martes, 19 de noviembre de 2013

Culpa de una Fujoshi. Cap 6

Capítulo 6


<<Inauguración de Disco Madness>>

Así recitaba el llamativo folleto que tenía entre manos el día anterior. Por ende un par de ideas cruzaron por su cabeza. No podía desaprovechar tremenda oportunidad que se le daba, tan servida en bandeja. Una semana bastante complicada le toco pasar. Siendo como la psicóloga, analista, o el conserje de un colegio, se pasó los día escuchando, quejas, confesiones, dilemas, dudas existenciales. Pero nada como la frutilla del postre, en este caso siendo tres. Hoya, Sungjong, y el maniaco de Woohyun.

Comenzando por el primero, casi tiene un derrame nasal. Un martes tranquilo, normal, rutinario. Sentada delante de su escritorio, con el ordenador, y papeles por todos lados, su guitarra en el sofá de dos cuerpos negro que tenía,  las dos sillas delante del escritorio que utilizaba para recibir a los padres de los alumnos o a quien fuera. Y de repente la puerta de la oficina se abre e ingresa Hoya... ¿Qué carajo? No es que no supusiera que al profesor de baile le gustara Dongwoo, pero ufff, fantasear de esa manera. Y que se lo contara como si nada, como café que se sirve en la mañana, totalmente común... tuvo un tic nervioso en uno de sus ojos, la mente quedo en blanco, y juraba que necesitaba un balde para que se le cayera las babas, porque UAU! Imaginar esas cosas entre dos hombres, la desencajo totalmente, y no porque le desagradara, ni mucho menos pero es que no lo podía creer.

-Lee Howon no sé cómo ayudarte con tus distorsionadas y fantásticas fantasías y alucinaciones que tienes. Pero tienes que hablar con Dongwoo, el muy inocente... ¿por qué pones esa cara?

Parece que a quien le falta un balde es a Hoya

-Demonios Hoya ¿por una palabra así, te despierta el morbo? Hijo de tu buena madre... Acá no te calientes eh. Que hay muchos niños dando vuelta, como para que te plantees hacerte una pa...

-Shhhh cállate un poco... No digas pavadas. ¿No te da vergüenza?

. Vergüenza ¿qué? Tú tendrías que tener vergüenza, de contarme cosas así ¿no? Mírate te da el calentón del siglo con solo decir que Dongwoo es un pobre ino...

-No lo digas

Stefania estallo en carcajadas.

-Estás loco Howon... De todas formas debes hablar con Dongwoo, piensa que el ha hecho algo malo o no sé qué para que te alejes de él. Al menos envía un mensaje.

Pero nunca lo hizo, los días pasaron y Dongwoo estaba que se quedaba sin alma cuando iba a trabajar, sin noticias de su mejor amigo y echándose culpas innecesarias. Y a Stefania le remordía la conciencia no poder contar ni decir nada. Si supiera que el otro no le habla, porque solo con verlo se calienta más que una pava. Y que le trae tantas ganas como para montarse un espectáculo en plena avenida. "Yadong" claro si hasta la palabra le hace honor.

Segunda frutilla. Sungjong. Miércoles por la tarde, mientras iban a comprar algo para merendar junto a los demás. No dijo nada que no supiera o que no se percatara. Pero el menor resultaba ser tan pícaro y malo como ella, para encontrarle algo de gracia el asuntillo.

-Creo que a Myungsoo le gusta mi hermano...

-Ahhh pues ya me parecía, que no era la única que lo intuía... ¡Dame esos cinco!- Y chocaron sus palmas de la mano, y luego rieron- A tu hermano también le gusta Myungsoo

-Ya decía yo que andaba muy rarito...

Stefania levanto la vista, dado que era la única forma de poder ver el rostro de Sungjong, que por más que fuera menor a ella de edad, le sacaba como 20 cm de altura. Y todavía la joven había notado más cosas, pero sin referirse a los dos anteriores.

- Tú también tienes algo que decir ¿verdad?- dijo de repente la joven

-Mmmm?...

-que te gusta alguien...

-Puede ser, pero no viene al caso. Estamos hablando de Myungsoo y Sungyeol...

-Si viene al caso... sobre todo si se trata de Yad...

-Yah no te metas. La cuestión no esta tan fácil como parece, ella solo quiere un amigo...


"No hace falta que te diga, que me muero por tener algo contigo ¿Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo?" ¡Vaya! por un momento Stefania se hizo la pregunta de si esa parte de la canción no había sido inspirada en sus amigos. Claro que no. Se la hubiera cantado en ese momento pero mejor no tomar las cosas como chiste. Aunque de por sí ya le echaba gracias lo paradójico de todo. "Las apariencias engañan" ¿Cuantas personas de acuerdo con ello? Yo-la escritora-soy la primera en levantar la mano... Regresemos a nuestro tema. ¡Lee Howon el gay, y Lee Sungjong el hetero! Es extremo, como decirlo. Uno que parece voltear testosterona en cada gota de sudor, por el magnífico cuerpo que lleva bien puesto, y por el cual una mujer se derrite como mantequilla bajo el sol, y se quiere voltear a su mejor amigo <<Ya decía que Ricky Martin no era el único>> Y el otro tan delicado como una capullo de flor, más lindo que una mujer, y resulta ser el macho de los machos.

Y tercer frutilla y por el momento la última de todas. Nam Woohyun. Viene amarga la fruta en este caso o graciosa. Para Stefania ha sido las semanas más atroces de su vida... "Estas exagerando"... Bueno las mas escandalosas y odiosas. El árbol que parece haber perdido todas la hojas de su cabeza, por querer tirarse los cabellos más de una vez, culpa de un manso pero volador roedor, que le anda pisando las raíces. ¡Que desastre! Decir que en un momento la locutora quiso sacar toda la ropa de Nam y tirarlas por el balcón de la sala, es quedarse corto. Parecían una pareja en medio del divorcio.

-¡No me hables de Kim Sungkyu!

Y entre gritos y advertencias sin sentidos, Stefania perdió la cordura y el hilo de la paciencia el jueves por la noche cuando ingresaba al apartamento. Porque gracias a dios ya tenía su bendito auto

-¡Pero que mierda te pasa ahora! Si ni mencione al hámster aquel, es más recién llego ¡loco!

-¡Todo el tiempo hablas de él!

-QUEEE? Te estas poniendo paranoico pendejo eh! ¿Yo que culpa tengo que te guste un hombre y no lo quieras asumir?

Y lo dijo así, en un fuerte grito, y con la mirada más filosa que una espada. Woohyun quedo estático, con los ojos abiertos, y a punto de infartarse. Hasta que logro despertar de su letargo.

-¡Estás loca! a mí ¡no me gustan los hombres! No me gusta Kim Sungkyu!

-Eres un maldito reprimido NAM WOOHYUN! UN RE-PRI-MI-DO!

-¡¡¡Y tu un Incordio!!!

Stefania lo fulmino con una última mirada, y subió rápido los peldaños de  la escalera, y desapareció en el pasillo donde estaban sus habitaciones. Woohyun no observo nunca donde se había metido la joven, por solo observar el suelo de la sala, casi perdido.

-Te puedes ir bien a la mierda si no aguantas a este incordio Nam Woohyun!!

 Y con la misma ligereza con que subió la escalera, volvía a pasar por ella, descendiendo, con los pies solo cubiertos por unos soquetes blancos y con un bolso azul en sus manos. Paso por el lado de Nam y de los sofás y sin decir palabras, se abrió camino hasta el balcón. Increíblemente el mayor reacciono a tiempo, para poder tomar el bolso antes de que callera al vacío. Adentro estaba su ropa.

-¡¿Estás loca mujer?! ¿Qué pensabas hacer?

De pie entre el televisor y la mesa de vano, Stefania comenzaba a sentirse cansada de toda esa situación. Dos semanas peleando, aunque solo fuese a la noche, en el único momento que se veían, ya se tornaba insoportable. Porqué el fin de semana, ella tomo sus cosas y se fue a dormir a la casa de Yadira. Regresando el lunes por la madrugada.

- Una cosa te digo Nam y es que no tengo ganas de seguir aguantando tus líos existenciales Hasta aquí llego todo, si no te puedes ir, me iré yo. No soporto tu locura solo porque desconoces lo que sientes, o no te quieres aceptar.  No lo sé, pero no me quedare aguantando gritos o estupideces de nadie hasta que te decidas...

Y nuevamente a la planta alta. Pero esta vez fue hasta su habitación saco una muda de ropa, y luego al baño a por una ducha, y ver si podía quitar un poco de su piel esas ganas de tirar todo, y su ira contenida, Porque lo hace de un momento no era nada. Woohyun tenía que aclarar y acomodar sus cosas, ella iba a estar para él, como apoyo incondicional, ante cualquier situación, pero no así, no discutiendo por motivos que no tienen sentido. <<Así no hay amistad que dure>>

Viernes 1 pm Yadira la esperaba con miles de cosas por hacer esa tarde, entre clases, y facturas para pagar. Un pequeño papel rectangular, negro con unas ondas rojas y letras blancas, sobre el escritorio de la menor, llamaron su atención. El bendito folleto, que a su parecer, solucionaría varias asuntos que vienen complicando  la vida de todos. Le costó, paciencia y orgullo convencer a sus compañeros de trabajo en la academia, a los de la radio, Sungkyu se mantuvo reticente por más de una hora, teniendo en cuenta que se daba el lujo de volar por una nebulosa, pensando en Dios sabe quién. Cada vez aportaba menos al programa. Más distraído que nunca. Accedió luego de que dijo que invitaría a un amigo. Perfecto para ella, solo quería que asistiera. Y por último Woohyun, que bueno, luego de pasar dos horas conversando durante la madrugada, entre disculpas, Stefania lo invito al nuevo club Madness.

En fin ya es sábado por la noche, y está en una batalla campal con su pelo, que se inflo como si tuviera estática, al menos ya está vestida. Jean negro, de los estrechos, remera holgada beige, de hombros caídos, con una musculosa del mismo color debajo, sus zapatos negros, de tacón, tan finos como aguja

-Apurateeee!- Woohyun grita desde la planta baja.

-¡Que ya voy!-Responde mientras intenta sujetar su melena escandalosa en un trenza.-Claaaroo el apura porque no tiene que pasar todo un proceso increíblemente arduo para verse bien- murmura sola delante del espejo del baño.

Cosas que solo una chica entiende.


...
...

Presentaciones de aqui y de alla.  Algunas coincidencias que sorprenden, como Nam Woohyun  y Lee Sungyeol que ya se conocen del trabajo, y que ni ellos esperaban encontrarse esa noche. O que Sungyeol conocía a Stefania, sin saber que era la "amiga loca" de la que tanto hablaba su casi jefe. Gente por todos lados bailando. Un caos, pero de esperarse con la recién inauguración.

Dos sofás rojos en forma de paréntesis que encierran una mesa redonda de color negro, con una bandeja plateada en el medio repleta de varios trozos cortados de limón, dos pequeños frascos de sal,  y cinco botellas de tequila para los shot. Todo preparado por Stefania, menos el lugar VIP que de ello se encargó Yadira. En total hay nueve chicos, un poco apretados uno con otros. Y sin embargo el ambiente se va a poniendo a tono cuando alguien grita

-¡Fondo blanco!

