Capítulo 20
- Y ¿me dices que durante toda la semana
no hubo mensaje de parte de él?
Stefania descanso su espalda sobre el
respaldo de su silla, cruzada de piernas y observando hacia el techo blanco de
su oficina. Yadira desde el otro lado asintió con un gemido demasiado bajo,
mientras jugaba con un bolígrafo a golpear el escritorio.
-Pero tengo un mal presentimiento ¿sabes?
El que no me escriba no hace que me libere de la preocupación.-Añadió la menor,
clavando sus amarronados ojos en su amiga.
Y la Directora del conservatorio le daba
la razón en ello. No daba buena espina
el que desapareciera de un momento a otro y apenas dejando un mensaje, en el
que continuaba decidido a atormentar a Yadira. Temía o, mejor dicho, sentía que
se avecinaba algo jodido para la
menor, pero no sabía que, ni hasta donde podía llegar aquel sujeto.
-Lamentablemente no podemos hacer mucho.-Dijo
Stefania, suspirando-. De verdad que con los policías a veces, no puedes contar.
-Me indignan.- Espeto Yadira, lanzando
con violencia el bolígrafo que tenía hace un momento. El objeto cayó sobre las
piernas de la mayor, pero esta no dijo nada, apenas si se movilizo un poco para
dejar el proyectil a un lado del ordenador y regresar a su antigua posición.
El hecho que al ir a denunciar a la policía
el acoso de Gerard hacia ella, y le diesen vuelta la cara, metafóricamente
hablando, dejaban sus esperanzas desparramadas en el suelo para ser luego
pisoteadas. En pocas palabras Gerard había cesado de repente con los mensajes,
por ende los oficiales de la central de policía prefirieron decantarse por la opción
de que el tipo se había cansado de seguirle los pasos a la joven, más allá de
agregar que unos cuantos mensajes que enviara no alcanzaba para ser motivo de acoso.
Mucho menos para asentar una denuncia y arrestarlo. Yadira había salido de ese
lugar, con el estómago revuelto, no solo por el hecho de que el lugar tenía un
olor rancio, debido a una limpieza poco atenta y superficial donde no se había
utilizado desinfectante, sino también, porque se sentía nerviosa y ansiosa al
mismo tiempo.
Stefania por su lado permanecía
preocupada. Había insistido porque la menor denunciara a Gerard, pensando que llegarían
a alguna solución, y sin embargo nada había cambiado.
-Lo siento-Murmuro la mayor, con un
gesto poco pronunciado en su rostro, de preocupación. Yadira la miro con
desconcierto-.Siento no poder ser de mucha ayuda. Pensé que con ir a la policía
alcanzaba, pero aparentemente, tiene que pasarte algo a ti, físicamente, para
que alguien te tome en serio.
-No es tu culpa, mujer. Aquí, la que
debió parar con todo esto, sin llegar a empezar, tendría que haber sido yo.- La
joven se inclinó hacia delante, anclando con brusquedad los codos en el
escritorio, y dejando que sus manos tomaran su frente, frustrada-¿Como pude ser
tan estúpida, Dios?
-¡Oye, oye!-Stefania tomo de las muñecas
de la menor, y la sacudió un poco para que esta la observara-. Esto no ha sido
tu culpa. Comencemos con que no eres la primera que pasa por esto, y hay quienes prefieren vivir sujetas a este
tipo de situaciones sin hacer nada. Tú te alejaste de él, preferiste poner un
alto a todo aquello. No esperabas que este tipo tuviera serios problemas
mentales, aparte que nadie te los menciono. No te llames estúpida.
-Pero lo soy. Mira como están las cosas
ahora, y no sé qué hacer.
-Basta. Tal vez si se cansó, o algo le sucedió,
y no aparezca más a molestarte.
Stefania no podía sentirse más inservible
en ese momento, sabiendo que lo último que había dicho era claramente una
mentira, solo para suavizar un poco las cosas, para tratar de que su amiga se
relajase un poco. Y no lo consiguió. Yadira soltó sus muñecas de las manos de
la directora, sin ser irrespetuosa y brusca, y poniéndose de pie corrió la
silla en la que estaba sentada.
-Mejor me voy a casa. Mañana hay que
regresar así que...
