, y fulmino al menor con la mirada, quien hizo caso omiso de esto y continuo hablando descaradamente de esa “No” Relación que tenía con el hermano de este. Y mientras pensaba seriamente en hacerle tragar todos los papeles que tenía en la mano para callarlo… Se preguntó que estaría haciendo Lee <<Seguramente lo que tendrías que estar haciendo tú con SungJong>> E inmediatamente recordó a que habían ido a esa esquina donde el viento soplaba sin fuerza, pero que resultaba bastante fresco de todas maneras.


SungKyu continúo caminando, ajustando un poco más su abrigo ante  el frio que estaba sintiendo su cuerpo. Había sol sobre la ciudad pero poco calentaba. DongWoo caminaba a la par, pegando los panfletos de vivos colores en cada poste de luz, pared o esas carteleras de anuncios que había en la calle. Gracias a Dios la locutora había decidido para ellos un barrio. Los suburbios. Más tranquilo que andar en el centro de la ciudad empujándose con gente. Pero el hecho de que tuviesen que hacer todas las calles a pie, no le agradaba mucho.

-¿No nos pondrá una multa por andar pegando papeles por cuanto lugar se nos cruce?- Pregunto un preocupado Kim SungKyu.

Jang no volteo a verlo y se detuvo delante de un muro y pego folletos uno al lado del otro.

-No. Stefania pidió permiso al municipio de la ciudad para poder hacerlo. Piensa en todo, menos en lo cansado que estamos.-Se quejó el menor-. Lo peor es que en cuanto ella se trata, te olvidas de que existe la libertad de expresión. No te deja decir ni “ah”.

SungKyu asintió. Aunque sabían que la menor no lo hacía de mala persona, como si fuera ama y dueña de sus vidas y los tratase como si fueran sus fieles súbditos.

-Está un poco desquiciada con todo lo del evento.- Argumento el mayor, por primera vez queriendo defender a la locutora.

-Ella lo propuso.- Respondió DongWoo.         

-Nosotros aceptamos y, como le dijo a HoWon, no obliga a nadie.- SungKyu medito un poco y entendió tarde que es lo que realmente aquejaba a su amigo-. Tu estas así porque no te mando a formar grupo con él, ¿Verdad?

DongWoo se quedó inmóvil y sus mejillas se azoraron a pesar del frio. ¡Ja! Había dado en el clavo.

-Con que es eso… ¿Cómo van las cosas con él?

El menor se encogió de hombros y luego los bajo. Un poco desilusionado o decepcionado.

-No van, Hyung…

Y es que realmente no iban. DongWoo había querido hablar muchas veces con HoWon, pero tanto que tenían que hacer; los ensayos con los alumnos, el trabajo y luego los ensayos con el grupo en que Stefania se  ponía mas exigente, no solo con respecto al baile, si no en que sus voces debían sonar y escucharse bien, terminaba con ellos en un estado apático y sin ganas de hablar. Si bien compartían horarios y DongWoo podía ver en los ojos del menor que había algo que quería decirle, muy probablemente lo que quedo  pendiente desde el lunes, finalmente no lograban tener un  tiempo a solas… Y justamente, y aunque costase creerlo, el había estado esperando a que la locutora los pusiese juntos para entregar folletos. Sin adolecentes, ni clases y ensayos de por medio, solo ellos dos haciendo el trabajo que él solo está haciendo en este momento, dado a que SungKyu tiene sus manos bien resguardadas en los bolsillos de su abrigo.

-Tienes que hablar con él.- Ordeno el mayor.

-No tengo tiempo. – Respondió, tajante pensando que Kim le tomaba el pelo.

SungKyu, increíblemente, saco las manos al frio y quito un poco de la cantidad de folletos que Jang tenía debajo de su brazo. Pues muy en claro no tenía las ideas en su cabeza, pero quería ayudar a su amigo. Que se desocuparan lo más pronto posible esa mañana. La tarde quedaría para los ensayos y… eso. Lastimosamente que ellos acabasen pronto, regresaran al conservatorio primero o ante de lo que se tenía previsto, no significaba que el resto haría lo mismo.

-Hagamos una cosa… Yo voy por aquel sector.-Indicando con su mano hacia la derecha de una calle-. Y tú tomas aquel otro. Terminaremos pronto. Nos juntamos al medio día en este punto…

Como ultima opción SungKyu pensaba que, si bien no contaban con que los demás terminasen al igual que ellos, llevaría a DongWoo hacia donde se encontraba HoWon con la excusa de que iban a ayudar. Levanto la vista hacia el cielo. El celeste era vivo y enérgico. Kim recordó entonces, sin saber porque, que WooHyun estaba con Hoya.

Y ahí iba de nuevo con su confusión. Erikka apareciendo de nuevo en su vida, aunque la hubiese visto solo una vez luego de dos largos años y WooHyun… El menor era… Bien no sabía que “era” pero no le daba lugar a la duda en cuanto se planteaba que la compañía de Nam era bastante cómoda, que él al verlo, porque se habían visto durante toda la semana, incluso esa mañana antes de salir a las calles, una sonrisa surcaba sus labios al instante. No recordaba que tales cosas hubiesen sido así con Erikka, pero la chica lo había movilizado bastante... Y WooHyun tal vez un poco más.

-Hyung, me voy. Medio día nos juntamos aquí, ¿entonces?

SungKyu asintió y vio alejarse a Jang. Debía ser aunque sea un poco más sincero, que no solo quería ayudar a su amigo. Él quería estar cerca de WooHyun.