Luego de un poco de sal, chupar una rodaja de limón, Stefania bebió de una sola vez un vaso con vodka. Y se le dio vuelta el mundo y la garganta ardió. Que decir que no está acostumbrada a beber. Pero a quien le importa todos repitieron lo mismo, incuso Yadira y Sungjong que eran los más chicos.

-¡¡¡Por Yadiz y Jongie que ya tienen su permiso de conducir...!!!

Cualquier cosa viene bien para festejar. Parece que todo se divierten entre risas y comentarios sin sentidos. Pero Stefania esta atenta, a pesar de que lleva más de cinco fondos blancos, seguidos. Observando a cada uno. Myungsoo al lado de Hoya Yadiz, Jongie y Sungkyu en un sofá, y en el que está al frente Sungyeol, Dongwoo, Woohyun y ella.

¿Que los ojos dicen más que palabras? a pesar de que algunos están tornado algo de brillo, ¡Sí! ¿Que se muere en ese instante, cuando ve que Howon se muerde el labio inferior cuando una gota de tequila cae  sobre el pecho de Dongwoo, donde los primeros botones de la camisa negra están desprendidos y dejan una maravillosa vista de sus clavículas? O ¿cuándo sin querer voltea para no reírse del bailarín y Myung llama su atención y no solo la de ella la de Sungyeol? Debería llamar a emergencias le está dando taquicardia.

<< ¿Qué demonios está haciendo?>> Myungsoo tiene que haberle pegado rápido el alcohol, el joven está jugando con una trocito de limón, delineando sus labios y luego los relame, al mismo tiempo que sus ojos observan a Sungyeol. <<Le doy dos horas si no terminan en una ca...>>

-I got this feeling on the summer day when you were gone. I crashed my car into the bridge...!!-La canción le resulta hipnótica, y se olvida en lo que piensa, cuando sin pensarlo la canta, como si fuera su himno para salir, ¿cómo se dice?... de juerga-No sé qué aran ustedes pero yo me fui a bailar...-Dice de repente Stefania al mismo tiempo que se pone de pie, acomoda su jean, y con un shot en sus manos, se despide, coreando I loves its de Icono Pop.

-I DON'T CARE, I LOVE IT...

Todos en la pista comienzan a saltar. La locutora desapareció en medio de la multitud y Yadira siente que el ritmo se le pega en cada extremidad de su cuerpo y no lo puede evitar.

-Me fui también...-Tira de la mano de Sungjong y este de Howon.- I DON'T CARE!!

No es sorpresa que ambas mujeres tiendan, moverse con solo escuchar un poco de música. Las dos son de América, y esto es solo un punto de vista, al lado de Asia, América es demasiado salvaje, pero en el buen sentido, mas dado al ruido, a las risas escandalosas, al tocarse sin compromiso alguno, a ser más liberal, como ellas expresan.


-Esa chica, Stefania... No está muy bien del todo...-  Sungyeol rompe el silencio con una voz tenue y los que han quedado, ríen a carcajadas.

-¡EXACTO!...-

¿Coincidencias? No lo creo. Han respondido al mismo tiempo, han cruzado miradas, y Sungkyu no tuvo de otra, que bajar la cabeza observar sus piernas, con esos pantalones blancos, un poco estrechos, para que Nam Woohyun no notara el carmín de sus mejillas. Y nuevamente ese calor extraño recorriendo su espina dorsal.


...
...


La luces incandescentes, algunas simulando ser laser de color verde o azul, otras  que iluminan el lugar poniendo todo en rojo, en incluso las que simulan ser flashes de cámara, y hace ver a cada persona dentro del lugar como si se movieran como robots. El DJ del club con sus mezclas, que todos cantan, y corean al unísono.

Un circulo se ha abierto en media de la pista, todos a su alrededor, gritando, y alentando, al ver a los dos jóvenes, que bailan sincronizadamente, y con una pasión exorbitante, Scream de Usher.

<<I see you over there so hypnotic,
Thinkin' 'bout what I'd do to that body,
I'll getchu like ooh baby baby, ooh baby baby
A-ooh baby baby, ooh baby baby>>

Una coreografía, que puede saber de memoria. Practicada, siempre por ambos, cuando los tiempos le dictaminaban mejores momentos, aunque ahora Dongwoo no podría quejarse, no cuando él, esta ahí, compartiendo esa canción, y esa danza.

<<Got no drink in my hand, but I'm wasted
Gettin' drunk off the thought of you naked
I'll getchu like ooh baby baby, ooh baby baby
A-ooh baby baby, ooh baby baby
And I've tried to fight it, to fight it
But you're so magnetic, magnetic
Got one life, just live it, just live it
Now relax and get on your back>>

¿Quién mejor que ellos? Una pareja que destina a mas que para solo bailar, que con una simple sincronización, todos a su alrededor pueden percibir que quienes se mueven en medio de ese círculo vacío, alentados por muchos, y alumbrados por las luces de neón, ambos sujetos desprenden pasiones ocultas, no dichas.

<<If you wanna scream yeah,
Let me know and I'll take you there
Get you going like a-ooh baby baby, ooh baby baby
A-ooh baby baby, ooh baby baby
If you want it done right
Hope you're ready to go all night,
Get you going like a-ooh baby baby, ooh baby baby
A-ooh baby baby, ooh baby baby
If you wanna scream>>

Una fugaz mirada, y una pequeña sonrisa, fueron la invitación para que él se levantara de su asiento, perdido  por la música y dejándose llevar por ese hombre vestido de negro, camisa que a pesar de su color, deja traslucir su cuerpo, y pantalones que realzan su masculinidad, con zapatillas a juego. ¿Qué tanto puede llegar a decir  Dongwoo que ha extrañado al menor? Demasiado, que no resistió el llamado de sus ojos cafés para olvidar todo, y caminar a donde estaba él.

<<Kill the lights, shut em off, you're electric
Devil eyes tellin' me "Come and get it",
I'll have you like ooh baby baby, ooh baby baby
A-ooh baby baby, ooh baby baby
Girl, tonight you're the prey, I'm the hunter
Take you here, take you there, take you under
Imagine me whisperin' in your ear that I wanna
Take off all your clothes and put somethin' on ya
Bridge
And I've tried to fight it, to fight it
But you're so magnetic, magnetic
Got one life, just live it, just live it
Now relax and get on your back>>

Gotas de sudor, que descienden por el cuello del mayor, movimientos pélvicos, que logran quitar los gritos desaforados de las jóvenes que están a su alrededor, y miradas, que parecen lascivas sin serlo. Abrumador, tener que contemplar aquello, e intentar a cuestas de mucha fuerza, inhibir, su deseo palpitante, de arrinconar a Dongwoo, en un lugar oscuro, lejos de los ojos pretenciosos del resto, para poder degustarse de los labios gruesos de su Hyung.

<<If you wanna scream yeah,
Let me know and I'll take you there
Get you going like a-ooh baby baby, ooh baby baby
A-ooh baby baby, ooh baby baby
If you want it done right
Hope you're ready to go all night,
Get you going like a-ooh baby baby, ooh baby baby
A-ooh baby baby, ooh baby baby
If you wanna scream
Out, Louder, scream, louder, louder, louder, louder,
Hey tonight I scream, I'm on need
Ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooh
Yeah>>,

Tan tentador como el pecado. Sin duda alguna, es lo que su mente trabaja. Observa solo de vez en cuando de soslayo, para contemplar cada movimiento perfecto de Jang. Puede que haya sido eso lo que despertó a su lívido sexual, por el mayor, de su letargo. Que fuera tan bueno para la danza, pero suena imposible ellos se conocen, de varios años, cinco, con exactitud, y no jamás había sentido ganas de nada con su amigo.  Hoya se sorprende en un momento, recordando, cada día de esa semana, masturbándose, por solo pensar en Dongwoo. ¿Cuánto más podrá aguantar así? Y es que tenerlo tan cerca, le está costando, querer agarrarse de los pelos, y volverse loco por completo.

<<Let me know and I'll take you there
Get you going like a-ooh baby baby, ooh baby baby
A-ooh baby baby, ooh baby baby
If you want it done right
Hope you're ready to go all night,
Get you going like a-ooh baby baby, ooh baby baby
A-ooh baby baby, ooh baby baby
If you wanna scream>>

Usher se deja escuchar, y el DJ le da lugar para que David Guetta se escuche con She Wolf. El círculo se cierra, y nuevamente todos apretados.

La sonrisa que mantuvo durante esos cortos minutos, se ha desdibujado de su rostro. Pensar que todo podía retomar su curso normal, ha sido una suposición errónea, quizás de sus alocados sentimientos. Por qué Dongwoo ha girado, para ver a su amigo, pero este ya no se encuentra, se ha perdido en medio de la multitud. Y Jang ya no puede seguir aguantando que lo ignoren de esa manera sin saber cuál es el motivo que impulsa a Howon a comportarse así.

Pero lo dejara pasar. Esa noche no está para amarguras, si no para disfrutar. Ya tendrá todo un domingo para quitarse todas las dudas.

...
...

Los tres se quedan pasmados, y se dan por vencidos, y tampoco entienden en que momento, o con que ganas el DJ pone música brasilera. Aunque la canción está a punto de finalizar, saben que ya han hecho el ridículo antes muchos. No es que no sepan bailar pero, de veras que hay que saber tomar el ritmo a ese tipo de música.

Sungjong, Sungkyu y Woohyun se han cruzado de brazos, mientras observan como las únicas dos jóvenes que los acompañan, Stefania y Yadira han comprado la pista, bailando Lê Lê Lê de João Neto y Frederico.

-Lê Lê Lê Lê Lê Lê Se eu te pegar você vai ver- Y las dos coreando el tema al mismo tiempo.

Un moreno de ojos esmeraldas y cabellos oscuros se acerca a ambas jóvenes y comienza bailar casi tan sensual como ellas. Yadiz se intimida un poco, y prefiere apartarse, sobre todo cuando los llamativos ojos de Sungjong se clavan en el sujeto, como si estuviera molesto. Lo que le da algo de intriga. ¿Acaso le gustaría Stefania? O ¿El chico? Sonríe traviesa, aunque aún no está muy segura de para que arco patea su compañero de trabajo.

Sungjong acomoda su chaqueta celeste claro, con las mangas arremangadas hasta los codos. Lleva una remera blanca, con una frase escrita en gris, y pantalón tejano azul oscuro. Nada para exaltarse ni ponerse loco. Loco se va a poner él, si el desconocido de ojos claros, claramente extranjero, se atreve acercarse a "su chica" y quiera coquetearle. Sin embargo es ella quien se retira, y va acercándose a donde él se encuentra.

Calza negra hasta los tobillos, zapatos negros de tacón finísimos, que parece hasta imposible que alguien pueda caminar sobre ese calzado, una remera sin mangas plateada que llega más abajo de sus glúteos, y un saquito de modal que cubre la desnudes de sus hombros. El cabello castaño, suelto, y con vida propia. Sin perder el ritmo del nuevo tema que comienza, Yadira se acerca hasta Sungjong, y lo ínsita una vez más a que se anime a seguir sus pasos.

-Tô bem na parada, ninguém consegue entender Chego na balada, todos param pra me ver...

Y como no pueden con el genio, parecen que las dos extranjeras se saben las letras de todos los temas de cada idioma.

