Capítulo 2
Un día
complicado. Dos exámenes por la mañana, para los cuales poco había podido
estudiar, y ambos eran demasiado rigurosos para su carrera, complicados y
tediosos. Abecés realmente prefería las prácticas. Están en medio de la acción,
aunque hasta entonces no había hecho más
que atender algún que otro paciente, intoxicado, o generalmente cuando le tocaba una guardia durante la noche, algún
que otro sujeto con una gripe.
La punta
del bolígrafo, golpeando, suavemente sobre la hoja, parcialmente escrita. Y
esta por, el segundo examen. Dos preguntas más y finalizaba, pero cuenta con
menos de media hora, para que la clase acabe. Y con el mismo tiempo para llegar
a cubrir su turno en el hospital.
<<Un
hombre de 67 años no fumador acude a consulta por tos seca y disnea progresiva
desde hace año y medio. A la exploración presenta crepitantes tipo velcro en
bases y acropaquias...>>
El caso
puesto como ejemplo era más extenso, sus opciones iban de Sarcoidosis, Fibrosis
idiopática pulmonar, Histiciositosis X, Etc. Bien se echaba ganas a él mismo,
su mente alentándolo, y algo que lo acompaña de hace como un mes, quizás unos
días más, la pequeña planta, en el bolsillo de su pantalón. Podría decir que la
tenía porque realmente pensaba que su suerte cambiaba, a pequeños pasos claro
está, pero era un recuerdo del cual no se podía apartar, aunque la planta el trébol en todo caso, no era el real. El
original creado por la naturaleza hace mucho que había marchitado.
Paso una de
sus manos por sus cabellos, y observo hacia delante. El profesor apoyado, en el
borde de su escritorio, con una mirada de ambulante en cada estudiante, y de
vez en cuando observando su reloj de muñeca.
-15
minutos, para finalizar.- Advirtió con tono áspero, y se cruzó de brazos.
Un suspiro
escapo de sus labios, y regreso sus ojos a la hoja.
<<Varón
de 69 años, agricultor jubilado; bebedor importante y fumador de más de 20
cigarrillos/día desde su juventud hasta hace dos años en que abandonó el
consumo tras ser diagnosticado de EPOC grave (grado III de GOLD). Es
hipertenso, diabético y presenta dislipemia...>>
Y
continuaba. Pero sabía, bastante, aunque sus horas de estudio no habían sido
demasiadas. Tal vez, el examen se prestaba fácil, o realmente la suerte estaba
de su lado. Prefería pensar que se había roto la cabeza durante la noche,
estudiando, a que fuese La suerte del irlandés, porque simple, no podía
contar en una sala de operación con solo Suerte...
...
...
Sentado en una banca fuera del hospital, con
la casaca y pantalón azul del trabajo, observo ingresar y salir personas de
dentro del centro de salud. Su horario de descanso, y solo lo aprovecho con una
coca. Mientras otros tomaban su merienda en la cafetería del lugar, él prefería
o más bien necesitaba de algo de aire.
El habiente
dentro, era generalmente tenso. Si algunos ya saben o tienen un leve
conocimiento, los pasillos de hospitales ocultan demasiados secretos, y
falsedad entre sus empleados, algo que él prefería no compartir. Siempre
meollos inquietantes, detrás de los mandiles blancos que representan una
seriedad y, el titulo de
profesionalidad.
Una
suntuosa nube esponjosa, se atrevió a opacar el sol de la tarde, y sus ojos
viajaron directamente a ella. Entre cerrando aun sus ojos, delineo los contornos
que parecían luchar con los rayos de luz de ese sobrenatural astro detrás de ella.
Al final la nube pareció rendirse y siguió con su paso.
Woohyun
bajo la vista una vez más. Los suspiros se apoderaban cada minuto de él. Podría
argumentar que era cansancio, de no tomar tiempo en su vida para detenerse a
tranquilizar su rutina. En parte lo era. Solo una pequeña parte, porque en fin
de esa manera, manteniéndose en un trajín constante, era la única forma de
mermar esas emociones impulsivas, que pujan por volver.
Y si solo
algo podía atreverse a sentir, era un nítido e insignificante miedo de que se
volviera dejar llevar por la soledad, por la angustia, por esos escandalosos y
abrumantes recuerdos, que jugaban con querer presentar revancha una vez más, y
apropiarse de su presente.
Los dedos
de su mano izquierda, se posicionaron sobre la muñeca de su brazo derecho. Acaricio
superficialmente la tela negra de la muñequera, y por un fugaz momento dejo que
la imagen de piel nívea poseyera su cerebro, y cada centímetro de piel, hasta
erizarla.
