lunes, 12 de mayo de 2014

El Trébol de la Luna. Cap 7

Capítulo 7

Hay veces en que uno se cansa de ser fuerte. Se cansa de mostrar sonrisas falsas, sin sentimientos alguno que las provoquen. Se cansan de ser pura apariencia. Uno puede llegar al punto en que pensar seguir de tal manera, ya no le encuentra sentido. Que tal vez no es vida responder con un “Bien” como si esa fuese la verdad. Pero qué más da si no hay quien te escuche… Cuando cada quien vive en su propio mundo, padeciendo o, disfrutando…  Sin embargo el hecho de que todo sea acallado, no lleva a uno a ningún lado. No hace que te sientas mejor… Muy por el contrario, si aguardas demasiado tiempo en soltar esos sentimientos, estos buscaran la manera de ser liberados sin importar que.

La noche y la madrugada pasaron sin ser perceptibles. No había sido consiente de en qué momento las horas transcurrieron a una velocidad en las que no fue capaz de sentirlas… La mañana se daba a conocer por encima de la ciudad. Un sol vivas emergiendo de entre medio de los edificios, con rayos de luz rozagantes atravesando los cristales de las ventanas del apartamento.

WooHyun ha recorrido el apartamento desde un rincón a otro. Tomando asiento sobre una silla en la cocina, observando en un perpetuo silencio las manecillas del reloj sobre la puerta, moverse; marcando el transcurso del tiempo, mientras que para él, el tiempo se ha deteriorado hasta detenerse. Luego caminando, sin sentido de hasta dónde quiere ir realmente, solo para quedarse de pie ante el desorden que hay en la sala. El día anterior no había terminado de organizar el desastre que el mismo causo moviendo de lugar a los muebles. La biblioteca atravesada a mitad del cuarto, los sofás cerca de la entrada a la cocina, cuadros descolgados de la pared, dejados sobre el escritorio que estaba delante de la ventana. Todo a medio acomodar.

 Regresando sobre sus pasos, para perderse por el pasillo, hasta ingresar a su habitación, contemplo con un vacío en su pecho las manchas de sangre sobre el edredón de la cama y el suelo. Ver esa escena le hacía devolver algo de sensibilidad, al menos física, de sentir el escozor en la palma de su mano izquierda, pero solo eso, apenas una pequeña picazón y ardor sobre la piel lastimada.

¿Ha colapsado? No cree que sea así. No ha experimentado un repentino ataque de ira por destruir todo lo que le rodease, no ha gritado, mucho menos a llorado, simplemente ha pasado una noche entera sin poder conciliar el sueño, pese a da vueltas y vueltas sobre su cama, sin taparse, queriendo que el frio aplacase su dolor. El insomnio atormentando su intento de tranquilidad, agobiándolo hasta la locura de poner a trabajar su mente durante las horas nocturnas, donde la cordura dejo de existir para él, y en la que una inquietante pregunta se aferró a la oscuridad de su pensamiento ¿Alguien notaria que ya no está más?

Y él, en medio del silencio penumbroso, respondió en un murmullo: -No…

WooHyun ha entrado al baño que está en su cuarto. El espejo sobre él lava manos le muestra una clara imagen del despojo de ser humano que es, o al menos así se considera. Una vez mas no es capaz de  permitirse tomar un momento, y pensar lo que está por hacer. Ha bastado solo un día para trastabillar y caer de nuevo. Un par de horas para derrumbarlo, olvidando y dejando atrás todo lo que había conseguido con demasiado esfuerzo.

Había hecho promesas a Min Ji con volverse a encontrar, en no cortar lazos pero… Las fuerzas aunadas para seguir soportando tanta soledad en su vida se han esfumado cobardemente; con el miedo nacido o resucitado, de pasar una vez más por lo mismo. El rechazo. Quizás su sub consiente lo había engañado, haciéndole creer que estaba listo para comenzar de cero, en un lugar desconocido para él, con gente que tampoco eran si quiera cercanas, simplemente para llevar a cabo un acto…

Ha abierto el grifo, dando el paso libre para que el agua caiga con violenta libertad en el interior de la tina. El tapón esta puesto. WooHyun observa, sentado en el suelo y con sus pupilas dilatas, el fondo blanco de la tina cubriéndose por un manto transparente. Su mano acaricia con serenidad el cristal líquido, y este le devuelve esa muestra de cariño, carente de sentimientos, envolviendo a sus dedos en una templada calma. Se extravió por unos segundos en un recuerdo… Faltaría a la promesa que le había hecho a alguien más.

