Madness, dependiendo de como lo veas, puede ser tan atractivo y excitante,como algo desesperante y esquisofrenico...
lunes, 16 de diciembre de 2013
Trébol de Cuatro Hojas. 1° Parte
Primera
Parte
Luna...
Por qué abecés puede ser tan hermosa, como nostálgica
y envolvente. Cerrándote, cubriéndote en las fauces de los recuerdos.
Sentimientos lastimeros...
Pero incluso así suele ser liberador, caminar bajo la
luz no solo de los faroles de la calle, sino también por esa viviente y
particular luna que parece seguir sus pasos.
A pesar de que el frio invada hasta en los más
siniestros recovecos de la ciudad, aun así el instinto por seguir bajo esa
soledad inmutable que lo oprime todo.
Observar por todos lados, tratar de distraerse,
olvidar y dejar ir. Pero latente la sensación desagradable, que ya no puede
más. Que seguir le cuesta más de lo esperado, que incluso presiente que
trastabillara al final del camino y se dejara caer por ese precipicio, hasta
tocar fondo.
¿Angustia? No sabría decirlo. No tiene la certeza de
saber que es.
Pero Nam Woohyun se encuentra perdido, por su reciente
descubrimiento.
...
...
-Desaparece... ¡Lárgate de aquí!
Porque en cuánto más de uno, se ha percatado de su
singularidad, tan oculta, no han pensado más de dos veces en apartarlo, en
cargarle un asco, que reprime toda emoción.
Ni lágrimas, ni lastima. No puede sentir nada. No le
interesa. Cumulo de piedras sobre su espalda, solo por poseer o querer de
manera diferente.
Acoso, hostigamiento, pero decidido a hacer frente a
cada palabra, a cada insulto, ignorando y endureciendo su corazón, al punto de
llegar a pensar, si se atrevería a amar alguna vez.
Caminar por los pasillos de la universidad, y ser
perseguido por ojos, que lejos de curiosidad, solo se encargan de recordarle
que es una aberración de la naturaleza. Ni le hace falta escuchar el murmullo
de ellos, porque sus mínimos movimientos de cabeza, sus miradas de odio hacia
él, delatan cada uno de esos pensamientos mezquinos y de aversión.
Y abecés Nam se preguntaba...
¿Seré el único en esto?
...
...
<<Arderas en el infierno>>
Y jamás faltaba el fanático religioso, con sus
comentarios. Perseguido hasta el punto de buscarlo por redes sociales,
recordándole su pecado, su error por nacer.
Porque hasta ese punto tan escandaloso habían llegado.
Hasta la puerta de su casa. Un día con sus pequeños libros de hojas
extremadamente finas, queriendo o intentando, según ellos, que entrara en
razón, y pidiera a Dios para que lo libere de ese demonio interno, que lo ata
al infierno.
Otras veces, simplemente lo gritaban desde la acera.
Jóvenes, adultos, sin "discriminación" de edad. Los supuestos buenos
y casi puros de almas, con derechos otorgados por ellos mismos de considerarse
ganado el cielo infinito. Porque son buenos y libres de pecados... Pero
aun así de pulcros y de buen ver por fuera, son lobos disfrazados de
cordero.
Insólito utilizar una frase que sin mal no recuerda,
fueron esos mismos religiosos quienes se lo habían dicho.
Porque Woohyun a pesar de su gusto sodomita,
como habían etiquetado al monstruo que domina su alma, es un joven de 20 años
simple, normal que aparte de trabajar y estudiar, ayuda a una fundación de
niños huérfanos. Discriminados también por ser hijos de nadie.
Hijos bastardos
...
...
Por qué el transcurso del tiempo, de segundos,
minutos, horas, días... No han hecho por mejorar la situación. Llegar a su
hogar y las cosas, la convivencia se vuelve violenta, fría, distante.
Acosado hasta por la familia...
Vergüenza... Exactamente era lo que
sentían sus progenitores, vergüenza por el hijo que habían concebido, y traído
al mundo. Porque tampoco hacían el intento de no demostrarlo, de tratar de
entenderlo, ayudar a superar lo que carcome sus entrañas, cada día de su vida.
Ojos vidriosos... No sabría
distinguir si por la zozobra o la ira que le produce, tener que cargar con un
hijo que a puntos de vista del resto, es diferente.
Adulto, inteligente e independiente... Pero abecés no
alcanza. Y por momentos Nam Woohyun pensó que sí, era una rareza, que algo
estaba mal genéticamente en él, que estaba enfermo...
...
...
Un cristal perfecto... Un
hermoso y bello cristal que comienza traslucir un rojo claro...
El agua fría de la ducha cae sobre su espalda. Las
gotas descienden rápido por su cuerpo, hasta tocar el bálsamo carmín, donde él
se sumerge... Donde se encuentra ese pequeño objeto plateado de contornos
afilados. En los más profundo.
Sus cabellos mojados, y la gotas recorren su rostro, y
en momentos no logra distinguir si lo que baja de sus ojos es agua... o
lágrimas.
¿Se está dejando ir?... Sucumbir
ante el problema, no es lo que quiere. No es lo que intenta. Es solo querer
quitar una duda. Buscar una explicación a tanto escándalo... A esa ebullición
de rechazo...
Levantar su brazo hasta dejarlo a la altura de su
vista... Y no ubicar nada, que lo distinga.
Y la decepción puja a ese suplicio que lo aprisiona
dentro de esa cárcel sin salida...
Es sangre... roja.
...
...
Algo de sueño, presionan a sus parpados para cerrarse.
El ruido de los pasos, o el barullo de las bocas
ajenas, son su despabilamiento, en lucha contra Morfeo.
Un nuevo comienzo... Más bien
un escape, lejos de su realidad lúgubre.
Decisión precipitada. Y permanece confuso de no saber
si es lo correcto, o simplemente ameritarse a la palabra cobarde, por
huir ante los inconvenientes.
La espera se hace larga. Parece haber un retraso, y
quizás la ilusión de que esos dos aparezcan en algún momento, con emociones
escandalosas, y lo detengan en su acto de fugarse, crean un halo de esperanza
en su ser.
Pero no sucede nada...
Los altavoces suenan. La voz de una mujer se escucha
en cada rincón del aeropuerto. Y Nam Woohyun aísla sus emociones, y comienza a
caminar.
Irlanda...
...
...
No podrá negar que por momentos ha dejado albergar
algo más que la inquietud y la incertidumbre de un país desconocido.
La calles, las personas, cultura... todo demasiado
ajeno y nuevo.
Woohyun observa de un lado a otro, quizás embelesado
por lo curioso de lo que lo rodea. A olvidado un poco el acongoja miento de
horas atrás, incluso tiene la sensación de libertad. Una mochila en su espalda
y otro bolso en su mano.
Conocimiento de inglés fluido, y no le ha costado
comunicarse con los recepcionistas del hotel.
Llamativo, su
habitación no muy grande, pero es suficiente como para dos personas, aunque es
un viaje que ha hecho para estar solo, y encontrarse con sí mismo.
Descubrirse un poco más, y extraviar esa angustia que
perturba su vida.