Stefania le brillan los ojos de pura emoción, quiere dar saltitos y dar grititos como una adolecente enamorada, cuando sus ojos captan la tan romántica y linda escena de Sungjong posando unas de sus manos en la cintura de la menor y con la otra sosteniendo la mano de la joven en lo alto. Acortando la distancia de ambos cuerpos, pegando uno con el otro, y comenzando a mover sus caderas al ritmo de Fugidinha de Michel Telo.

Tan ensimismada esta en ver a los menores, que olvido por completo que ella estaba en una situación parecida, con el "morenazo" de Brasil, de tucasos esmeraldas, tanto que cuando lo recordó y volteo en busca del muchacho, lo encontró entretenido con alguien más. Bien ahora es un buen momento para correr al baño, y limpiar su nariz antes de que la sangre que está bajando por uno de sus orificios, manche su remera.

Había omitido un pequeño detalle acerca del club, pero les comento y aunque parezca mentira, es para bisexuales, gay y lesbianas. Es algo oportuno ¿verdad? Salvo para Stefania, que a pesar de ser fujoshi, se siente más “alone” que nunca, ya que ella no pertenece al otro bando, y tampoco está en medio de la cancha sin saber a qué lado correr. Y está casi segura que el único heterosexual en el lugar, es Sungjong y ya está ocupado.

Regresemos al tema anterior, de su derrame nasal, es que acaba de ver a su "Ex morenazo" en brazos de un rubio de ojos azules, tan prendidos en ellos mismos, que hasta ya tiene la conclusión donde terminaran esos dos.

-¿Te sientes bien?- Sungkyu la toma de un brazo, y detiene su marcha al baño.- Te esta...

-Si lo sé, me voy al baño a solucionar el inconveniente.-Dice tratando de gritar, para que se escuche su voz por arriba de la música.

Kim parece preocupado, y decide acompañarla hasta los baños. Aunque la verdad no es solo por ese motivo, es que no quiere quedarse a solas con Nam Woohyun. Su presencia tan cerca le incomoda, tanto como le agrada. No cruzaron palabras, desde que se vieron, solo pequeños vistazos, que lo han acalorado de tal forma, que el solo pudo con más de la mitad de botella de Vodka y Speed. Cabe decir que esa mezcla no hizo más que intensificar, su calor, sus latidos, y la inconsciente idea de querer pasar varios límites esa noche, y el lugar solo prestaba para cometer locuras.

No puede negar que por momentos, Nam Woohyun le fue extremadamente atractivo, con su camisa a cuadrille de varios tonos azules, los botones desprendidos, mostrando sus excitantes y apetecibles clavículas, Jean oscuro. Su cabellos desordenados, pero que le daban un aspecto más masculino, y casi irresistibles.

Huye como cobarde. Porque el tenerlo cerca le hace doblegar las piernas, como si fuera una mujer ante un Idol.

Stefania camina delante de él, pidiendo permiso, ya  la vez empujando para que la dejen pasar. Llegan hasta el pasillo donde se encuentran los baños de mujeres y hombres. Incluso ahí hay demasiadas personas, que bueno, están en situaciones bastante comprometedoras. Sungkyu espera a un lado de la entrada, mientras que la menor ingresa tapando su nariz. Sus ojos se quedan un poco atónitos al observar a dos mujeres besándose como si no hubiera un mañana. <<Algunos deberían buscarse un Hotel>> Piensa. Desvía la mirada, pero como mala broma, aunque no debería esperar menos en un lugar así, sus pequeños ojos visualizan una pareja de hombres que se devoran a besos mientras salen del baño de en frente y se alejan por el pasillo, sin tenerlo en cuenta. ¡Dios! tienes que ser el efecto del alcohol o el par de desubicados de recién eran...

-¿Viste los que yo vi? o ¿me eh vuelto loca?-Stefania aparece de repente a su lado, con un poco de papel higiénico limpiando su nariz, y tan sorprendida como él.

-No estás loca... Necesito Whisky, Tequila, Vodka, Cerveza...

-Vamos por más trago, antes de que me tengan que sacar en camilla del baño, de tanta sangre que puedo perder a causa de esos dos.

Culpa de una Fujoshi. Cap 5


Capítulo 5

(Advertencia, Intento de Lemon XD)



Los días de lluvia se han prolongado, tanto que está resultando ser más una molestia, que un clima agradable. Como se dice, conformar a una persona es difícil. De a poco va anocheciendo, el cielo esta nublado, un tono que no se puede decir si es gris o un bordo un tanto amarronado. Los que lo observan, prevén una tormenta. En época de verano es algo normal.

Dentro de la pequeña sala, se encuentran reunidos un grupo de jóvenes, atentos a los últimos minutos de clase, que le restan. Myungsoo adelante de todos, con uno de los alumnos, intentando enseñar a afinar mejor. Ese día no tienen clase compartida junto a Stefania, por ende la hora y media de su tutoría, ha sido extrañamente tranquilo. Solo vocalizar por esta vez.  Sin ningún instrumento que acompañe. Un timbre suena, por los corredores del conservatorio, y la pequeña cantidad de jóvenes, comienzan a movilizarse de sus lugares, se despiden de su profesor, y se retiran.

Guarda las partituras en su carpeta, y luego la mete dentro de su bolso.  Son ocho de la noche,  y quiere retirarse a su casa. No ha tenido una rutina complicada pero, hay algo en su mente, que está rondando, de forma molesta desde el sábado el día que se mudó. Una imagen que pesa demasiado, que no quiere pensar, ni recordar, porque eso sería, de alguna manera, extraño.

Aún le queda algo más que hacer, en el conservatorio. Es parte de la rutina, al menos sucede una vez al mes. Cada 30 días, Stefania convoca una reunión, entre todos los empleados de la academia. Y cuando se dice todos, incluye hasta el guardia de seguridad. Si para la Directora del conservatorio, todos tienen derecho a opinar siempre y cuando sea para mejorar, la calidad del lugar. Ya sea de las clases, como de las instalaciones del edificio. Alguna modificación que se proponga en cualquier ámbito.

Todos están en el Hall de la academia. Sungjong permanece de pie, a lado de Yadira, con sus manos metidas dentro de los bolsillos del jogging gris Adidas. Tiene una remera blanca con el logo de Lacoste cerca de su pecho, y una gorra negra en su cabeza. No es lo que suele usar normalmente el menor, pero por cuestiones de comodidad, durante sus clases, esa ropa es lo más óptimo. Está muy entretenido  conversado con la joven. Yadiz como todos la llaman en la academia, con jean negro, que es demasiado angosto a sus pantorrillas, una remera cuello en V de color salmón y su cabello castaño suelto. Tiene que suponer algo, aunque quien sabe ¿no? pero a su punto de vista esos dos, pasan demasiado tiempo juntos.

Myungsoo se acomoda al lado de Hoya. Observa de soslayo al mayor. Como siempre sport. Conjunto de remera y pantalón negro Nike, y una gorra del mismo color. <<Demasiado distante>>, pensando quizás, pero no puede saberlo, aunque le da la sensación de saber en quien. Remontando en lo que ha visto el sábado, pequeñas y fugases miradas, que logró captar de vez en cuando, hacia Jang Dongwoo.

-Lo sientooo!-Stefania viene a paso presuroso, por el pasillo, dando disculpas. Con su guitarra a cuestas de su espalda, el bolso cruzado sobre su torso, y una bolsa de cartón, con el dibujo de Hello Kitty estilo emo, y varias carpetas dentro.

Myungsoo mira el reloj de su muñeca, y sonríe. Basta escuchar como habla de rápido Stefania para saber, que le espera el regaño se siglo, cuando llegue a la radio. Su primo Sungkyu es de perder fácil la paciencia con ella.


...
...


Su oficina es extremadamente grande, como para una sola persona. Hay un sillón en forma de L, color negro, que se observa al entrar, la mesita de madera oscura en el centro y un librero haciendo juego atrás del sofá. Mas al fondo, luego de pasar el juego de living, un amplio escritorio del mismo color que el resto de los muebles. Lo único que difiere, es el piso de porcelanato blanco, y las paredes revestidas de mármol de distintos matices de gris. Pero aún más impresionante es la vista panorámica, del centro de la ciudad.  Los ventanales cubriendo gran parte  del ancho de la pared, completamente el largo.

Woohyun suelta el bolígrafo y lo deja caer sobre el escritorio. Se recuesta sobre el respaldo de su silla, forrada de cuero, y se le escapa un suspiro, Ha trabajado durante todo el día, y aun no puede terminar, aunque esa semana  va siendo complicada. Su mente no está al cien por ciento enfocada, en el trabajo. No logra concentrarse.

La puerta de madera reforzada y tallada, con extrañas figura, se abre, y el cuerpo esbelto  de Sungyeol, vestido de saco y pantalón negro con una camisa blanca debajo, ingresa dentro de la oficina. Se acerca hasta el escritorio, con una carpeta en su mano.

Woohyun levanta la mirada.

-¿Ya has terminado?-Pregunta el mayor y de a poco va esbozando una sonrisa.

Sungyeol asiente con la cabeza.

-Sí. Y tu Hyung?

Se encoje de hombros.

-Algo así. Me queda poco.

Por un momento sus miradas se cruzan, la mantienen fija, sin decir nada, pero Sungyeol no logra seguir sosteniéndola, y desvía sus ojos a otro lado, Se enfoca en mirar Seúl desde ese panorama. Las sugestivas nubes que debes en cuando se iluminan, seguidas por el estruendo de los truenos. <<Una noche perfecta>> piensa el menor.

-Oye Yeol ¿tienes algo que hacer más tarde? yo casi ya termino, si quieres podemos ir a tomar algunas cervezas.

Woohyun necesita hacer algo antes de que su mente estalle. Distraerse es la mejor opción. Salir beber algo, conversar. Que su cerebro se despabile, pero no, no funciona así. No para él. Por más que lo intente no logra quitar la imagen del joven de pequeños ojos, cabellos castaños y piel nívea de su cabeza. <<No está bien>> Se ha repetido es frase tantas veces, como si fuera un mantra.

-No puedo Hyung. Tengo que ir a ver a...

-¿Una mujer?-Pregunta divertido el mayor, al mismo tiempo que se endereza en su silla.

-Algo así...-La mejillas de Sungyeol se sonrojan, y rasca su nuca.

-Ohh... interesante Yeol

-Debo irme Hyung. Se está haciendo tarde.-Le entrega la carpeta que tenía en mano. Los balances del mes.- Ya está todo listo. Que tengas buenas noches. Woohyun, nos vemos pasado mañana.

- ¿Pasado mañana?-Arquea una ceja.- ¿Por qué pasado mañana?

-Mañana es feriado Hyung. ¿No lo recuerdas?

-Ah

-Por lo visto a ti también te ronda una mujer en la cabeza- Sungyeol sonríe, con picardía luego voltea y comienza dar pasos hasta la puerta-Nos vemos hyung- y desaparece.

Ojala fuera tan simple como Sungyeol imagina, y se tratase de una mujer sexy y despampanante, al menos es lo que quisiera Woohyun. Que la persona que se encarga de llevarlo a otra galaxia, a otra dimensión y le roba el aliento, fuese una dama, una chica, o una anciana. Bueno tanto no.- Seguro y la viejita le da con el bastón.- Se pone de pie, y decide no continuar con el trabajo. Llevará las hojas al apartamento, y terminara allá. Ahora, simplemente no puede pensar en más nada que no sea, ¿cómo dice Stefania?, en el "hámster sin ojos".

-Esto no está bien.- Murmura.