Le hubiera gustado saber el  por qué de la emoción en su novio por caminar en el centro de la ciudad, con tanto apuro. Mirando de un lado a otro, buscando entre medio de la cantidad de gente, y preguntando a cuanto pasase por su lado, por el paradero de quienes entregaban esos folletos.  Erikka comenzó a cansarse de la actitud del joven que jalaba de su muñeca, tratando de que apresurase el paso. Ella se detuvo y tiro con fuerza de su brazo.

-¡JongHyun!... ¿Por qué tanta urgencia en caminar?- pregunto, quejosa, con un pequeño puchero en sus labios.

El menor solo la observo. Planto una sonrisa en sus labios.

-Una sorpresa, amor.- Respondió aunque no era cierto.

 Había alcanzado ver de reojo uno de los folletos que un grupo de adolescentes llevaba alegremente entre manos y que comentaban con efusiva emoción acerca de asistir a un evento. Si, estaba seguro que era el del Conservatorio. No solo porque, gracias a un contacto amigo, tenía la data de que se planeaba realizar un evento, en busca de recaudar dinero para detener  el desalojo de la fundación, sino porque al fin su novia había servido para algo. Escuchar durante la semana una radio que se le había hecho costumbre a la muchacha poner en el horario nocturno,  que casualmente había sido en la que Stefania trabajaba, y en el horario en que esta conducía, le había dicho que la cosa iba enserio. La publicidad. Buen truco. Acertado para poder convocar más gente. Ahora se veía con la obligación de encontrar a la locutora. No sabía bien el por qué, pero quería refregarle por la cara que no tenía sentido lo que estaba haciendo. Que era inútil tanto esfuerzo, porque el edificio de la fundación iba a ser demolido aunque se cancelara la deuda.

Jalo otra vez de su novia, que ceñuda lo observaba y regresaba a seguirle sus pasos, mascullando quejas entre dientes, poco convencida de la escusa que él le había dado.
                                                                                                                    
Ha JongHyun no le intereso. Si bien, salir a caminar al centro de la ciudad había sido una idea de él, para calmar un poco el mal humor de Erikka y el renuente reclamo de que la tenía olvidada, al llegar y encontrarse con medio mundo con esos folletos lo puso en alerta. ¿Qué pasaba si Stefania tenía éxito, y lograba juntar, incluso, más dinero de lo que se necesitaba para saldar la deuda? Probablemente Karjalainen se mostraría maravillado con la capacidad de la joven en lograr lo que se propone e insistiría el triple para que la convencieran de ser parte de la empresa, a lo que él suponía, volverse loco o poner en riesgo su puesto de trabajo en caso de conseguir o no que la chica aceptase. Para ambas situaciones, existía el mismo temor. Estaba varado en medio de una encrucijada o en  la unión de dos líneas rectas sin saber qué camino tomar.

El viejo y sus caprichos… Y Erikka que, en cuanto a actitud, era igual al padre.

<<No me haces caso>>

<<Esta pendiente del trabajo>>

<<Desde que llegue a Seúl, que me ignoras>>

Y bla, bla, bla… Su novia tenía un poco de razón, pero trataba de complacer a ese sujeto que posiblemente podría llegar a ser su futuro suegro. Aunque ya comenzaba a dudar, pese a que quería la presidencia de esa empresa, de seguir con Erikka. Pero cada vez que se ponía pensar detenidamente, llegaba a la misma conclusión, Erikka era hija de Karjalainen por ende un medio importante para lograr lo que él quería.

JongHyun suspiro y su mirada se escabullo en la multitud del centro de la ciudad. Por ahora debía encargarse de la locutora y tratar de que las cosas para esa mujer no salieran bien. Así Jukka dejaría de insistir.


El silbido salió sin proponérselo, primero despacio y luego demasiado alto. Yadira volteo a verla arqueando una de sus cejas.

-Yah… Deja de hacer eso. Es molesto.
Stefania entrecerró sus ojos antes de hablar.

-Para ti todo es molesto.- Mascullo y estiro sus labios una vez más y dejo escapar el aire por la pequeña abertura, en un sonido bastante irritante. De repente se detuvo y miro inquisitiva a la menor a su lado-. Tú tienes algo que decirme.

-¿Quién? ¿Yo?- Yadira se señaló a sí misma, sorprendida.

-No, el hombre de la cafetería de en frente.-Dijo con sarcasmo- ¡Pues claro que tú, mujer!

-Alucinas. No tengo nada para contar.

Stefania estaba evaluando pegarle con los folletos en su mano, pero no. Tenía una mejor idea para torturarla.

-Aja… ¿Ha poco crees que decidí armar grupo contigo por nada? Cuando podría estar haciéndole la vida imposible a alguien más. No me veas la cara de estúpida, Yadira. Puede que la tenga, pero no lo soy. Vi claramente cuando entraste al conservatorio que balbuceaste que tenías algo que decirme. Pues suelta. Soy todo oído… Ahh y no me vengas con el beso entre  Jongie y tú, porque ya lo sé y sé que es algo más.

Yadira amplio sus ojos sorprendida, mientras Stefania risueña, se cruzaba de brazos. Satisfecha del gesto que provoco en el rostro de su amiga.

-¿Cómo demo…

-Recuerda que es mi conservatorio.

-Te lo dijo SungJong.-Acuso la menor, sin pensar.

La mayor negó con su cabeza y sus labios esbozaron una sonrisa con atisbo de picardía.

-Por supuesto… que no. Yo los vi.