Las
cicatrices bajo la muñequera parecieron quemar, y aparto su mano. La evocación
de quien fue su única consolación cobraba vida cada vez que lo necesitaba. Y
solo se dejaba llevar por una simple y estoica promesa de que estaría bien,
para poder seguir en pie.
...
...
Los trastos
sucios sobre, el mesón de la cocina. Woohyun miro la cantidad de cosas por
lavar, y doblo las mangas de su camiseta negra
hasta los codos. Más allá de que fuese mucho, el mismo había aceptado
ayudar. Cubrió sus manos con los guantes amarillos de látex dio inicio.
Algunos
niños de la fundación daban vueltas por la cocina, jugando, correteando a pesar
de que hacía unos pocos minutos habían terminado de cenar. De vez en cuando se
acercaban hasta él, jalando de sus jogging, para preguntarle cualquier cosa que
se les ocurriese y les generase dudas. Esa curiosidad que nunca, uno puede
acabar en los niños.
-¡A
prepararse para dormir!...
El grito de
una de las encargada de la fundación, llamando a los menores sonó como eco en
el salón junto a la cocina, y los pequeños que estaban con él, se despidieron
con una avenía, y corrieron hacia donde se encontraba la mujer. Era tarde.
Intentaba
alargar su estadía en ese lugar. Que era, de alguna manera el más cómodo. El más pasable para estar. Lo mantenía
ocupado, con la mente en otro lado que no fuesen sus asuntos personales y la
medicina. Quizás en donde su sonrisa, aunque no autentica, jamás desaparecía.
Por supuesto esos pequeños no se merecían ver caras, ajadas y entristecidas, cuando
ellos, a su corta edad, presentan grandes dilemas en sus futuros.
Pronto tendría
que ir hasta su casa, y simplemente sentía como un ahogo en su cuello. Se le
complicaba respirar con solo pensarlo. No exageraba. Tendría que ser su hogar,
el lugar en el que más deseara estar, pero cada vez era más real, que ya no pertenecía
a esa familia. Eran sus mismos padres, y su indignante ignorancia, los que se
lo hacían saber.
Termino con
los trastos y comenzó a secarlos y guardarlos.
-Disculpa,
Woohyun. Tenemos que hablar.
Otra de las
encargadas de la fundación, apareció por la cocina, de pie a unos pasos de él,
y Nam presiente que por el tono severo que utilizo para dirigirse, solo trae
malas noticias.
...
...
Dublin,
Irlanda
Un clima
templado durante la tarde. Algunos rayos atrevidos del sol, se animas a pasar
por la ventana de su despacho en donde trabaja, y brindan algo más de luz a
esas tapas de libros sobre su escritorio. Observa unos segundos, y se pierde en
medio de esas pequeñas partículas de polvo que se vislumbran en esa fina
cortina de luz.
Su mente
viaja un poco más lejos, que ese espacio donde está encerrado. Cruzando
barreras, fronteras, kilómetros y tiempos. Pensando que podría estar haciendo,
esa persona que roba cada suspiro de su pecho, y su concentración en el
trabajo.
Se hacía difícil.
Incompresible como aquel sujeto arrebato mucho de él. Imaginaba, soñaba quizás,
un momento cuando, si el destino lo quisiera, se volvieran a ver. Sí, Woohyun había
ganado, sin esfuerzo, crear sentimientos sin límites en él.
Sungkyu
relajo su espalda, en el respaldo de la silla, y prefirió abandonar la traducción
de uno de los libros, a pesar de que significase una demora a la hora de la
entrega del ejemplar en nuevo idioma. Pero no seguiría hasta no volver a
concentrarse. Podría, y era muy posible, que terminara escribiendo cualquier
cosa.
La puerta
de madera, lisa y de un marrón claro, se abrió, y la cabeza de una joven, con
cabellos dorados y ondulados, cruzo el umbral y con una sonrisa, en los finos
labios rosas dijo:
-Con los
chicos, planeamos ir a tomar algo, cuando salgamos. ¿Te prendes, o te quedas de
aburrido en tu casa?
Su
compañera de trabajo, y amiga desde que entro a la editorial. Miro dubitativo a
la mayor, en inclino su cabeza hacia un lado, como si realmente fuera algo que
mereciera, seriamente, pensarlo.
-Vamos
hombre, decídete que no tengo todo el día.-Apuro la rubia.
Y al final
termino por aceptar.
...
...
Cuando había
aceptado su orientación sexual, luego de caminar un largo trecho de auto
negación, Sungkyu había tenido las cosas en un intermedio, que se podría decir,
no había sido tan difícil de sobre llevar. Pudo pintar como una carga en un
inicio. Su padre había sido el primero en poner el grito en el cielo, no aceptándolo,
hasta el punto de irse del país. Su madre, a pesar de que no era lo que
esperaba de él, se quedó y permaneció a su lado.
