miércoles, 29 de enero de 2014

El Trébol de la Luna. Cap 3

Capítulo 3 

La conversación intacta en su mente. Distrayéndolo de sus estudios para los próximos exámenes. Y ya habían transcurrido varios días de eso, pero no lograba retenerla solo en su sub consiente. Se expandía, hasta llegar a sus sueños. Tal vez exageraba pero no era consciente de que hacia tan especial o perturbarte las palabras de aquella mujer.

Woohyun estiro sus brazos, desperezando su cuerpo, y luego apago el despertador que sonaba insistente sobe la mesita de noche a un lado de su cama. Seis y media la mañana, un día largo, tedioso y tal vez ¿Emocionante? No tanto así, pero durante su turno en el Hospital, tendría su primera cirugía. Algo sencillo, nada que pudiese llegar a ser complicado, aunque nada es predecible dentro de un quirófano.

Sus padres aun dormían, así que en silencio salió de su habitación, ya vestido y acicalado. Bajo las escaleras solo para tomar su bolso, calzarse y salir de la casa.

Las hojas de los arboles iniciaban la etapa de  perder su peculiar color verde, tiñéndose de marrones claros, fuertes, amarillos y anaranjados. Si, la época otoñal asomaba sus narices de a poco en ese año. Las calles vacías, la parada de autobús desierta, solo con su presencia. Un brisa surco por el ambiente, sus cabellos se despeinaron y una sonrisa se posó en sus labios.

Una vez más recordando, a quien no quisiera olvidar. Percibiendo su aroma si tenerlo cerca. Normal era detenerse unos segundos, para evocar los recuerdos, tan vivos y claros como el agua, de Kim Sungkyu. Las palabras tan embelesantes, y reconfortantes que servían día tras día, como Una Oración a Dios, para comenzar la jornada, y de alguna manera toda esa pesadez en su pecho, que lo ahogaba, se disolvía hasta esfumarse y dejar existir.

Pero cada día era una batalla nueva. Enfrentar aunque fuese, míseros minutos el rostro de sus padres, que no hacían mas que insinuar lo aberrante que era su existencia en este mundo. El desprecio que desprendían hacia él, con solo ignorarlo, y dolía. Podría disimularlo, pero internamente, lastimaba. La universidad era un caso aparte, el no apreciaba a sus compañeros, y ellos menos a él.  Pese a que los murmullos no cesaban, podía vivir con aquello. El hospital, mejor no hablar. No sabían de su condición sexual, y era mejor así. Abecés se aventuraba a pensar que de enterarse, la voz se correría a la velocidad de la luz, hasta llegar a los pacientes. Y eso sería un problema complicado de manejar. ¿Y si decidían a no atenderse con él? No obtendría el título, y estaba luchando demasiado para conseguirlo.

Algo que lo inquieto, quizás mucho, fue la charla con la mujer de la fundación. En un inicio no fue algo para que se relajara, ya lo había presentido. La seriedad en el rostro de la mayor fue hasta alarmante cuando le pidió que la siguiera hasta la pequeña oficina que tenía dentro del lugar. La siguió. El silencio cuando ingreso a esa habitación, bastante simple, fue abrumador. Tomo asiento como ella se lo pidió. La mujer hizo lo mismo, y Woohyun sintió el pulso acelerarse.

-Nam Woohyun, ¿Verdad?-Él solo asintió- Hace mucho que te estoy observando. Desde antes que te fueras de viaje. Sabes me ha llegado un curioso rumor acerca de ti...

El cuerpo de Woohyun sufrió la falta de aire ¿Es que acaso nadie podía mantener su boca callada? ¿Era un famoso, para que su vida causara tanto revuelo? ¡Que mierda les importaba, lo que hacía con su vida!

Como algunos sabrán, en fundaciones es normal que existan entes económicos, que apoyan, o donan dinero por solidaridad. La voz de su homosexualidad, se había corrido hasta llegar a un padre de familia, dueño de una empresa, y para dada las casualidades, ya que estamos, quizás uno de los más importantes, colaboradores de la fundación. Mucho tenía que ver, que uno de sus compañeros en la universidad, fuese hijo de aquel sujeto. Lo dedujo, no solo por el apellido, sino porque el mismo sujeto se encargó de decirle, que era su primogénito, quien había llegado al hogar, luego de clases, comentado que un chico Gay trabajaba junto a menores, en aquel lugar.

-¿Eres homosexual, Woohyun?- Había preguntado la mayor, con voz apacible, tranquila.

-Sí. Lo soy.- Su pulso término por dispararse. <<Hubiera sido más fácil mentir… >> No, claro que no. Le alcanzaba con el hospital. Las palmas de sus manos comenzaron a sudar.

El rostro de la mujer no mostro sorpresa, indignación, ni nada que hiciese suponer, que su presencia en el lugar había acabado. Min Ji, esbozo una cálida sonrisa, y lo observo como una madre a su hijo, quien está pasando por momentos difíciles, y ellas por experiencias comprenden a la perfección, lo que les sucede a los menores.

-No es algo que me sorprenda, Nam. Por eso te cuento que cuando me exigieron que te expulsara de aquí, me negué.- y la sorpresa termino por llevársela él. Sus párpados se abrieron, y sus ojos quedaron plenamente a la vista ¿Por qué se había negado? La mujer se enderezo en su silla, y con el dedo índice de su mano, acomodo sus lentes, acercándolos más al puente de su nariz.- No sé qué tendrá aquel sujeto en contra de los homosexuales, o su hijo que por lo visto ya te conoce. Pero no dejare que quieran hacer de mi fundación, lo que a ellos les plazca...