¿Los había visto? ¿En qué momento? Según recuerda, para cuando había llegado la directora ellos ya estaban separados, incluso, SungJong se estaba retirando del aula. ¿Cómo es que los pudo ver? Las mejillas de Yadira se encendieron al seguir escuchando a aquella mujer que continuaba hablando sin parar, desvergonzadamente.

-Me dio una pena terrible tener que romper con ese momento. Se veían tan lindos, tan románticamente cursi y empalagosos mientras la música seguía escuchándose…

Un momento ¿Qué había dicho? ¿Romper con ese momento? Estaba perdida.

-Por favor explícate, Stefania. ¿Cómo es eso de que nos viste? Y de que… ¿Rompiste el momento?

-Ha sí, es que para cuando yo llegue al aula, ustedes estaban en pleno auge. Entonces se me ocurrió que estaría muy bueno dejarlos solos. Me aleje de nuevo hacia las escaleras, deje pasar unos segundos y luego te llame. Si, sé que fue poco el tiempo que les dí, es que tampoco los iba a dejar a solas una hora, para hacer Dios sabrá que… Es que los niños de hoy en día tienen las hormonas tal alborotadas.

<<Esto es un tic>> Pensó Yadira al sentir el parpado de su ojo izquierdo, querer cerrarse y abrirse frenéticamente. Mas alborotadas estaban las hormonas y la mente de esa mujer delante de ella, que juraría en cualquier momento la mataría… ¿Y por qué esperar? Tenía que ahorcarla en ese momento, no solo por hablar de esa manera, creyendo que con Jongie podían tener… eso. Sino también por interrumpir. Porque si no lo hubiese hecho quizás las cosas con su amigo no estarían tan mal. Tal vez ella se hubiese atrevido a, a… La verdad no sabe que hubiera hecho, pero mataría a su jefa. Y estaba por hacerlo, sus brazos extendidos directamente para tomar del cuello de la mayor y apretarlo con una fuerza que no sabía que tenía, hasta que dos personas se le plantaron delante, frustrando sus planes.

Yadira observo a la pareja que parecía haber sido sacados de una portada de revista de modelos, mientras que Stefania frunció el entre cejo y aparto sus manos del cuello despacio.

-¿Qué quieres?-La directora pregunto hosca y tajante.

La menor miro curiosa. Sin entender el porqué de que su amiga se dirigiese de tal manera y a uno solo de ellos, cuando eran dos los presentes. Y en un comienzo creyó que se trataba de una riña entre Stefania y la rubia que las observaba con bastante molestia en el rostro, sin embargo el chico con una sonrisa perfilando sus blancos y perfectos dientes, fue el que hablo y con demasiado tono socarrón.

-No piensa entregarme un folleto a mí, Señorita Stefania.


-¿Cuánto nos falta?

-No nos queda mucho…

Murmuro WooHyun mientras echaba un vistazo al pequeño monton de hojas que tenía entre manos. HoWon asintió, bostezando por el aburrimiento de ese medio día. Los podrían haber mandado al centro de Seúl, donde había más movimiento, sin embargo están en un lugar que ni conocen de la ciudad y donde no vuela ni una mosca. Y sin mucho más que decir, entre ellos estaban bastante incomodos. Cada uno concentrado en sus propios pensamientos.

-Ya me canse de pegar papeles en cada poste que vemos.-Dijo SungYeol.

Con apenas una fina campera gris y un Jogging, el más alto ya comenzaba a tener frio y ponerse de mal humor. Día ventoso que le estaba jodiendo por demás su estado de ánimo. Claro que había querido ayudar a que se resolvieran rápido ese pequeño lio que se había generado en torno a Stefania, prácticamente se lo debía a la locutora por no insistir tanto durante la semana a que ayudara un poco más con ese proyecto, pero no podía con el cansancio de su cuerpo. Últimamente tanto él como WooHyun estaban saturados de trabajo en la empresa. Quizás él un poco más. Era abogado, claramente trabajaba para la firma del padre de Nam, pero cuando quería solía tomar casos que no venían en conjunto con su puesto en la empresa. Y de eso se trataba lo que lo había mantenido despierto hasta pasada las tres de la madrugada. Una mujer queriendo salir del país. Para eso no necesitaba un abogado. Pero esta mujer quería divorciarse antes de irse. Y venia acarreando el asunto hacia un mes atrás.

-Deja de quejarte, Yeol. Ya casi acabamos.-WooHyun continuaba caminando delante, seguido por un HoWon distante, que luego de haber discutido con Stefania, se había mostrado tajante con el mundo.


SungYeol sintió un escalofrió recorrer su cuerpo y se encogió un poco de hombros. Estaba tan dormido cuando su hermano lo levanto esa mañana que tanto como no desayuno, tampoco se abrigo. Y es por eso que quiere terminar cuanto antes para regresar al conservatorio y resguardarse en la  calefacción del edificio… Al menos quería un café y estar dentro de su vehículo.

-Incluso me da la impresión que terminaremos antes que el resto-. Continúo WooHyun.

Y era solo una impresión.




Era la dos de la tarde para cuando llegaron WooHyun, SungYeol y HoWon. Ni bien entraron al conservatorio donde los alumnos se encontraban sentados en el suelo del Hall apoyados contra una de las paredes, esperando hacías más de media hora a que los adultos llegaran, vieron que un Audi negro, parecido al de Nam, ingresaba a la cochera del lugar. Dos minutos después la figura de Kim SungKyu y Jang DongWoo marcaban su presencia en el hall.

-¿El resto?- Pregunto DongWoo. Impresionado de que la directora no estuviese aun.

Los menores respondieron un “no sé” y regresaron a la plática entre ellos. Sin dar más importancia. Jang suspiro.