Como una
aliada, o quizás no. Como madre que era. Desde un inicio intentando
comprenderlo, y brindando su apoyo. Aconsejándolo de las posibles complicaciones que encontraría en el
camino, por ser de alguna forma, un poquito diferente. Era duro de
digerir, él lo sabía y lo entendía. Por eso no mostraba reproches, si alguna
vez su progenitora no se dirigía con las palabras acertadas.
<<Hijo
comprende que esto es nuevo. Una cosa es verlo desde afuera, y otra es vivirlo
uno mismo. Dame tiempo a que pueda adaptarme a este cambio... Aun así, sabes
que siempre estaré a tu lado. >>
Diría que
su madre era y es un ángel. Plantearse a dejar de lado algunos sueños que tenía,
por ser su apoyo en todo momento, había logrado que esa mochila fuese más
ligera de cargar.
Pero también
debía hacer mención de sus amigos. Los que quedaron de ellos. De su país natal,
pues no contaba más que con uno solo, que de vez en cuando mantenía contacto a través
del chat. Sin embargo, los más presentes y a pesar de que se llevaron una gran
sorpresa en un comienzo, fueron quienes en este momento rodeaban esa mesa
circular. Cada uno con unos chops llenos de cerveza.
-Oh, sí, sí,
sí. Últimamente brilla por su ausencia...- Erin, quien lo había invitado,
sentada al lado de su novio Séan, comentaba algo acerca de uno de los
compañeros de trabajo, que hacía varios días no se presentaba a trabajar.
Cuando
ingreso a la editorial, tres años atrás,
aun no había aceptado sus preferencias de gustos. Fue algo que se dio a mitad
del primer año. En esos entonces, simplemente todos eras compañeros, pero que
en fin tenían la tendencia de aceptar al prójimo. Ellos habían sido una
influencia positiva desde un principio, cuidaron de él, y habían fomentado las
fuerzas para encarar a sus padres y decirle la verdad.
Un conjunto
de risas estrepitosas entre todos, y una ronda más de cerveza.
...
...
-¿Y has
sabido algo de él?
Sungkyu con
las manos metidas en los bolsillos de sus jean negro, volteo su cabeza hacia un
costado y observo a quien caminaba junto a él.
-¿De quién
hablas?- Pregunto con sus cejas levemente fruncidas, un tanto sorprendido por
el hecho de que tuviera conocimiento de algo, que él no había dado a conocer.
-Del chico
que conociste hace un mes atrás...
-¿Alana te
conto?-Sungkyu lo interrumpió. Alana una
joven de origen noruego, blanca, alta, y de un resaltante cabello cobrizo, era
a la única a quien le había confiado, ese pequeño secreto. Y evidentemente
quien le había traspasado aquello a Gael.
El joven
rubio, de prominente barba, cejas pobladas, varios centímetros más alto que
Sungkyu, y una clara descendencia escandinava, que se manifestada en todo lo
que era "Gael", se encogió de hombros y sus mejillas se tiñeron de un
ligero carmín, dando por sentado que había hablado de más. Luego se enderezo y
lo miro con seriedad.
-Si fue
ella. ¿Y cuál es el problema? Deberías confiar en nosotros, ¡En mí! Soy tu
amigo ¿No?- Utilizo bastante ademanes, impulsivos, con sus manos, dando un
toque más dramático al asunto.
-Sí, pero
era algo que por el momento pref...
-Mejor no
digas nada Sungkyu.
Continuaron
caminando por la acera, en dirección al edificio donde ambos Vivian, aunque en
distinto pisos. En un silencio incómodo y la noche arriba de Dublin. El más
alto aparentado estar ofendido, por su falta de confianza a la hora de hablar,
cruzado de brazos, arrugando la remera blanca informal que utilizo para ir a
trabajar, y observando las baldosas debajo de sus pies. Kim soltó una bocanada
de aire y rasco su nuca.
-Bueno. La verdad
no sé nada. El solo... se fue. Pero tengo algo en mente que puede que me de
muchas esperanzas, para hacerle saber, mucho de mí, y de lo que siento.
Gael
levanto la cabeza, y con deje de curiosidad lo miro y pregunto:
-¿Cómo?...
----------------------------------------------------------------------------------------------
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!
Bueno nuevo cap, un poquito mas largo que el anterior.
Lamento lo que escribi de medicina, ni yo lo entendi jajajaja solo busque por internet XD
Bien queria avisar que no seria un fic largo. Estoy volteando mocos a cada rato, con una alergia desesperante.
Bueno espero le guste el cap.
Y espero sus comentarios.
Gracias por leer.
Kiss