Se acerca hasta el ventanal, observa el centro de Seúl, y apoya su frente en el cristal. Una cuantas gotas comienzan a descender por el vidrio. Otra vez la lluvia, y Woohyun siente que el clima acompaña, sus lamentos. Esta solo dentro de su oficina, demasiado solo. Y su cerebro se pone a trabajar nuevamente, pero para seguir con el hostigamiento.

¿Hace cuánto tiempo que no tiene una novia o al menos una chica para pasar la noche? ¿Cuánto tiempo ha pasado de la última vez que tubo sexo con una mujer? ¿De sentir la caricias sobre su cuerpo, caricias que tornan lo lascivo y lo perverso? ¿Cuánto tiempo sin sentir los labios de alguien más sobre los suyos?

Y una vez más, a pesar, de interrogarse y cuestionarse, la imagen que viene a su cabeza, no es la que espera, sin embargo no puede evitarlo.

-Sungkyu...


...
...


Entran a la tanda publicitaria. Stefania alza sus brazos al aire, y se estira sobre su silla. Durante la última hora le ha estado bajando sueño, demasiado, tanto, que justo en este, momento una lágrima comienza a descender por su rostro. La enjuga con su dedo índice y suelta un bostezo. Otro más. No está teniendo días muy tranquilos, por eso la falta de dormir. Una que otra discusión con su compañero de vivienda, que anda de pésimo humor, y por ende Stefania se ha vuelto receptiva de esa ira de origen desconocido. Y hasta ahí no más, porque ella tiene poca paciencia, y no piensa dos veces antes de gritar "Vete a la mierda Nam Woohyun" y se encierra en su cuarto, con un fuerte golpazo de su puerta, Todo una melodramática, pero al menos así se descarga. <<Estúpido>> Piensa al mismo tiempo que frunce el entre cejo. <<Todo porque no se anima a salir del bendito closet>> Golpearía la mesa que tiene delante, pero prefiere guardar fuerzas, para poner su puño en medio de la cara de Nam por si se le da por levantarle la voz de nuevo. Se endereza, y dirige una mirada a Sungkyu que esta recostado en su silla observando el techo, y luego dirige sus ojos marrones oscuros en la figura de Jang Dongwoo detrás del vidrio de la sala de grabación, jugando con su móvil. Ambos con rostro de total pesimismo. <<¿Por qué demonios todo tiene que ser tan complicado?>> A sabiendas, de que puede aquejar al locutor, y de la posible reacción que tenga si ella pregunta, ya que la relación de ellos son de dos bestias en medio de una disputa, Stefania se pone de pie y prefiere salir de la cabina, y ver qué sucede con Dongwoo.

Dongwoo observa con cierta nostalgia la pantalla de su móvil, pero no ha y nada, solo una imagen de fondo, de él y quien supone aun es su amigo. Pero ya no sabe que pensar. Hoya se ha mostrado tan distante, no responde los mensajes, y cuando lo llama, apenas cruzan dos palabras que el menor corta, y lo deja escuchando el "tu tu tu" del auricular.

Stefania toma una de las sillas que están apiladas cerca de la puerta,  y la acerca a donde está el director de programación. Se sienta y se cruza de piernas. Dongwoo ni se percata de la presencia femenina a su lado, y sigue extraviado en sus pensamientos. La joven suelta una bocanada de aire, y piensa que tendrá que acudir a una palabra, que no acostumbra a decir.

-Dongwoo Oppaaa!- Y quiere pegarse un tiro, porque al escucharse, sintió como si hablara con la nariz tapada, y peor es que el mayor ni señales de haberla escuchado. Siguiente plan, un golpe en el brazo.

-Oh disculpa...-Y solo sonríe-¿Sucede algo?

-Eso mismo pregunto yo ¿qué sucede?

No es idiota, y capta al instante a que se refiere Stefania.

-Hoya me sucede... Esta raro... Creo que se ha dado cuenta...

-¿de qué? ¿De tus sentimientos hacia él?

-Si-asiente con parsimonia, sus ojos se detienen en un punto fijo del cristal. Si fuera así, que Hoya ya lo sabe, o al menos eso presiente, y esa distancia que está marcando cada vez más firme, áspera y difícil de aguantar, solo significaría, el rechazo que tiene ante aquello, ante sus gustos, ante él.

-¿Se lo has dicho?-Stefania utiliza un tono conciliador.

Dongwoo niega con la cabeza.

-Pues entonces no creo que sea eso. Por lo mucho que los observe el sábado, no me mires así Dongwoo, no te sorprendas de que lo allá hecho, es común en mi-sonríe, y muestra una hilera de diente en perfecto estado y relucen un blanco envidiable- No se te ha notado nada...

-Por supuesto que no se ha notado nada, si prácticamente estuvo como a un kilómetro de distancia, de mí.

-Tranquilo Dongwoo. No te alteres. La verdad opino, que no, no se ha dado cuenta. Algo más le sucede. Lo eh notados estos dos días demasiado distraído. Deberías ir hasta su casa, y averiguar...

-Puede ser... pero no quiero molestar su...

-Si te consideras su amigo, no tiene nada de malo que les dé una pequeña visita. A parte te haría bien, no me gusta verte con esa cara de dinosaurio triste.-pasa uno de sus brazos por atrás de la cabeza del mayor, y lo deja sobre el hombro de este.-Todo estará bien pendejo.

Dongwoo la observa, y si no fuera porque ya la conoce, y sabe que no lo ha llamado esa forma solo por hacer maldad, la hubiera despedido.

Continúan con la conversación, hasta que el joven le indica a la locutora que tienen que volver al aire. Stefania abandono su lugar al lado del director de programación, y regresa a la cabina de grabación. No ha sido del todo sincera, por lo menos evadió un pequeño detalle. El recuerdo de Lee Howon estático en medio del patio, observando atentamente a Dongwoo conversando con Myungsoo en la sala, mientras acomodaban los muebles que habían llegado. ¿Y si, si  se había dado cuenta?

Sungkyu despega sus parpados, y se encuentra con la imagen de Stefania, colocando sus audiófonos en sus orejas. Frunce el ceño, y le dedica una mirada acusadora.

-Es tu culpa...-Espeta de repente

 Stefania voltea verlo. Desconcertada por el inesperado ataque.

-¿qué carajo te pasa?

...
...


El clima se torna denso. No es una simple llovizna lo cae sobre Seúl, es una tormenta, que convoca al poder desaforado de los vientos del sur, y a ese gran cumulo de agua, que cae como cortina transparente y bella en cada calle, y rincón de la ciudad. La veredas desoladas, no hay quien esté dando vuelta, salvo algunos despistados o los recién salidos del trabajo, que a fuerzas debe esperar bajo la casilla de la parada del bus. Unos con sus paraguas que resulta inservible, ante la fuerza desmesurada de la lluvia, y otros a la intemperie, buscando recovecos para esconderse.

Aun así, nada es impedimento, para que detenga su vehículo, y deje de conducir. Aunque toma precauciones, el limpia parabrisas, se agita bruscamente de un lado a otro, impidiendo que el cristal delante de él, se  cubra en su totalidad por el agua, y pierda la visibilidad de su camino. Velocidad moderada, a pesar de que quisiera llegar cuanto antes.

¿Y qué va a hacer cuando llegue? ¿Cuándo este delante de su casa? No tiene idea, pero quiere estar ahí. Recuerda con gracias la primera vez que lo vio, aunque el menor no noto su presencia, no lo tuvo en cuenta. O eso parece. Un joven de cabellos oscuros, bien parecido, un rostro que podría quitar el habla hasta la Reyna de Inglaterra. Esa piel nívea, que brillaba bajo un candente sol de invierno, haciendo contraste con la ropa de tonos oscuros. Su bufanda gris, saco, jean y converse negras. Caminaba por una de las avenidas, observando las distintas tiendas, aunque no era precisamente de ropa. Tiendas de música algunas, y otras de ventas de motos.

<<Hace unos meses atrás>>

Piensa en esas palabras, con cierta melancolía. Porque realmente no lo noto, no noto a ese sujeto alto de traje, que iba siguiendo atentamente los pasos del menor. Algunos dirán que fue amor a primera vista, él no pondría las manos en el fuego por ello, pero definitivamente desde ese día ha perdido el rumbo de su vida. ¿Alcanza un primer vistazo para perder el aliento, y sentir que su mundo se ha dado vuelta? No está seguro, pero fue lo que provoco ese joven. Sin embargo...sin embargo él nunca volteo a ver a ver al tipo, que llevaba persiguiéndolo, disimuladamente, tallando su espalda, de manera curiosa. Porque si, quería saber más de él, que hacía a que se dedicaba, ¡algo! lo que fuese. El semáforo dio la señal de paso, y una muchedumbre de gente, que estaban haciendo las compras de navidad se interpuso en su camino, y el menor desapareció en el tumulto.

Pero la vida tiene demasiadas vueltas, caminos inesperados, Un destino que se asemeja a la odisea, enfrentando a lo fortuito, a lo desconocido. La noticia de que su hermano había conseguido trabajo en un conservatorio, que recién habría sus puerta en el año, fue una buena nueva, hasta entonces solo él y su madre se encargaban de llevar adelante la casa, del hogar que casi se viene abajo con la repentina partida de su padre. Pero como todos saben el mayor pilar de una familia suele ser una madre. Y así fue que entre los tres lograron salir a flote de ese mar de amargura y tristeza, tan pronto como se habían sumergido. "Cosas de la vida" simple. Primer día de empleo del menor, y obligadamente, tuvo que ser él, quien lo llevo. No hubiera esperado nunca lo que siguió. Ahí estaba, cuando llegaron, saliendo por las puertas dobles de la academia, junto a una joven, que mucho tiempo después, el sábado para ser más exacto, la conocería como la directora del lugar. Pero sus ojos solo contemplaron, anonadados la sonrisa brillante del joven. Y su ser tembló. "Kim Myungsoo profesor de canto"

Ya está cerca, solo a unos cuantos metros. A medida que avanza, logra visualizar una figura. Si es él, es Myungsoo, saliendo de su casa, con un paraguas en su mano, y una pequeña bolsa en la otra. Está sacando la basura. Sungyeol detiene el vehículo, a dos casas antes.  El limpia parabrisas sigue en función. Se recuesta en su asiento, y pierde la noción de todo lo que lo rodea, la lluvia, el viento, los truenos y relámpagos. Todo por solo mirarlo unos minutos, aunque sea a distancia. ¿Es que se ha vuelto como una obsesión? Podría decir que sí, porque es como una rutina salir de su trabajo, e ir  hasta la casa, del menor, y esperar a que este salga. Antes había sido en la antigua vivienda. Ahora en esta. No dejara de hacerlo, porque solo así calma su inquietud. Aun no tiene el coraje necesario para llegarse y hablarlo, tampoco la tuvo el sábado, aunque Myungsoo no dejo que llegaran a entablar una conversación. Solo dio un gracias, y se metió dentro de su casa, dejándolo solo, bajo a una pequeña llovizna, que caía aquel día. Pero lo logro, logro estar más cerca, y admirar las facciones de ese bello rostro. Anqué fuese una nimiedad de segundos. Cualquiera diría que se está trasformando en un acosador. Ni él lo entiende Suelta un suspiro. Desasosiego. También tuvo la leve impresión que no le agradaba al menor, por lo tajante que fue, pero sus ojos... sus ojos, parecían encerrar otro tipo de emoción.