Las cosas no habían salido como SungKyu planeo. Terminaron con  los folletos al medio día, pero de camino al conservatorio, para verificar que el grupo de Hoya aun no había llegado, se encontraron en un atasco por un accidente en mitad de la carretera. Dos autos colisionados. Allí estuvieron varados hasta que la ambulancia llego a recoger a las pobres victimas que a simple vista se habían hecho bastante daño, y siguieron esperando a que luego de una hora las grúas se llevaran a los vehículos a mitad de paso,  mientras la policía intentaba reorganizar el caótico tránsito.        Mala suerte. Al menos eso pensó DongWoo en ese momento, y saber que terminarían de ensayar muy tarde, tan tarde que ni él y Hoya tendrían ganas de hablar. 

Las puertas dobles del Hall se abrieron nuevamente. MyungSoo y SungJong entraban apresurados, temiendo a que le Directora ya estuviese y los regañara. Sin embargo ni ella ni Yadira se encontraban.

-¿Stefania?- MyungSoo dejo vagar la mirada por el pasillo  buscando a su jefa, pero no había rastro de la mujer. Su cuerpo se relajó hasta que escucho a quien le respondió.

-No llego aun.-Dijo SungYeol mientras chequeaba su móvil.

El profesor de canto trago efusivamente saliva por su garganta. Nervioso. Entre ellos no se dirigían la palabra, y él le dolía el hecho de no poder hacer algo para cambiar la mala imagen que había creado el hermano de su amigo acerca de él. No sabía si era por cobardía o timidez, la cuestión es que intentaba no estar lo suficientemente cerca del mayor, aunque en las coreografías creadas por Hoya y  DongWoo de vez en cuando sus cuerpos se aproximaban. Y más de una vez percibió una carga  sobre su espalda, a la cual el quería atribuírsela al mayor y a sus cortos vistazos hacia él.

Necesitaba de SungYeol. Lejos de una necesidad física, sexual, y que sus encuentros solo se hubiesen basado en eso, había sido reconfortante y de alguna manera mitigaba la soledad que solía tener. Ahora con sinceridad podía decir que estaba perdido, estresado y angustiado. Lo poco que tenia de su padre lo perdería en unos días, su madre que se reusaba dejar la casa, aunque MyungSoo le hubiese ofrecido llevarla a vivir con él, y buscar a su padrastro que no se encontraba en él país. ¿Dónde se había metido, justo en el momento en que la empresa más lo necesitaba? Y su madre, esa mujer no le facilitaba nada. Él quería saber, aunque no entendiese nada de Economía, necesitaba ver factura, libro diario, todo, porque estaba seguro que algo no encajaba en ese desastre de familia. Myungsoo camino detrás de SungJong hasta donde se encontraban los de más, entre esos su primo y SungYeol. Las puertas de entrada al conservatorio se abrieron una vez más.

-¡¿Quién se cree que es?! Le tendría que haber metido los folletos en el agujero de…

-Shhhh…- Eso y un codazo en las costillas de Stefania, es lo que utilizo Yadira para acallar a la directora, y esta no pudo más que mirarla furiosa por el intenso dolor de ese golpe. La menor señalo al Hall- Están todos acá, guarda silencio.- Murmuro. Y es que venia con con ese vocabulario poco decente hacia mas de una hora y temia a porque se le quedara pegado en su lengua.

Stefania miro ceñuda y paso una mano por todo su rostro para relajarse un poco… Lamentablemente no funciono. Lee JongHyun le había estrujado el ánimo.

-DongWoo, Howon ¿Qué hacen aquí? ¿No tendrían  que estar en el ensayo con los alumnos?

-Hace un momento que llegamos.-Dijo Jang, perplejo por el carácter de la locutora.

-Pues empiecen de una vez, que ya estamos perdiendo mucho tiempo.  El resto me espera en el aula A, y comiencen sin mí.

Stefania avanzo por el pasillo  dejando atrás a Yadira que quedo de pie en el Hall, cruzada de brazos. Los demás observaron la espalda de la mujer alejarse curiosos y sorprendidos por el mal humor de esta.

-¡He dicho que ahora!- Grito la Directora del conservatorio antes de encerrarse en su oficina con un portazo.

Y todos en el Hall se comenzaron a movilizar.


Hurgo carpetas y cajones. No dejaría ni un cabo suelto y si tenía que comenzar a hacer llamadas a las dos de la tarde del día sábado lo iba a hacer...

<<No creas que vas a tener éxito en esto>>

-Maldito…

No resulto una amenaza pero, si una advertencia. Se preguntaba porque parecía que se estaba ensañando con ella. Si apenas una vez se habían encontrado, en una reunión que no duro ni media hora, para bien de su salud, y para discutir un asunto que poco tenía que ver con el futuro de la fundación. ¿Qué demonios le pasaba a ese tipo? No podía decir que era por haber rechazado la propuesta de trabajar con Karjalainen. Sería poco serio que tomase esa actitud con ella por un asunto de poca envergadura. O al menos así lo era a su punto de vista.

Stefania dejo una pequeña pila de carpetas sobre su escritorio, tomo asiento en la silla y puso en marcha la lectura de todas las hojas de cada carpeta. Sabía que no tenía que preocuparse de más, que contaba con permisos y todo lo que hiciese necesario para hacer el evento, incluso releyó el contrato de locación del terreno donde se encontraba la fundación. Quería tener la certeza de que tenía todo en orden, porque las palabras y la mirada que le dedico Lee JongHyun la desestabilizo e hizo que un escalofrió recorriese su cuerpo hasta erizar sus bellos en los brazos.