<< ¿Mi fundación?>> Tenía varios meses ayudando en el lugar, pero era la primera vez que cruzaba palabra con la mayor, más allá de un simple saludo. Y cuando ingreso, nadie se había tomado la molestia de presentarla como tal, solo como otra encargada.

-Soy la Creadora de esta fundación, Woohyun, por si te lo preguntas.

-Ah- Balbuceo, avergonzado.

-Woohyun, yo tengo a mi hijo que es homosexual, como tú.  No es un enfermo, no está mal de la cabeza, ni es un promiscuo. Todo lo contrario, ha sido un excelente hijo, una buena persona. No sé si todos lo sean, aunque nadie en este mundo lo es, pero doy fe de que tú lo eres. Soy consciente, de que esto quita una entrada de dinero en la fundación, pero no me gustaría que mi hijo pasara por algo así. ¿No sé si entiendes? Es como un sentimiento que,-Min Ji había tomado entre sus manos las del menor, y comenzó a acariciarlas con sus pulgares.- creas, porque me recuerdas a él. Quizás sea porque llevo tiempo sin verlo. No vive en este país...

 Woohyun sintió un poco de envidia, en  ese momento, no de mala manera, pero ver los ojos de aquella mujer, brillar por cada vez que mencionaba a su hijo, y los logros alcanzados por aquel, le hizo generar un desasosiego, un vacío interno. ¿Porque su madre no podría aceptarlo? ¿Por qué  no era capaz de apreciar, todo lo que él hacía, sin tener en cuenta ese detalle de su homosexualidad? Estaba estudiando medicina, no solo porque le gustase, lo hacía porque quería ver un semblante de orgullo en sus padres, cuando al fin tuviera su título en mano. Cuando fuese un profesional. Lo hacía más que nada, por ellos. Pero hasta entonces, no lograba cambios en los mayores. En ese momento había sentido pugnar unas lágrimas en sus ojos. Molestando por liberarse del encierro. Woohyun logro disuadirlas, aunque algo parecido a un frio seco, como el hielo de un iceberg, comprimió su corazón.

El chirrido del bus al frenar delante de él, hizo que regresara de los recuerdos. Ajusto su bolso, y subió al vehículo, antes de que arrancase. Un examen, y cirugía, les esperaba ese día. Luego ver a la Señora Min Ji, que desde el momento en que conversaron, lo hacía sentir como un niño con el trato que le propinaba. Al menos ese cariño, apego cálido con la mujer, aminoraba el desasosiego causado por la falta de contención por parte de sus padres. Y al final regresar a su casa.

...
...

Dublin, Irlanda

 Dejo de tipiar por unos minutos. Cerró y abrió la mano varias veces, tratando de relajar sus dedos, casi entumecidos de tanto escribir. Llevaba cerca de cuatro horas, encerrado en la oficina, sentado en su silla, solo levantándose para ir hasta el baño, o buscar algo de beber en la cocina. Ocho horas delante del ordenador del trabajo, mas cuatro horas frente a la laptop en su casa, terminarían por dejarle ciego, o con las retinas fundidas.

Quito los lentes de su rostro, y hurgo en los cajones de su escritorio. Saco un pequeño frasco del interior de uno de ellos, lo desenrosco y dejo caer dos gotas en cada uno de sus ojos, del gotero que pertenecía al frasco. Parpadeo varias veces, y la vista se le empaño.  Su espalda dolía,  y pensó que ya era hora de un baño y de una pausa.

Dijo "Basta" mentalmente. Por ese día, daba por finalizado su trabajo. Un trabajo aparte del que tenía en la editorial. Algo que estaba consumiendo sus horas de descanso, pero que al final, aseguraba que sacaría provecho de ello. Su propio libro. Podría decir, que estar rodeado de ellos, habían logrado transmitirle un amor especial por la escritura, pero debía sincerarse, que su meta no era alcanzar el éxito con su relato. Había algo más importante detrás de tanto empeño e inspiración, que nacía puramente de su alma. Cada una de esas páginas eran dedicadas a alguien, y cada palabra era su muestra más sincera, hacia quien amaba.

Tomo una relajante ducha, de largos minutos, su cabeza aun generando ideas, por cuanto segundo transcurría, y se halló en un punto en que no podía parar de pensar, ni imaginar frases, para esa historia.

-Para un poco, Sungkyu- Se dijo así mismo, antes de sumergir completamente su cabeza bajo el agua, de la pileta.

Con solo el pantalón de su pijama, de rayas azules, y grises verticales, y una musculosa blanca sobre su torso, Sungkyu se dirigió hacia su habitación, hasta que el teléfono en su oficina, comenzó a sonar. El timbre del aparato, chocando contra cada rincón del apartamento.

Frunció el entre cejo antes de regresar varios pasos atrás, bajar las escaleras, y pasar por toda la sala, hasta llegar al pequeño cuarto. Miro el reloj en la pared sobre el estante de libros, a un costado de la puerta. Una de la madrugada, y solo una persona en la tierra, era capaz de llamarlo a esa hora.

-Mamá, por favor que sean las diez de la mañana en Corea, no significa, que aquí lo sea- Gruño a través del auricular, sin embargo al escuchar la risa de la mujer del otro lado de la línea, logro sacarle una sonrisa a él también.

