lunes, 30 de diciembre de 2013

Culpa de una Fujoshi. Cap 12

Capítulo 12

Un baño. Si podría ser suficiente, para quitar la rabia que le brotaba por los poros. Ofuscado, nervioso, tratando de mitigar ese desorden emocional en su interior. Contar con el calor de la jornada, un boceto que parecía no tener fin a la hora de pintarlo, y el par de compañeros que le había tocado. Como si con Sungjong no alcanzara para fastidiarlo. ¿Porque su madre tenía que poner a ese sujeto junto a ellos?

Pocas, y cortas palabras. No comprendía mucho, o mejor dicho no entendía en nada a Myungsoo. Noches atrás, verlo sentado en ese banco de la plaza, solo, cuando sus miradas se cruzaron, y el maldito simplemente insinuándose de nuevo, como en el club.  Le había costado horrores poder seguir con su trayecto hasta su casa. Quería provocarlo, lo sabía. O bien Myungsoo era un promiscuo en busca de sexo cada vez que la oportunidad se presentaba.

Quería, fervientemente, haber bajado del auto, y probar de la carne de Kim, ahí mismo, en esa banca, bajo los faroles de la plaza. Sin importar nada.

-Es un maldito...- Los murmullos guardados para sí mismo, en el interior de las duchas del gimnasio.

Su cuerpo parcialmente desnudo.  Sudado, y un tanto percudido, con gotas de azul rojo y amarillo en sus brazos. Se desase de la bermuda, y el calzado. El interior del lugar era como una sauna. Demasiado calor. Suponía que su madre se iría con su hermano. Él andaba en su vehículo. No entendía porque Sungjong no sacaba ya su auto del garaje, para algo lo había comprado ¿No? Es más tendría que aprovechar a ver si así lograba conquistar a la jovencita, por la cual parece volar, o flotar por la estratosfera. Si, estaba enterado de todo,  también porque el menor le pedía consejos para poder salir de esa Friend Zone, que sin ganas entro.

Ni que fuera un genio con las mujeres, teniendo en cuenta que le gusta un hombre, pero podría decir que si tenía experiencias con ellas. Pero nada excesivo, una que otra novia. Nada serio. Sus estándares con respecto a tener una relación, no era como la de las costumbres en su país, esperando casarse. Optaba por probar cosas nuevas. Algo, que puede, haberse pegado en sus viajes a oxidante.

 Decir que ese cubo donde estaba era grande era poco, sobre todo si era para una persona, perfecto, lo menos que quería era un espacio claustrofóbico, no con el humor que tenía. Abrió la llave de la ducha, y el agua fría cayo, intempestivamente sobre su cuerpo. Era relajante, demasiado. Le estaba haciendo falta desde que vio a Myungsoo es mañana. Aunque secretamente, tendría que aceptar, que había esperado poder encontrarlo cuando fue al campus. Pero no espero pasar más de 11 horas, al lado de él.

Escucho la puerta de ingreso a las duchas abrirse. Alguien más en busca de quitarse la peste de la transpiración, y lo inquietante de sentirse sucio por el calor. No dio mucha importancia. Podía ser cualquiera de los compañeros de su madre o los amigos de su hermano. Woohyun no lo creía, no, por el simple hecho de que lo había visto más entretenido en ver al locutor que otra cosa. Increíble, la homosexualidad parecía ser contagiosa, o no sabía bien, pero su amigo gay, otro al club.

Enjuago su rostro con el agua, que caía de la ducha y de sus cabellos mojados. Concentrado en solo higienizarse, hasta que la puerta  blanca detrás de él, se abrió, y al voltear, la imagen impúdica del cuerpo desnudo, y adictivo de Myungsoo, lo descoloco.

<<Maldito...>>

...
...

Lleva viendo por el retrovisor a cada cinco minutos. Y miraría a cada segundo si no fuera que va conduciendo. Si intentaba sacar lo peor de él, o ponerlo nervioso, eso no lo sabía, pero se estaba cansando. Su paciencia, perdía los pocos hilos de cordura que tenía.

¿Porque simplemente no lo dejaba tranquilo? Dongwoo está convencido, que no puede seguir aguantado las insistentes llamadas y mensajes por parte de Hoya. En un principio quiso, o pensó como idea hacerse de rogar, solo un poco. Pero a medida que los días transcurrían, se lo replanteaba, su cabeza y corazón se ponían en discusión. ¿Acaso no era mejor, olvidar? ¿Abrir sus puertas para alguien más? Para alguien que al menos valore sus esfuerzos por mantener una amistad.

Pero al momento, recuerda que lo suyo no es mantener una amistad, era poder estar cerca de la persona que lograba sacarle una sonrisa con solo observarlo, era querer más allá de lo debido, entre amigos. Era amar, sin ser amado. Sin recibir nada a cambio.

No supo en que momento sus ojos se humedecieron, empañando su vista. Detuvo su auto, cerca de la acera, frente a un edificio. No podía continuar así, no con las lágrimas, pujando por salir. Se bajó del vehículo, cerrando con fuerza la puerta. Solo para que aquel subido en esa moto Yamaha negra, que incluso él se encargó de elegir, notara no solo su presencia, si no el enojo que cargaba.

Con la remera de color verde desgastada, y un jean oscuro, Dongwoo lo que menos quería era enfrentarlo, porque en ese estado de casación, y abrumación en el que se encuentra lo que diga no saldrá con sutileza de sus labios.

La musculosa negra, con una imagen rara en el centro, bermuda color aceituna, Hoya se acerca, con pasos firmes y decisivos. Sus ojos sin mostrar un mínimo de emoción. El rodado estacionado varios metros atrás del de Dongwoo.

-¿Qué demonios quieres? ¿Por qué me sig...

Su nuca apresada por las fuertes manos del menor, y sus labios chocando abruptamente con los de Hoya. Las preguntas quedaron a media formular, y la mente en blanco.


...
...


-¡Adiós!

Las dos se despidieron a coro, de Sungjong y  su madre. Vieron el Volkswagen suran alejarse, y luego doblar en un esquina. En la calle frente a la universidad solo quedaba el Corolla de Sungyeol, la Gillera de Myungsoo, y la Ford EcoSport de Stefania.

-Tu que dices... ¿Vamos a espiar a ver que hacen?

Yadira arqueo una ceja,  en cuanto escucho y observo al rostro insinuante y pícaro de la mayor.

-No, mejor llévame a casa por favor...