-¿Necesitas que vaya hasta tu casa? Busco
algo de ropa en el departamento y luego voy...
-Me harías un gran favor. No tengo ganas
de estar sola.
La mayor comenzó a alzar sus cosas.
Busco un par de carpetas, su bolso, y las llaves de su vehículo. Yadira ya
estaba lista con la campera puesta, y su mochila colgada en uno de sus hombros.
Stefania alzo su vista, antes de salir por la puerta de la oficina y observo el
rostro preocupado de la menor que le devolvía la mirada de una manera ausente.
-Yadira, todo se va a mejorar.
Y la Directora del conservatorio
esperaba tener razón.
...
...
El ambiente del café era demasiado acogedor,
simple. Las paredes cubiertas por esos papeles que se adhieren de un color
rustico, amarronado con pequeñas hojas como dibujos, y otros cuadros que
colgaban de la pared, daban la sensación de haber ingresado al otoño hace
varias semanas atrás. SungKyu lo percibía así, aunque estaba más que claro que
resultaba se una bienvenida a la nueva época del año.
Ambos tomaron asiento en una de las
mesas frente a la ventana que daba a la calle. Dos cartas esperaban reposadas
por ser leídas. SungKyu escruto con la mirada a WooHyun, mientras este
observaba con demasiada dedicación aquel folleto plastificado.
-Miras a ese papel, como si la humanidad
dependiera de la decisión de que café vas a tomar. Es solo un café.
Nam levanto la mirada, sonrió, mostrando
sus dientes demasiados blancos, y dejando la carta a un lado.
-Hyung, por si no te has dado cuenta,
hay una gran variedad de tipos de café.
-Si lo sé. Pero yo hablo de cómo te
tomas un buen tiempo, para elegirlo.
-Es porque quiero beber algo que me
guste. No solo un simple Cafe amargo.
-Aun así es solo un Cafe.-Murmuro SungKyu, y
detuvo su mirar en los transeúntes que pasaban por la acera del Cafe-Bar.
WooHyun Hizo lo mismo, pero termino por contemplar
cada detalle del rostro de su acompañante. Se perdió en los pequeños ojos del
mayor, observando que apenas se lograban visualizar el color del iris; las
pestañas cortas, las cejas poco pobladas. Pulió cada detalle del rostro del
mayor, desde la nariz, hasta los finos labios rosados que a esa distancia a él
le parecían de textura suave. Descendió por la barbilla y el cuello, deteniéndose
ahí, en esa piel nívea no muy descubierta pero que no dejaba de ser llamativa.
Lo hizo tan a inconsciencia estudiar cada área de su Hyung, lo que se permitía
apreciar, que pudo percibir que Kim había estado observando lo que hacía desde
el comienzo, al ver sus reflejos en el vidrio del ventanal.
SungKyu miro de soslayo, incómodo y sus
mejillas tentaban por ponerse de un rojo vivo.
-Disculpen ¿qué van a pedir?
La camarera llego en el momento
indicado, al menos así lo pensó Kim, que sentía desfallecer por los nervios que
causaba ser el centro de atención del menor. De poder contemplar que WooHyun
no lo miraba como si fuese alguien más.
El brillo de aquellos ojos, que ya no estaban encima de él sino de la camarera
que estaba de pie a un lado de la mesa, esperando por el pedido... SungKyu se estremeció
¿Era posible?
-Hyung, ¿Ya has decidido que vas a
consumir?
El mayor se relajó un poco, aun con la
pregunta suspendida en su cabeza. Por el momento necesitaba evadir sus
interrogantes con respecto a Nam, e intentar que la noche avanzara
"casual"... ¿Casual?
...
...
Se estaba juntando demasiado con
MyungSoo, sin duda era eso. HoWon no había esperado, más allá de que el
repartidor llegase con su pedido, cerrara la puerta, lanzar la comida sobre la
mesa de la cocina, para asaltar la boca de un DongWoo que había ganado por
segundos al repartidos, y esperaba, en silencio perpetuo y de pie, aun lado del
sofá en lo que HoWon se deshacía del
joven no mayor de 19 años, con el uniforme del local de comida rápida.