Una cama de dos plazas tendida con sábanas blancas,
con las iniciales doradas del hotel en los bordes. Un plasma de 48 pulgadas
delante, el guardarropas, una pequeña
sala para recibir personas aunque él no plantee hacerlo. Sofás blancos, mesita
de vidrio en el centro, y el balcón con una espléndida vista.
No pasara mucho tiempo en esa ciudad, no más de dos
días. Sus pretensiones son un poco altas y es que hay un lugar que ha querido
conocer en el mismo momento en que reconoció que era un opuesto a lo normal.
Cuando todo comenzó.
...
...
Dublín...
De noche era extravagante. De todo un poco para
entretenerse, música en las calles, clubes y varios puntos más.
Sin embargo Nam, opto por empezar en Temple Bar. Una
gran aglomeración de jóvenes, por las calles del barrio. Curiosamente muchos
extranjeros. Se detuvo una hora en el Thunder Road Cafe, a comer algo. Y sus
ojos observaron cada detalle del local y sonrió un poco.
Fantástico, excéntrico... Motos pegadas en la pared, otras en un
cristal sobre la barra, figuras de indios caciques, de hombres vestidos de
traje negro, cantando lo que parecía ser Jazz o blues, por la apariencia que
despedían.
Multitud de gentes, y la mayoría en grupos grandes de
amigos.
Llego a tener en cuenta que debería haber buscado una
compañía para tal viaje, sin embargo no tiene confianza con nadie en su país.
Pero no dejaría que sus recuerdos lo acosaran.
La soledad en ese instante se sentía bien...
...
...
Aventurarse un poco más...
The Dragon, un superpub, que se
encuentra por la calle South Great George's Street. Casualmente para la
comunidad gay.
Música alta, hombres con demasiados fetiches que le
hicieron sentir exageradamente extranjero, y de una sociedad demasiado
conservadora.
Hombres que quizás pasaban su límites de amanerados,
otros que se besaban sin problema alguno, sin importar quien los viera, pero
ahora que se ponía a pensar en ese lugar solo concurren gays, aun así no le
quita que donde viene, hasta demasiadas muestras de cariño en público está mal
visto, aunque se tratase de parejas heterosexuales.
Woohyun tomo asiento en una de las baquetas cerca de
la barra de tragos, pidió una cerveza, y se entretuvo escuchando un poco de
música.
Bruno Mar, y el ambiente parece tranquilizarse.
Dejando de lado lo exuberante de las parejas.
Su ojos viajaron desde una punta a la otra del lugar,
y una cabellera roja que se movilizaba entre la gente del pub que bailaba casi
de manera cursi, de manera romántica, como profesando el amor que se tenían uno
por el otro, llamo su atención.
Y sorpresivamente... Era un asiático.
...
...
El alba viene asomando...
Y Woohyun siente el fresco de la madrugada sobre sus
brazos. Se coloca su chaqueta de cuero sobre su cuerpo, y continúa caminando.
Phoenix Park...
Tendría que estar durmiendo, sin embargo quiso pasar
por ese parque, conocer un poco más de la ciudad, antes de irse esa misma
tarde. Las copas de los arboles danzan ante la brisa que surca en el ambiente.
Hay algunas personas dando vueltas a pesar de la hora.
Varios acostados en el césped observando el cielo que va queriendo tornarse
anaranjado o rosa. Hizo lo mismo y luego el trote de unos cervatillos cerca lo
distrajo.
Los animales se movían curiosos. Intento acercarse a
uno pero salió huyendo. Asustado de él. Sonrió abiertamente, complacido. Una
sensación extraña se agitaba en su interior...
Una independencia proclamada...
Respiro un poco más de esa libertad inusitada que
inundaba su cuerpo de entusiasmo, sus ojos cerrados, y con su rostro al cielo.
Y al abrirlos, un rojo intenso se interpuso en su
campo visual... Ah varios metros de distancia, nuevamente el asiático pasaba
caminando...
...
...
Cerca de perderlo, pero tomo el micro a tiempo.
Un viaje del cual no tenía conocimiento alguno en
cuanto podía durar, hasta llegar al punto final. Bostezos que se escapan sin
permisos de sus labios, es que realmente no durmió demasiado.
Sentado al lado de la ventanilla del micro, con su
móvil en mano. Navegando por internet. Para entretenerse. Ni mensajes, ni
llamadas, ni redes sociales. Nada de comunicación con sus padres, ni ellos
hacia él, ni él hacia ellos.
La familia es la familia...
Sin embargo Woohyun siente que esa tranquilidad que
hubo en su hogar hasta que se conoció todo acerca de su intimidad, se quebró en
mil pedazos. Y no volverá a ser jamás.
Porque el recuerdo de su ´padre gritando que moriría
de sida, que su forma de ser era antinatural, y una clara muestra
de que necesitaba ver a un especialista para curarse, y su madre llorando
por la mala noticia, por el echo catastrófico que azotaba en sus vidas,
se han sellado en su piel y en su alma, para siempre.
Y porque los quiere y los respeta... Su decisión ha
sido esa, viajar por un tiempo, y darles lugar al descanso. Pero al regresar
probablemente no volverá sus pasos a esa casa donde creció, muy probablemente
decida tomar otro vuelo y detenerse en algún otro país, y crear nuevos
cimientos.
...
...
La noche comienza a llegar, y el cuerpo de Nam empieza
a lucir incómodo. Demasiadas horas de viaje y aún queda un largo trecho por
seguir sentado.
Ah pasado el tiempo entretenido en leer, observar
algunos paisajes, y dormir. No hay demasiadas personas a bordo del micro, y el
ambiente es ligeramente propicio para descansar.
Su bolso y mochila de viaje a un lado, ya que el
asiento no ha sido ocupado.
La luz de la luna llena se cuela en cada uno de los
vidrios de las ventanillas. Y podrían correr las pequeñas cortinas para que el
destello no ingrese, sin embargo los pasajeros observan el cielo azul impecable
con esos puntos titilantes en el firmamento.
Hurgo entre sus pertenecías y saco su iPod junto con
los audífonos. Un poco de música para relajar sensaciones, y acompañar esa
hermosa perspectiva de la vida. Algo que no había llegado a considerar en mucho
tiempo...
Últimamente
eh estado, eh estado perdiendo el sueño
Soñando
con la cosas que pudimos haber hecho...
Counting Start de One Republic es la primera canción
que encuentra en su lista... Y por momento se haya recordado cabellos
rojizos...
Estaremos,
estaremos contando estrellas...
Y el no percibe que ha logrado captar la atención de
alguien más, sentado varios asientos tras de él...
...
...
Madrugada...
Y Woohyun piensa que de tan largo el viaje, durmió
demasiado, y al llegar al Hotel no encuentra ganas de tirarse en la cama.
Encuentra todo a su alrededor tan extraño, pero sin
sentirse mal. Su inesperado viaje, que lo planeo hace un tiempo, pero preparar
los bolsos y mochila, de esas grandes que utilizan los viajeros cuando se
proponen más allá de una excursión por la naturaleza, sin aviso alguno, sin
anunciar que se iba por un buen
tiempo...
Fue una decisión arrebatadora...