Claro que puede gustarle las muestras de cariños entre hombres, pero bien entendido tiene, que debe respetar la privacidad de las personas, y seguro Stefania no lo hacía con malas intenciones, es solo que se dejaba llevar mucho por la tentación.

La locutora la miro ceñuda, pero luego las muecas en su cara, cambiaron radicalmente y miraron a la menor preocupada.

-Te llevo, sí, pero me dices de que quieres hablar conmigo, ahora.

El cuerpo se le puso tenso, incluso sintió que sus palmas sudaban, y sentían como un cosquilleo. Lo había olvidado. Luego de que Howon y Dongwoo se fueran, de los gritos impertinentes por parte de ambas, y de una larga charla con Sun Hi y los compañeros de la fundación, Yadira había formateado sus propias palabras.

-¿Y?

-¿Y qué?

Ahora que lo pensaba detenidamente, no le placía hablar de sus asuntos. Puede que con Stefania se conociera de mucho tiempo, que fuese su amiga y jefa de trabajo. Pero aún se sentía insegura de hablar con alguien más de sus problemas personales. Lamentablemente  ya había abierto la boca y la mayor no pararía hasta estrujarla y sacarle hasta la última cosa, que oculta.

-Sube al auto Yadiz, que tenemos que hablar...

-Mejor me voy en bus...

Stefania miro severamente a la menor, y apunto con su dedo índice y estirando completamente su brazo derecho, el vehículo. No, no le tomarían el pelo, si ya ha tenido varias oportunidades de notarla tensa, inquieta, o alterada. Y si sacaba la excusa de que era solo para que Woohyun y Sungkyu se fueran juntos, no le creería. Si casi pudo percibir algo de desesperación o urgencias en Yadira durante la tarde.

-Sube eh dicho.

...
...


No lo comprendía de verdad que por más que intentara, no podía tocar suelo firme, y decir que cabía en su entendimiento el comportamiento de Nam Woohyun. Ya era la segunda vez, en una semana. Otra muestra de amabilidad, que no comprendía. ¿Porque esos imprevistos cambios en su comportamiento?

La incomodidad era envolvente para ambos, no cruzaban palabra alguna. No se miraban y Kim Sungkyu se preguntó así mismo ¿Cómo carajo había accedido tan fácil?

Solos dentro de ese vehículo, que lejos era mucho mejor al suyo, con un silencio absorbente, el aire acondicionado encendido, porque  hasta en eso Woohyun se preocupó de preguntarle si le hacía falta. Su corazón en su pecho golpeando con fuerza las paredes de su tórax, casi de manera dolorosa. Y es que más allá de insólito, era vergonzoso. Por no decir ridículo.

¿Qué demonios? Si hasta recuerda, lo que hizo un par de noches atrás, pensando en ese tipo. En cualquier segundo abriría la puerta del Audi, y se tiraría en medio de la avenida. Y si con suerte, que le pisara un camión. Estaba siendo exagerado, aunque la revolución de sensaciones en su interior lo exasperaba.

"No soy gay"  A cada segundo se lo repetía en su cabeza, para que se le grabara, pero ¿Que otra explicación habría, para ese calor fastidioso que se apoderaba de su cuerpo, con solo pensarlo? ¿Con que justificaba que se masturbo, hasta el punto de querer sentir a Nam Woohyun apropiándose de él?

Sin darse cuenta se abanicó su rostro, con su mano. Parecía que el aire no funcionaba porque él ya sentía un cambio de temperatura.

-¿Aun te hace calor?- A su lado Woohyun aprovechaba el semáforo en rojo para poder observarlo, intrigado o curioso.

-¿Eh? No, no, no...- Aclaro un poco su garganta, y reconsideraba la idea de saltar del auto.- Estoy bien.

El menor solo se encogió de hombros, y esbozo una sonrisa. Puso en marcha al Audi nuevamente. Las luces de las calles se filtraban por las ventanilla, y de vez en cuando podía deleitarse mirando de soslayo, el delicado rostro nívea de Sungkyu. Pensativo, y deseaba en sobremanera poder saber qué era lo que rondaba en esa cabeza que lo tenía tan distraído. Con un polo beige cuello en V, y jean azul claro. Era extrañamente lindo.

-En ese edificio, déjame ahí...

Woohyun observo la edificación, y estaciono el vehículo, casi de mala gana. Se había echo, otra vez, demasiado corto el camino, y él aun quería conversar, y conocer más del mayor.

Kim comenzó abrir la puerta, pero justo un momento antes de poner un pie sobre la acera, volteo, dubitativo, a mirar a Nam.

-¿Quieres pasar al apartamento?... ¿a tomar algo?


...
...

Los puños se ciñeron con fuerza, sobre el cuello de su musculosa, y el mayor aparto bruscamente sus labios de los suyos. Por un ligero y fugaz momento pudo observar un atisbo de confusión en los ojos de Dongwoo pero prontamente se habían incendiado de ira, de algo que Hoya en sus años de amistad  jamás había presenciado.

-¿Qué demonios te sucede? ¿Eres un enfermo acaso?

Las palabras habían calado con fuerza en su interior.  Lo había besado, porque ya no podía, con la ignorancia petulante que Dongwoo destilaba hacía. No podía aguantar más tiempo, sin sentirlo cerca, y más aún, no pudo contener bajo su piel, el deseo de probar de los labios de su amigo. Pero esa no era su idea de seguirlo, eso no era lo que buscaba, el solo quería entablar las paces, calmar aunque fuese un poco esa tempestad entre ellos, pero todo había empeorado.

Enfermo... Y hasta entonces no se lo había planteado. No de ser homosexual, o bisexual, porque esta tan inmersamente confundido que no sabe que mierda es. Pero jamás se había puesto pensar en las posibilidades de que el mayor sintiera aberración por ese tipo de amor, entre el mismo, sexo. O que llegara a considerar que era una enfermedad.

Una fuerte sacudida en su camiseta, y Howon obligo a su mente dejar de divagar.

-¿Que mierda quieres? ¿Quién carajos te crees que eres Howon?

Y esa rabia enervante en su pecho, oprimían todo uso razón. Dongwoo podía destilar veneno, en esos arranques de furia, descomunales.

-¿Te piensas que soy estúpido o qué? ¿Que creíste que sería otro juguete de tus sabanas?, ¿Otro entretenimiento para tu cama? ¿O el trofeo para tu cuarto? Eres un maldito hijo de puta.

Para entonces tenían a su alrededor, pero no tan cerca, a varios de los transeúntes, observando con ojos estupefactos o curiosos.