Sungyeol, se turba, porque es consciente de algo, quiere más. Quiere y espera mucho de Myungsoo. No solo una charla, no solo una amistad, o un beso... Él quiere más, mucho más.


...
...

¿Qué es eso? ¿Qué es lo que siente?

Confuso. No sabe que pensar. Esta solo sentado en el sofá, de su apartamento Mirando a la nada. Su mente huyendo de la realidad, o el queriendo que eso suceda, Porque está cansado, de vivir en esa soledad y seguir recordando, a quien no ha hecho más que dañarlo. Y no piensa de esa manera, porque la odie. Simplemente no siente nada.

Y llega a ser eso lo molesta un poco, sentirse vacío, sin nada. Tiene sus amistades sí. ´Pero hay un pequeño lugar en su corazón, que necesita un habitante. Alguien que sea capaz de mantener la renta, correr con las cuentas, arreglar daños que se consideraban irreparables, poner en buen estado todo ese espacio, Y si lo convence, poder vender para comenzar a construir algo.
¿Cuánto tiempo ha pasado?

Y sacando cálculos. Pues han sido más de dos años. Entonces porque sigue, estancado en esa zanja. Y ha sido bastante tiempo lamentando "lo que pudo ser y no fue". De una manera directa para decirlo, a Sungkyu le está faltando iniciativa para comenzar de nuevo. Necesita tomar las riendas de su vida, tratar de derrumbar ese muro que lleva construyendo desde que esa mujer lo abandono, por el simple hecho de que se aburrió.

Algunos han llegado a considerarlo corazón de hielo, entre esos "algunos" solo se destaca Stefania, que cuando se enoja  se le da por hablar con tanta sinceridad y la verdad se le escapa sin ganas, de la boca. Como esa noche, que luego de acusarla, minuto y medio antes de regresar al aire, de "ser culpable" de quien sabe que, porque él no logro argumentar su acusación, y la joven soltó miles de cosas en tan poco tiempo.

<< ¿Qué carajo te pasa? ¿Estás loco o qué? exijo una respuesta. ¿No tienes nada para decirme?, pues me importa una mierda. Woohyun y tú me tiene hasta la coronilla de cansada>>

Exploto. Sabe por experiencia que es de poca paciencia, o que a veces absorbe tanto, y revienta como un globo, luego de haber sido inflado con demasiado aire. Aunque la cosa no termina ahí.

<<Ninguno se decide a hacer nada. ¿Qué mierda esperan? ´ ¿qué les caiga una señal del cielo? ¿Que las cosas se den por si solas? ¿Ah? ¿Acaso se piensan que las cosas se resuelven por arte de magia? Se creen tan maduros, y si quiera son capaces de aceptar lo que les pasa>>

Por unos escasos segundos  se relajó, adoptando una postura de estar pensando en algo.  Su cabeza ladeada hacia un costado y con la mano tomando su mentón.

<<Aunque claro, todo es muy reciente por eso quizás...>>

Frunció el entre cejo y exploto de nuevo

<<Pero que quizás ni nada. A ver si ya resuelven sus asuntillos que ya me tienen bien podrida, utilizándome como medida de descarga, ¿que se creen que soy, un pararrayos en la punta de un edifico alto para descargar su ira y confusiones? No me mires así. Por qué me pongo loca y me enojo...>>

¿Ha entonces no lo estaba? Pues como sea, ahí termino de bramar Stefania, porque se percató del limitado tiempo que tenía para regresar, y tan rápido como pudo aspiro una bocanada de aire y soltó en largo suspiro. Luego una sonrisa, y volvió hablar pero al público, que escucha la radio desde sus hogares.

¿Que como quedo él después de todo? Pues bien. Cree. No resulto herido, y está en su apartamento sin rasguño alguno, y con sus ropas intactas. Dongwoo le dijo antes de irse que la saco barata. Bien dicho. Por como gritaba Stefania, hubiera jurado, que el final de su vida llegaba en ese momento, incluso llego a ver la luz al final del túnel. <<Oh vamos Kim Sungkyu, estas exagerado bastante>> Puede que sí o puede que no. ¿Quién sabe?

Vamos al punto de todo esto, se retiró de la radio con una duda, que aún sigue intacta y fresca, como al momento de escucharlo. ¿Por qué Stefania menciono a Nam Woohyun? Puede que hayan discutido y estén peleados, y que más esa inofensiva a acusación, ayudara a saltar las térmicas en la cabeza de la joven. Pero ¿Por qué generalizo todo?

<<Se creen tan maduros y si quiera son capaces de aceptar lo que les pasa...>>

-¿Y qué nos pasa?- Se pregunta a sí mismo, mientras se dirige a la cocina a por una lata de cerveza.

No comprendió nada de todo lo que dijo Stefania. Incluso cuando iba bajando la escalera de la estación de radio, vio que por las puertas dobles de vidrio ingresaba Nam, con camisa azul oscuro, y pantalón negro, las manos dentro de los bolsillos, y avanzando hacia el interior con pasos decisivos, como si con cada uno de ellos  comprara un pedazo de suelo. Seguro iba a buscar a la joven. El bichito de la curiosidad pico en su cerebro y estuvo a punto de preguntar si sabía que pasaba con la menor. Pero no. Se arrepintió, cuando Woohyun paso por su lado ignorándolo, como lo había hecho días atrás.

<<Presumido>>

Claro los humos se le bajaron de golpe, cuando Stefania apareció, bajando las escaleras, con un montón de cosas y se las entregó a su compañero de vivienda para que se las cargase. Ni reproche de parte Nam hubo, basto con una diligente y fulminante mirada de la locutora para que callase. Sungkyu los observo, por un corto tiempo, y se retiró, en busca de su auto.

Bien se necesita hacer hincapié en algo. Aunque Sungkyu está tratando de evitar el tema. Porque sería asumir algo que no, ¡NO! puede ser cierto.  ¡No! puede ser cierto que al ver a ese joven le temblaran las rodillas, ¡No! puede ser cierto, que su corazón casi sale por su pecho rompiendo los huesos de su caja torácica, ¡No! puede ser cierto que siente que el mundo se le detiene por cuarta vez en menos de una semana, solo por verlo aparecer por la radio en busca Stefania. Simplemente no puede ser porque ¡ES HOMBRE!  O ¿Si?

¿Acaso es a eso a lo que se refiere su compañera de trabajo?  A que deben "Asumir lo que les pasa". Pero si es así eso significa que no es el único, si no que también...

Niega con la cabeza, sacudiéndola casi de manera desesperada

-No puede ser...


...
...


El agua fría de la ducha comienza a caer. Los cabellos castaños de su cabeza son lo primero en mojarse. Las gotas sobre su cuerpo, cada vez tienen menos efecto sobre él. Las imágenes no cesan, están latentes, y el calor en su sangre también. O.M.G de Usher comienza a sonar dentro de la sala. El sonido del ringtong, llega a oídos de Howon, y ya supone de quien se trata.

No saldrá del baño a atender, no quiere escucharlo, ni verlo. Se siente miserable, demasiado quizás. Pero no puede, estar cerca de él. No cuando teme, que sus sueños no se queden solo en su mente, si no que su desquiciada conciencia quiera hacerlos realidad. ¿En qué momento todo se tornó tan oscuro? ¿Por qué fantasear con su amigo?

¡No! jamás había tenido gustos hacia un hombre. Nunca miro a nadie de otra manera, con segunda intenciones. Hasta ha tenido aventuras con mujeres, lo que algunos llamarían "touch and go". Y entonces ¿por qué Dongwoo? ¿Por qué? El sábado el último día en que lo vio, se sintió tan maldito, tan asqueroso, su mente degenerada con solo haber sentido su cintura envuelta por los brazos de su Hyung mientras conducía la moto. La tentación de no llegar a casa de Myungsoo, y regresar a su apartamento. Y aunque fuese a la fuerza, hacerse del cuerpo del mayor.

Comienza a pasar el jabón por el torso desnudo, como suaves caricias, pero al instante su cuerpo parece querer revelarse. Y aunque no quiere, sabe que le esta haciendo falta, el agua ya no surte efecto. Necesita de algo más, debe aliviar esa tención en su entre pierna.

Apoya su espalda en los azulejos blancos con garabatos, deformes dibujos, figuras sin sentido de color celeste, de la pared del baño. "Frio" se siente más. Quizás por la alta temperatura en cada centímetro de su fisionomía. Se tensa. Como una película triple X, las imágenes de varios sueños, en trascurso de esa semana, se acumulan en su mente, e incluso siente que la fiebre a causa de lo cachondo que se encuentra, lo hace alucinar. ¿Qué es lo que está viendo? ¿Es real? ¿Realmente está delante de él?

Dongwoo está de pie bajo el umbral de la entrada del baño. Cruzado de brazos y apoyado en el alfeizar de la puerta. Completamente desnudo. Solo con el bóxer gris, que Howon sabe y conoce a la perfección. ¿A caso cuantas veces no han compartido ropa interior? e incluso ¿Cuanta veces no han compartido tiempo, bajo esa misma ducha? El mayor lo está observando, atento. Sus ojos, tienen un destello, que guarda en su profundidad, la lujuria ladina de satanás. Su labio grueso inferior, que sobresale, siendo mordido con intensidad. El rostro del joven mostrando  un gesto tan sugestivo de perversión.

<<Totalmente violable>>

Los pies descalzos comienzan avanzar por el cerámico negro del suelo del baño. Cada paso retumba en la conciencia de Howon. Un estremecimiento para su cuerpo. No logra quitar la vista del abdomen de Jang. <<Perfecto>> Marcado y trabajado. ¿En qué momento se ha vuelto tan gay? ¿Desde cuándo le calienta ver el torso desnudo de un Hombre? No tiene senos, esta plano, y aun así es su miembro quien reacciona con esa imagen tan masculina.

Dongwoo se pone de rodilla ante él, ante su hombría. Pero algo ha cambiado. Su actitud. No queda vestigios del Jang Dongwoo de hace unos segundos. Ha desaparecido. Quien está ahora delante de él, es su amigo, sí, pero mostrando una inocencia que pondría la piel de gallina a cualquier hombre. Sus rodillas tocan el suelo, sus piernas ligeramente separadas una de la otra, con sus manos sobre los muslos, y la cabeza mirando hacia el suelo. Como un puto sumiso. Tan delicado, inofensivo carente de pecado y al mismo tiempo desesperadamente demencial, despertando el morbo y ganas de poseerlo sin piedad alguna.

-Hazlo- Una orden que escupe de su boca. Sin creerlo, su voz tornándose ronca.

-¿qué quieres que te haga?- Habla bajito, con suavidad, casi en un murmuro.

-¡Hazlo eh dicho!- Está siendo duro. No se reconoce.

-Si no me dices ¿qué? no te are nada.

La sangre en sus venas corre de manera acelerada, hierve. ¿Que está buscando? ¿Quiere sacar lo peor de él? No sabe lo que hace, está totalmente perdido. Su uso de razón quedo totalmente obstruido y olvidado. Asienta una de sus manos en la cabeza del mayor, y jala de sus cabellos hacia atrás. Logrando que el oculto rostro de Dongwoo salga a la luz. Las comisuras de sus labios se están arqueando para esbozar una sonrisa  vil y las pupilas de sus ojos tan dilatadas que se logra vislumbrar la lascivia en su ser. Lo está provocando. <<Pues si eso quieres…>>

-Cojete la boca con mi polla...