Y quizás DongWoo estaba demasiado ido
mentalmente, como para detener esa lengua que se movía intranquila dentro de su
boca y esas manos que inquietas viajaban por su cuerpo, sobre la ropa que
llevaba puesta.
La espalda del mayor quedo pegada a la
pared del pasillo que llevaba al único cuarto dentro de ese departamento. HoWon
intensifico la fuerza de ese encontronazo de labios e intercambios de saliva,
mientras comenzaba a bajar la cremallera de la campera que su amigo tenia
encima. Lanzo el abrigo lejos y dejo que sus manos se escabulleran debajo de la
camiseta oscura de DongWoo. Acaricio la piel del muchacho con demasiada
sensualidad, explorando la suavidad de esa textura morena, pellizcando sin
fuerza los pezones que se alzaban entre sus dedos ante su tacto. HoWon estaba
encantado y en ningún momento se le había escapado de la mente que se trataba
de su mejor amigo, y que este lo estaba aceptando abiertamente, no como aquella
vez en que su idiotez le gano y robo un beso de esos labios gruesos y
tentadores, y la situación no había concluido de la mejor manera.
DongWoo abandono los labios del menor
para inhalar algo de oxígeno. Sentía la presión en su pecho de la falta de
aire, y su conciencia queriendo regresar para decirle que él no había ido a ese
departamento para terminar de aquella manera.
-Yo… Hoya…- Articular palabra se volvían
un problema al sentir la lengua del menor degustando parte de su cuello y mandíbula-. Yo no venía a
esto… Quería hablar contigo….
Los besos se detuvieron al llegar a la
oreja del mayor. HoWon dejó escapar una bocanada de aire caliente que hizo estremecer
al contrario, y susurro:
-¿Quieres que hablemos?
DongWoo percibió el tono socarrón en esa
pregunta, en la manera de hacerla, y lo que quería causar el menor en él. Las
manos del joven se habían quedado quietas en su cintura, manteniendo el suspenso
de saber cuál era la respuesta. Jang intento divagar en esa contestación que
resultaba obvia para su uso de razón, pero su cuerpo, a esas alturas, exigía
atención.
-A la mierda con todo…
HoWon lo atrajo más hacía él, pegando
sus cuerpos, devorando sin suavidad el cuello del mayor, mientras su miembro
comenzaba a despertar por debajo del pantalón y la tela de la ropa interior, al
escuchar los suspiros que descargaba DongWoo. Las camisetas de ambos fueron
jaladas con rapidez, abandonadas en alguna parte del pasillo. Intentaron
avanzar hacia la entrada de la habitación pero ensimismados en un nuevo beso
que no daba lugar a una respiración armoniosa, los pies del mayor se enredaron
con alguna prenda que estaba en el suelo
y, tanto como el profesor de baile, y el Director de producción de un programa
radial, fueron a parar sobre un suelo poco pulido.
DongWoo despotrico algunos insultos por
ser quien tuvo contacto directo con el frio piso, y HoWon por su parte, apenas sonrió
por la torpeza con que manejaban la situación.
-¿Te encuentras bien?-pregunto Lee,
quien se encontraba sobre el mayor, intentando levantarse un poco con sus
brazos, para quitar el peso de su cuerpo del cuerpo de su amigo.
-Si-Respondió DongWoo.
Ambos sujetos intercambiaron miradas por
unos segundos, cada quien perdido en el rostro ajeno. Un torbellino de
pensamientos se alzaron en sus mentes, donde las palabras y frases se
amontonaban juntas, y todas pujaban por salir al mismo tiempo por la boca de
HoWon y DongWoo; y fue el menor quien decidió dar el primer paso para quebrar
con ese trance hipnótico.
-Te quiero, DongWoo- Dijo Hoya, invadiendo nuevamente la cavidad bucal del
mayor sin esperar respuesta por parte de este.
Y si bien DongWoo no respondió en ese
instante, mientras sus manos tomaban del rostro de Lee, y continuaba con ese
beso para llevarlo a un nivel más intenso, y a actos más placenteros, su
corazón se aceleraba aún más por esa declaración que hacía tiempo esperaba
escuchar.