Hoya, no lograba coordinar ni enfilar palabra alguna, no más allá de un tímido balbuceo, que no vislumbraba frase entendible, a oídos ajenos. ¿Qué le diría? Ahora más que nunca se arrepentía de sus actos desbocados. Analizar algo de lo que decía Dongwoo, ya no pudo, no cuando su mejilla siendo aplastada por el puño de su amigo, lo dejaba tendido en el suelo.

Dongwoo sacudió su mano. Los nudillos le dolían, y eso le hizo saber que a Howon puede que le allá dolido más.

Tan rápido como pudo, estabilizo sus piernas, e hizo caso omiso de las punzadas a un costado de su cara. Hubiera querido poder centrar sus ideas y mantener su juicio intacto, pero el impacto imprevisto de hace unos segundo, le nublaron la mente. Y estaba a punto de devolver el ataque, cuando dos uniformados, se acercaban corriendo hacia ellos.

-¿Qué es lo que sucede aquí?...


...
...


-¿Y cuándo pensabas contarme todo eso?

Stefania sirvió un poco de jugo de limón en un vaso de vidrio con detalles de lunares naranjas y se lo tendió a la menor. Yadira bajo el umbral de la cocina solo lo recibió más por inercia, que por ganas o necesidad de beber.

Estaban en el apartamento de la mayor, prácticamente discutiendo, o mejor dicho ella, recibiendo el regaño de su jefa, que hace menos de quince minutos se ha puesto en el papel de algo así como el de una hermana mayor.

-Espero que entiendas que una persona, con esas facultades, o mejor dicho con esa actitud, no tiene los patitos de la cabeza en fila ¿No?

Yadira asintió, bajo la cabeza. Está bien aceptaría lo que fuese por parte de Stefania. No porque fuera mayor a ella o porque la desesperación de desligarse de ese problema la llevara a hacerlo. Era por motivos que superaban expectativas. No por ser amigas. Por el hecho de ser mujer, y no por la edad. Porque la vida la había forjado de esa manera, solo que lastimosamente, la locutora y directora del conservatorio, ocultaba ese otro lado bajo un manto invisible.

-Mira Yadiz, yo no suelo hablar muy enserio a veces, pero esta vez te seré sincera. Llevas tiempo con este asunto, y como casi adulta que eres, debiste solucionarlo en un comienzo. Ignorando sus llamadas, no consigues nada. Teniendo en cuenta que en cinco meses has cambiando de numero de móvil tres veces.

Abecés era abrumante ese utópico estado de madures, en la mayor. No sabía que esperar si un discurso, que le hiciera sentir culpable por su falta de tacto en el tema, o palabras concretas y hoscas, que pudieran incomodarla.

-Una única opción, ya que esto lleva de un buen tiempo, a pesar de que yo recién me entero.-Stefania levanto un tono más a sus voz, haciendo hincapié, en la última frase, y el rostro de Yadira se tiño de carmín.- Tienes que denunciarlo.

Directa y sin vacilación. Pero tenía razón. Si luego de año y medio que había puesto relativamente un final a aquello, y las cosas en vez de mermar, para sentirse segura, con el trascurso de los meses, se volvían hostigadoras a un punto que la dejaba inquieta y nerviosa.

-Y no es para alarmarte, pero de dónde vengo, o donde fuese, un acoso, porque lo es, no tienen buen final.


...
...


Una vez Stefania le había dicho, que tenía el "Si" fácil. Solo por el hecho de aceptar cualquier invitación si se trataba de una persona, que realmente apreciaba. Generalmente cuando era ella, solo lo hacía porque era la versión de la hermana menor que jamás tuvo y que quizás deseaba. Si es algo que no le allá sentido, pero era una amistad que se definía de esa manera, mas fraternal que otra cosa.

Y en este momento se pregunta, que diría ese intento de hermana, cuando se enterara, que había accedido, prácticamente sin pensarlo, a pasar al apartamento de Kim Sungkyu.  Pegaría un grito en el cielo, de seguro.

Las cortinas del ventanal estaban corridas, y la vista a la ciudad asemejaba a la que tenía él en su oficina. La sala era espaciosa, y grande. Decorado con elegancia. El sofá, blanco en forma de "L" similar al de su despacho, solo que este tiene las curvas redondeadas, una mesa de cristal delante, un plasma, y podría seguir observando cada vez más si no fuese porque Kim salía de la cocina con dos latas en sus manos y se acercaba hacia él.

-¿Pepsi o cerveza?

Podría encontrase nervioso, porque la sonrisa en el mayor lo desestabilizaba, sin embargo, aparte de embobarlo, no podría recordar cuando fue la última vez que sintió, tanta satisfacción y sosiego en su pecho, por mirar a alguien.

-Pepsi. Debo manejar luego, así que solo por esta vez tendré que rechazarla.

Porque con muchas ganas estaba decidido, que no sería la única vez que estaría cerca de Kim Sungkyu. El joven le entrego la lata azul, y la verde de Heineken se la quedo el. Woohyun contemplo una vez más la sala, y quiso hacer o intentar una conversación más amena.

-¿Tocas el piano?

Lo había notado apenas ingreso a la vivienda, y definitivamente el instrumento había ganado su atención.

-Mmm... Algo así.-Sungkyu rasco su nuca.-Pero hace tiempo que... no toco nada en él.

-Yo podría... Digo si no te molesta.

Kim asintió vehemente, no tan seguro de si era lo correcto. El instrumento no había sido tocado por mas nadie, que no fuese él, y solamente cuando se trataba de aquella mujer. Casi podía asegurar que lo compro solo para complacerla, y mostrar de alguna manera cuanto la amaba.

Woohyun fue enérgico. Se sentó en la mullida banqueta blanca, y luego levanto la tapa del piano de cola. Sus dedos acariciaron de una sola pasada cada tecla, y luego sin titubear, sus dedos se agilizaron sobre el instrumento.

Amaba la música, demasiado. Y pocos sabían de esa Azaña suya, por aprender algo más de lo que realmente le apetecía benevolencia, de sus huidas infragantis durante las clases en la universidad, solo para prestar su pasión a un conservatorio en EE.UU, y que lograra sacar su deseo desenfrenado por ser parte y uno solo con el arte de la música.

Sea's Woman opacaba con el silencio del apartamento, con el sonido de su respiración, y el latido de su corazón parecía acoplarse con la pieza que sonaba, en cada rincón de la sala. Sungkyu observando aun lado del sofá, con la cerveza en la mano,  la figura de un Nam Woohyun vestido informalmente detrás de su piano, con solo una playera blanca, jean y zapatillas, no podría decir concentrado, más bien encantado por como tocaba el menor, aunque esa pieza que tan bien conocía, solo provocaba, las súbitas imágenes no deseadas de su pasado.