-Buen día hijo. ¿Cómo estás?- Dijo su madre con voz cantarina.

Sungkyu, rodeo el escritorio, y tomo asiento sobre su silla. Alzo los pies del suelo y los dejo sobre el mueble, estirando completamente sus piernas, mientras relajaba su cuerpo, sobre el respaldo de la silla. Con el teléfono en mano y al lado de su oreja.

Eran pocas las personas de Corea, con las que mantenía contacto. Solo dos, mas específicamente. Entre ellas su madre, que lo llamaba una o dos veces por semana, sin tener en cuenta la diferencia horaria entre un país y otro Pero era la primera vez que había sido más sutil con el horario, al llamarlo. Había veces que el teléfono sonaba, demasiada entrada la madrugada, a las  3 o 4 am. Lo levantaba de la cama, y ella tendía hablarle, como si en Irlanda fuera pleno medio día. 

-Corres con suerte. Aun no me había ido a dormir. Pero...

-Estabas en camino ¿verdad?

-Exacto, mamá. Incluso ya había subido las escaleras ¿sabes?- La ironía en sus palabras marcando presencia. Escucho la mujer reír.- ¿Cómo está todo por allá? ¿Papá?

Su madre pareció vacilar antes de responder.

-Bien. Ocupado en el trabajo. Como siempre- dijo tajante.

Percibió la incomodidad que se creó en esa charla. No era su intención. Lamentablemente, sus padres estaban pasando por una crisis en su matrimonio, una crisis que parecía no tener retorno, más que avances a un pronto divorcio. Sungkyu soltó una bocanada de aire. De pronto un sentimiento de culpa se instaló en su pecho.

-Lo siento Mamá, de verdad...

-Hijo, tú no tienes culpa alguna. Las relaciones se desgastan con el tiempo. Algunas sobreviven, otras no.

Y por más que dijera que él no tenía nada que ver con ese asunto, era una obviedad que el desencadenante de los problemas, había sido su salida del closet, y el apoyo de su madre hacia él. Su progenitor, pese a ser bastante tiempo, no lo aceptaba, pero él aprendió a vivir con ello. Sin su aceptación.

-¿Sabes algo, Sungkyu? Conocí a un chico como, tu.-La mujer cambio rápidamente de tema, y Sungkyu hallo sospechoso el tono con que hablo.

-¿Como yo?-Pregunto, curioso.

-Sí, Es homosexual.-Murmuro, como si fuese un secreto.

-¡Mamá, ni que fuésemos una especie de animal en extinción!- Levanto la voz, pero una vez más escucho la risa de la mujer a través de la línea, y Sungkyu no pudo más que compartirla.- ¡Hay, Mujer!-Espeto mientras negaba con su cabeza.

 Entendía que su madre no lo había dicho con ánimos de ofender. Todo lo contrario, lo había comentado como si fuese algo gracioso, y divertido.

-Lo siento. Aun me cuesta.- Respondió, y él se la imaginaba sonriente.

La extrañaba. Aunque no perdieran el contacto, empezaba hacerle falta ese calor materno. Podrían estar sus amigos, pero no tenía familia en Irlanda. La idea de una visita a Corea, comenzaba a picar como un bichito insistente sobre su cabeza.

-Lo sé, mamá. Bueno cuéntame, porque te noto muy alegre.

-Ah, sí. La verdad lo conozco de hace un tiempo, pero hace poco comenzamos hablar. Trabaja en la fundación...

<<Y bla bla bla...>> Sungkyu se acomodó mejor sobre la silla, y se dispuso a escuchar el largo relato, de su madre. Algo le decía que su hora de dormir se pospondría por media hora más, o al menos hasta que Min Ji, decidiera dejarlo ir.


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Buenas noches.


Lo siento, se que dije que el lunes iba a estar listo, pero no me convenció lo que escribí, y lo empece de nuevo al cap. Aunque me quedo corto. Muy corto, pero me gusta más así.

Creo que está lindo... ¿Ustedes que dicen? XD


Bien, esta rara la historia, pero prometo que tendrá sentido.

Lamento tardar con las actu, y tambien en responder los comentarios. Aprecio mucho que den su opinión de estas historias, es lo que mas me gusta de escribir, jejeje saber que piensan acerca de los fics. Tambien agradezco el tiempo que se toman en leer.

Gracias de verdad.


Bueno, el lindo de Gyu y Namu. Lejos y cerca a la vez. ¿Que les deparara la vida?


Tenia mucho por comentar, pero me quede en blanco jajaja y me apuran con la comida XD

Bueno, calculo, no prometo nada, que para el lunes o martes, ya actualice de nuevo. Es que saben, tenia en mente escribir mas fics, de infinite. Los cuales ya empece, pero hasta que no acabe con algunos de estos, los yaoi o heteros, no los subire. Salvo que me agarre la loca, y termine por subirlo igual.


Bueno, me despido. Respondere los comentarios en los siguientes días.

Se cuidan.

Kiss


P/D: Les iba a compartir un video de los Grammys, pero lo bloquearon y no se puede ver en you tube. Pero una pagina en face logro subirlo. Es hermoso de verdad.

Les dejo el Link. Yo casi lloro =) 



sábado, 25 de enero de 2014

Culpa de una Fujoshi. Cap 15

Capítulo 15


Y había transcurrido todo un viernes. Metida en la cama, sufriendo los escalofríos de la fiebre, la toz seca y picosa en su garganta, los mocos que taponeaban su nariz, y su voz casi inaudible. No había ido a trabajar, porque Woohyun se lo había prohibido. Tuvo que llamar al conservatorio para reportarse enferma, con Yadira y que ella se ocupara de todo lo que se tuviera que hacer.