Y tan sumiso como se ha mostrado, obedece. Toma, con una de sus manos, el miembro de Howon. Cierra con sus dedos, y lo apresa con fuerza. El pene de Hoya esta duro, tieso y caliente. Comienza un vaivén de movimientos con su mano. Sube y baja por esa masa de músculos y nervios, logrando que cada vez se ponga más erecto, y grande. Howon hecha su cabeza hacia atrás y cierra sus ojos, Con ese simple tacto ya ha logrado separar su cuerpo de su alma. El cuarto de baño parece transformarse en un sauna. Hace mucho calor dentro. Dongwoo continua con sus movimientos, sube y baja, una y otra vez, mientras que relame sus labios gruesos, para contener un poco más las ganas de engullirse la hombría del menor.

-Basta... No quiero... tu... mano...-Los jadeos no dejan que articule palabras razonables y eso lo enfurece- Metete la maldita polla en tu boca Dongwoo!

Y a pesar de ser una orden desconsiderada, brusca y carente de respeto, por su parte, se escucha una risa, burlista.

.-Eso Hoya. Me gusta cómo te pones... sigue quiero escucharte...

Dongwoo prosigue unas cuantas veces masturbando el pene de Howon, lo escupe, y sigue. Logra ver unas gotas de líquido pre seminal caer por la punta del miembro y es ahora cuando decide que está listo. Lo engulle por completo, sin tapujo alguno. Se introduce toda la erección en su boca y luego se lo saca y vuelve a tragar su larga extensión. Saborea cada centímetro de ese musculo, que palpita dentro de su cavidad bucal. Howon pasa sus manos izquierdas por los cabellos de mayor y tironea suave de ellos.

-¿Te gusta Hoya?... ¿Te gusta cómo te… la chupo?- Toma aire, su respiración es agitada- ¿quieres… más?

-Hummmmm... si..... Ahhhh... Chúpala… hummm,

Los gemidos del menor comienzan a tomar lugar en todo el baño, y a pesar de tener la lluvia cayendo sobre su cuerpo, y el de su amigo, el calentón que tiene no se lo quita nadie salvo quien se está tragando enteramente su miembro.

La lengua Dongwoo comienza hacer círculos alrededor de la punta del miembro de Hoya, chupa solo un poco y repite de nuevo con su lengua. Con su mano desocupada, acaricia el abdomen mojado del menor y baja su mano hasta llegar a la parte baja del pene. Sus testículos. Los acaricia primero con las yemas de sus dedos, luego los toma entre su mano y los aprieta pero sin ejercer demasiada presión. Sin causar molestias. Comienza a masturbar de nuevo a hoya con su mano, y ahora se introduce los testículos dentro de su boca. Deja que su lengua juegue con los huevos de Howon, y se divierte con ello.

-Ohhhh... por Dios Hyung... sigue... ahhh... sigue

Hoya está totalmente desencajado. No puede más que gemir y decir palabras sin sentidos. Ya no le importa ni una mierda, si es un hombre o su mejor amigo quien se la está chupando, pero el hecho de que sea Dongwoo lo vuelve más excitante, más sucio. Sentir su lengua lamiendo toda su erección, sin asco, y aparentemente disfrutando de ello, es simplemente fantástico. El contacto de los gruesos labios del mayor saboreando su pene, succionando la punta, y luego engulléndolo de nuevo, o que se refriegue su polla por todo su rostro, como una maldita zorra desesperada por un poco de leche, es magníficamente perverso. Incluso puede asegurar que esa boca ha sido viciosamente creada, para mamársela solo a él. Sus piernas comienzan a temblar, y percibe que está próximo a terminar. Sujeta con fuerza los cabellos de su hyung casi inmovilizando el movimiento de su cabeza.

-Abre bien la boca Dongwoo... más abierta-ordena, parece convertirse en el mismo demonio- ahora seré yo quien te coja, y quiero que te tragues todo. ¿Entendido?-

Y el mayor solo asiente, despacio, con sus labios entre abiertos y esperando.

Hoya toma su pene y lo mete dentro de la cavidad bucal de su amigo, no disminuye el agarre del pelo. Si no que a medida que aumenta las embestidas dentro de la boca tira con más fuerza de los cabellos mojados del mayor.

-Hummmm... si nene... vamos aguanta... ahhh siii ya casi...

Dongwoo recibe, sin vacilar la fuerte cogida que le están propinando a su boca. Incluso siente que el pene del menor está tocando hasta lo más profundo de su garganta. Hace una que otra arcada y aun así no dice nada. No podría aunque quisiera, tiene una extensión de músculos nerviosos, latiendo dentro de su cavidad. Su rostro chocando contra la pelvis del menor y un fino hilo de saliva comienza a caer por la comisura de sus labios.

-Siiiii!!!! Dongwoo!!!!!! AHHHH!!!!!!!

Hoya ha dejado ir toda su esencia, con un intenso gruñido ronco y grave. Sin embargo...

-¿Qué demonios?

Se tiene que estar volviendo loco << ¿No puede ser cierto?>> La palma de sus manos está cubierta de un líquido viscoso blanco.  Es su semen, que rápidamente va desapareciendo, a  causa  del agua de la ducha que sigue cayendo, y más fría que en un principio. Lamentable. Todo ha sido una mala jugada, una broma, de su imaginación pretenciosa, y asquerosamente pervertida. Solo ha sido el mismo propinándose una salvaje masturbación. Se siente levemente aliviado, al menos logro apalear el calentón, pero sabe que ha cruzado el límite. Ha tenido un orgasmo monumental de un rey del sexo,  con solo la ilusión, de Dongwoo haciéndole sexo oral.  Tan real, se había sentido tan real. Frustrante.

<<Maldita sea mi mente insana>>

Traspaso de la barrera. No solo de la amistad, saltando varias por alto, para llegar a lo sádico, si no que también la del heterosexual. Porque no puede negar que a pesar, de ser un delirio de su cabeza, todo lo que se le cruzo le gusto. Y ahora las preguntas del millón son ¿Cómo hace para volver a ver a Dongwoo, sin pensar volteárselo en donde sea? ¿Tendrá que poner fin a esa amistad de años?  


Culpa de una Fujoshi. Cap 4

Capítulo 4


Sungyeol, camina rodeando la mesa, de la cocina, con su taza de porcelana blanca en una de sus manos. Indispensable para él comenzar el día con una taza de café recién preparado. Corre una de las sillas de madera, y toma asiento. Por el momento está solo en el lugar. Espera que su hermano se levante en algún momento. Aunque es sábado, no tendría por qué hacerlo, no tiene clase en la universidad, ni trabajar en el conservatorio. <<Lastima>>

Los pasos de unos pies descalzos se escuchan aproximarse a la cocina. Por lo ligero que son, sabe que solo se puede tratar de una persona

-Hola hijo buen día ¿Cómo has amanecido?- Su madre aparece, bajo el umbral de la puerta, con una sonrisa tan maternal y estirando sus extremidades para desperezarse. Ya vestida con una camiseta verde clara y una bermuda de algodón blanca. Sus cabellos, lisos, sueltos.

-Bien mamá y ¿tú?

Son 8 am, y siempre son ellos dos los primeros en levantarse, comenzando por él. No se ha dado cuenta, pero la mujer lo observa arqueando una de sus cejas, estirando un poco sus labios como si estuviera por dar un pico, y su mano posada en sus caderas. A punto de replicar algo que le molesta.

-¿Qué haces sentado así en la mesa ?

Sungyeol, levanta la mirada del café y sorprendido observa a su madre. Ella solo lo señala a él, con su mentón mientras está apoyada en la mesada, dando la espalda a la ventana. Sungyeol se observa y ya sabe a qué vino el desplante de la mujer. Esta con su torso desnudo, y solo tiene el pantalón, gris, de su pijama. No lo ha hecho al propósito, solo que su mente está divagando demasiado, y no se percató de no ponerse, aunque fuese, una musculosa. Le dedica una sonrisa simpática a su madre, queriendo disculpase de esa manera, y se levanta inmediatamente de la silla.

-Lo siento mamá, ahora mismo me largo a…

-Ve, ve, ve- Dice la mujer mientras se le escapa un suspiro y observa el cuerpo esbelto de su hijo, desaparecer por la puerta de la cocina.

Se pone en marcha con el desayuno para ella, y para el menor de sus dos hijos. Se detiene unos segundos, antes de poder comenzar. Hace tiempo que viene poniendo su atención en Sungyeol. Como madre que es sabe que hay algo que no está bien con el joven. Su mirada perdida, quien sabe en donde, en un mundo surrealista, el cual quisiera ella conocer, que su hijo le diera la oportunidad de saber, conocer que es lo acongoja a su primogénito, Porque lo percibe en los ojos de Sungyeol, y ahí invade la preocupación, y podría llegar a decir que hasta el miedo. Nada ha sido tan fácil desde que su esposo no está, desde que falleció dos años atrás, en un accidente de auto. Tan repentino, y enfrentar la perdida, quedando solo ellos tres ha sido duro. Pero lo han sabido llevar. Sin embargo, lo que sea que esté sucediendo con el mayor de sus hijos, no remite a tanto tiempo atrás. Solo de un par de meses. Desde que Sungjong comenzó a trabajar.

-Mamá…

Y ahí está el menor. Con sus voz somnolienta y casi ronca. Voltea para poder observarlo. Sungjong se está desperezando, tal cual lo hizo ella minutos atrás, aun con su pijama celeste, puesto. Le dedica una cálida sonrisa, y prefiere continuar con el desayuno.

Sungjong toma asiento, y por atrás de él, aparece Sungyeol, que viene con una musculosa blanca. El menor lo observa. Ese color resalta demasiado en la, ahora, piel tostada de su hermano. Algo que consiguió al irse de viaje de excursión con un amigo, a una selva. ¿Quién va de excursión a un lugar así? Solo el mayor. Definitivamente igual de aventurero que su padre. Sungyeol retoma su lugar.

-Buen día…-Murmura Sungjong, y rasca con el dorso de su mano uno de sus ojos. Costumbre al levantarse.

-Buen día Jongie… ¿tienes algo que hacer hoy?

Sungjong asiente, despacio. Sin ganas, Si no fuera porque ya se ofreció a ayudar ni se movería aun de la cama.

-Prometí colaborar con la mudanza de Myungsoo, aunque…-suelta un bostezo- aunque bueno nada, ya me ofrecí.

<<Oportuno>>

-¿Puedo ayudar? No tengo nada mejor que hacer durante el resto del día.

El menor se encoje de hombros, sin dar mucha importancia.

-Bueno. No creo que ha Myung le moleste, es más, mucho mejor si somos varios así no demoramos tanto y regreso pronto a mi cama. Por cierto gracias por ayudarme a conseguir el apartamento. Ayer lo fuimos a ver, aunque tú ya lo conoces. Es bastante lindo. Podría jurar que por el precio, tan barato, no imaginaba que fuera así.

La mujer deja de picar las frutas, y disimuladamente observa nuevamente a su hijo mayor. Hay cosas que prefiere obviar, para no entrometerse en la vida de los menores, pero solo cuando no son de demasiada importancia. Pero la pequeña luz que desprende la sonrisa de Sungyeol en este momento, es algo que no puede ignorar.