Y por unos minutos todo se volvió calma, y esa sala parecía ser un escenario, donde solo ellos dos eran participes, de ese espectáculo, y la luz de la luna surcando por el ventanal, terminaba por ser el reflector que los alumbraba. La inexistencia completa del mundo.

...
...

Las palmas de su mano y el lado izquierdo de su rostro, se pegaron contra los azulejos blancos y húmedos del baño. La ducha aún abierta, y el agua fría cayendo entre ambos cuerpos. Sus cabellos tironeados hacia atrás con fuerza, sacando un gemido de dolor de sus labios, que parecían querer rasgar el límite de la tolerancia.

No muy en claro tenia, como es que sus pies se auto condujeron a ese lugar. ¿En busca de que habían ido?, ¿porque no se detuvo cuando tuvo tiempo? Simplemente pudo haberse retirado, volver atrás, e irse con su primo. Pero una sensación oscura en su pecho, que no logra apaciguar, que no puede poner un paño frio, o algo de luz que lo ubique en donde está parado, lo ha llevado a perderse una vez más.

Ha poner los pestillos en la puerta del baño, a desnudarse en silencio, e interrumpir en ese cubículo ya ocupado. Ah no pedir permiso, para probar el sabor de esa boca ajena, a escabullir su lengua en el interior, y entregarse tan fácilmente ante el tacto caliente de aquel sujeto, que lo desquicia de manera excelsa.

Su cuello duele y arde, los diente del mayor mordiendo cada centímetro de piel, sin cuidado alguno. Desquitándose con él, con su cuerpo una ira interna, que puede ser peligrosa, y aun así, sentir la necesidad de que es tipo detrás de él, sea aún más desquiciado, más bruto.

-Eres como loca sucia Myungsoo...

El susurro caliente en su oído, las palabras denigrantes por parte de Sungyeol, el trato con él, como si fuera una puta de turno, y a pesar de aquello, pidiendo más.

-Tócame... Tócame...

Las palabras de su boca, siendo desconocidas para su ajetreada mente, y a la vez siendo obedecidas, sin oposición alguna. Una manos en su trasero, apretando sus nalgas con fuerzas, clavando esos dedos en su piel, y una de las falanges del mayor abriéndose paso entre sus nalgas, Acariciando ese minúsculo espacio entre ambas, y deteniendo sobre su entrada.

-¡Ahh!

Sus cuerdas vocales sirviendo, solo para emitir sus jadeos, ante la intromisión descuidada de esos dos dedos de Sungyeol. La lengua del mayor en busca de la suya, y él respondiendo sin resistencia. Su miembro erecto, apresado, y fuertemente apretado por la mano de Lee.

Y no puede más, con él mismo. ¿Por qué se rebajaba de tal manera? ¿Por qué se dejaba tratar de esa forma? Aunque la pregunta realmente era ¿Que quería de aquel sujeto? ¿Qué es lo que buscaba de verdad? ¿Por qué lo deseaba tanto?

Y sus pensamientos efímeros, se burlan de él, y le dan la espalda en cuanto su cuerpo siente el dolor que le produce tener que padecer ese hormigueo voraz en sus entrepiernas.  Su pene manipulado por la palma de Sungyeol, que gruñe en su oído, como si a pesar del placer estuviera en contra de todo aquello.

-Dios como te has puesto...Soo

Sin previo aviso es girado, y es su espalda sintiendo, ahora, la humedad de los azulejos. Una nueva sensación atosiga a su fisionomía. La lengua del mayor acariciando la punta de su hombría. Rodeando su glande, antes de arremetes contra su falo, y engullirlo de una vez.

-Mmm... Yeol.

Y ha pesar de que el mayor esta entretenido, con su pene, no ha perdido la oportunidad, de posar las manos en su trasero y penetrarlo con los dedos. Myungsoo desvaría, su pecho pierde el orden de la respiración y los latidos de su corazón, acrecentados, al punto de causar pequeños estamos en su cuerpo. Sus ojos se cierran, y el placer gobierna infernalmente en su ser.

Apenas unos sonoros gemidos escabullen de la boca llena de Sungyeol, que comienza a degustar el sabor salado del líquido pre seminal del menor. Y para su sorpresa, no le desagrada, ese niño que parece morir en cualquier momento de tanta lujuria escondida e su cuerpo, sabe demasiado rico. Demasiado bien, como para volverse adictivo.  

Y antes de que Myungsoo sucumba ante un orgasmo prominente, él se pone de pie, y detiene su manía repentina por practicar sexo oral. Toma de la estrecha cintura del menor, y en un solo esfuerzo lo levanta. Las piernas de Kim que actúan sin una orden implícita, y rodean sus caderas.

-Mmmmmggg...Ahhhggg! ¡Hyung!

Un grito casi agudo se escucha como eco, en cada Angulo de ese baño. Sin importarle el dolor que causo su intromisión descuidada, en el interior de Myungsoo, Lee comienza a moverse sin compasión.

-Grita más fuerte... Grita como la puta desesperada que eres.

Y es que ese juego de palabra sucias, parece complementar su acto sexual. Como algo propio de ellos, como un ritual pecaminoso, e inmoral que le concierne a sí mismos. Que lleva al extremo el nivel de excitación.

Los jadeos del menor sonando con fuerza en su oído, por cada embestida dentro de ese pequeño anillo, que sin poder verlo, lo imagina ya no rosado, quizás rojo, por su brutalidad y desquiciada forma de follarlo. La pared de azulejos blancos sirviendo de apoyo para la espalda de Myungsoo.

-¿Esto es lo que... quieres? mmmm... ¿Solo quieres que te folle?

Y a pesar de todo, entre gruñidos, no logra disimular la indignación que le provoca, la actitud de Kim. Que lo busque solo para saciar las ganas. ¿Qué sucede con ese chico? Las uñas del menor tiran de la piel de su hombro, hasta rasgarla y él solo lo apresa entre sus brazos con más fuerza, porque el agua que sigue mojándolos, torna sus cuerpos resbalosos.

-Más fuerte... follame...-Myungsoo aparta su rostro solo unos pocos centímetros, para poder observar los ojos de ese sujeto que lo está cogiendo, que se apropia de él, que le generan cosas que desconoce por completo.-Sungyeol... rómpeme... ¡AHHHHGGGG!