Y ese encontronazo que tuvieron en el centro de la ciudad solo había durado minuto y medio en que una guerra se desencadeno  en donde solo hablo el abogado y ella solo lo observaba con altivez y soberbia.

<<No vas a poder conmigo…>>

-Imbécil.


-¡De nuevo!

La tarde había pasado tan rápido como un auto de carrera por una pista de 100 metros. El ensayo con los alumnos, luego de dos horas en que se bailó sin tomar descanso, acabo por ese día. Sin embargo para los coreógrafos de ese grupo aun le quedaba buena parte de la noche hasta poder decir lo mismo. Ahora se encontraban en otro ensayo donde la Directora del conservatorio era quien los coordinaba a ellos y a los otros cinco.

HoWon seco el sudor de su rostro con el borde de su musculosa negra. Se quejó.

-¿Qué es lo que está mal ahora, Stefania?

La joven suspiro, cansada.

-Que están bailando sin sentimiento y lo cantan de la misma manera… Tienen que hacerlo con pasión. Cada paso.

-Entonces hazlo tú.- Dijo el mal chico de todos los presentes.

Una corta demostración. Ella delante y el resto atrás. Yadira en una esquina encendió el reproductor de música y observo. Primero Stefania dio comienzo, y a los segundos retomaron los siete jóvenes. Stefania se detuvo y volteo a ver al grupo, he ínsito con una mano a que no se detuvieran.

-Quiero escucharlos… Canten- Grito para poder escucharse sobre la música.

SungKyu frunció el entre cejo porque justamente era él quien empezaba. Miro a WooHyun antes de ponerse en el centro, y este le indico con la mirada que no tenía caso discutirle a la joven. Mientras más rápido lo hicieran, mejor.

-¡Mas fuerte! ¡No tienen linda voz al vicio!- Dijo Stefania, y se ganó la fulminante mirada de los 7 muchachos.

A la mujer le faltaba el traje y era una dictadora. Miraba con fijeza las piernas, brazos, expresiones en el rostro, y escuchaba sus voces mientras permanecía rígida de pie con sus brazos detrás de su espalda.  Cuerpos sudados y agitados se movilizaban por el gran espacio de la sala. El frio en la calle y entre esas cuatros paredes se concentraba un calor que se enervaba cada segundo. Stefania bajo la cabeza y acaricio el puente de su nariz con la yema de sus dedos.

-¡Basta!-Grito

Y todos se paralizaron. Yadira apago el reproductor al instante. Con los ojos como platos se miraron uno a otros, sin entender nada. Estaban seguros que lo habían hecho mucho mejor. Yadira podía asegurarlo con firmeza que así era y que posiblemente su amiga ya exageraba con los chicos. La directora rasco su nuca.

-Está bien por hoy. Están cansados y yo también. Vamos a casa.- Dijo conciliadoramente.

Se sorprendieron aún más pero no pensaban discutirle nada.

En silencio cada uno retiro sus sacos y camperas que estaban sobre una mesa cerca del reproductor de música. Enteramente agradeciendo a que el ensayo acabase. Stefania pidió a WooHyun que no la esperara. El mayor asintió sin hacer preguntas. La joven se despidió de todos antes de regresar al aula, no sin antes avisar que el día siguiente los esperaba a las diez de la mañana en el conservatorio. Observo al grupo alejarse por el pasillo de la segunda planta y presto demasiada atención a un HoWon que caminaba delante de todos, apresurado, y a DongWoo que lo miraba, varios pasos atrás, con cierta desazón y abatimiento sin hacer reparo de SungKyu que le hablaba a la par.  Luego desaparecieron por las escaleras. La Directora negó con su cabeza y volteo. Se llevó a alguien por delante.

-¿Qué no ves por dónde vas?- Pregunto Yadira con el entrecejo fruncido. Stefania se sorprendió de verla-. Vaya amiga eres ¿No? Tenemos que hablar.- Dijo la menor casi quejándose.

-¿De qué?-Pregunto la mayor casi inocentemente. Yadira quiso comerla con los ojos-. ¡Ohhhh!... Con que ahora si quieres contarme lo que no me quisiste contar cuando te pedí que me contaras...




<<SungKyu hyung, ¿qué te parece ir a tomar un café?>>

El locutor miro hacia un lado y sonrió. DongWoo se había ido hacia un momento y quedaba él y WooHyun quien se despedía de los hermanos Lee que comenzaban a poner en marcha al Toyota. ¿Qué necesidad había de preguntar tal cosa por mensajes cuando estaban a unos pocos metros? Y aunque pareciese ridículo, a SungKyu le agrado el gesto.

<< ¿En estas condiciones?>>

Presiono en la pantalla la palabra enviar y guardo el móvil en el bolsillo de su saco. No esperaba una respuesta por vía mensaje de texto, así que volteo a ver al menor.

WooHyun sonreía mientras quitaba la vista del celular para ponerla sobre él.

-¿Qué condiciones, hyung?- Pregunto el moreno, con una sonrisa burlista en sus labios.

-Estas...-SungKyu se señaló a sí mismo. Sus manos indicaban desde los hombros hasta la planta de los pies. WooHyun no entendió-.  Estoy todo sudado. Prefiero ir a casa a por un baño.

El menor comenzó acercarse con un pequeño mohín en sus labios e inclinando su cabeza a un lado. Kim lo observo. Ese pequeño puchero hacía ver a Nam demasiado enternecedor, lo suficiente como para que su corazón alterara sus pulsaciones. Algo más que no conocía de ese chico, y que, pese a que fuese un tanto molesto el aegyo, se le daba bastante bien... Tan bien que SungKyu hubiese querido inmortalizar ese rostro en una foto.