Sungkyu la había ido a ver durante la mañana, llevándole frutas, cereales y Yogurt. Cosas que ella le había pedido, por mensaje, que comprara antes de llegar. Bueno ya que estaba enferma, le sacaría el lado bueno al asunto. No permaneció mucho rato en el apartamento, solo lo suficiente para ser testigo de que Stefania tomara los medicamentos a horario, y conversaran la nueva idea que había propuesto durante la noche anterior- y por lo cual se había arriesgado a ir a la radio, estando enferma- para recaudar fondos destinados a la fundación.

Durante la tarde llego Myungsoo. Con él mantuvieron una conversación rara, y que hacía tiempo no se daba. Rara porque lo notaba más decaído de lo normal, y Stefania tuvo que trabajar para poder sacar las palabras de la boca del menor y se desahogara. Era solo dos cosas que lo mantenían en ese estado de aflicción, su madre y su desgarradora forma de tratar o, mejor  dicho, no tratar con su hijo, y Sungyeol. Este último, la joven pensó que era el principal factor del ánimo decadente en Kim. Lo interpreto de esa manera, por el hecho que desde el momento en que conoció a Myungsoo, él había dado a saber la mala relación que tenía con su progenitora, y que en cierto modo ya estaba acostumbrado a la falta de importancia hacia él. Sin embargo cuando menciono al mayor de los hermanos Lee, el tono de voz bajo varias notas, se lo escucho inseguro, y confundido.

Stefania se había acomodado en su cama, quedando sentada con las piernas cruzadas al estilo indio, sobre el colchón. Permanecía todavía con el pijama de Kitty puesta, y un tanto despeinada. Myungsoo, sentado al borde de la cama, con la mirada perdida en el edredón blanco. Vestido con un buzo negro Nike, y jean del mismo color. El clima en la ciudad seguía descendiendo, como si el invierno quisiese superar al otoño y llegar primero a correr al verano.

-Myung, ¿porque no lo aceptas de una vez?- Trato de sonar conciliadora, aunque salió bastante frustrado por su voz rasposa.

-¿Aceptar que, Stefania?- Ni si quiera levanto la vista del edredón.

-Oh, Myungsoo-Suspiro- No compliques tanto las cosas. Te gusta Sungyeol, no lo niegues. El sábado de la semana pasada, eh notado como lo observabas. Más allá del deseo que le tienes, que es sexual por algo desapareciste en cuanto nos fuimos.-Un vaporoso calor se apodero del cuerpo y mejillas del menor ante ese intento de reclamo de la joven.- También fui capaz de discernir la necesidad que sientes por estar cerca de él. Seguro no te has dado cuenta o tal vez sí, pero no lo aceptas. Quieres a ese chico Myung...-La garganta le comenzó a picar, y la toz hizo presencia.

De pronto levanto el rostro, y sus ojos profundos, y apagados se posicionaron sobre Stefania.

-Pero sabes algo. Creo que me odia.

-No lo creo.

-Tu no viste la ira, y ese desprecio que sus ojos emitieron al verme la última vez que no-so-tros... estem...-Sintió pudor, de seguir hablando.

-Sí, ya entiendo...- La joven quiso reír, pero se resguardo de hacerlo, por su garganta.- Myung creo que ese chico debe tener una idea equivocada de ti. No lo conozco demasiado. Pero, dime cuando estuvieron... estem... la primera vez...

-Fue distintito. Admito que no había sido delicado conmigo, pero el sentimiento era diferente. No sé cómo explicártelo... Estoy confundido, Stefania....

La Conversación se había extendido por largas tres horas en que Myungsoo suspendió sus clases en el conservatorio, y solo se dedicó a deshacerse, mínimamente, un poco de esas penas que lo amedrentaban. Se retiró cerca de las siete de la tarde, con la excusa de llegar a su casa antes que la lluvia se intensificara, y quedando con verse el sábado por la mañana, junto a los demás.

El resto de las horas estuvo sola. Su familia, Dongwoo, y Yadira habían llamado, todos con la misma pregunta de saber cómo se encontraba. Bien respondía, aunque no fuese literal. Se dedicó a preparar la cena, pese a su estado y de que llevaba tiempo sin preparar comida de ninguna clase. Nada que requiriese mucha ciencia. Hamburguesas con ensalada y listo. Antes de que Woohyun regresara del trabajo, fue a por un baño, se cambió el pijama por otra, y se quedó en su habitación, haciendo zaping en el televisor.

Cuando Nam llego, su amigo decidió comer en la habitación junto con ella. Los dos sentados en la cama, uno al lado del otro, con la bandeja delante de ellos, y viendo La Hera de Hielo 3. Hasta que de repente el mayor hablo:

-Mañana voy a salir con Sungkyu, a la noche así que...

En ese momento Woohyun tuvo que comenzar a dar palmadas sobre la espalda de Stefania, ya que al escuchar tal revelación, un trocito de carne de la hamburguesa intento desviarse de su recorrido normal. Su pecho parecía doler cuando al final pudo recobrar la compostura, sin embargo no dejaría pasar por alto lo que dijo Woohyun.

-¡¿Que vas a salir con quién?!-Limpio las comisuras de sus labios con la servilleta de papel, y miro ansiosa a su compañero de vivienda.