Y no hay culpas de haberse ido de lo que fue un día su
hogar. Es que Nam en este momento se ha vuelto un torbellino de emociones
bipolares, que no se centran en un punto, si no que giran y giran, lo
envuelven, lo sueltan, y regresan de nuevo a él...
Quizás porque ante todo a soportado, y a la vez
callado.
El sol anuncia su reinado, con los prominentes rayos
que se disparan desde el este, y sin permiso se atreven a traspasar las finas
cortinas blancas de su habitación. Emergente la curiosidad y sus ojos y pies
terminan al final del balcón...
Reconfortante y abrigador...
...
...
Los Acantilados de Moher...
Y lo que quiso en un principio lo tiene bajo de sus
pies. Luego de visitar el Castillo Dunguaire. Woohyun al fin esta donde quiso,
a lo que realmente había ido.
Ocho Kilómetros de longitud, y hasta 210 metros que se
alzan sobre ese intenso azul del océano Atlántico.
Se acerca hasta la orilla y observa a lo profundo, las
olas chocar contras las paredes marrones de tierra del acantilado y una espuma
leve aparece tras el poco violento impacto del agua.
Miles de turistas a su alrededor, tomando fotos,
filmando, sonriendo, disfrutando...
Woohyun comienza a deslizar sus pies, por sobre los
pastizales verdes, mirando el suelo buscando algo que siempre le despertó
intriga, que siempre quiso tener, para probar o intentar ver que algunas cosas
pueden cambiar para bien.
Y a unos tres pasos lo ve, lo encuentra y en un
intento de poseerlo, otra mano se antepone a la de él por escasos segundos y se
lo arrebata, antes de si quiera tocarlo...
- Un trébol de cuatro hojas...-Una voz suave,
masculina, pero melodiosa para quien la escucha, y Nam se sorprende porque
entiende cada una de las palabras, y no es ingles.- ¿Lo quieres?... Es tuyo...
Una brisa proveniente del océano, recorre el lugar,
entre los turistas y los árboles. Los cabellos de Woohyun se mueven un poco,
algunos sobre su rostro, desordenado un poco su cabeza, pero no es suficiente
para despertar de su letargo. Coincidencias... Y lo primero en notar es
que ya no carga con el potente rojo, más bien es un hermoso castaño, que
contrasta a la perfección con la piel nívea de su rostro y esos pequeños ojos
rasgados...
-Sung Kyu. Me llamo Kim Sungkyu...
...
...
-¿De turismo, seguro?
-Algo así...
Sentados uno frente al otro, la pequeña mesa tendida
con un mantel verde a cuadrille, los separa. Un pequeño caffe shop que
encontraron y decidieron quedarse a pasar el resto de la tarde en ese lugar.
Woohyun observa atento, aun no creyendo que la vida pueda jugar de esa manera.
Y cae en la cuenta de que horas atrás lo había tenido muy impregnado en su
mente.
Una joven de cabellos cobrizos ondulados, ojos azules
como un cristal, y de piel blanca salpicada con algunas pecas, se acerca a
donde están ellos. La pequeña libreta de hojas amarillas en una mano y en la
otra un lápiz.
-Disculpen, ¿qué van a pedir?...
Y Woohyun se desorienta un poco, porque no ha logrado
coincidir con el idioma y no sabe que contestar, sin embargo Sungkyu se le
adelanta y responde por él. La joven le regala una sonrisa que se ve demasiado
bien en ella, creando una inocencia particular, y se marcha.
-Espero que no te moleste que allá pedido lo mismo
para ambos...
-Está bien...Pero...-Reacciona tardío y hasta luce un
poco asustado- ¿qué pediste?
Los labios de Kim se curvan, y Woohyun se desencaja de
la realidad cuando ve aparecer una sugestiva sonrisa.
-No te preocupes, te gustara. Lo aseguro...
...
...
-¿Así que vives aquí?
-Vivo en Dublín hace más de cinco años. Acá... solo
estoy de visita...
Los pasos lentos, relajados y tranquilos de ambos, por
las calles de Doolin. Woohyun con sus manos dentro de los bolsillos de su
bermuda gris. No saber que pensar ni cómo actuar. El sujeto aun lado de él, ha
logrado que su labio inferior fuese mordido por más de decenas de veces, en un
solo día. No está seguro si lo ha hecho para callar ante cualquier frase sin
sentido, o por algo más...
Y es que nuevamente parece que ese torbellinos se ha
vuelto una locura, porque todo en su interior, ese sistema que ha tratado con
cuidado de ordenar en los últimos meses, se está queriendo desestabilizar ante
solo una mirada, ante la presencia de ese joven.
-En este hotel me hospedo...
Un desasosiego que decide recluir en lo más profundo
de su pecho, ha intentado apoderarse de él. Woohyun no encuentra explicaciones
ante la sensación vieja que está queriendo volver a renacer. Y antes de poder
decir algo más...
-El hotel en donde me hospedo está a dos cuadras...
Sungkyu toma de su mano, la ha girado dejando su palma mirando al cielo, y Nam se pregunta de
dónde ha sacado ese bolígrafo. Una sutil risa ha escapado de sus labios, al
sentir deslizar la punta de la lapicera sobre su piel.
-Tienes cosquillas ¿eh?... Me agradas Nam Woohyun...
Espero nos volvamos a ver pronto.
Hipnotizado... El
cuerpo del mayor ya vislumbra lejos, sin embargo Woohyun no ha logrado moverse
ni un ápice. Estático y confundido, porque necesita con urgencia poder, antes
que nada, aplacar ese incomodo latir de su corazón...
...
...
Y todo se ha vuelto un mar de con funciones,
incompresibles para él...
Los días siguen transcurriendo, hubo de esos que
llovió torrencialmente sobre Doolin, y otros donde las estrellas parecían
encantadoras luciérnagas que bailaban en ese manto azul sobre sus cabezas.
Sobre la mesita de noche, a un lado de su cama, reposa
junto al velador, una pequeña hojas de papel. Woohyun ha intentado ignorar
muchas cosas en el último tiempo, e
inclusive trata de hacer caso omiso de
la dirección traspasada a una hoja de libreta.
Porque está asustado. Busca alinear ese escándalo que
remueve dentro de él, que lo ha mantenido en estado de stand bye. Confundido,
desorientado.
Nunca eh amado, y esto... no puede ser amor.
Y es que hace un tiempo que había vuelto a ese órgano,
con capacidades extraordinarias de no solo bombear sangre y dar vida, sino de
hacer sentir esos bruscos cambios de ánimo, de incorrectas pulsaciones, de
crear un caos que desconoce, en un musculo más de su cuerpo, un tempano de
hielo que solo está, por estar. Porque mucha veces Nam Woohyun quiso
destruirlo, para soltarse de esas cadenas de prisión, y sucumbir ante la
muerte.
Kim Sungkyu...
No lo ha vuelto a ver, no ha ido a buscarlo a pesar de
saber dónde hallarlo, a pesar que sus sentidos le punzan de manera dolorosa a
hacerlo.
No lo hare porque no estoy preparado para
asimilarlo...