<<Estaré bien>>

Eso había dicho al despedirse de SungKyu luego de pasar casi todo un día en la habitación de hotel donde se hospedaba el mayor, allí en Doolin. Un beso y dos palabras. Después buscar sus bolsos, ir a Dublin y regresar a Corea del Sur. Ese muchacho fue su bálsamo, fue la calma, fue su complemento… Pero no estaba cerca, y no había manera de contactarse con él. Y aunque lo hubiese, eso no significaría que Kim estuviese interesado en un sujeto como él, no más allá de algo solo como una noche. Sin embargo tiene muy presentes las palabras de Kim mientras sus cuerpos se volvían uno solo…

<<Vuelve WooHyun… >>

Era como un dulce susurro en medio de ese caos, pero… WooHyun se siente demasiado perdido, muerto en espíritu, y sin fortaleza para continuar.

-Si estuvieras aquí-La voz de WooHyun escapo, vagamente, de sus labios, enderezándose y hundiendo dentro del agua, un pie descalzo. Hurgo dentro del bolsillo de su jogging negro, y extrajo con lentitud la hoja de afeitar, manchada con apenas unas gotas de su propia sangre.-Juro que no lo haría…

<<Pero no lo está>>

<<Estas solo…>>

Su cuerpo se acomodó en el interior de la tina, tomando asiento, y dejando que sus brazos se recargasen en los bordes del cerámico. El agua llegando hasta su pecho, y sus músculos relajándose al sentir la calidez envolvente sobre la piel. Su respiración se descompagino, se agito impetuosa, y algo se creó en su garganta. Las lágrimas irrumpieron en sus ojos, humedeciendo el rostro cansado de WooHyun, descendiendo hasta llegar al mentón, y luego colgando hasta caer sobre el agua. Muy pocas, demasiado escasas como para poder ser consideradas un pequeño desahogo…

Sus ojos observaron, hipnotizados, el grifo aun abierto al final de sus pies.

<<Llego el momento…>>


Hace más de diez minutos que ha dejado atrás el aeropuerto de Busan. Se siente un poco perezoso y cansado a causa de tener que haberse levantado más temprano de lo que acostumbra, pero el café que bebió, antes de salir de la casa de su madre, más la ansiedad de encontrar al menor, están logrando mantenerlo despierto, aunque no despabilado. A su lado se encuentra una mochila con algunas prendas de ropa en el interior, y otra con su laptop, y material de trabajo.

SungKyu observa al chofer del vehículo, sentado delante de él, conduciendo sin dar mucha importancia a su presencia. Apenas si han cruzado unas cuantas palabras solo para dar la dirección de su destino. La mejor opción es pasar primero por el lugar donde se tiene que hospedar por esos días, pero ha amanecido con cierta turbulencia en su ser… un desasosiego en el centro de su pecho, como faltándole el aire.

Quizás se deba a los nervios de encontrar al menor, de no saber cómo plantear sus sentimientos en cuanto lo vea, pero es algo más  lo que lo tiene en ese estado. ¿Un mal presentimiento? Respiro con profundidad, y cerro sus manos en un puño. Impaciente. El primer lugar a donde ir era el edificio donde, supone, vive WooHyun. Su madre, aun pasmada ante la sorpresa de que él y Nam ya se conocieran, le había cedido la dirección del menor

<< El destino es caprichoso… Cuando quiere. >> Le había dicho Min Ji con un semblante de incredulidad, una vez hubiese acabado de relatar su experiencia vivida con Nam WooHyun en Irlanda.


Él aun no puede creer al cien por ciento, que realmente las cosas se le estén dando demasiado fáciles. Que esta tan cerca de encontrarlo, cuando todo parecía que sus caminos no se volverían a cruzar nuevamente, o al menos, no lo harían por un buen tiempo… Pero las posibilidades también implicaban el que nunca volviesen a verse. SungKyu observo a un buen cumulo de nubes acercarse, con lentitud, hacia la ciudad. <<Posiblemente llueva>> Pensó. Ahora esas tres posibilidades se erradicaban de raíz. 

Él vehículo se estaciono delante de un edificio bastante grande, en cuanto a la altura, y demasiado elegante.

-Llegamos.-Aviso el chofer, con sequedad.

SungKyu saco un par de billetes de su cartera, y se lo extendió al sujeto. Se apeó del taxi, con una mochila colgada de su hombro y la otra sujeta en su mano. Las puertas de entrada al edificio se encontraban abiertas. SungKyu ingreso, inmerso en un mundo aparte. Atado a la ansiedad, caminando sin sentir nada debajo de sus pies, y su pecho subiendo y bajando con una fuerza desmesurada difícil de controlar. No había persona alguna caminando por la planta baja. Las grises puertas del ascensor se cerraron delante de sus ojos, y comenzó a ascender por los distintos niveles, hasta llegar al cuarto.

Un escalofrío atizo sobre su cuerpo, y aunque lo ignoro porque tenía puesto su abrigo, Kim dirigió miradas de un lado a otro por el pasillo, casi con desesperación. <<No>> Esa falta constante de aire que ahora lo estremecía, ese mareo tan repentino que jugaba con sus piernas a que cayeran de rodillas, las palmas de sus manos transpirando un sudor frio… <<¿Por qué?>>  Una sola pregunta ¿Por qué estaba sintiendo aquello? No eran los nervios por enfrentar a WooHyun. No. Era algo más, y le asustaba saber a qué se debía.