-Tenías razón...- Sin duda Stefania pensó que eso ultimo dicho, era un intento de querer desviar el tema, por esos una de sus cejas se alzó, y casi levanta su brazo para pegarle un pequeño golpe en el hombro al mayor, pero lo que siguió fue lo que la detuvo.- Me gusta Sungkyu.

Se quedaron observándose, Stefania abriendo los ojos tan espeluznantemente que asustaba, y Woohyun serio, esperando por una respuesta.

No es que Stefania se sorprendiera, es mas ya lo suponía, de siempre, pero el asombro era a causa de que Woohyun lo hubiese aceptado tan rápido, y que se lo dijera sin titubear y demasiado taciturno. Eso solo dejaba una cosa en claro para la joven...

-Te enamoraste...- pronuncio tenue, ligero, y sorprendida.

Woohyun paso saliva por su garganta con efusividad, y simplemente asintió.

....
....


Sábado por la mañana, las puertas dobles y de cristal del conservatorio abiertas, pero no exactamente a la esperas de alumnos para impartir clases, a pesar de que se encuentran algunos en el interior. Diez de la mañana, el cielo empañado por la nubes rebeldes que  no muestran indicios de querer irse en algún momento, y hostigan con seguir lloviendo.

Howon ingreso a la academia. El grupo de mejores alumnos que tenía a su cargo estaban sentados contra una de las paredes del Hall, conversando entre ellos, absortos en sus temas de adolescentes. Lo observaron ingresar y solo le dedicaron una sonrisa, la cual el devolvió. No tenía muy entendido porque estaba ahí un día del fin de semana, cuando bien podría estar en sus importantes horas de ejercicio, pero su jefa había pedido que se presentara, tanto él, como Sungjong, Yadira y Myungsoo. Pero sus ojos no pudieron evitar desviarse y concentrarse en la figura masculina e imponente que aparecía desde el pasillo de las aulas, junto a Stefania.

Con campera gris, y jean del mismo color pero varios tonos más oscuro, Dongwoo permanece sumido en hablar con la joven, sin hacer reparo de su presencia. Una molestia se apodero de su pecho, de su corazón más específicamente. Esa petulancia que delegaba el mayor para no hacer caso de él, compungían sus sentidos, hasta crear un nítido dolor en la carne propia.

Stefania volteo su cabeza hacia dirección donde él se encontraba de pie, e inmediatamente lo localizo y lo llamo con un movimiento de su mano. Podría haberse negado a moverse de ese punto, a un lado del pilar cilíndrico dentro del hall, donde recargaba su espalda, pero sus pies tendían a contradecirlo y de un segundo a otro ya estaba delante de aquellos dos.

-¿Cómo así, tan obediente, Howon?-La joven sonrió y continuo.-  Pensé que no vendrías, pero aquí estas...

Stefania continúo con su plática. Hoya estaba atento en observarla y escucharla, pero la pesadez repentina en su cuerpo le hicieron desviar sus mirar y concentrarse, por unos pocos segundos, en el sujeto detrás de la directora del conservatorio. Sus miradas se cruzaron, y parecieron tomarse de la mano en un lapso de tiempo relativamente corto hasta soltarse, cuando Dongwoo desvió sus ojos hacia otro punto, y una vez más lo ignoro, encontrando más entretenido las hojas en su mano.

Aunque Jang tal vez no lo registrara, el mundo del menor dio varios vuelcos al notar que su hyung se tensó en ese cruce repentino. No diría que le nacían nuevas esperanzas, más bien tenía la corazonada que entre ellos siempre hubo un algo, que al menos él no pudo notar en un principio pero que si había hallado en ese momento.

- Bueno entonces, los dejo para que comiencen a trabajar juntos...- Stefania se dirigió a ambos y quito los papeles de la mano de Dongwoo.

-¡¿Trabajar juntos?!-Respondieron al unísono.

La joven no pudo más que fruncir el entre cejo, y rascar sus sienes, molesta porque ninguno de los dos la había escuchado ni una palabra que había dicho.

...
...

-Sabes que no era necesario que estuvieras aquí, ¿Cierto?

La joven levanto la vista de las hojas de la mano, y observo fijamente al mayor.

-Lo sé, pero mentiría si dijera que me encontraba segura en el apartamento, dejando que ustedes se ocuparan. No tiene sentido, Yo tuve la idea, debo estar presente.-Dijo sin vacilación.-Aparte de todas maneras, tengo una reunión con la empresa constructora al medio día.

-Pero aun no estas completamente bien.-Sungkyu, trato de seguirle los pasos a la joven, sin embargo esta parecía querer correr hasta la oficina.- No deberías ir.

-Debo, claro que debo. Si puedo hacer algo más que esto para retener el remate lo hare. Tú, solo ocúpate de hacer lo que pedí, que es poco tiempo el que tenemos. Preparen a los alumnos, acomoden sus horarios para que podamos concordar y juntarnos durante esta semana. Ya saben, no estoy diciendo nada nuevo de lo que eh dicho hace rato.- Más seria de lo normal, Stefania tomo asiento detrás de su escritorio, y comenzó abrir los cajones del mueble.- No entiendo ¿con que necesidad una reunión en sábado?-Re leyó la carta documento luego de encontrarla, verifico la dirección, y al final sus ojos cafés se posaron en los pequeños de Kim, que parecía inquieto o nervioso, sentado en el sofá cerca de la puerta.

-¿qué sucede?