En dos días regresara de nuevo a su país. A enfrentar
lo que ese viaje por corto tiempo ha dejado atrás, que por un lapso reducido,
ha logrado olvidar y liberar esos recuerdos dañinos y apesadumbrados que
retuvieron sus ganas de vivir.
Y quizás necesita recargar sus ánimos de energía,
dejar llevarse por la envolvente naturaleza y estar preparado para lo que fuese
que lo espere.
Quiero ir a los acantilados... Otra vez
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Hiiiii!
Bien que les parecio??? esto nacio de la nada... Simplemente necesitaba escribir algo mas, y no era idea para un serial asi que en un principio era un One shot, pero luego seguia y seguia, cada vez mas largo y pense en hacer dos partes...
Espero alla sido de su agrado jejeje
Espero sus comentarios, criticas, y siento si me eh metido con algunas cosas, como la religion.
Gracias por leer...
Culpa de una Fujoshi. Cap10
Capítulo 10
Las calles
de la ciudad iban siendo de a poco cubierta por unos llamativos folletos de
colores, anunciando un festival, grupos de baile y bandas en vivo.
Las
pequeñas ruedas de la patineta, sobre el pavimento anunciando su paso a los
peatones. Un bolsito cruzando su torso, el casco en su cabeza y unos guantes
que no cubrían sus dedos, porque con intenciones de ser original con su look,
los había cortado.
Dongwoo
apoyo un pie sobre el suelo, e impulso con más fuerza, su pequeño rodado. La
mañana era fría, pero esplendida para trabajar en su empleo de medio tiempo.
Estaba en
unos de los barrios más tranquilo de la ciudad, agradecido de no llegar a
tocarle el centro de Seúl como a sus compañeros, que suponía, en cuanto llegara
la hora pico, del medio día, se desataría un caos en las calles.
Unos
panfletos más que pegara y su jornada llegaría a su fin.
-¡¡Cuidadooo!!
Intento
doblar en una esquina pero el choque abrupto de otro cuerpo junto al suyo, lo
atizo por completo, y cayó al suelo. Agradecía a dios de haberse puesto el
casco, porque su cabeza fue la primera en querer comprar parte de ese pequeño
terreno de pavimento.
-Oh
disculpa... no te vi...- Quien fuera que le hablara le extendió una mano para
ayudar a levantarse. Dongwoo se removió con un poco de dolor sobre el suelo, y
luego de unos segundos acepto el auxilio que le estaban dando.- De verdad lo
siento...
El rostro
totalmente compungido del otro muchacho, que vestía uniforme escolar, logro
atenuar un poco su enojo por el descuido de cruzarse aun cuando él hubiera
gritado que se acercaba
-¿Te
encuentras bien?- y por momentos Jang pensó que el joven se sentía demasiado
culpable, como para hasta llorar.
-Si si
si... Estoy bien, no te preocupes...
Y aun así
el muchacho no menguaba su ánimo de arrepentimiento.
-Ayúdame a
levantar esto, y haremos de cuenta que no sucedió nada...- Pregúntenle a él,
porque por primera vez, tenía la necedad de calmar esa angustia en alguien que
recién conoce. Incluso llego a sentirse culpable por lograr que ese rostro
tuviera expresiones amargas. Trato de sonreír un poco para el muchacho.
Comenzaron
a levantar algunos panfletos, algunos habían caído cerca de un charco de agua,
y lamentablemente esos ya no servían. Dongwoo se frustro un poco y soltó un
suspiro, luego se arrepintió al ver que el estudiante bajaba la cabeza.
-¿Cómo te
llamas?
El muchacho
uniformado levanto la vista y lo observo con cierto deje de vergüenza.
-Howon, me
llamo Lee Howon...
-Bueno
hagamos una cosa Lee, te entrego uno de los folletos, y olvidare todo este
desas...-E inmediatamente se da cuenta que no está por usar las palabras
indicadas- perdón. Ayúdame con este evento...
-¿Eh?-Lo
interrumpe, sorprendido por el pedido repentino del joven delante de él.
-No me
gusta que me interrumpan cuando hablo. Pero lo dejare pasar. En fin podrías
comentarle a tus compañeros de instituto del evento para que asistan, y bueno
así ayudar a recaudar fondos. Es para una buena causa- Howon asintió ante las
palabras.- Y de paso será cuenta saldada.
Dongwoo
esbozo una de sus mejores sonrisas. La molestia de minutos atrás se había
esfumado en segundos, sobre todo por ver que el estudiante parecía, hasta
entusiasmado con la idea.
-Bueno,
debo irme ahora.-Dongwoo se colocó su bolso, y comenzó a cruzar la calle, ya
que su patineta había ido a parar en la acera de enfrente. -Cuídate Lee
Howon...
Y el menor
comenzó a caminar emocionado, cuando
leyó en el folleto, que incluso habría un concurso de baile.
...
...
Los
pasillos del conservatorio se encuentran en un silencio y tranquilidad que era
casi prodigioso y admirable. De vez en cuando el silencio se rompe, pero sin
llegar a ser una bulla que molesta. Los estudiantes en clases. Se lograba escuchar el grupo de jóvenes a cargo de
Myungsoo, cantar a coro junto a su profesor, o el ritmo de la música, de la
sala de baile donde impartía clases Howon.
Los
pequeños altos parlantes que se encontraban dentro de los salones, el Hall y
pasillos, emitieron de repente un chirrido que hizo a más de uno tener que
cubrir sus oídos luego de fruncir el entrecejo.
-1, 2, 3...
Hola, hola, probando, probando... 4, 5...
-No seas
idiota que si se te escucha....
Y la voz de
Yadira regañando a Stefania logra sacar carcajadas de los alumnos, y los dos
profesores que están dando clases en el mismo horario, ponen en blanco sus
ojos.
-Bueno,
bueno, no te enojes... SE SOLICITA LA PRESENCIA INMEDIATA, EN DIRECCION, DE LEE
HOWON, ALIAS HOYA, ALIAS... cuando vengas te lo digo...- Y antes de finalizar el comunicado-6, 7,8 me como
un bizcocho...
-¡Stefania!...
Los
parlante dejan de emitir sonido, y los menores observan a su profesor tratando
de aguantar las risas. Sin embargo logran mermar esa impetuosa carcajada a
punto de salir, con un "Uhhhhh..." proclamado por todos.
Howon les
pone un alto, levantando una de sus manos.
-Enseguida
regreso. Se quedan quietos y en orden. Pueden practicar alguno de los pasos que
les acabo de enseñar... Ah y por favor no tiren el aula abajo en mi ausencia...
-Pfff...
Que amargo...- la muchacha que se encuentra al fondo del salón, oculta detrás
de los demás alumnos, bufa molesta luego de terminar de hablar.
Howon la
ignora. Sin embargo de verdad teme dejar a solas a ese grupo. Son los más
jóvenes en todo el conservatorio. No superan los 15 años. Son inmaduros,
desastrosos, y generalmente suelen ser el dolor de cabeza de la academia.