…
…
El despertador sobre la mesita de noche,
a un lado de su cama, continuaba sonando. El aparato hacía más de 10 minutos
que permanecía emitiendo un sonido estrepitoso y molesto, sin embargo parecía
no causar efecto en quien dormía en ese cuarto.
-¡Apaga esa bendita cosa!
La puerta del dormitorio se abrió con
brusquedad, como si la hubiesen querido tirar abajo, y el grito de SungYeol,
que apenas venia cubierto con el pantalón del pijama, los cabellos salvajemente
despeinados y un rostro que ameritaba la falta de sueño, se acoplo al timbre
del despertador.
-¡No me puedes decir que no escuchas
esta maldita cosa! ¡¿Hace cuánto que no te lavas las orejas?! ¡¿Desde que se
fue mamá?!
SungJong, a quien no se le veía ni una
mota de pelo por estar hasta la coronilla con el edredón de la cama, apenas se movió
y balbuceo alguna palabra que a oídos del mayor no tenían coherencia.
-¡Eishhh!-SungYeol se acercó a la cama
y, luego de apagar el despertador con un manotazo, comenzó a sacudir al menor
que se quejaba debajo del cobertor-. ¡Vamos! ¡Levanta!
-Noooo… Es temprano…
-Son las nueve de la mañana y tenemos
que estar a las 10 en el conservatorio o Stefania nos colgara.
SungYeol continuo sacudiendo al cuerpo perezoso
de su hermano, y este último se quejaba entre murmullos. Ciertamente el menor
no había logrado descansar bien, perseguido por esa nota de papel que había
recibido hacía una semana atrás. Pensando qué demonios podría estar ocultado
Yadira, y si la muchacha podría estar corriendo algún tipo de peligro que él desconocía.
La madrugada se consumió rápido en lo que él divagaba en sus ideas y finalmente
consiguió el sueño cerca de las 5 a.m.
-Vamos, Jongie. Se nos va a hacer tarde,
incluso el desayuno está listo.
-Diciéndome eso, no lograras que me
levante de la cama. Lo sabias ¿No?- Dijo SungJong, con voz ronca y apagada por
seguir oculto debajo del edredón.
El mayor frunció el entre cejo, y una de
sus manos comenzó a cernirse en un puño. Con lo que le había costado levantarse
más temprano de lo que acostumbra un día domingo, y hacer un desayuno de los
que él rara vez come, solo por su hermano menor… SungYeol tiro del edredón
azul, con la misma fuerza en que abrió la puerta hace unos minutos, y jalo de
los pies de su hermano.
-Suéltame, ¡imbécil!
-No te suelto nada. ¡Te levantas!
-¡Que me sueltes!
-¡Que no!
Un último tirón de los pies de SungJong
y este cayo sentado en el suelo. SungYeol se sacudió las manos y sonrió
satisfecho.
-Imbécil… Claro, como no tienes a
MyungSoo para divertirte, me jodes la existencia a mí.
Y partiendo desde ese comentario poco
inocente por parte de SungJong, la recién comenzada jornada de los hermanos Lee
se torna complicada por convertir esa mañana en una batalla campal.
…
…
-¡¿Dónde mierda esta HoWon y DongWoo,
que aún no han llegado?!
Stefania cruzo el pasillo de la planta
baja del conservatorio, dejando una estela de polvo por su paso, y el estallido
de las puertas de cada aula siendo abiertas por tercera vez por la joven
Directora.
-Tengo una seria duda en este momento. Si
ya revisaste el aula una vez, y luego una segunda vez… ¿Cuál es la necesidad de
una tercera?
WooHyun tres pasos detrás de la mujer,
con su vestimenta totalmente sport, listo para comenzar un “arduo” día de
ensayos, se permitía los comentarios sarcásticos hacía la directora, dado a que
no había tenido oportunidad durante la
noche anterior para molestarla abiertamente, sin embargo no había sido del todo
mala por no llevar un poco de su rutina a cabo. Lejos estaba de ello de ser
malo, si quiera aburrida, luego de haber permanecido en la casa de SungKyu
hasta las dos de la madrugada, hora en que fueron conscientes, ambos, de que ya
era demasiado tarde. Para disgustos de Nam no había sucedió ningún acontecimiento
importante, más allá de una extensa platica, risas, unos cruces de miradas y algunos
accidentales roces de sus manos, en lo que compartían el sofá de dos cuerpos en
la sala del departamento del mayor. Pero para él no había sido una perdida
tiempo, en lo más mínimo, la compañía de SungKyu le agradaba y se lo había hecho
saber.