-Eso mismo digo yo. No estas siguiéndome de un lado a otro solo porque te preocupas por mí, no te quisiste quedar en Hall así que supongo que hay algo mas.- Recargo su espalda dolorida, en el respaldo de la silla, y suspiro.- ¿Que sucede Sungkyu?

 No sabía que decir, que responder. Claro, puede costar admitirlo, pero debía reconocer que esa mujer engripada, con el rostro desganado y cansado, de buzo y jogging negro, y apenas una coleta hecha en sus cabellos azabache, era demasiado perceptiva e intuitiva. Aunque a menudo escuchaba eso acerca de las mujeres, de su capacidad de un sexto sentido.

Arremango los puños del suéter verde aceituna hasta los codos y paso una de sus manos por sus cabellos.

-Creo... que... soy gay-Murmuro vacilante.

-¿Por qué te gusta Woohyun?

La pregunta de la joven le cayó como balde de agua fría. Era suficiente, que antes de que dijera algo, la menor ya lo superara por dos pasos. Aun así apenas si pudo asentir sorprendido.

-Y... Yo creo que si lo eres, te atrae un hombre, Sungkyu. Te atrae de manera sexual.-Alzo sus manos para enfatizar aún más la última oración. Apoyo su codo sobre el escritorio y recargo su mentón en su mano. Lo observo con determinación y dijo: -¿Qué hay de malo con eso?

-No lo sé, que está mal visto...

-¿Y qué tiene que ver? ¿Acaso vives por lo que dirán los de más?- El bello de sus brazos se erizaron al escuchar a su compañera de trabajo. ¿Era su sensación o la joven parecía más hosca de lo normal? Como cansada de lo mismo.-Disculpa que conteste así. Note en tu rostro que no fue de agrado mi respuesta o pregunta ¿No? Estoy enferma y el doble de exhausta por cargar con esta gripe así que trata de entenderme. Y con respecto a lo anterior, pues olvídalo y listo. Metete a todos los prejuiciosos en una bolsa, y lánzalos lejos. No te gastes en querer conformar a esta sociedad hipócrita porque nunca lo lograras. La mayoría de las personas tenemos un ojo clínico para encontrar la falla en los demás, pero somos incapaces de ver lo especial que puedan ser. No lo sé, estoy diciendo palabras que te dirá cualquiera con la capacidad de pensar y respetar.- Stefania se puso de pie, y levanto del suelo su bolso y se lo coloco pasando la cinta sobre su torso.-Es tu vida, haz  lo que te dé en ganas con ella, sin dañarla. Woohyun es una gran persona, Sungkyu. Vas a tener suerte.

Antes de poder rebatir esas palabras, la joven salió de la oficina, tapando su boca y tosiendo compulsivamente.  Kim quedo sentado sobre el sofá, observando la imagen de un cuadro que tenía colgado la menor dentro de la oficina, ansioso por esa noche.

<<Vas a tener suerte>>

Y no pudo obviar que eso le sonó a mensaje oculto, o subliminal.

...
...

 Sungyeol recorrió los pasillos del conservatorio siendo la primera vez, desde que su hermano comenzó a trabajar, en que ingresaba dentro del lugar. Tenía un estilo bastante moderno, y original, pese que era bastante pequeña la edificación. Las paredes lejos de ser de un solo color, estaban escritas con grafitis de mensajes o frases dichas por algún cantante conocido. Inspirador, pensó.  Muchas palabras que le llegaban, o con las cuales se sentía identificado.

La música, era gracioso que estuviera pensando en ella, pero quizás eran los futuros acontecimientos quienes generaban que lo hiciera. Bastante tiempo hacía, desde que había dejado de lado su sueño por ser un alguien dentro de ese huracán de sentimientos que representa  la música. Una vía de descarga o escape para el caos que puede resultar la vida.

Abstraído en los recuerdos de cuando era un adolecente, sus oídos fueron consiente del sonido de los acordes de una guitarra, en una de las aulas escondidas casi al final de ese pasillo.

Cuando estuviste aquí antes
No te podía ver a los ojos
Eres como un ángel
Tu piel me vuelve loco
Tú flotas como una pluma
En un mundo hermoso
Y yo desearía ser especial
Tú eres tan malditamente especial...

La letra de ese tema no paso por desapercibida. No para él que la reconocería donde la escuchase o quien la interpretase. Porque alguien la está cantando de una manera tan bella, que casi su corazón se detiene, encantado, por la voz de tal sujeto.

Pero yo soy un desgraciado, soy un bicho raro
¿Qué diablos estoy haciendo aquí?
No pertenezco aquí...

La primera vez que lo vio, que de lejos lo admiro, no pudo más que recordar esa canción. En ese entonces así se sintió, como esas palabras lo describían. Y ahora la impulsividad lo ha llevado hasta esa aula, a descubrir de quien se trata.

Y es que, debe haber algo más, que un destino que le gusta jugar, porque no podía ser cierto que fuese el quien la estuviera cantando, poniendo tanto sentimiento ante cada estrofa, como identificándose con ella.  No era justo para Sungyeol, que intentando superar la frustración de sentirse decepcionado, lo tuviera que tener a solo unos metros, mostrando un lado que desconoce, y que una vez más termina por gustarle.

No me importa si hiere
Quiero tener control
Quiero un cuerpo perfecto
Quiero un alma perfecta
Quiero que te des cuenta
Cuando no estoy alrededor
Tú eres tan malditamente especial
Yo desearía ser especial...