Ya no lo quiere escuchar, tampoco seguir cruzando miradas, y prefiere callarlo con un beso. Con su boca chocando con la otra, y devorarse con una necesidad desconsolante, dejándose llevar por ese frenesí caliente de sus cuerpos, azotarse por los latigazos de lujuria, y sentir morir, en cuanto lleguen a la cima de ese orgasmo.



--------------------------------------------------------------------------------------------------------


Holaaaaaaa! Como les ha ido?

Espero que bien, yo maso, con un dolor de estomago, horrible. Tome algo para el dolor de muela, y me cayo mal al estomago. Que desastre.

Bueno dejemos este tema de lado. Espero que el cap alla gustado,  con sus idas y vueltas, con la locura de cada uno, y sus pocas decisiones. jejeje es que bueno. No me maten, XD

Lamento si hay palabras mas palabras menos o errores de ortografia jajajaj es que la bomba en mi higado, ya a robado mi concentracion. XD

Por cierto que le trajo de regalo Santa? yo pedi woogyu en accion, o un chinito debajo del arbolito, pero, pffff... maquillaje, y eso que no me pinto, al menos no muy seguido jajajaja


Por cierto ya que optaron por un serial con Trebol de cuatro hojas, el cap lo voy a subir la semana que viene. Hoy actualizare otro.  A alguna le gusta los fics hetero? yo escribo dos XD jejejej fueron los primeros que se me ocurrieron a pesar de que amo el yaoi. jejeje

Bueno no tengo mas nada que decir solo que este 2014 nos sorprenda con nuevas emociones, aventuras, y cosas lindas por vivir. Que tengan un feliz año nuevo jejejej

Se las quiere

Kiss

lunes, 23 de diciembre de 2013

Un Sueño Hecho Realidad




Intro.

El lider y vocalista Jung Yong Hwa de CnBlue , aprovechara su gira por latino america, para buscar a una señorita, que fue encomendado por un anciano en sus sueños . 
Obedeciendo a aquel hombre misterioso, que aperece cada vez que concilia el sueño, se lanza en busca de aquella muchacha, sin saber si aquello es real o un hermoso sueño.



Personajes: Jung Yong Hwa
Personajes secundarios: Lee Jong Hyun, Kang Min Hyunk, Lee Jung Shin
Genero: Romance, comedia, Hetero.
Advertencias: Morir de la risa... creo.

Culpa de una Fujoshi. Cap 11

Capítulo 11         

6:15 PM, y las alarmas de los celulares del apartamento comienzan a sonar. El molesto ruido llega a sus oídos, y Stefania lo toma en sus manos. Casi lo avienta contra la pared de su habitación, cuando recuerda, que la economía no está como para romper los teléfonos y luego comprar otro como si nada. Definitivamente no.

-Oh estúpido celular, te salvas porque los de tu especie es cara...- Murmulla con la voz rasposa.

Chasquea con su lengua y se mueve bajo las sabanas, de su cama. Intentando poder hacer el máximo esfuerzo de poder quitárselas de encima. Observa el techo de su habitación, y entre suspiros no puede creer que en un sábado, tenga que levantarse al mismo tiempo que el sol va apareciendo por la ciudad.

Luego de una batalla, la cual a su parecer fue interminable y agotadora, contra sus sabanas, se pone de pie y sale de su cuarto.

 La puerta del baño se abre al mismo tiempo que la de su habitación.

-Oh por todos los dioses posibles de haber y de que en un futuro existan... -Woohyun envuelto solo con una toalla en su cintura, sonríe sardónicamente, sin quitar el aspecto de estar supuestamente asustado.

-Muérete pendejo...

El joven pone en blanco sus ojos, y continúa hasta su habitación.

-Yo no tengo la culpa, tú accediste, y yo solo quiero ayudar un poco...

Y finalmente debe darle la razón a su amigo. Ella estaba entusiasmada con la idea de hacer caridad, de ayudar a niños, y por eso aceptó el pedido de Sungjong, e incluso tuvo la excelente idea de manipular las decisiones de los demás, para que también aceptaran. Sin embargo, la hora en que ya está despierta es un punto que le juega en contra, porque no se acostumbra, menos un fin de semana, y peor aun cuando la noche anterior toco su colchón cerca de las dos de la madrugada. Había estado muy atrapada en un libro, que tenía guardado, y que por falta de tiempo lo había abandonado.

-Perdooon...-Baja su cabeza y un bostezo se escapa- Hazme un favor. Prepárame un café, una manzana, y una coca.

-¿Una coca?- Woohyun alza sus cejas sorprendido.

-Si una cooooca... la puta madre que sueño que tengo.- Stefania cerró la puerta de baño, y ella se quedó en el interior.

Woohyun tardo en procesar el cumulo de pedidos, y para que lo quería. Luego comprendió, que la joven tiende a consumir cualquier cosa entremezcladas con tal, de despabilarse rápido, y la coca hacia ese efecto en ella. Abecés no entendía el organismo de la menor, y esa capacidad de alimentarse sin ningún cuidado.

Y observando el reloj sobre la mesita de noche a un lado de su cama, llega a la conclusión de que llegaran tarde.

...
...

Sun Hi observa atenta. Preocupada, acongojada, con miles de emociones creando un tifón en su interior. Las cuentas se van acumulando, y no exactamente las de su casa, los avisos de remate cada vez con más insistencia, un desalojo al cual no puede poner una traba para que no suceda. Sin embargo quiere hacer el intento, de hacer sentir mejor a todos esos niños. Pero tiene culpa por no animarse a decirles la verdad.

-Mamá ¿En qué tanto piensas?

La voz del menor de sus hijos la despierta de su letargo.

-En nada Jongie... en nada.

Tiene el plazo justo de solo un mes para juntar el dinero y saldar la deuda, si no los niños perderán lo único que tienen como hogar y familia. Porque para empeorar las cosas, de tener que irse del lugar, no tiene donde llevarlos luego, y la calle no es opción, ni para ella ni para sus compañeros. Las cosas no hubieran llegado tan lejos, si no fuera porque unos de sus antiguos compañeros, malverso las facturas de los últimos meses. Las cuentas no cerraban al final de cada día, y había resultado ser el contador, quien, estaba sacando dinero. Demasiado tarde para poder retractar lo perdido, el muy miserable había huido a otro país con el dinero robado.

¿Y ahora?... Interesante pregunta. Esta desesperada, más allá  de la indignación y la impotencia, se siente sin salida, sin saber a dónde correr. Extrañaba a su marido. Para Sun Hi las cosas no hubieran terminado de tal forma, si su esposo aún se encontrara con vida.