Recuerda que hace unos meses atrás, había tenido que retirarse del aula por
cuestiones de urgencia ya que una grúa quería llevarse su moto, y como medida
extrema dejo a Sungjong, a cargo de los menores. Un error de los más
grandes en su vida, porque cuando
regreso, el profesor de danza femenina salió hecho un manojo de nervios de
dentro. <<Me llamaron niña, esos mal educados malcriados me llamaron
niña, y encima la mocosa del fondo dijo que estaba plana...>> Un
desastre, que lamentablemente él recuerda como el día en que casi muere de un
ataque de risa.
Cierra la
puerta del aula cuando sale, y justo en quien piensa se personifica a unos
metros de él.
Sungjong
recién está llegando, con su pequeño bolso cruzado sobre su torso. Lo observa y
frunce el entre cejo.
-Ni lo
sueñes Lee Howon, no me quedare de nuevo con esos chicos.
-Pero si no
te eh dicho nada...
-No hace
falta ser adivino para saber qué es lo que pides con esa cara. Aparte escuche
cuando Stefania te llamo. Deberías buscar a la guardia nacional para que cuide
de ellos...
-Eres
exagerado Jongie ¿eh?
-¡Me
dijeron plana!
Y cuando el
menor chillo con sus puños apretados a un lado de su cuerpo y el entrecejo
fruncido, se logró escuchar las risas de los alumnos de Howon, desde el
interior del aula.
...
...
- Te vas a
marear... Quédate quieta Stefania.
-No puedo
estoy aburrida, y estresada.
Yadira se
cruzó de brazo y hecho su cuerpo totalmente sobre el respaldo del sofá. Alza
una ceja y observa a Stefania seguir girando con la silla que posee ruditas en
sus patas. Y fue inevitable, necesita cuestionar las palabras de la mayor.
-¿Estresada
de qué? ¿No te alcanzo el domingo para liberarte de tu estrés?
Stefania
detiene abruptamente sus vueltas y la observa entrecerrando sus ojos.
-Yadiz...
-¿Qué?
-Me
corriste de tu departamento, solo para que llegase al mío y viera que había
sucedido con el Woogyu. Todita
entusiasmada tu por saber... chismosa...
Y fue una
acusación que no cargaba ni un gramo de seriedad encima. La menor esbozo una
sonrisa en sus labios mientras asentía. Era cierto, prácticamente la saco a
empujones de la vivienda con tal de saber lo ocurrido con esos dos jóvenes.
Quizás porque está en un punto donde siente necedad de ver escuchar o lo que
sea acerca del yaoi. Y últimamente parece que las parejas le caen del cielo.
Teniendo en cuenta a Myungsoo con el hermano de Sungjong, y el próximamente
regañado Lee Howon, con Dongwoo.
-Por cierto
Yadiz...- Stefania sonó hasta casi insinuante, al mismo tiempo que tamborileaba
su escritorio, con los dedos.
-Mmmm...
-¿A ti no
te gusta algún chico?
La menor
volvió alzar una ceja. Estupefacta de
alguna manera. Ni ella misma se había hecho esa pregunta, luego de que
finalizara con su ex novio, hace ya varios años, y aun tenia asuntos que
resolver con ese joven.
-Y ¿A qué
viene tan repentina pregunta?
-A que se
me acaba de ¿ocurrir?...
Y es que la
verdad Stefania tiene otras intenciones. Necesita explayar ese campo en la
menor, hurgar un poco y saber si el pobre de Sungjong tiene oportunidades.
Puede que se esté volviendo una persona demasiado entrometida en la vida de los
demás, pero piensa que algunos empujoncitos siempre sirven de ayuda, como el
alcohol en Myungsoo. Por cierto el día anterior ya había tenido una larga
conversación con el joven, de las pequeñas marcas amoratadas en su cuello, que
ella misma se encargó de cubrir con un poco de maquillaje.
La puerta
de dirección se abre. Hoya y Sungjong aparecen.
-Antes que
nada, necesito que mandes a alguien a mi salón... Están solos, y sabes lo grave
que es...
Stefania
podría cuestionar como exagerado las palabras de Howon, sin embargo se le
enciende una lamparita dentro su cabeza.
...
...
Y casi no
lo puede creer. Sungjong está petrificado y a la vez admirado. ¿Puede una mujer
con apariencia de ángel, emanar con solo una mirada tanta aura asesina? Como
fuese, la cuestión es que aun con su pollera tableada de color durazno hasta
las rodillas, blusa blanca y los cabellos recogidos en una coleta alta, siempre
con esencia fresca, Yadira tiene una autoridad demasiado imponente.
Y eso quedo
demostrado cuando llego al salón de baile, y se encontró con un alboroto de
alumnos gritando y la música demasiado alta. La joven se había acercado hasta
el centro musical y lo apago sin avisar.
-¡¿Qué es
lo que sucede aquí?!
Estáticos
es poco, absortos totalmente. Sungjong retrocedió unos pasos hasta la puerta.
-La
muchachita del fondo, te quiero adelante...Ahora.
Y
prácticamente todos tenía un básico conocimiento de que era esa joven la que
llevaba la batuta del escándalo en el grupo.
Fue
cuestiones de segundo para que dentro del aula reinara la calma, y la
tranquilidad. Los menores sentados en el suelo, conversando de vez en cuando
con el resto pero en un leve murmullo. La joven del fondo, sentada frente al
espejo, sola.
-¿Cómo lo
haces?- y sonar poco impresionado le resultó imposible.
Yadira a su
lado lo observo con una sonrisa en sus labios. Y el corazón de Sungjong no pudo
más que detenerse.
-No tengo
la menor idea...
Ambos de
pie cerca de la puerta, siendo de guardias de ese grupo, y esperando porque
Stefania liberara a Hoya en algún momento.
-Pero al
menos ya no te dirán plana, Jongie...
La joven
dio unos golpecitos con la palma abierta sobre el pecho de Sungjong y él...
bueno, él romperá el suelo con tal de que se abra y se lo trague
...
...
-Eres un
idiota...
Stefania
hizo un bollo el papel que tenía rayando hace un momento y se lo lanzo a la
cabeza al menor. Hoya frunció el entre cejo y dedico un mirada fulminante a la
directora.
-Olvídalo,
a mí no me intimidas. Ahora responde ¿qué carajo te pasa por la cabeza? ¿Cómo
le dices semejante idioteces a Dongwoo? ¿No era que te gustaba?
Bajo la
cabeza. No sabe que responder. Han tenido una larga conversación. Muy
detallada. Y todo gira alrededor de Dongwoo.
Stefania
había ido a trabajar el día anterior a la radio. Y encontrar en estado
deplorable a su compañero fue como, un volcán a punto de hacer erupción. Si
bien Jang no sacaba a flote su verdadero estado de ánimo, ambos locutores
percibieron un halo débil alrededor de su director de programación, e
inmediatamente relacionaron esa falta de fuerzas en las sonrisas del mayor con
Howon. Y por su puesto al finalizar el programa, Dongwoo aprovecho para
desahogarse con sus compañeros de trabajo.
-Y bien...
¿No piensas responderme?
-Ni que
fueras mi madre...
Un
bolígrafo vuela por los aires, e impacta en la frente de Hoya y cae al suelo.
El menor suelta una bocanada de aire, mientras se acomoda sobre su silla.