<<Ser especial...>> Pensando solo en él, si, debía sincerarse quisiera poseer algo especial en su cuerpo, en su forma de ser, en lo que sea, con tal de no sentir ni una vez más, esa mirada  sombría y despreciativa que recibió la última vez en que estuvieron. No había una maldita manera de dejar de pensar en Sungyeol. No lo había, y en la oscuridad de su habitación, no hacía más que cerrar sus ojos, no para dormir, para recordarlo. Para poder revivir ese espectro de pasión que los envolvió, para, así, poder apreciar una vez más ese sujeto adueñándose de él.

No siguió, se detuvo, no podía más seguir de tal forma. Terminaría por volverse loco. Myungsoo abandono la guitarra sobre el suelo, y aun sentado en la silla, en medio del aula, agarro su cabeza con ambas manos, exasperado. No supo bien porque, pero sus ojos observaron de soslayo la entrada al aula, y su respirar se agito.

Sungyeol apenas se disculpó. Aligero sus pasos de nuevo por ese pasillo, determinante a no querer volver a ver al menor. El conservatorio, para su mala suerte, casi desolado. Había pensado que Myungsoo ya se había marchado, porque él llego tarde a esa junta planeada por Stefania, cuando, incluso, la nueva socia de la fundación ya no se encontraba. Ni Woohyun, solo Dongwoo con Hoya, que apenas si balbuceaban algo entre ellos en ese Hall. <<No recordaba que el pasillo fuera tan largo. >>

Tampoco estaba su hermano. Desde el día anterior que habían decidido a manejarse cada uno en su vehículo. El menor había llegado justo a horario a esa "reunión" y tanto Yadira como Sungjong, según Dongwoo, habían salido a almorzar.

-Espera. No. No te vayas...

La firme mano sobre su muñeca lo detuvo. Aunó fuerzas como pudo, para encarar a Kim, para no caer ante todo lo que era él. Pero ni bien volteo a verlo, soltándose del agarre del ajeno con brusquedad,  su rostro fue apresado por ambas manos de Myungsoo, y el corto espacio que existía entre ellos, desapareció, hasta sentir los labios del menor sobre los suyos.

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Las miradas recaían sobre su cuerpo, sobre su conjunto de jogging y buzo negro Nike, su rostro sin maquillaje, la simple coleta en su cabeza... En fin en toda su persona. Stefania se sintió extraña, abrumada de tatos murmullos de las recepcionistas, uniformadas con su camisa blanca pulcra y delicada, la falda negra tuvo hasta las rodillas, y los zapatos de tacón alto. Unas diosas asiáticas al lado de ella, que tenía unas inmensas ojeras y la nariz rojas como el reno de santa.

¿Por qué un sábado? ¿Por qué ese sábado?  Está bien no había nada en especial en ese día, pero sentía que la cama en su habitación, la llamaba a gritos. Confirmo la hora en su móvil, busco la botella con agua y su medicina dentro de su bolso, mientras continuaba sentada en una de las sillas de recepción, esperando por ser atendida.

-¡Medio día, medio día!... ¡Si claro!- Gruño entre dientes antes de tomar la capsula de color verde para la fiebre, y pasarla con agua.

Se suponía que tenía que asistir cuando ella pudiera, pero Sun Hi la llamo esa mañana por el repentino cambio. Su idea era ir solo al conservatorio y regresar al apartamento. Conversar con sus amigos, ponerlos al tanto a todos de sus planes para ayudar a la fundación, incluso a algunos alumnos que decidieron participar, en todo lo que se hiciera. Aunque casos, como Sungyeol, no llego hasta que ella se fue. Algo le decía que era solo para esquivar a Myungsoo. Bien Dongwoo se encargaría de comentarle lo que habría que hacer. Ella no regresaría al conservatorio, hasta el lunes, cuando ya pudiera sentirse mejor.

-Señorita, disculpe la están esperando.- Dijo la joven de ojos rasgados y cabellos ondulados castaños, luego de colgar el teléfono.

Siguió las indicaciones que le dijo la mujer, y se perdió por un pasillo, amplio de suelo y paredes blancas. Casi se siente mareada ante tanto blanco, teniendo en cuenta, que entre colores, el negro era su vida. Limpio su nariz antes de ingresar a la oficina.

Las puerta dobles de madera oscura, se alzaban varios metros, por sobre su cabeza, pero claro hay que mencionar que la estatura no era su virtud, por lo cual, a veces pensaba que todo era cuestión de su mente, y su baja estatura, como cuando uno era niño y tendía a ver todo desmesuradamente grande. Golpeo con los nudillos de su mano, suave, y espero. Una de las alas de la puerta se abrió, y se asustó.

<<No es justo...Jesús>>

Se estremeció, porque le pareció sentir que su mandíbula tocaba el suelo. Si las recepcionistas eran unas diosas asiáticas, quien tenía delante, para su mala suerte, era un adonis oriental. ¿Cómo carajos pensaba enfrentar a un hombre así, sin que le cayeran las babas?

El sujeto delante de ella le extendió la mano, ella se la estrecho, y perdió el habla al ver, lo bien que calzaba esa camisa blanca en el cuerpo del hombre.

-Soy Lee Jonghyun. Abogado del señor Jukka Karjalainen. Un gusto conocerla. Adelante- Vacilante ingreso a la oficina, que le hizo recordar a la que Woohyun poseía en su empresa, solo por la amplitud, ya que la decoración era más sobria, las paredes cubiertas de estantes con libros de Derecho, Leyes, y varios más.-Disculpa que no sea el mismo Jukka, quien la reciba, señorita...