Pero al menos debe contar, con que el menor de sus hijos, había convocado a sus amigos para ayudar, claro que los intereses del menor, era más para alivianar la carga.

-Disculpe... ¿Y los niños?

La joven de cabellos azabache, recogido en una trenza, levanto la mano al preguntar. Si la memoria no le juega en contra a causa del estrés, Sungjong la había presentado como Stefania, y era la directora del conservatorio donde trabaja el menor.

-Ellos vendrán en un micro cerca del mediodía. Son pequeños así que no era preciso levantarlos tan temprano.

La joven asiente con una sonrisa, y permanece en medio de Woohyun, quien ya conoce porque es amigo y compañero de trabajo de Sungyeol, y de Kim Sungkyu, que es la primera vez que lo ve, pero lo reconoce por que ha escuchado el programa que conduce por la radio.

Sungjong que había estado pegado a su lado como garrapata, se aleja hasta donde se encuentra la otra joven, Yadira. ¡Aja! se acaba de dar cuenta de algo, con respecto al menor de sus hijos. Aunque no completamente con seguridad, Sun Hi puede aventurar una hipótesis de que a Sungjong le gusta la joven. Conjeturas que saca, con solo observar los ojos de su hijo.

Sungyeol está a un lado de Woohyun, bastante serio. Callado para su sorpresa aunque ese comportamiento se había vuelto rutinario en él, en la última semana.

Luego vario un poco su mirada en Howon, conocía a su familia de antaño, era bastante poderosa aunque el joven se dedicó a otra cosa. En Jang Dongwoo que esta junto a Sungkyu, Director de producción del programa de radio, impresionante de verdad. Y por finalizar en Myungsoo que esta junto a Yadira, y de vez en cuando, observaba de soslayo al mayor de sus hijos.

<<Interesante...>>

Habría hecho más hipótesis, pero aún tiene que pensar en cómo dividir a los grupos para trabajar ese día. Tiene para hacer murales, y artesanías. Luego cada cosa creada será vendida. En total eran 14, junto a sus compañeros de la fundación, aunque faltan algunos que se encuentran en Fly Houpe cuidando de los menores.

-Pues bien comenzare a dividirlos...

...
...

Y las cosas no podían estar peor para Sungjong...

Comenzando porque los adultos habían decidido que los más jóvenes estuvieran  fuera, en el campus con los murales, bajo el infartante sol. Ese era un principio, segundo porque al dividirlos, no le pusieron a Yadira en su grupo, si no que la mandaron con Sungkyu y Woohyun, y tercero pero no menos importante y quizás por el motivo que siente que pegara un grito en el cielo, que lo escogieran a él para estar con Sungyeol y Myungsoo.

Oh si, la genialidad de los genios. Estar en medio de esos dos, era supremamente incómodo. Algo así como "Nivel Dios". Con él entre cejo fruncido, Sungjong observo a sus dos compañeros que permanecían a su lado, mudos, y sin si quiera poner algo de ánimo por trabajar. Luego miro el paredón delante de él.

Peor, era un dibujo en proporciones gigantescas. Elaborado por los compañeros de su Madre.

-Bueno...-Hablo decisivo.- Comencemos con esto, porque me quiero retirar temprano

-Jongie...-Y Myungsoo hizo que detuviera su caminata hasta los baldes de pintura- Espero que seas consiente de que esto nos tomara todo un día, incluyendo parte de la noche, ¿No?

Y el rostro del menor de los tres desfigurándose, por la sorpresa, causo la risa del hermano mayor de los Lee.

- Hayyy Sungjong, ¿de verdad creíste que esto sería sencillo, o que Mamá te dejaría ir así de simple, en cuanto terminaras? ¿No sabes que hay un horario estipulado, hasta las nueve de la noche?

Y no, no estaba enterado de ese pequeño pero muy relevante dato. Su vida era un asco. 

-¡Hyung! ¿Por qué carajos no me avisaste antes, que esto tenía un horario?

-¿Y qué diferencia habría? Si esto es un castigo que nos impuso por lo del otro día..

Cierto, aunque no quería darle la razón a su hermano, era la  verdad. Abecés su madre era muy cruel, sin serlo. Porque en fin era para algo bueno lo que estaban por hacer. Bajo su cabeza y soltó un suspiro de frustración.

- Esto es tú culpa Myungsoo...

Y el joven agrando sus ojos, sin entender a que venía esa repentina acusación. Sungjong disfruto un poco de ver el rostro desencajado de Sungyeol, pero no es tan malo, como para contar a Myungsoo el motivo de que estuvieran allí. Aunque si lo molestaban, podría defenderse gritándolo.

-¿Y qué tengo que ver yo?

Sungyeol tapo la boca del menor antes que dijera algo más, a pesar de que este no pensara hacerlo. Frunció el entre cejo, y observo por unos segundos al profesor de canto.

-No es nada... Mejor trae los tarros de pintura así comenzamos de una vez con esto, que ya perdimos mucho tiempo.-Ordeno, mientras su hermano menor se removía de su agarre.

Myungsoo se retiró molesto a buscar los baldes. Esa actitud del mayor tan imperante, y petulante con él, hizo mascullar algunos insultos entre dientes, mientras se alejaba. Aunque quizás se lo merecía, o quizás no, porque Sungyeol también había dicho palabras de alguna manera hirientes para él.

Si continuaba así se volvería loco...

...
...

 -Si lo hacemos de esa manera esto será eterno...

Howon se cruzó de brazos y miro a Stefania, tomar un par de tapas de botella de una de las bolsas que le había dado la madre de Sungjong.

- Que aburrido que eres Hoya... Hay que ser original.

- Le dará más vida al mural. Sera más vistoso.

Y  Dongwoo poniéndose del lado de Stefania. No sabría como interpretar aquello. Dongwoo estaba a favor de la joven de verdad o bien lo hacía por desquitarse con él. Como fuese, parecía ya estar decidido, que harían. Dos contra uno, y el calor del sol dando de lleno en sus cuerpos.

-Yo solo digo, no más, pero solo tenemos un día para terminar con este mural, y es inmenso...

-Ya está decidido Lee Howon.

<<¿Lee Howon? ¿Le llamo Lee Howon?... Uhhhhh esto viene para muy mal>>

Ya todos saben quién es la que piensa de esa manera...¿Verdad? Stefania no esperaba que esos dos se llevaran como carne y uña ese día, pero le sorprendió completamente, la austeridad con la que Dongwoo se dirigió a Hoya. Si se proponían a seguir así, la jornada terminaría siendo bastante tediosa.