-Guarda silencio, Nam.-Dijo Stefania,
regresando al Hall del conservatorio, solo para ver alguna señal de sus
compañeros-. ¿Dónde están?- Chillo entre dientes como una pequeña niña a la que
no le daban con los gustos.
-¿Intentaste llamarlos?-Preguntas
MyungSoo, que apoyado en uno de los pilares del salón, permanecía cruzado de
brazos con la capucha del buzo negro
puesta, y una diligente mirada sombría. O había dormido poco, o había dormido
de más, pensó la directora en lo que respondía a esa inteligente pregunta.
-¡¿Sabes qué no?! No se me había
ocurrido.- Dijo con un notable gesto de
preocupación que, tanto como WooHyun, Yadira que estaba al lado del futuro
regañado, el futuro regañado, y el guardia de seguridad detrás de la mesa de
entrada, se encogieron de hombros y cerraron sus ojos con fuerza, anticipando
el estruendo-. ¡Por supuesto que sí, Hombre!
WooHyun con la mejor intención de hacer
que su amiga se tranquilizara, comenzó acariciar la espalda de esta de manera
lenta y parsimoniosa, sin embargo la joven volteo a verlo con una mirada de
pocos ánimos, y fulminante, suficiente para que Nam decidiera cesar con esa
terapia y escondiera su mano dentro de la campera mientras se alejaba hacía
donde se encontrar MyungSoo y Yadira.
-¿Acaso durmió mal anoche?- pregunto en
un susurro WooHyun a la menor.
-Mmmm... Tal vez, no lo sé realmente.
Ella durmió en la sala.
Y con eso Nam llego a la conclusión que
su amiga durmió en un sofá pequeño en el cual apenas entraba, y acostumbrada a
una cama de dos plazas, ciertamente le debía haber sido una tortura.
-Claro, lo tengo muy claro. Es mi culpa
que...
-¡Tus tostadas estaban más negras que el
carbón! ¿Pretendías matarme o qué?
-¡Pues te hubieses levantado a hacerlas tú,
en vez de quedarte en cama, fantaseando con tu compañera de trabajo!
Los presentes observaron a los dos
sujetos que ingresaban al Hall del conservatorio, entre curiosos y sorprendidos,
a excepción de Yadira que la tonalidad de su rostro variaba entre un rojo
intenso a un futuro violeta.
-¡Mendigo, imbécil! ¡Cállate!
SungJong intento lanzarse sobre su
hermano, hasta que, mágicamente, se interpuso SungKyu. Nadie lo había visto
llegar.
-Ya cálmense los dos. Están dando todo
un espectáculo desde que salieron del estacionamiento.
-¡Hyung!-Grito WooHyun con una cierta alegría
que asustaba incluso a Stefania, que continuaba ceñuda mirando a todos.
-¡Que Hyung, ni que nada!- Se quejó la
directora y apunto con un dedo a SungKyu-Tu, dime ya mismo ¿dónde está DongWoo?
-¿Que me has visto cara de GPS?-Ironizo,
sin dar mucha importancia a su compañera de locución nocturna-. ¿Acaso no llego
aun?
-Ni él, ni Howon.- Contribuyo MyungSoo,
que seguía oculto debajo de la capucha de la campera.
-Pues ahí tienes tu respuesta. Están
juntos.-Respondió SungJong, caminando hasta donde se encontraba su amigo el siniestro, y dejando atrás a su
hermano y a SungKyu.
-Comencemos sin ellos.- Finalizo Yadira,
entre suspiros quejosos y avanzando por el pasillo seguida por Stefania.
Los hombres que continuaban en el Hall
se observaron entre sí, incluyendo al guardia de seguridad, y WooHyun, que parecía
rebozar de alegría, decidió comentar:
-Estas chicas están en sus días.
...
...