-Stefania, mi nombre es Stefania. Aunque ya debe saberlo, es usted quien mando la carta documento, en nombre de su cliente, ¿verdad?

-Sí.-Respondió, sonriendo- Puede tutearme si quiere.

Lo observo alejarse hasta tomar asiento en la silla de cuero negro, detrás de la mesa de cristal que era su escritorio. Cruzo las piernas, recargando su espalda en el respaldo, y clavando sus finos y rasgados ojos en ella, con cierta petulancia. Stefania, frunció el entre cejo, << ¿Y este quien se cree que es?>> El encanto se disipo en menos de un minuto, con una descripción latente en su mente de cómo era aquel sujeto <<cretino>>

-Gracias, pero no. Me gustaría saber ¿para qué me han citado?

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Miro una vez más, por la ventana del segundo piso de aquel restaurante. Lo vehículos circulaban por la avenida, personas iban y venían a esa hora de la tarde, y ellos recién por comer. Incomoda, buscando a alguien que pudiera llamarle la atención en medio de ese tumulto debajo.

-¿Te encuentras bien?- Yadira quito la vista del vidrio y giro hacia delante. Sungjong la observo con cierto deje de preocupación.

-Sí, ¿Por?- Pregunto.

Sungjong, corrió sus cabellos que tapaban un poco su vista, hacia un costado, y apena se encogió de hombros.

-No sé, me pareció que estabas incomoda.

-No, no. Pasa nada Jongie. Es más te agradezco que me invitaras a "almorzar" a pesar de la hora. Me hacía falta.- Hizo unas comilla con su dedos a la palabra almorzar, y plato una sonrisa en sus labios, lo bastante convincente, para finalizar con ese tema.

Tenía, quizás demasiadas, ganas de contarle todo al joven delante de ella. Una necesidad nefasta de descargarse un poco más. Stefania podía saber todo ahora, pero algo, internamente, le pedía a gritos que confiara en Sungjong, que él podría estar más presente que su amiga, en ese asunto.

Su móvil sonó, dentro de su pequeño bolso que colgaba en el respalda de la silla de madera, ella solo lo ignoro. “Otra vez”. Por más que intentara buscarlo, no había forma de encontrarlo. Aunque era evidente que se encontraba cerca, los mensajes se lo decían. Incluso, tuvo el descaro de  preguntar ¿quién era el chico que la acompañaba? No respondió. Sus ojos se escabullían, hasta dentro de ese salón, en cada mesa, los clientes, los mozos. Nadie le result1aba conocido.

-Bueno, Yah.- Espeto de repente su amigo, con su cejas fruncidas, hasta forma un línea por encima de ellas- ¿Qué es lo que te preocupa?

Yadira, se enderezo sobre su lugar. Sus manos, sobre sus piernas, comenzaron a rascar con las uñas, la tela de su jean azul gastado. Se tornaba imposible enmascarar su nerviosismo por demasiado tiempo. Era tanta la preocupación que le causaba su ex novio, que no controlaba sus actos. Una de sus manos se posó sobre la mesa, y sin percibirlo, Sungjong tomo de ella.

-No me diga que no hay nada que te esté sucediendo, porque son tus ojos quienes te delatan.- Sonó conciliador, y tranquilizante.

Parpadeo varias veces. Hubo cierta turbación en su pecho. El tacto de Sungjong quemaba por encima de la piel de su mano. Extraño, aun mas, fue observar por un corto instante el rostro del joven, delinearlo con la mirada, hasta llegar al par de ojos,- que pese a ser rasgados, eran grandes- con el sentimiento de algo más que un mejor amigo.

-Jongie, Yo...

-Disculpen, ¿qué van a pedir?

Y esa voz, que de inmediato reconoció, altero el mundo a su alrededor.




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Hola! Que tal? 

Tanto tiempo... jejeje


Dusculpen la demora en actualizar, esta semana no eh tenido mucho tiempo de escribir, tampoco tenia la mente cien por ciento activa, pero pude escribir el cap. No es tan largo. Iba a serlo pero, tardaría aun mas en subirlo, asi que tratare de escribir mas rapido el siguiente, para que tengan la conti de este jejeje


Bueno como ha ido su semana? La mía casi muriendo del calor jejeje De verdad era algo que no se aguantaba. Hasta que un buen día, osea el jueves llovio, mucho viento del sur, y yo al fin pude dormir tranquila XD jejeje 


Bueno el Gyuwoo aun lo actualizare, porque no eh terminado de escribir el cap, pero le queda poco, asi que posiblemente el lunes lo suba, si no estoy muy ocupada.

Bien arriba menciono que Myung esta interpretando un tema, es Creep de Radiohead. Abajo el video =) (Ya saben mi gusto por el rock) En un principio no iba a usar un tema de esta banda, mas bien iba a ser de James Blunt, pero mas alla de ser lindas las letras de sus canciones, no me convencieron para la pareja, asi que recorde a Creep, por mi prima jajaja y ahí esta, para mi quedo genial. Claro traten de imaginarla en acustico XD.







Bueno me despido, que no ando de muy buen humor, desde ayer. La verdad es que si no fuera por una amiga que me visito y charlamos un buen rato, hubiera matado a alguien. XD Cosas mias.


Espero tengan una buena semana.

Nos leemos pronto

Bye...