-Bueno, bueno, bueno... Pondremos un poco de todo en el mural. Pintura, tapas de gaseosa, e incluso los pedacitos de azulejos...

Se abstuvo de seguir hablando, cuando percibió la fulminante mirada por parte de ambos jóvenes.

-¿Qué?... ¿Ahora van a coincidir que la idea de que los azulejos no es buena?

-Es que solo tenemos un día...

Stefania los miro ceñuda, y se cruzó de brazos.

-Uauu! Dongwoo ¿el mismo repertorio que Hoya?... Ustedes son tal para cual. Deberían ponerse de novios.

Oh si, había escupido prácticamente las palabras con todas las mala y buenas intenciones posibles. Primero porque ya estaba molesta, y segundo para ver si alguno entendía la indirecta. Pero fallo, porque en vez de mirarse entre ellos, y observar la tensión en el cuerpo del otro, los pares de ojos viajó hasta ella, y por supuesto, se descargaron.

-¡¿Pero qué dices?!

-¡¿Te has vuelto loca?!

Aplausos para el par de idiotas. Stefania giro sobre sus pies, y fue en busca de las brochas y los baldes de pintura. Si se ponía a escuchar las vociferaciones de esos dos, o bien los mataba, o terminaba por gritar la verdad. 

Ninguna de las dos. Tendría que detenerse a pensar cómo hacer para que Hoya y Dongwoo resolvieran sus dilemas, y rompieran con esa brecha que ellos mismos habían creado. Y si no aprovechaba ese día, sería muy estúpida de su parte. Tendría que armarse de paciencia, y hacer algo en nombre del amor.

-Oigan ustedes dos...

Y ahí va de nuevo...

...
...

Yadira estaba teniendo un día bastante complicado. No lograba congeniar con ninguno de los dos de su grupo. A la hora de elegir un color para pintar el boceto de la pared, cada uno elegía una tonalidad distinta. Y para llegar a una definición terminaban jugando al piedra papel y tijera.

Hasta el momento iban pintando menos de la mitad del dibujo, que al lado del grupo de Sungjong o Stefania era el más pequeño. La comunicación entre ellos era muy tosca y breve, y faltaba decisión o motivación. Como que rondaba un aire de incomodidad.

Sin mencionar el overol manchado que tenía, aunque bueno, todos los que estaban encargados de los murales tenia uno puesto. Eran de color azul, gastado, parecían hombres que iban a pescar a un riachuelo, al menos eso opinaba Yadira, que sentía estar metida dentro de un horno.

Cerca del mediodía, y su móvil, dentro del bolsillo grande, en la parte delantera del overol, sonó. Lo miro por unos segundo, y sin responder, volvió meterlo dentro del bolsillo. Considera que esta muy ocupada para atender ciertos asuntos.

-¿No vas atender?- Le pregunto Woohyun con una cálida sonrisa en los labios.

-Mira que no tenemos drama, te esperamos o podemos seguir pintando, mientras hablas.- Y Sungkyu siendo educadamente cortes.

Puede que se allá sonrojado un poco, por la amabilidad de los jóvenes, o quizás porque por unos segundos presencio en primera fila, la mirada compartida entre Nam y Kim, una conexión que duro poco pero que le hicieron dar ganas de correr por todo el campus y gritar. Pero bueno eso no lo podría hacer

-No se preocupen... No es nada importante.

Mentía. Con el paso de los meses, podía asegurar que era un tema que se volvía sustancial en su vida, y que de alguna manera debía poner fin pronto.

Sintió un pesar sobre su nuca y volteo su cabeza. Sungjong la observaba desde la otra punta del mismo paredón. Él le sintió y ella se la devolvió. Pero el agobio de hace un momento no venía de su amigo, no porque cuando Jongie la miraba siempre era algo que calmaba ese sentimiento raro en su pecho, como lo a  hecho hace un momento.

<<Anda por aquí...>>

-Yadira...

Un murmullo a dúo. Y Yadira despertó de su letargo, fascinada porque Woohyun y Sungkyu tenían más química, que la misma asignatura. Aunque esos dos poco lo notaran.

...
...


Medio día, y sin previo aviso, y para alivio de los presentes, unas cuantas nubes comenzaron aparecer y taparon el sol. Una brisa con olor a humedad, y más allá de sentirse contentos de que el calor menguara, solo rezaban porque el clima les diera el tiempo suficiente para que la pintura se terminara de secar.

Pelar papas, picar verduras, incluso apresurar las manos para hacer el postre.

-Hmmm... ¿Así que solo tiene un mes?- Pregunta Stefania y sigue batiendo la crema dentro del vols.

Estaba dentro de la cocina del comedor de la universidad, junto a Yadira, la madre de Sungjong y otra mujer que pertenecía a la fundación. Preparando lo que sería el almuerzo para los niños que corrían y jugaban por el campus.

Sun Hi pico en pequeños trozos las papas, y suspiro.

-Sí. Es poco tiempo, pero hay un posible comprador para el terreno. Una empresa de construcción. Es más a puesto un abogado para ver las posibilidades de desalojarnos más rápido.

Yadira observo por unos segundos el esbozo de una sonrisa apagada que compartieron las dos mayores perteneciente, a Fly Houpe. Era un hecho que a pesar de los murales, o de las manualidades que se hacían para vender, era imposible contar con tal dinero en menos de un mes.

El futuro vislumbraba oscuro para esos menores.

-Veremos qué podemos hacer. Con respecto a los murales ya han sido vendidos a la universidad. Pero no hemos sacado mucho.-La Compañera de Sun Hi, parecía esforzarse demasiado en no dejar salir unas cuantas lagrimas que pugnaban en sus rasgados ojos.

Yadira se acercó a Stefania que continuaba batiendo con más fuerza la crema.

-Si sigues así, cortaras la crema, y te vas a ensuciar.-Le susurro al oído a la locutora

El ambiente comenzaba a ser un tanto incomodo, como pesado. Quizás porque entre ambas no lograban evocar palabras para poder brindar algo de tranquilidad  en las mayores.

-De todas maneras esta semana buscaremos rentar otro lugar, por las dudas. Puede que las fechas no caiga encima como balde de agua, y no podemos, no tener donde ir con los niños. Más pequeño, eso seguro.

La puerta de la cocina se abrió lentamente. Las cuatro mujeres observaron directamente hacia la entrada.

-¡Umma!...

Un espléndido coro de niños se escuchó, y los infantes ingresaron corriendo al interior de la cocina, rodeando a SunHi y a la otra mujer. Los pequeños vestían iguales. Remera de mangas cortas, verdes,  con la insignia de la fundación en la parte izquierda sobre el pecho, y pantalones cortos blancos.