Los rayos del sol no lograron atravesar
la cortina oscura y gruesa que colgaba desde la vara de metal sobre el ventanal de su habitación. El lugar,
alumbrado por la bombilla del velador sobre la mesita de luz, a un lado de la
cama de dos plazas ocupadas por un par de muchachos, gozaba de un silencio y
calma luego de que, varias horas durante la madrugada, ese cuarto fue envuelto
de gemidos y jadeos.
Dongwoo se revolvió entre las sabanas,
dejando sus brazos debajo de su cabeza, y continúo durmiendo. HoWon por otra
parte permanecía ya despierto hacía más
de quince minutos, observando el techo de su cuarto, dejando volar su mente...
¿Qué era lo que había hecho? Nada malo. Esa era su respuesta, y estaba
convencido de aquello, solo que... ¿A dónde iba a parar su amistad?
No pensaba mucho en que al fin había
cruzado una gran barrera entre ser el típico macho dominador de mujeres, a acostarse con un hombre. No tenía que
pensarlo, se trataba de DongWoo, su amigo o ¿ex amigo? Como fuese, era especial
para él. Pero ahora que habían hecho el amor, tenían que ser novios ¿verdad? Él
no sabía estar en una relación. Anteriormente no lo había estado y ahora sentía
que no podía decepcionar al muchacho dormido a su lado. No había que ser un
genio para saberlo.
-Iremos despacio...
HoWon volteo su cabeza a un costado
sorprendido al escuchar el susurro del mayor.
-¿Estabas despierto?
-Hace un buen rato- DongWoo se acercó un
poco más hasta el cuerpo del menor y este pasó uno de sus brazos por debajo de
la cabeza de él-. Si te preocupa que seamos de ahora en más...
HoWon percibió el diminuto gesto de desilusión
en Jang. Hubiese querido hacer de cuenta que no había captado aquello, pero la
sonrisa en los gruesos labios del mayor,
carecía de realismo, tanto que había calado un sentimiento de pesimismo en su
pecho.
-Hyung... Es imposible pensar en ir
despacio luego de lo sucedido está noche.
-Algo te preocupa, Hoya, y sé que esto.
-Sí, para ser honesto me preocupa... Me
preocupa el hecho de no saber llevar una relación, ciertamente porque jamás la he
tenido. No más de alguna joven que me acompañase por un par de horas. Eso no es
mantener una relación.
-Yo tampoco he tenido una, HoWon.
Y eso él lo sabía, aunque en su momento
no podía justificar el porqué de que su amigo, siendo tan apuesto, no quisiese
estar con alguien. Ahora, si no está equivocado, goza de una respuesta, una
respuesta que golpeaba duramente en su conciencia y generaba una nueva pregunta.
¿Cuánto habría sufrido DongWoo cada vez que él tenía sus aventuras?
-¿Te hice daño, Hyung?
...
...
Una vez más, ocupado con el trabajo.
Erikka no sabía cómo llamar la atención de su novio. El gimnasio estaba cerrado
ese día, ganas de salir de comprar no tenia, y mucho menos quería ir hasta la mansión
de su padre, solo para estar encerrada con la presencia de su madre que era
bastante hostil, tanto como su padre que de su boca no podría salir palabras
que no tuviesen relación con el mundo de los negocios. Podía llegar a estar
interesada pero su padre hacía de eso un modo de vida. Y aparentemente, las
cosas en ese departamento seguían el mismo rumbo.
JongHyun no salía de su despacho. Había
ingresado un par de veces a ese recinto; apagado, donde pugnaban los libros de
comercio y derecho en libreros junto a la pared. Demasiado lúgubre y serio para
lo que ella acostumbraba. Básicamente su profesión poco tenía que ver con la de
su novio, pero para ser parte de lo que se dedicaba su padre, serbia.
Lamentablemente no era impresionante a los ojos obsesivos de JongHyun, que no podía
más que estar pegado a montones de hojas sobre el escritorio. Aunque hubiese
ido a ese cuarto cinco veces, con intenciones de ser cariñosa y amable, su
novio no había movido ni un dedo ante su presencia. No más de llegar a decir
que estaba ocupado.
Comenzaba a impacientarse demasiado,
sobre todo luego del sábado anterior. Prácticamente esa mujer vulgar, porque de otra manera no sabía
describirla con esa actitud arrogante y presencia tan simple con que la
observo, se llevó toda la atención que ella sentía merecer, y por lo visto lo
seguía haciendo.