-Hyung...-Murmuro el más joven-. Por favor no te ves mal. Yo menos. Además es solo un café.

SungKyu no respondió, parecía estar pensándolo. <<No hace falta que lo pienses tanto>> La voz de su mente tenía razón. Estaba cansado y era innecesario debatir entre salir o no salir. << ¡Alto ahí!, no abras esa maldita bocota. Hasta que yo lo diga>> Esa voz tenia parecido a... <<Se, se, se. Stefania. Es que es tan molesta que se me pego. O es contagiosa. En fin, ¡NO LE DIGAS QUE NO!>> Su conciencia estaba un poco alterada. Y él, también. Para que negarlo. ¿Salir otra vez con WooHyun?

-Vamos, SungKyu Hyung.  Aparte me debes lo del sábado...

-Está bien.- Respondió decididamente, Kim.

Nam quería saltar en un pie, pero recordó que era adulto, con un título profesional obtenido en los Estados Unidos, Gerente Comercial de una empresa y... Que ya había hecho el ridículo en cuanto comenzó a rogarle al mayor para que aceptase. Incluso era bobo el haber enviado un mensaje, cuando lo tenía a contados pasos. No importaba, SungKyu había aceptado. Y aunque no valiese la pena, porque Nam estaba seguro que el mayor era en su completa esencia Heterosexual, él quería seguir compartiendo tiempo con ese chico. Aunque jamás fuese correspondido.


...
...

SungJong  corrió las cortinas de los ventanales de la sala. El bordo oscuro de la tela gruesa, no permitía el paso de la luz de la calle. Mejor así, Pensó. Necesitaba que nada se viese hacia afuera. SungYeol desde la puerta de la cocina lo observaba.

-¿No es aun temprano para que  las corras? Mamá suele hacerlo a la media noche. Cuando se está por ir a dormir.

Era cierto Sun Ji lo hacía minutos antes de apagar todas las luces de la casa e irse a la cama. Lo cual siempre era muy tarde. Y en este momento apenas eran  las 10:17 pm o eso es lo que decía el reloj colgado en la pared a un lado de la fotografía ampliada de su padre.

-¿Te estas por ir a dormir? ¿Sin comer?-Pregunto curioso SungYeol, olvidando por completo que había dejado la comida sobre la ornalla ya encendida.

-No. Es solo por seguridad.- Y al instante de decirlo se arrepintió. Su hermano lo escruto con la mirada.

-Estas enterado ¿No? Que vivimos en un barrio con seguridad privada, y todo alrededor amurallado, ¿Verdad?

SungJong quería abofetearlo por esa insinuación de que era un completo idiota. Pero SungYeol lo mataría sin problema alguno, y sin duda era un idiota por la escusa más irracional que podía haber dado.

-Y ¿Quién dice que no tenemos un loco asesino a sueldo como vecino?- Agrego SungJong, y medito bastante tarde a que era mejor que se callara o que simplemente hubiese dicho que corría las benditas cortinas porque tenía ganas.

-¿Que te traes, Lee SungJong?- SungYeol se apoyó contra el marco de la puerta, cruzado de brazos, intrigado por saber que sucedía con su hermano.

-Nada-Dijo encogiéndose de hombros haciendo de cuenta que realmente estaba todo bien.

Y la verdad era que no. Pero no pensaba hablar de ese asunto con su hermano cuando, con quien correspondía hablar era con Yadira. El beso de días atrás poco tenía que ver con lo que le daba vueltas en mente pero si estaba relacionado con la joven. Eso es lo que suponía. Ese maldito papel que había encontrado al salir de la universidad el día lunes “No te acerques a ella”, si bien no le había asustado, si lo había movilizado bastante como para dejarlo nervioso. Podría alegar que se refería a Stefania con “ella” pero eso era imposible. La mayor se veía como un siglo más grande que él, más que hermana parecía tía, y por cómo se podían tratar entre ambos, definitivamente era una relación más fraternal que otra cosa. Sin embargo con Yadira siempre era distinto. Las miradas que él le dedicaba a su compañera de trabajo, su forma de tratarla, siendo delicado y sutil. Era notorio lo que le sucedía a él con ella y siguiendo ese sentido, claramente alguien más fuera de su entorno también lo había notado. Alguien que SungJong no conoce, pero de más está decir, que a Yadira sí.

¿Y por qué aun no lo había hablado con la joven? Ciertamente cree que se entrometería mucho en la vida de la chica. Aunque él no había buscado que le dejasen ese papel, y no mentía al decir que sentía el peso de mil ojos observándolo constantemente. Y para apuntar algo más, no sabía cómo retomar la plática con Yadira sin sentirse estúpido por el impulso bien correspondido ya que Yadira parecía no querer saber nada con él.

-¿Tiene que ver con la chica?-Interrogo el mayor.

-¿Que chica?

-¡Yah!-Sungyeol se había enderezado furioso- Yadira ¡¿quien más’!

SungJong se puso rojo. ¿Por qué tenía que ser tan obvio cuando se trataba de Yadira? Aun así se apartó de la ventana hasta la repisa con DVD, a un lado del mueble con el televisor, y observo las cajas intentando  disimular “normalidad”

-Que te importa.

-Me importa porque...

-MyungSoo- dijo de pronto el menor, casi sonriendo socarronamente-. Tendrías que hablar con él. Creo que te extraña.

-¿En serio?- soltó inmediatamente casi incrédulo y emocionado y luego dándose golpes mentales por ello-. ¡Eishhh! ¡SungJong!