Exasperado e incómodo, porque si bien sabe que cometió un error con su amigo,
no siente la necesidad de que se lo recuerden cada cinco minutos. Y es que
demasiado tiene con llegar a su apartamento, embargarse con el silencio, y la
falta cálida, de la presencia de Dongwoo.
-Yo de
verdad no entiendo, ¿Qué es lo que quieres saber, cuando ya sabes todo?
Stefania
asiente vehemente con su cabeza, sin embargo muestra una mueca de disconformidad en su rostro.
- Es
cierto, pero yo necesito saber qué es lo que te retiene a no decirle la
verdad... Espera me refiero a tus sentimientos, no a las ganas que te
despierta.
- No sé,
quizás que sea un hombre. Tener que decirle a otro hombre que me gusta es algo
fuerte y difícil de procesar, y no estoy teniendo en cuenta la posibilidad de
ganarme un puño sobre mi cara...- Calla sus palabras por unos segundos, su
mente viaja lejos, y la directora de la academia chasque sus dedos para que
despierte de su letargo.
-Howon...
- No quiero
que se aleje de mí, no quiero perder su amistad, pero...
- Crees que
ya lo has hecho.
Stefania
está tratando de manejar a su lengua y a ese fortuito desliz que impregna en
sus labios por querer salir. Porque sabe mucho y puede hablar poco. Esa cinta
amarilla de seguridad que le muestra con resaltantes letras negras,
"Peligro. No te metas" la cual quiere cortar con urgencia, la está por
volver loca. Y la causa principal es que quiere terminar con el martirio que
atormenta con finalizar un amor que ni si quiera ha podido comenzar. Sin
embargo, y como si algo se interpusiera en su camino, Howon se pone de pie.
-Debo
terminar con la clase.
Y antes de
poder detenerlo, el menor ya ha cerrado la puerta.
...
...
Un pequeño
vaso de cristal a un lado, con un poco de agua.
La oficina vacía y llegando la hora para que la mayoría de los empleados
se marchen. Salvo él que junto a Sungyeol, no se mueven hasta las 10 pm.
Cansado, aburrido, el segundo día de la semana resultando más tedioso que el
primero.
La imagen
panorámica de la ciudad, con sus edificios altos, que de a poco van encendiendo
sus luces. La luna que va queriendo ganarle terreno en el cielo al sol, y
Woohyun con la zigzagueante idea de que por muchos motivos desconocidos, esa
noche quiere llegarse a la radio, antes de ir a su apartamento.
Una bolsa
con ropa, sobre el sofá. Lavada, planchada, e incluso perfumada, con una de sus
más costosas colonias. Ni si quiera sabe porque lo ha hecho, ha sido como un
acto de puro impulso. Podría haber entregado la bolsa de cartón con las prendas
a Stefania, pero confusamente él, la
posee, y tampoco se ha tomado la molestia de decirle a su compañera para que se
la alcance al locutor.
Revolotea
en su mente como un cumulo de mariposas, la presencia y el recuerdo de una
corta compañía. Su voz que desde la primera vez que la escucho no ha podido
olvidar, pero su ser más impregnado en su piel, el aroma de ese cuerpo que
envuelve lo más ínfimo de su vida.
El silencio
en su oficina, puede que juegue en contra o a favor, dependiendo de qué puntos
de vistas se utilicen. Y en este caso solo está aclarando y situando en su
lugar sus pensamientos y sentimientos. Pero aún
es pronto para hablar de ellos.
Y es que el
tiempo compartido del domingo había resultado ser tan relativamente corto, que
no se percató ni si quiera en el momento en que ya estaba fuera del club, y
Sungkyu bajaba por la puerta del asiento de acompañante y solo se despedía con
un tímido Gracias. Y disculpa por las molestias ocasionadas... Y fueron solo esas palabras las que escaparon
de eso finos labios.
Las ganas
de retenerlo habían sobrado, no obstante Woohyun lo dejo ir, porque a pesar de
lo que le pasara a él con el mayor, recién se está descubriendo a sí mismo, y
en fin, no hay un hilo de conexión.
Un suspiro,
demasiado profundo, y la pared de mármol increíblemente se vuelve más
entretenida que su trabajo sobre el escritorio.
La puerta
de la oficina se abre y Sungyeol ingresa con pasos firmes y una tambaleantes
sonrisa en sus labios.
-Deja de
pensar en cuál es el significado de la vida, y vamos a tomar algo. Ya no queda más nadie en el edificio.
Y basta
decirle con que están completamente solos, para ponerse de pie, y salir junto a
su compañero, no sin antes tomar la bolsa del sofá.
...
...
-Oh yeah
yeah, Oh yeah yeah yeah yeah.... Y ahí estaba sonando Bruno Mars con Locked out
of Heaven, pedido por una de nuestras fieles oyentes...
El programa
lleva rato de comenzado. Sungkyu esta vez hablando, y manteniendo una sonrisa
destellante. Stefania sentada a unos metros del mayor, continuando con la
plática, y preparando para pasar el reporte del clima.
-Momento de
darle el lugar al clima. En esta noche la temperatura es de 28 grados, 9
décimas, Humedad 45 porciento... Ufff con razón el día tan pesado...-Grenade suena de fondo ahora, y la joven arquea una de
sus cejas.- Parece que a nuestro productor le ha prendido Bruno Mars...
Stefania
trata de sonar animada, pero sabe que el motivo de esa última canción es más
una forma indirecta de desahogarse de Dongwoo, y si cierta persona estuviera
escuchando la radio, no entendería ni jota el mensaje del joven.
Las
pláticas continúan entre ambos locutores. Dongwoo los observa y permanece
atento desde el otro lado del cristal. Su móvil a un lado comienza a sonar. Se
odia internamente por dejarlo encendido, sobre todo cuando se escucha el sonido
de interferencia entre la señal de la radio y el mensaje recién llegado, al
aire, sin mencionar la mirada fulminante de Sungkyu.
Jang toma
su celular rápido y antes de apagarlo visualiza el nombre de Howon en la
pantalla. La tierra tiembla bajo sus pies, y un leve mareo se apodera de su
cuerpo, sin embargo, ignora el mensaje y lo apaga de igual manera.
No tiene
idea de lo que le puede haber escrito, o simplemente para que le escribe. Aún
permanece con la desilusión a flor de piel. Lastimado, y vulnerable. Y si Howon
comienza a pedir disculpas, no dejara el brazo fácil a torcer. Sucumbir a los
pies del otro, tan pronto. No está en sus planes. Dejará que ruegue un poco
más. Aunque no haiga sentimientos correspondidos de por medio, Dongwoo quiere
que Hoya, al menos valorice su amistad.
Los cambios
en el transcurso del tiempo, y prontamente la imagen de un niño tímido y
culpable por su descuido, se coló y acentuó cómodamente en su cerebro. Le
costaba creer que ese muchachito tan callado se hubiera convertido en ese Lee
Howon actual, tan decadente ante una mujer.
-Hacemos
una pausa, y enseguida regresamos...
El pequeño
cartel electrónico, adherido a la pared del interior de la cabina, apaga su luz
verde, y la palabra AIRE deja de brillar.