Fue hasta el dormitorio que compartía
con el menor. La cama permanecía desordenada y claramente ella no se pondría a
acomodarla cuando tenían una mucama para que lo hiciese, o más bien JongHyun la
tenía ya que ese departamento le partencia a su joven novio. Busco el saco
color carmín, una boina, y la cartera. Su calzado estaba a un lado de la puerta
y una vez lista grito:
-¡Me voy!-Sin sonar molesta, más bien avisando.
Sin embargo no recibió respuesta por
parte de quien le interesaba y al salir cerró con un portazo. Pudo escuchar caer un cuadro en
el interior el lugar, pero no sirvió para apaciguarla. Molesta e indignada, con
los puños apretados y la mirada furibunda, descendió por el ascensor con la clara idea de a donde tenía que ir
para recibir lo que ella quería.
...
...
Stefania desistió por ese día, con la conclusión
de que, a pesar de la abrupta ausencia de los coreógrafos principales, el grupo
de cinco hombres delante de ella, había mostrado un mayor avance con respecto
al ánimo que le ponían al baile, y a la calidad de voz. Por su parte, junto con Yadira, las cosas no habían sido tan malas, no más allá
de algún que otro dolor muscular que tuvo al comienzo de la semana por falta de
práctica, pero habían logrado coordinar y retomar la agilidad de años atrás.
Faltaba arreglar un par de detalles más, con respecto a la banda que tocaría el
próximo sábado, pero por ese día se sentían, los 7 presentes, lo bastante
realizados como para finalizar el ensayo de esa jornada.
Cada quien busco sus pertenecías dejadas
en el suelo del aula y al pasar por la pequeña cocina del conservatorio retiraron
cada uno, una botella de agua saborizada del refrigerador. El clima continuaba
siendo frio, pero su físico había estado en continuo movimiento, por tal motivo
se mantenía en calor. Iban dirigiéndose a la salida cuando la alarma de uno de
los vehículos en el estacionamiento, comenzó a escucharse por la edificación.
El guardia de seguridad no sé encontraba en el hall, así que, en lo que se
apresuraban por ir a ver qué había sucedido, supusieron que el hombre se encontraba en el mismo lugar al que ellos
se dirigían.
-¿Que sucedió acá?- pregunto WooHyun,
sorprendido.
Todos los vehículos seguían en el mismo
lugar donde sus dueños lo habían dejado, sin embargo el Toyota Corolla de
SungYeol como la EcoSport de Stefania, tenían el parabrisas destruido y el capo
del auto abollado. Los jóvenes observaron incrédulos la escena.
-Vandalismo-Acuso rápido SungKyu y Nam
que estaba a su lado, asintió dando la razón a las palabras del mayor.
-¿Pero cómo?... ¿Cómo ingresaron?
Stefania no podía caer en cuenta, no
cuando ella misma había sido la encargada de contratar a la empresa de seguridad,
eligiendo una de las mas recomendadas en el país, y hasta entonces jamás habían
tenido problema alguno.
-Y ¿el guardia donde esta?
SungJong camino hasta el Toyota, pisando
varios cristales en el suelo y lamentando demasiado lo que estaba sucediendo,
por su hermano. El mayor de los Lee permanecía en el mismo estado que la
Directora; caminaron alrededor de los vehículos, estudiándolos pero sin ser
completamente conscientes de lo que pasaba. Mentalmente buscando una
explicación
-¿Por qué no se activó la alarma de mi
auto?- La mayor entre las mujeres seguía perpleja, mirando detenidamente a la EcoSport,
lo dañada que se encontraba y que incluso le habían roto los cristales de las
ventanillas. Quiso abrir la puerta del asiento del copiloto pero WooHyun la
detuvo.
-No toques nada. Hay que llamar a la policía
primero.
Los pasos apresurados de alguien que se
acercaba corriendo al lugar, hizo voltear al grupo de jóvenes en dirección a la
entrada del estacionamiento. El guardia de seguridad descendía por la rampa,
corriendo y con la frente bastante sudada.