Cubierto de unas densas y oscuras nubes grises el cielo, parece embravecido, y a punto de desahogar su ira, Las hojas de un intenso color verde, en las copas de los árboles, se agitan esporádicamente, ante la suave y fresca brisa de la mañana. Al fin el calor de toda la semana parece querer apaciguarse, dar un respiro de alivio a cada ciudadano, de las agobiantes temperaturas de días atrás. Pero el sosiego final, será cuando las primeras gotas de lluvia, comiencen a caer, sobre cada punto de la ciudad.

Pero en ese momento, lo que desciende por su frente, hasta tocar su mentón, no es la llovizna que pronostican los meteorólogos por las noticias de la tv. Es sudor, producto del ejercicio que realiza, rutinariamente, luego de levantarse, cada mañana. Esta trotando, lo ha hecho desde el momento en que salió de su apartamento, hace más de una hora. Su pecho, cubierto por la musculosa morada, un poco gastada, esta perturbado ante las iracundas pulsaciones de su corazón.

<<Solo fue un Sueño>>

Es costumbre, que de no estar bailando, este haciendo ejercicio. Pero esta vez es diferente. Está cansado, lo sabe, pero aun así no quiere parar. Su cuerpo, adaptado al mecanismo de gimnasia arduo que él práctica, esta vez siente que está por sobre pasar el límite de su capacidad de resistencia, y quiere solo unos segundos de descanso. ¡Sus pulmones estallaran! Sin embargo su mente está bloqueada, y esta hace caso omiso de lo que sucede.

<<Solo un sueño>>

Quiere y no quiere pensar. Conmoción total. Incluso podría considerarse hasta absurdo, hacer tanto alboroto, por algo que solo ocurrió dentro de su cabeza, y mientras dormía. Y aun así no se convence. Se detiene, y respira. Debe tranquilizarse. En unas de sus manos tiene una botella de gatorade, así que bebe un poco. Tiene la boca seca.

-Vamos Howon, es solo un sueño... un puñetero sueño...

Y a pesar de decir esas palabras a sí mismo, no hay efecto alguno. Haber es la primera vez que le ocurre. Podría pasarle a cualquiera ¿verdad? Digo soñar que tienes sexo en extremo apasionado, con tu mejor amigo, es algo que podría pasarle incluso hasta los mejores enemigos ¿No? De alguna manera  tendrá que calmarse, prometió a Myungsoo  ayudar esa tarde con la mudanza y acomodar las cosas del nuevo hogar de su compañero. Y como el maldito sueño, ocurrió luego de pedirle a Dongwoo que lo acompañara, era mejor que disperse sus ideas cuanto antes, porque dentro de unas horas lo tiene que ver. Y no podrá hacerlo si en su maniaca mente, solo tiene la imagen de un Dongwoo puesto en cuatro sobre una cama, de motel barato, tendida con sabanas rojas, y siendo, salvajemente, penetrado por él.

-Waaaaaaaaaaaaaaa!!! ¿Qué demonios?

...
...

Podría jurar que casi se convierte en el increíble Hulk mientras esperaba, fuera del edificio, a que la grúa se llevara su auto. Esta segura que han demorado más de 45 minutos, para cargar el bendito vehículo.

-Casi me vuelvo anciana de tanto esperar-Dice Stefania al ingresar al apartamento. Viste una musculosa negra de tiritas finas, con una camisa de mangas cortas, de color bordo a cuadrille, sin prender y unos Shorts de jean gastados. Sus cabellos, están mal sujetos en un rodete, que cae hacia un costado de su cabeza.

Woohyun está bajando la escalera, con una pequeña cesta de ropa sucia en sus manos. Aún tiene el polo azul sin mangas y el jogging gris, que utilizo para dormir durante la noche. Observa a la joven Le dedica una sonrisa, casi fraternal a su amiga. <<Demasiado osada para salir así a la calle>>

-¿Limpiando Woohyun?-Pregunta curiosa mientras deja sus converse negra en el estante al lado de
la puerta.

No es que le sorprenda, pero generalmente, es complicado hacer que Woohyun se levante "temprano" los fin de semana Teniendo en cuenta que son las diez de la mañana, y suele, normalmente despegar los ojos al medio día. Bien Stefania, no es boba. Si Woohyun se muestra tan activo a esa hora, porque encima está limpiando sin que se lo obligue, es que algo le sucede. ¿Pero qué? Perfectamente consciente de que él no le va a decir, aun así pregunta.

-¿Que sucede?-Interroga la joven mientras sigue al mayor, que va caminando hasta la habitación que utilizan como lavandería.

-¿Que sucede con qué?- Woohyun  deja la cesta sobre la mesada. Comienza a clasificar la ropa por color, y luego mete una tanda de camisas, remeras y pantalones, de colores claros dentro de la lavadora. Da poca importancia a la mirada inquisitiva que Stefania clava en su espalda.

-No me jodas Nam. Algo te sucede. Mira la hora que es y estas limpiando-Woohyun se gira y observa a Stefania que señala, de manera exagerada, el reloj en su muñeca.

-Vamos, no seas exagerada. Realmente ¿crees que tiene que pasar algo para que limpie donde vivo?

-¡Sí!-Suelta sin vacilar.

Woohyun sale de la habitación, ignorando las insistentes preguntas de Stefania. Confiado de que no le sucede nada. << ¿Y por qué me siento así?>> Ha tenido desde la noche anterior una sensación extraña en el cuerpo, una mezcla entre vacío e incertidumbre, que prácticamente no lo ha dejado sumirse en los brazos de Morfeo. Podría responderse él mismo a esa pregunta acosadora de su mente, pero no quiere, si quiera, pensar, o remontar sus recuerdos, para buscar el causante de ese sentimiento tan singular y casi desconcertante.

Stefania se detiene delante de la cocina, y toma asiento en una de las banquetas que están frente a la barra.

-Perfecto- Espeta de repente, y frunce el entre cejo-Como quieras Nam Woohyun.

Woohyun voltea, y la observa arqueando una de sus cejas. <<De nuevo con sus berrinches>>

-Ya te enojaste ¿verdad?

-No porque debería de enojarme-Cualquier persona podría saborear a distancia, el sarcasmo en sus palabras- ¡Pues claro que sí!

-Y ¿por qué demonios te enojas?
Stefania siente que la poca paciencia que contuvo, para no perderla con los trabajadores que se llevaron su auto, se le acaba de escapar, volando, por el ventanal abierto del balcón.

-¿Cómo que por qué? Woohyun por favor, parece que no confías en mí. Y no, no me mires con esa cara, de "no entiendo de lo que hablas"...

-¡Es que realmente no te entiendo!

-No me interrumpas-Woohyun se quedó estático ante la reacción de Stefania- Haber, te conozco mejor que a la palma de mi mano, eso te lo puedo asegurar, porque no tengo ni la menor idea de cuantas líneas tengo en ella...-Suspira, quiere tranquilizarse, o definitivamente le arrojara algo a la cabeza- Woohyun sé que algo te sucede, por más que lo niegues, se te nota. Si hay algo que me molesta es que no confíes en mí, tanto como yo en ti. Incluso vivimos juntos.-Stefania se detiene un momento y piensa. Recapacita e incluso se podría dar un golpe por olvidadiza y despistada.  Los gestos de su rostro abandonan la rigidez causado por el ímpetu de su enojo, y se tornan más relajado asta bordead los divertido. Como si acabara de darse cuenta de algo.

 - Perdón no debí gritarte, quizás ni si quiera te has dado cuenta de lo que te sucede.

-¿Eh?-Woohyun ha perdido por completo el hilo de la discusión.

-Nada, no dije nada, O bien si, pero es pronto para que te des cuenta. Si ya sé, no me entiendes ni una mierda a lo que me refiero. No te preocupes que yo si me entiendo. Y estoy casi segura que el tiempo me va a dar la razón.-Stefania se baja de la banqueta y se dirige hacia las escaleras para ir a su habitación. Entusiasmada. Pero antes de poner un pie en los escalones voltea a ver sobre sus hombros.-Podría poner las manos en el fuego, a que se quién es él causante de tu distorsionado  comportamiento. -Y con eso dicho se retira rápidamente.

Woohyun se queda inmóvil de pie. No ha podido apelar a su defensa, ya que no se le ha dado lugar para hacerlo. Pero ahora ni si quiera es eso lo que invade su cerebro. Más bien una frase en particular, dicha por Stefania.

<<Ah que se quién es él causante...>>

-Kim...- Y el susurro de sus labios ha sido interrumpido por el fuerte grito de Stefania, proveniente del piso de arriba.

-Por cierto. Necesito que me lleves a la casa de un amigo a la tarde... ¿por favor?

Nam levanta la mirada, y ve a la joven apoyarse contra la baranda, y poniendo ojos de cachorritos. Y él solo asiente.

...
...


-No le hace justicia

-Para nada...

Yadira y Stefania, en ese orden, comentan acerca de la vivienda de Myungsoo.

-Por el precio que me había dicho Myung que le salió, hubiera jurado que se trataba de una casucha, hecha de madera-Dice Yadira, bastante atónita, aun no creyendo lo que realmente costo. Viste una Blusa holgada blanca, con una falda tableada color caqui que llega hasta un poco, más arriba de las rodillas, y unos zapatitos blancos. Bastante delicada, aunque su comportamiento, muy rara vez lo demuestra.

-Bueno, lo tuyo es más pasable... Yo pensé que era de chapas-Ríe divertida la mayor.

 Es una edificación que ocupa una buena proporción de terreno. Posee dos plantas. En la planta baja, se encuentra desde la entrada un ancho pasillo que conecta a la sala, piso de parquet claro, cubierto por una fina capa de polvo que habrá que limpiar. Dos ventanales, cada uno con una puerta corrediza, que da salida al patio. Abundante césped. Del lado derecho de la sala se encuentra la cocina, tamaño moderado, Stefania podría asegurar que la cocina de su apartamento es solo un poco más grande. Ventanas sobre la mesa que dan vista hacia la calle. Muebles que pertenecen a la parte baja de la alacena, una mesa de mármol que viene incluida a la casa, como una barra, pero más ancha, y divide la cocina de la sala. Suelo de cerámico durazno, y luego la habitación que sería utilizada como lavandería. En la planta alta. Dos habitaciones, de igual proporción. Muy similares. Suelo de porcelanato azul, cada uno con su propio baño, bañera incrustada, y ventanas medianamente grandes. Lo suficiente, como para que el sol, pueda molestar con su luz a la mañana.

Stefania recorrió todo el lugar, y se volvió al patio en busca de Myungsoo, con ganas de sacarse una duda.

Fuera Myungsoo observa el césped. Viste una remera negra un poco desteñida, bermuda del mismo color y zapatillas converse. Un punto negro, en medio de un rectángulo verde, se podría pensar, si no fuera que su piel nívea resalta. Está pensando seriamente en que deberá gastar para comprar una máquina de podar. El césped está bastante crecido.

-Myung!-El joven voltea, y ve salir por la puerta del ventanal izquierdo a Stefania-¿Todo esto es para ti solo? o ¿vivirás con alguien más?

-Para mí solo ¿por?-Se muestra poco interesado con el tema. Ah puesto hasta su último ahorro en esa vivienda, a pesar que le salió bastante barato. No le importa si es muy grande, para una persona. Solo quería irse cuanto antes de la casa de su madre. Frunce el entre cejo al recordar, los ojos rasgados de su progenitora,  despidiéndose de él, de una manera que hasta podría jurar, que parecía sacarse un peso de encima. Aunque intenta guardar muy dentro de él, no podrá negar jamás que le dolió esa actitud por parte de la mujer. Y por un momento dudo, de hasta qué punto le haría bien vivir completamente solo.