A las mas jóvenes se les escapo una sonrisa, y concordaron en que era injusto, que por avaricias de otros, esos niños se quedaran si el lugar que les había acogido como, sus propios hogares. Algo se tenía que poder hacer.

...
...

Las horas, luego del almuerzo transcurrieron rápido.

Los niños habían almorzado y merendaron en el campus de la universidad. Los habían entretenido cantando algunas canciones, jugando algunos juegos, o contando unos cuentos. Cerca de las siete de la tarde, el micro pasó a recogerlos, y se los llevo.

Finalmente a pesar de estar muy ocupados con los murales, la tarde resulto gratificante. La inocencia y alegría infinita de los niños, renovó los ánimos de cada uno. Tal vez porque los infantes presentaban unas ganas de vivir, que a veces mientras uno crece y comienza a conocer de las complicaciones de la vida, va dejando de lado, y olvidando.

-No le hayo forma...-balbuceo Sungjong.

Se habían juntado los nueve delante del largo paredón, y observaron confundidos y satisfechos los tres murales. Miraran por donde miraran, así se pusieran cabeza para abajo, lo que pintaron no lo entendían, y sinceramente luego de más de doce horas trabajando en ellos, tampoco les interesaba entenderlo.

-Es arte abstracto, Jongie...- Yadira respondió amablemente, y entrelazo su brazo con el del joven.

El menor de los Lee la observo de soslayo. Abecés creía un tanto injusto las cosas, porque Yadira, tanto como Stefania, tomaban en cuenta ese acto como algo normal, sin un efecto especial de por medio, algo que no insinuaba nada, ni un pequeño compromiso con sentimientos, Nada, y para ellos, abarcaba miles de emociones, o al menos para él, que simplemente se le olvidaba como respirar, cada vez que tenía a la joven a su lado.

-Muy bien chicos, les ha quedado genial.-Sun Hi apareció por atrás de ellos, junto a sus compañeros de la fundación, admirando el arduo trabajo de los menores.-Ahora ya se pueden ir. Han terminado antes de lo esperado.

-Solo media hora antes de la nueve, mamá...

-Deja de bufar Jongie... Bueno ahora si se quieren retirar se pueden ir, tranquilos. Por cierto si alguno quiere tomar un baño, están las duchas del gimnasio.

-Yo voy.-Respondió efusivo Sungyeol, y prácticamente salió corriendo en dirección al gimnasio, sin percibir, que había captado la atención de un par de ojos.

El resto simplemente se deshizo de los overoles manchados con pintura, y quedaron con la ropa que tenía debajo.  A pesar de estar sudados,  preferían ir hasta su casa a deshacerse de la carga del día. Llevaron los overoles hasta el canasto que les dejo SunHi para la ropa sucia, luego ella se encargaría de dejarlos en una lavandería.

La luna asomaba rápidamente, y el calor aminoro bastante. Algunas nubes rondaban por el cielo, pero no daba el aspecto a que fuera a llover. Perfecto, no deseaban que lloviera hasta que la pintura se terminara de secar.

-Tengo sueñoooo...-Stefania bostezo, y estiro sus extremidades.

-Eishhh... ¿dónde mierda se metió?

La voz de Sungkyu llego oído de todos. Stefania se le acerco y lo miro entrecerrando sus ojos.

-¿Que mierda te sucede? ¿Por qué insultas?- Y luego le saco la lengua, mofándose de sus propia palabras.-Yah de verdad... ¿Qué sucede?

Estaban fuera de la universidad, parados junto a la hilera de vehículos, estacionados a un lado de la acera.

-Myungsoo me trajo en la moto, y ahora no está... me refiero que él no está, porque la moto se encuentra allá.

Los siete que se encontraban en ese momento observaron a su alrededor, solo para llegar a una conclusión, aunque no pensaban decirla

Stefania rodo sus ojos, esto era el colmo.

-Bueno, yo te lle...

-No.-Yadira había tomado de su brazo, y la observaba tratando de decirle algo a través de sus ojos.-Necesito hablar contigo- Susurro

-Pero...

-Yo te llevo.

Y ese era Woohyun, con las llaves de su Audi en mano, y ofreciéndose con una sonrisa. Exactamente tres personas se emocionaron por esto, pero solo dos de ellas miraban expectante la situación, cuando Sungkyu, anonadado, simplemente asintió y Nam abrió la puerta de acompañante del vehículo, y con su mano izquierda hacia ademan para que el locutor tomara asiento. Woohyun se despidió agitando su mano, y subió al auto. Y para cuando despertaron de su letargo el Audi ya había desaparecido.

Sin embargo no pudieron reaccionar, o manifestar su alegría.

-Yo también me retiro... Nos vemos chicas. Chau Jongie

-Yo igual.

Y tan rápido como Dongwoo se despidió, Howon lo siguió. Aunque cada uno se fue en su vehículo, extrañamente tomaron la misma dirección, y si mal no recordaban, los tres que habían quedado, esos dos Vivian en puntos opuestos de la ciudad.

-¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!....

Sungjong tuvo que cubrir sus oídos, cuando el grito agudo de ambas mujeres estallaron en medio de la calle, y rompiendo el silencio que los rodeaba.

-¿Viste eso? Porque yo lo vi... Fue como ufffggggggg sdxfghjkllkjhgfdsdghjds.... Algo asi- Esto es estúpido, pero a medida que Stefania hablaba, parecía que la boca se le llenaba de saliva, y era peor al ver el rostro malicioso, que poseía.

-Necesito aire...-Puede que Yadira debido a la emoción, no lo notara, pero de alguna manera termino abrazando a Sungjong, y gritando.- That life is beautiful ... I love Jongie

Y con eso último, Lee Sungjong casi muere de un infarto.



---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



Y aqui el cap 11... jejejeje


Bien que le parecio??

No eh echo mucho incapie en las parejas exactamente porque hablar un poco de la fundacion era necesario para los siguientes capitulos de la historia. Y por supuesto, en cap que viene ya abra Woogyu, Yeolsoo, Yadong jajajaja

y otras cosas XD.


Bien tambien publique la segunda parte del Two Shot aqui para que lo lean... Y por favor no me maten...


Bueno les deseo felices fiesta... Una Feliz Navidad. Aunque yo no soy muy amante de la navidad pero es lindo, ver a la familia reunida jejejeje

bueno besos chicas

Y nos estamos leyendo

Kiss