Encontró la puerta de lo que supuso, es la que pertenecía al departamento del menor, según indico su madre en la hoja de papel que guardo dentro del bolsillo de su pantalón. El timbre a un lado de la puerta. Toco tres veces, espero y no sucedió nada. Tres veces más y continuo sin salir nadie de dentro. Una y otra, y otra vez llamo a quien sea que este en el interior de ese lugar, pero no obtuvo respuesta. Hasta donde sabe, WooHyun no comenzaba a trabajar hasta la semana entrante, y es demasiado temprano como para que saliese. << ¿Pero qué dices? Si apenas lo conoces>> Muy cierto. Él no podría afirmar un gusto acerca de ese joven. Pero su percepción no lo engaña… Algo estaba sucediendo.

Su oreja se pegó a la madera blanca de la puerta, agudizando su sentido de la audición, y preparando su puño para comenzar a golpear. Apenas pudo percibir un débil sonido provenir del interior… <<Agua>> Y se quedó unos segundos más, escuchando.

-¡WooHyun!- Grito y la puerta recibió un sin fin de golpes, de su parte.- ¡WooHyun!

Era demasiada agua cayendo de un grifo; Y puede no significar nada, puede que el menor solo se esté bañando y por eso no sale a su encuentro. Puede ser, si, puede ser… Pero no para él, no cuando ya experimento, poco tiempo atrás, todo ese sofoco, ahogamiento y angustia vapulear todo su ser, y mucho menos al tratarse de, una vez más, de la misma persona. Cuando había seguido a WooHyun hasta los acantilados Moher, y dedujo en un vistazo, que el muchacho no estaba por hacer nada bueno con su vida.

-¡WooHyun!

Sus gritos se escucharon por todo el pasillo, y una mujer anciana salió del departamento junto al que él estaba llamando con urgencia.

-Muchacho ¿Qué le sucede? ¿Por qué grita de esa manera?

La anciana de pelos canosos, con una pollera marrón, larga, por debajo de sus rodilla, y un poleron beige cubriéndola de la cintura para arriba, no recibió una contestación, solo se quedó observando, turbada, como el joven de pequeños ojos, a pocos metros de ella, comienza a dejar su bolsos sobre el suelo, y hace uno pasos atrás tomando impulso, para luego propinar un golpe a la puerta, con todo el peso de su masculino cuerpo.

-¡WooHyun-ah!...

La puerta no cedió ante el primer intento, pero si lo hizo en el tercero, abriéndose  y azotando a la pared ante la fuerza con la que había sido violentada. SungKyu desapareció ante la vista de la mujer.  Segundos después, a pesar de tratar de procesar aquel espectáculo, el corazón de la anciana se empequeñeció y sufrió un intenso desasosiego al escuchar un grito desgarrador, que la acompañaría por lo que le quedara de vida. Sus pies se encaminaron, presurosos, pero aun así asustada, al interior del departamento vecino.

-Muchacho…-Llamo, temerosa.

Y la consternación oprimió todos sus sentidos al entrar al baño. El mundo, para ella, quedo sumido en un silencio indescriptible, perpetuo y sepulcral ante la imagen de un joven, el mismo que hace un momento parecía decidido en derribar la puerta, arrodillado sobre el charco de agua del suelo, imponiendo fuerza con ambas manos sobre el pecho de un empapado, tieso, y empalidecido muchacho que permanecía recostado delante de él.

-¡Noooo…! WooHyun no…

Una tina repleta de agua teñida de carmín, su voz perdiéndose por algún infierno maldito, y el llanto adueñándose de él y de sus pocas fuerzas. Y otra vez  esa pregunta que lo rondara por siempre...


¿Por qué?



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Hiii!!! Como estan???


Aquí nuevo cap... Y presiento el odio sobrenatural hacía a mi XD jajaja ok No... Culpen a Nell... Ya dicen que culpar a alguien mas es mas facil jajaja perdon...

Lamento todo lo que esta sucediendo... Pero esta historia aun no termina, quedan tres capitulos mas... Todo puede pasar en esos tres, como una invasión de ponys o...  Que super man se declare gay XD jajaja 

Un poco de alegria para el día jejeje...


De verdad, esto me sucedio por escuchar a Nell, y se me ocurrio escribir eso de arriba... Y como que me gusta este cap, como que no... Quedo mas o menos presentable, pero no tanto como tenia en mente. No sabia como expresarme... Pero bue, ustedes diran...


Si quieren criticar, pues no duden en hacerlo jajaja

Bueno, Gracia por leer... y comentar.


Bye...


Se cuidan...


P/D: Tambien estoy sufriendo una crisis de WooGyu shipper, asi que, deban este capitulo a ese motivo realmente...