Sungkyu y
Stefania salen. El mayor estira un poco sus extremidades, mientras que la
joven acomoda sus cabellos en un rodete.
Lo que sea para no sentir los cabellos en su nuca.
-Lamento lo
de recién...-Dongwoo se disculpa y aún permanece concentrado en los equipos de
control de audio delante de él.
- No hay
problema.- Sungkyu acomoda su remera negra con el logo de Linkin Park resaltado
en plateado, en el centro, mientras se apoya contra la pared, con los brazos
entre cruzados.
-Esos dices
ahora, recién casi lo devoras con la mirada... Por cierto quisiera saber cómo
puedes hacerlo cuando ni si quiera se te ven los ojos...- La locutora atacando.
Abecés es como un vicio que tiene con pelear al mayor, como si fuera la hermana
menor fastidiosa.
- No
comiences Stefania, que aún me debes una muy, pero muy grande, y ni creas que
te la dejare pasar.
Inverosímil,
tener que ser testigo de los cambios de humor de ese par. Apenas ponen un pie
fuera de la cabina, se desatan las palabras agitadoras de futuras batallas
entre ambos. Dongwoo rodo sus ojos, y no piensa ponerles un stop, simplemente
porque escucharlos pelear por trivialidades, en este instante le resulta
entretenido.
...
...
Música,
entretenimiento y bebidas. Algunos tienden a juzgar al lugar como un bar
grotesco y de mala muerte, por la sencilla fachada expuesta al exterior. Sin
embargo para quienes conocen lo que es dentro, se sienten en obligación de
defenderlo.
Woohyun y Sungyeol
son clientes habituales, son caras conocidas. Llevan yendo hace bastante
tiempo, quizás desde el momento en que a Nam lo pusieron en el cargo de
gerente.
Un ambiente
agradable, mesas de billar y todo tipo de bebidas que hasta se podría
considerar las mejores. Al menos ellos lo creen. Seek & Destroy de
Metallica comienza a sonar, y Woohyun piensa que de estar su amiga en ese bar,
lo más seguro es que se ponga a corear en alto cada palabra de la canción.
Acostumbrado al género, porque de vez en cuando
Stefania deja liberar su lado metalero oculto dentro del apartamento. Y
bien recuerda en este momento que ya no se hablan tanto.
La bola
ocho lisa en la mira y Sungyeol agudiza
su vista y concentración en hacer entrar esa esfera roja, a su prisión.
-Es raro...
-¿Que es
raro?
-Que el
instigador de escapar del trabajo hallas sido tu Yeol...
Woohyun de
pie a un lado de la mesa, sosteniendo con una de sus manos su taco (o palo de
billar), y observando atentamente la jugada de su amigo.
La bola
ingresa sin problemas, y Sungyeol se endereza. Solo con la camisa gris del
trabajo, las mangas dobladas hasta los codos, y el saco y la corbata, olvidados
en el interior de su vehículo.
-Lo
necesitaba Hyung...
El menor se
aparta unos pasos hasta, la pequeña barra que se encuentra atrás de las mesas
de billar, y bebe un trago de su botella de cerveza de medio litro. La garganta
siente el frio recorrer, y se relaja e incluso alivia el calor.
-¿Tiene que
ver con Myungsoo?
-No
quisiera hablar de él...
-Tiene que
ver con Myungsoo.-Y Woohyun confirma y afirma sus sospechas.
No es que
Sungyeol le hubiera contado lo sucedido con el muchacho, el domingo, pero las
miradas dirigidas durante la madrugada en el club nocturno, habían sido tan
insinuantes, que más de uno aseguraban de ante mano, como terminarían esos dos.
Incluso Woohyun, que hasta que desaparecieron, él se encontraba relativamente
sano.
-Por
cierto, ¿así que estas castigado por llegar tarde el Domingo?- Woohyun ríe divertido ante su pregunta, mientras se
acomoda para hacer su jugada.
Los ojos de
Sungyeol se abren sorprendidos, luego cae en la cuenta que detrás del rumor
verídico, esparcido, se encuentra Sungjong y la amiga del Nam.
-Mi
hermano, y su bocota floja...-Y dejo ir un suspiro de resignación.
-Incluso sé
que invito a varios para que fueran, incluyéndome.-Nam totalmente inclinado
sobre la mesa, y con dos de las bolas rayadas en su mira.
Y Sungyeol
no se sorprende en lo más mínimo de su hermano menor, incluso se hace la idea
de saber cuáles eran las palabras al pedirlo <<Mientras más mejor, así
terminamos más rápido>>. Pobre de Sungjong cuando descubra, que hay
horarios estipulados y para respetar. Fueran los que fueran no abra diferencia.
-Terminamos
esta partida y nos vamos, Hyung. Ya es tarde.
El mayor
asiente con parsimonia, y completa su jugada. Y solo piensa que no podrá pasar
por la radio esa noche.
...
...
Acelera con
fuerza, y en cuanto el semáforo cambia a verde, la moto avanza rápido.
Apenas
había llegado a su casa, del conservatorio, lo primero que hizo fue tomar un
baño. Quitar la pesadez reunida, no solo por el clima, sino también por lo
agobiante en su trabajo. Sin embargo no pudo relajarse al completo. Un vacío en
su hogar, algo que en un comienzo jamás había sentido, y que de pronto lo
atosigaba a cada parte donde iba.
Se había
recostado en su cama a mirar algún programa de televisión, pero con la sensación inquietante de que algo más
faltaba en su lecho. Que con solo estar una vez, su presencia se había acoplado
a la perfección en cada rincón de esa habitación. No lo aguanto, no soporto que
todo pareciera, o gritara que se había equivocado con sus palabras.
Oxígeno,
distraerse necesita algo para quitar a Sungyeol de su cabeza. Y las malas
jugadas de su mente le traían, de manera desagradable, las últimas frases
cruzadas con aquel sujeto.
-Para
quitarme el aburrimiento...- Queda dicho que su falsa interpretación de
Sungyeol solo fue para oídos de él, y de su casco. Menos mal, porque quizás
hubiera sido ridículo ver a Myungsoo hablando solo y con un tono muy particular
de voz.-Idiota.
Pero por
otra parte Myungsoo es consciente de que él, tampoco fue un ejemplo a la hora
de hablar ese domingo, sobre todo cuando el desencadenante de utilizar esas
palabras carentes de "humildad", fue principalmente él.
Y es que
hasta pudo sentir, un peso cargar sobre su espalda cuando lo escucho. Sin
entender muy bien que había pasado, o el motivo que lo llevo, de incluso
preparar comida para ambos, y repentinamente lo corriera de forma casi directa.
Pero le
falta el aire cuando recuerda todo lo que sucedió con Sungyeol, y la
incertidumbre le invade, porque no entiende que ocurre con el mismo, con su
cuerpo, y esa avidez creciente por sentirlo de nuevo. De querer buscarlo, y
llevarlo de nuevo hasta su cuarto.
-¡Dios! ¿En
qué estoy pensando?...
Niega con
su cabeza. Ha bajado de la moto, e
inclusive tuvo tiempo de ir a una tienda y comprarse una Pepsi antes de ir
hasta la plaza. Ahora sentado en una banca, solo, alumbrado por algunas luces
de la calle. Las hojas de los arboles moviéndose ante una brisa esporádica, que
logra colarse a través de su polo blanco sin mangas.