El más alto se dispuso a salir corriendo detrás del menor, hasta que este pareció estar atento a algo más.

-Y… ¿ese olor?- pregunto al olfatear un aroma desagradable, a algo quemándose.

-Es la comida que...

SungYeol dejo a medias sus palabras, observo a su hermano que tenía una caja de DVD en sus manos, en suspenso entre ponerlo de nuevo en el estante o elegirla como la adecuada para ver esa noche en su habitación. Este le regreso la mirada, asustado.

-¡La comida!

Para cuando llegaron a la cocina era tarde. La cacerola emanaba un humo negro y espeso, con un leve olor a cebolla tostada y ennegrecida y comenzaba a contaminar el ambiente de la casa. Ambos suspiraron.

-Cerraste las ventanas, pues ahora debes abrirlas a todas, incluso la puerta de calle.

SungJong carraspeo entre dientes, pero aun así lo hizo o morirían por asfixia.

-Es tu culpa, hyung.-Acuso el menor.

 SungYeol no hizo caso. Estaba frustrado porque era un hecho que ellos sin su madre eran un completo desastre que a duras penas e increíblemente estaban logrando sobrevivir por esa semana. Cada día resultaba ser una odisea para ambos. El mayor de los Lee dejo la cacerola debajo del agua que caía de grifo del fregadero y abrió la ventana de la cocina. No se iba a poner a cocinar o hacer el intento nuevamente. Ni el cuerpo ni la mente le daba para eso, mucho menos desde que SungJong le hiciera recordar a MyungSoo.

Y su cerebro se ocupó de hacerle añorar un poco la presencia y esencia  de ese chico.

...
...

HoWon salió del baño, destilando olor al enjuague de frutos verdes en sus cabellos apenas secos.  Vestía una camiseta morada que bien recuerda había sido un regalo, sin festejar algún día especial, por parte de su "ex" mejor amigo, y un pantalón color aceituna. Los calcetines negros en sus pies, y para Lee no había necesidad de fijarse en el espejo de su habitación para saber que era una combinación horrorosa, pero, sin embargo, era lo bastante cómodo para andar en el departamento.

Sábado a la noche y el solo, y sin nada que hacer, aunque de alguna manera realmente prefería estar ahí, antes que en cualquier otro lugar. Salir a las 9 pm del conservatorio era motivo suficiente para tirarse en su cama y no mover ni un dedo, salvo para cambiar de posición. No es que pensase irse a dormir a las 11pm, pero necesitaba relajar un poco su espalda en su mullido colchón de dos plazas. Pero antes de eso necesitaba comer algo. Estaba con el desayuno de esa mañana y no había vuelto a tocar bocado alguno en todo el día, sobreviviendo con esos jugos que parecían hechos solo para deportistas. Stefania tenía un refrigerador lleno de esa bebidas en la cocina del conservatorio, pero nada solido que comer, más que galletas dulces pero HoWon comenzaba aborrecerlas luego de consumirlas cada día de la semana.

El profesor levanto el teléfono inalámbrico que reposaba sobre la mesita esquinera dentro de la sala, y marco el número de un local de comida rápida, a pocas cuadras del edificio en el que vivía. Llamaba y luego de tres tonos lo atendieron. Escucho la voz de una muchacha al otro lado de la línea, que recitaba con cansancio el nombre del local. HoWon realizo su pedido y mientras la joven cantaba de memoria un listado largo de marcas de soda para que eligiese, los ojos de Lee capturaron la imagen de la ciudad que la ventana de la sala le permitía ver. Se dejó embelesar. En realidad no era una gran vista; la ventana era de proporciones medianas y no tenía salida al balcón, para eso debía ir hasta su habitación donde se encontraba el ventanal, pero aun así, y aunque apenas si eran unas luces de las farolas de la calle o de los departamentos de los edificios aledaños lo que lograba ver, le fue suficiente para que ese sentimiento de nostalgia se apoderara de él. Su cabeza trajo a colación a DongWoo.

¿Qué podía tener que ver con Jang esas luces poco llamativas? Nada, absolutamente nada, pero HoWon lo tenía muy presente. Quizás fuese la noche de un sábado sin nada que hacer, cuando hace un mes atrás podría decir que lo podía ocupar con una competencia de bailes en el centro de esa sala, luego de correr un poco lo nubles para dejar lugar a los grandes pasos de coreografías recién inventadas por él y DongWoo. Si, seguramente era eso y extrañar la estrepitosa carcajada y el positivismo por la vida del mayor.

-Disculpe, señor ¿Continua ahí? ¿Me escucha?- La joven del otro lado de la línea sonaba impaciente. Hacía poco más de un minuto que estaba esperando a por una respuesta del cliente.

-Oh! Si, si, sí. Disculpa… ¿Me decías?

-Le repito: tenemos…- HoWon sintió algo de vergüenza cuando escucho a la muchacha suspirar con cansancio al tener que comenzar nuevamente con esa eterna lista de sodas.

Al final se decidió por una Coca Cola Zero y en lo que demoraba en llegar su pedido, se dispuso a tomar asiento en el sofá de dos cuerpos y a hacer zapping en el televisor para ocupar un poco el tiempo. Alumbrado por la luz que despedía la bombilla en el centro del techo y con una película de acción, poco interesante en la pantalla del Led, HoWon intento estirarse a lo largo del sofá, sus piernas flexionadas para poder caber mejor y sus brazos detrás de su cabeza. Mal hecho, sus parpados pesaron el doble y comenzaron a traicionarlo. Empezaba a poner un gran esfuerzo de su parte para mantenerse despierto, por lo menos hasta que llegase el delibery, pero incluso tenía pocas ganas de levantarse y dar una vuelta por el apartamento para despabilarse. ¿Cuánto más hacía falta esperar? En menos de 30 minutos le habían dicho y ya había pasado 15.