-Disculpen...-Dijo al detenerse e
intentado tomar aire para relajar sus pulmones. Apoyo las manos en sus pantorrillas,
y continuo-. Cuando lo vi en las cámaras de seguridad pensé que era alguno de
ustedes, porque estaba cubierto con la capucha del buzo...
-¿Pero cómo ingreso? ¡Las alarmas no sé
activaron!- SungYeol comenzaba a molestarse, y por atrás su hermano le
susurraba que se calmara.
-No se activó porque tenía un pase de
ingreso. El lector lo acepto, y dejo que pasara.- Explico el guardia de
seguridad, intentado responder sin quedarse sin aire, y no lo vencieran los
nervios.
-Pero estamos todos acá, a excepción de
Hoya y DongWoo... ¿Qué nombre recibió el lector?- MyungSoo no parecía alterado,
pero internamente le preocupaba.
- El de la señorita Yadira.
-¡¿Yadira?!
Las miradas confundidas se anclaron en
la menor y la joven podía palpar de qué se podía tratar todo aquello. O al
menos imaginaba quien era el causante y deseaba estar equivocada, aunque su
cuerpo estaba teniendo una reacción ante la idea.
- No era ella. Cuando la alarma del vehículo
del señor Lee comenzó a sonar, fui al estacionamiento. El auto de usted, Directora,
no emitió sonido alguno, cuando llegue ya había sido atacado. El sujeto me vio,
salió corriendo, y salí detrás de él. Solo puedo decir que era extranjero. Quizás
europeo o americano, pero de corea no era...
Muchos de los presente podían no llegar
a entender de que iba todo eso, el porqué de ser atacados o el hecho de que
tuviese una credencial de alguien que trabaja en el lugar, sin embargo Yadira sentía
su mundo hecho girones y viniéndose abajo. Stefania la observo con
preocupación, más de la que pudo albergar la noche anterior. Y por otro lado,
junto a SungYeol, el menor de los Lee, no sabía cómo reaccionar; el rostro
moreno de la mujer había cambiado a un amarillento y enfermo y lo inquietaba,
pero sus emociones también se despertaba la exasperación y la cólera.
-Repito, hay que llamar a la policía.-Insistió
WooHyun, mientras alejaba a la directora del vehículo destrozado por miedo a
que se pudiese cortar con algunos de los trozos de vidrios desparramados en el
suelo-.Cierre todo por favor, señor. No permita el ingreso de nadie a este
lugar a excepción de que se trate de HoWon o DongWoo. Nosotros les avisaremos
que solo lo hagan por las puertas del hall.- Indico al guardia de seguridad.
SungJong sujeto a su hermano por el
brazo y lo arrastro en dirección a las escaleras que llevaban al Hall del
conservatorio, iba callado hasta que en su campo visual se interpuso la figura
de Yadira, más específicamente, los ojos de la joven. Su mirar fue irascible, y
las palabras que salieron de su boca también.
-Hablaremos de esto, luego.- Dijo en un
susurro al pasar al lado de la menor. Observo a su hermano y supo que el mayor
estaba demasiado perturbado por el destrozo del vehículo que no lo escucho.
Pero Yadira, si, y ese desasosiego que sentía
se había vuelto aún más grande.
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Aparezco, aunque es solo por este capitulo. Realmente estoy muy ocupada y no e contado con mucho tiempo para escribir, agregando que este capitulo lo escribí dos veces, ya que, Dios sabrá porqué, casí trece paginas se borraron por completo, y tuve que comenzar de nuevo. Por eso la incoherencia del texto. De verdad, lamento mucho no poder hacer algo mejor, incluso se suponía que iba a ser mucho mas largo, pero de hacerlo así en marzo hubiese subido el cap, y era mucha la espera.
Espero les haya gustado estos pequeños párrafos. Intente hacer lo mejor posible. Aún así acepto las criticas, siempre es bueno saber que opinan acerca de lo que escribo.
Muchas gracias por leer.
Antes de irme les deseo felices fiestas, aunque yo no soy amante de la navidad ni de año nuevo, en mi caso son generadoras de gastos masivos, aun así les deseo lo mejor para ustedes.
Nos estamos leyendo.
P/D: Den mucho apoyo a Infinite F y espero que esten ansiosa por Infinite, con el teaser ya toque el cielo.