Y es que
todos saben que al destino le gusta jugar con nuestras mentes, sentimientos,
obsesiones, dolores, hasta deseos no reconocidos. La impresión alarmante, de
que intenta volverle loco con sus enredos, y trabas. Que quiere complicar la
existencia como si fueran las matemáticas.
Myungsoo se
queda en un estado catatónico, al observar a varios metros de distancia,
circulando por la calle, al Corolla de ese ser que poco conoce, y se está
volviendo de manera inquietante, como el monstruo del armario de un niño, una
psicosis demencial.
La
ventanilla baja, y Kim humedece su labio inferior con su lengua y luego lo
muerde con intenciones insinuantes, cuando sus ojos de apariencia felina se
cruzan con la mirada ambivalente y de una lumbre interna, del conductor del
vehículo.
Pero el
auto sigue con su trayecto, y Myungsoo logra moderar su respiración turbulenta.
Sin saber qué carajo ha sido todo eso, ese ardor y sensibilidad en su piel.
...
...
No hace más
de dos minutos, en que, de manera preocupante, se ha percatado que lleva días
sin pensar o recordar aquella mujer. Que su cerebro ahora se encarga de
procesar otra imagen otro rostro, otro cuerpo.
Un
escalofrió recorre el largo de su espalda y Sungkyu no quiere pensar más.
Acostado, boca arriba sobre su cama, observando el techo de su habitación, y
con solo un bóxer gris. Su mano sobre su abdomen, e imperceptiblemente su dedo
índice, trazando círculos alrededor de su ombligo.
Sus palmas
sudan un poco. La cabeza le da vueltas, cuando ese hormigueo tan conocido, pero
que hace tiempo lleva sin sentirlo, se sitúa en su pelvis.
El rostro
intrigante y moreno de Nam Woohyun en su mente. El renuente recuerdo de la
firme fisionomía del menor. Su mirada escéptica y displicente que posee, los
labios carnosos y apetecibles, y Kim Sungkyu se sumerge en un letargo impulsivo
e irresistible.
No tiene
uso de la noción, ni razón, solo el impertinente deseo subyugado y sometido que
lo carcome. No busca respuesta, ni
entender el ¿porque se ha deshecho de la única prenda que lo cubría?, o la
explicación que justifique ¿porque ha abierto sus pierna, de manera efusiva,
llamando a por alguien?
Su mano
izquierda descendiendo hasta tocar su zona pélvica, bajando un poco más hasta tocar su miembro
viril que pide a gritos despertarse. Apretando con fuerza su masculinidad, y comenzando esos insinuados
movimientos, de arriba a abajo. Despacio.
Su mano
derecha viajando hasta su boca. Sus dedos índice y corazón, introduciéndose en el interior
de su cavidad bucal, empapando las intromisiones con saliva, chupando las dos
falanges, y luego los lleva hasta uno de sus pezones.
Su cuerpo
siendo sometido por el mismo, por su propio tacto. Uno de los pequeños botones
rosas siendo maltratado, pellizcado, tironeado con fuerza.
-Hmmmm...
Y los
gemidos silenciados por la presión ejercida por sus dientes sobre su labio
inferior. La llamarada interna comenzando a vivificarse, y el perfil de Nam
Woohyun en su inconsciente, jugando con su raciocinio.
La fiereza
con que su mano comienza masturbar su pene, ya erecto, el sudor de su frente
comenzando a pegar sus cabellos contra su piel.
Su espalda arqueándose y Sungkyu no puede más que alejar su mano de sus
pezones endurecidos y empezar a apretar las sabanas de su cama con fuerza.
-¡Ahhgg!
Su cuerpo
sacudiéndose con violencia ante su agresiva y arrebatada palma cerrada, que con
más velocidad trabaja en su erección, Subiendo y bajando una y otra vez. Y no
logra saber en qué momento su espalda sintió ese latigazo de placer, en que
termino de rodillas sobre la cama, sin quitar ni frenar los movimientos de su
mano.
Sus ojos
apretados con fuerza ante las esporádicas olas de satisfacción que se propina a
sí mismo, y su respiración en una revolución
caótica...
-Hmmmm...
Ahhhhggg... Ahhhh…
Comenzando
a vencerse y sus posiciones cada vez más insinuantes, si alguien las
presenciara. Su cuerpo totalmente inclinado hacia delante. Sosteniéndose solo
con sus piernas que están sugerentemente
abiertas, su cabeza tocando el colchón, la mano desocupada, encontrando
entretenido agredir a las sabanas debajo de él.
La piel
nívea, cristalizándose por las gotas de transpiración, y su trasero totalmente
levantado en dirección al respaldo de su cama. Su mano izquierda sin detenerse
en ese vaivén de apretar sin compasión su pene, sintiendo lo caliente y tenso
que pone ante la idea de que quiere a alguien probando el sabor de su hombría.
Una
confusión inaudita, una sensación que lo atemoriza, y le genera rechazo, pero
que se vuelve una necesidad que para él en este momento se vuelve insatisfecha.
Porque quiere más, a alguien más que se apropie de él, y termine con su
insufrible insatisfacción. Y no entiende
nada, solo que si se encuentra de tal manera es por culpa de una persona, y
quiere demencialmente que ese ente que solo permanece en su mente, acabe y
apague el fuego de su cuerpo lujuriosamente despierto y casi entregado.
-¡WOOHYUN-AHHHGGGG!
Cortas
cintas de semen son sueltas por su miembro sobre la cama, y otras mojando un
poco su palma. Un orgasmos unilateral, vivido cruelmente por el solo, y
queriendo aún mucho más. Su cuerpo se relaja. Sus piernas se aflojan y cae. Y
ahora boca abajo, del lado de los pies, descansa. Las pulsaciones en su pecho,
aun dejándose llevar por el vértigo de sus actos. Su mano todavía mojada con
sus fluidos, e inconscientemente Kim limpia cada uno de los dedos chorreados de
esperma, con sus labios y lengua. Sintiendo el sabor agridulce, de sí mismo. Y
por un segundo ofuscado, se pregunta ¿Qué tan bien sabrá Nam Woohyun?
Y antes de
poder cuestionarse lo que acaba de hacer o pensar, su letargo libidinoso pasa a
uno de sueño profundo.
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Ufff... disculpen la demora por publicar, es que no tenia tiempo de corregirlo.
Pero en fin.... aqui esta... espero sea de agrado XD
No me maten... Lo de Sungkyu fue algo que salio de la nada, la idea original no iba asi jajajaja era todo lo contrario, todo mas melodramatico jajaja pero de repente se me dio por escribir otra cosa, y salio eso jajajaja
Tambien demore bastante porque otras ideas surgieron y escribi un Two Shot... De Infinite por supuesto, yaoi claro esta jajajajaja aqui lo dejo por si quieren pasar a leerlo jejeje
Bueno gracias por la paciencia... y Por seguir leyendo.
Besos
Se los quiere
Bueno gracias por la paciencia... y Por seguir leyendo.
Besos
Se los quiere
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