Un bostezo salió de sus labios, y hasta sus ojos comenzaron a lagrimear. Incluso esa ducha había logrado relajarlo tanto como para dormirse. ¡Dios! Tenía mucho sueño y pocas fuerzas para pelearlo. El cansancio lo domino en cuestión de segundo y sus parpados se cerraron firmes a no volverse a abrir. El timbre sonó y se escuchó por todo el departamento, despertando a Lee asustado, que ni bien se puso de pie apresurado por atender, se enredó con ellos mismo, cayendo de geta al suelo.

-¡Auch!…-Dijo en medio de un quejido en lo que se levantaba de suelo, y masajeaba su barbilla-. ¡Voy!.- Otra vez sintiendo pena de sí mismo.

¿Cuánto tiempo se había dormido? Tenía la equivocada idea de que llevaban tocando el timbre un buen rato, pero en realidad ni bien se durmió, llamaron a la puerta. HoWon paso las manos por sus cabellos intentado acomodarlo, recordando tarde que no había hecho ni por pasarse un cepillo en esa cabeza. El timbre sonó de nuevo.

-¡Ya voy!-Dijo nuevamente.

Sin dar más vuelta abrió la puerta sin si quiera echar un vistazo por la mirilla de esta.

-Hoya...


El rostro serio y confuso de DongWoo fue lo único que vio. HoWon  quedo aturdido. No lo esperaba y sin embargo estaba feliz de tenerlo ahí. 




---------------------------------------------------------------------------------------------




Que tal??' No me maten... Cuanto tiempo paso??? Casi tres meses... me desapereci por completo. De verdad mil disculpas, he tenido problemas para hacer este cap. Lo habia empezado pero luego lo que habia escrito, y era una buena cantidad, desaparecio. Se borro o no sé que carajo sucedio, pero no estuvo mas, asi que lo comence de nuevo. Luego emmm... trabajo, incluso mañana entro a la cinco de la madrugada a trabajar asi que mucho tiempo no tengo jejejjee pero bueno, lo hice un poco larguito como para remediar mi falta de cumplimiento. De verdad mil disculpas.

Bueno emm vamos al fic.... jajaja no vamos nada XD jajaja espero solo que sea de su agrado jajaja no sé si alguien seguira leyendo este intento de historia. Espero que si...

Y... hablamos de Infinite y Back... estoy muy contenta hemos superado los dos millones y medio de visita en el MV, asi que espero aqui sentada por que la WOOLLIM cumpla y no me trollee XD jajaja Aunque se hizo demorar bastante esas visitas, asi que he estado un poco molesta estos días, comenzando de que solo le hemos dado un solo premio a los chicos cuando claramente, luego de tanto esfuerzo y tremenda cancion, se merecian mucho mas. Ni hablar lo del Inkigayo... una dele Twittear hasta quedar sin huellas en los dedos, y dos grupos antes de que este Infinite nos cambian, o mas bien, no enteramos del HT... Si alguien me tiene en twitter sabra que mande a la m***** a todo XD jajaja no era justo, simplemente eso... pero bueno se mueve mucha mano negra ahi, no??? Lo unico que me alivio fue el WOOGYU al final, tomandose sus manitos.... CARAJO!! andan de pegotes... ES REAL jejej literalmente...









Estos tienen algo a mi no me joden jajaja que me pongo loca XD jajaja me pueden, los 7 me puede, pero estos dos ahhhh... se pasan. Me han hecho muy feliz estos dias. Enterarme hoy, que fue el solo de Namu y que luego canto con Gyu Delicious de ToHeart... jajajja WTF?? jajaj mori... Peor que me dijensen que le pregutaron a WooHyun cual era su miembro preferido, y este se acerco a Gyu y le sonrio... Naaaa... No saben como me puse. Caminaba por la calle y soreia boba. Quiero mas de ellos... jejeje espero que en el solo de Gyu este Namu... estoy segura y va a ser para morir, eso espero jejeje


Que mas decir??? Emmm... estoy haciendo un one shot del woogyu, pero ni idea de para cuando estara listo. En unos días publico el siguiente cap del El Trebol de la Luna, no quedan mas que dos cap para que finalice... Y... pues no sé. Ando enamorada asi que no me hagan mucho caso.


Por favor sigan reproduciendo Back hasta el cansancio. Y sigan apoyandolos, que sepan que estamos ahi para ellos, pese a todo. No se dan la idea de lo mal que me hace solo darle un premio... Asi que intentemos hacer ver que los premio de esos programas no lo es todo, que la canción es excelente reproduciendo el MV...  Ahhhh... me pongo triste de tenerlos lejos y no poder expresar mi amor XD jajaja Ayyy que me pongo melancolica jajajaj Oh si, mi hermana escribe un fic  MYUNGYEOL asi que si quieren se pasan, lo leen, y comenten... jejeje



Bueno me despido... Intentare escribir mas rapido jejeje Nos leemos.

Gracias...


P/D : Hoya, Jongie, y Yeol tuvieron novia???  

P/D: No seas porfiado y quedate sentado hasta que te recuperes... Mi vida, por favor recuperate pronto...

P/D: WooGyu, me hace feliz... Yo me juego a que son pareja, Osea namu se resfrio xq Gyu lo contagio... y el resto de los miembros mas sanos que nunca... No sé pero es sospechoso XD