-Holaaa!

Alguien más que se une a la conversación, en el patio. Sungjong aparece, y su hermano mayor viene junto a él. El menor con una blusa holgada, blanca con rayas horizontales naranjas, un jean negro, y zapatillas Nike. El más alto, y vaya que lo es, porque Stefania, se siente pingüino al lado de esos tres, viste una camisa celeste claro, bermuda color aceituna con bolsillos que sobresalen en los costados  y unas sandalias estilo sport. Las últimas dos prendas traídas de recuerdo en un viaje que hizo por sur américa.

-Oh disculpen... Los presento.-Dice Sungjong, y  Stefania nota en el tono de voz del menor, un toque de entusiasmo- Myung, Stefy, él es mi hermano mayor, Lee Sungyeol. Hyung ella es Stefania directora del conservatorio donde trabajo-La joven le estrecha la mano, y el mayor, que es más dado a otras culturas, responde de inmediatamente, correspondiendo el saludo- Y él es Myungsoo profesor de canto del conservatorio, y a quien le conseguiste la casa...
Indudablemente Sungjong está disfrutando de aquello. O al menos eso percibió Stefania cuando vio una pícara sonrisa dibujarse en los labios del menor, y los ojos afilados como cuchillas, al ver la expresión en el rostro de Myungsoo. Que decir de este último, esta tan pasmado, que no logra formular ni una monosílaba. La joven codea, disimuladamente, a Myungsoo, y este reacciona. Aunque no de la mejor manera.

-Hola- y de repente todo se pone tenso, un ambiente que se corta demasiado fácil, hasta con una cuchilla sin filo.

-Estem... disculpen debo retirarme. Hay que acomodar dentro y Yadira está sola-Dirige una  fugaz, pero fulminante mirada al menor-Jongie ven conmigo por favor.-Y sin decir más Stefania toma de la muñeca de Sungjong y lo arrastra hasta el interior de la casa

Una lluvia tenue comienza a caer, y el césped, bajo sus pies, brilla a causa de las pequeñas gotas que desciende por las pequeñas hojas. Ambos jóvenes permanecen inmutados. Sin pronunciar palabra alguna, solo se observan. Pero sus ojos muestran una intensidad, que incomoda.

-Gracias...-Murmura Myungsoo, suave. Y hay algo que le está molestando. La presencia de ese sujeto delante de él, no le fastidia tanto como espera. Es más puede argumentar que a pesar del silencio es... ¿agradable?


...
...


Los que son los caminos de la vida. ¿No? Hace una hora atrás, cuando llego a la casa del amigo de Hoya, se encontró con una figura, femenina, limpiando arduamente el suelo de la sala de la casa del recién mudado, que le resulto ciertamente familiar. Casi se atraganta con la coca que venía tomando, cuando la joven dirigió su mirada hacia su dirección, y lo reconoció.

-¿Dongwoo?

-¿Stefania?

Incrédulos, pero mejor aún...

-¿Se conocen?-Y Lee Howon parece igual de sorprendido que los otros dos.

Ya que Stefania, argumentaba a cada 5 minutos que había que darse prisa con la limpieza de la casa, porque a las 17 hs llegaba el camión con los muebles, hizo una muy resumida explicación, de cómo es que ella los conocía, aunque por distintos caminos.

-Hagamos rápido esto, Soy Directora del conservatorio donde trabaja Howon y locutora del programa que tiene a cargo Dongwoo, luego me cuentan de ustedes... Por cierto Howon... -Jang nunca hubiera imaginado lo que seguía, pero debía haberse dado cuenta con solo observar los ojos curiosos y entusiastas que tenía Stefania. -¿A ti te suelen llamar Hoya?

Se le helo el pecho. Sintió la fría y helada brisa, que supone, habrá en la Antártida, recorrer todo su cuerpo.

-Si ¿por qué?

-Ahh... Pues por nada, solo curiosidad-Luego la joven le dio la espalda y se fue hacia donde estaba Sungjong, cerca de la escalera.

<<Curiosidad>> Perfectamente consciente de que Stefania ya lo había descubierto. Claro, una semana atrás él le confió al par de locutores/animales en plena riña, de su gustos por los hombres, aunque no exactamente de esa manera. Ya que el único hombre, por el cual ha creado un sentimiento especial, ha sido por Hoya. Y ahí está la clave, de la pregunta de la joven. Cuando él, dijo que estaba atraído por alguien, jamás dijo que era Lee Howon, siempre lo llamo por Hoya. En el primer momento que estuviera a solas con la locutora, Dongwoo ya prevenía que lo atosigaría con preguntas. <<Mierda>>

Luego de eso, todo continuo tranquilo, Stefania y Yadira en la planta baja, lustrando el parquet con una máquina de pulir pisos, algo que parece que Stefania maneja con experiencia, Dongwoo y Myungsoo en la planta alta, quitando las tela de arañas, polvo, y todo lo que se cruzase por delante, bueno no tanto así, no es que quitaran puertas, ventanas, las bañares de los baños... ustedes entienden. Y fuera en el patio, Sungyeol y Hoya tratando de cortar el pasto, sacando malezas, a pesar de la lluvia. ¿Y Sungjong...? ¿Dónde está Sungjong? Pues esto... está en la planta baja por atrás de Yadira.

Ah todo esto Dongwoo ha notado un comportamiento raro en, su amigo. Hoya se ha mostrado, desde que lo fue a buscar al apartamento en su moto, distante con él. No han cruzado demasiadas palabras, le ha esquivado la mirada, e incluso parece evitarlo. Lo abandono a la buena de Dios, o a la buena de Myungsoo. Como sea. Al menos agradece que el menor que esta junto a él es bastante agradable, a pesar que lleva poco rato de conocidos. Dongwoo había estado, de alguna forma, contento, por compartir tiempo con su dongsaeng, que incluso lo llevara a conocer sus amigos, o más aun, viajar en la moto de Hoya y poder, aunque no de la manera que él hubiera querido, abrazarlo. Hasta ahora. No le da ni la hora, y Jang presiente que el menor se ha dado cuenta de su secreto, de sus sentimientos hacia él. Pero está seguro que no fue tan obvio... ¿Verdad?

Sacude un poco su jean, negro. Hay demasiado polvo. Su polo, marrón, pues uno puede poner la duda en cuestión acerca del color. ¿Marrón por el color original o marrón por la tierra? Myungsoo está muy entretenido, con la limpieza. Pero Dongwoo logra vislumbrar en los ojos profundos del joven, rastros de tristeza.

-Si por favor, ¿puedes traerlo a mi apartamento? Bueno gracias aquí te espero... Good Bye- Stefania está subiendo las escaleras mientras guarda su móvil dentro del bolsillo, trasero, de su short. Ambos jóvenes la observan curiosos- ¿qué?

-¿Por qué dices que estás en tu apartamento si no lo estás?-Pregunta Myungsoo

-Cosas mías Myung, cosas mías-Responde con una sonrisa, que está disfrutando de algo, ¿pero de
qué?

...
...

<<Que gusto por molestar>> Piensa. Pues sí, es sábado, su día de descanso, de dormir, o hacer lo que a él le plazca. Pero no, Stefania tenía que llamarlo, para que lleve unos papeles pertenecientes al programa del lunes. Quiso enviarlos por e-mail, pero la joven se opuso, y ahora está bajando por el ascensor, de su edificio, hasta la cochera. La verdad es que tiene demasiada pereza encima, como para hacer algún favor a alguien, sobre todo, el clima aporta a permanecer en cama, viendo una peli, junto a alguien, aunque no tiene un alguien, si quiera un hámster.

<<Hámster sin ojos>>

Mejor Hámster no. ¿Que si la odio por presentarlo de esa forma, comparándolo con un roedor? Por supuesto que sí, quería estrangularla. Tomar a la joven, en volver el cuello con una soga, y estrujarlo hasta que no diera rastros de querer volver hablar. Pero no, la quiere, en lo más, mas, mas, mas... profundo de su corazón, debe admitir que le tiene cariño. De esos que tienen los hermanos con sus hermanas, un día están bien, y al siguiente se podrían tirar con lo que tengan a su alcance. Si de esos definitivamente. Al menos puede sentirse mejor al saber que no fue al único que comparo.

<< Él es el árbol...>>

Nam Woohyun si mal no recuerda. Pues no resulto de su agrado el joven, para nada. Puntualizando, que luego de que Stefania los presentara, no se molestó, si quieras de saludar, o despedirse. Tenía, para él, aires de autosuficiencia, no solo por la actitud, que tuvo la noche anterior, sino también por la vestimenta que llevaba puesta. Y el auto, mejor no comentar. Pero bueno él y su Nissan no estaban tan mal. No tiene nada que envidiarle, está seguro que en el mercado, ambos vehículos están bajo el mismo precio.

La cochera está poblada, de autos, pickup, motos, y de todo tipo de rodados. Evidentemente  todos en el edificio, ninguno ha optado por salir como cada fin de semana. Pero claro, nadie tiene a donde ir en un día lluvioso y triste como ese. Solo él, Kim Sungkyu, que debe obedecer las órdenes impuestas por una menor, que se encarga solo de molestar. Su Nissan Rogue negro se encuentra al fondo del estacionamiento, oculto entre una Ford ranger azul petróleo, y una Toyota halyuk gris. No es un todo terreno, pero pronto, supone, lo cambiara por otro.

El pavimento de las calles brilla, a causa del agua que cae, del cielo que esta de a poco oscureciendo. A pesar de todo, hay gente caminando por la ciudad, con sus paraguas, de variados colores. Sungkyu se detiene en un semáforo en rojo, y aprovecha para conectar su celular al bluetooth de su vehículo. Numb de Linkin Park se escucha en el interior. Ciertamente ha pasado casi tres horas desde que Stefania lo llamo para que fuera al apartamento, pero, como pequeña venganza se demoró. Y no tiene apuro alguno en llegar.

Observa un poco afuera. Algo llamado nostalgia lo invade. Tiene un motivo para que los días lluviosos, apagados, grises, no le parezcan agradables. Recuerdos. Estúpidos y sin sentido recuerdos, que no hacen más que amargarlo, en su soledad. Tiempos en el cual se podía llegar a considerar, que era la persona más feliz y afortunada de la tierra. Pero así como llega, tan de repente, la felicidad se esfuma, y desaparece como arte de magia. No hay mucho que explicar un viejo amor, que destruyo todo lo que era él. Su ser, su fe, todo. Quedando los vestigios de lo que es ahora. Una persona joven, pero con el carácter de un anciano gruñón.

Tan sumido en sus pensamientos, y en el recuerdo de una cabellera rubia hasta la cintura, una blanca falda ajustada a los muslos de sus piernas, y botas de tacón aguja, saliendo por la puerta de su apartamento, carcomieron su concentración, a tal punto de no entender como lo ha hecho, pero ya se encuentra frente al edificio donde vive Stefania. Ingresa al estacionamiento, y busca el número 17, según su compañera de trabajo, cuando llamo, le aseguro que podía aparcar su vehículo en ese lugar, despreocupadamente, ya que su auto esta en reparación. Estaciona su Nissan, toma la carpeta que reposa en el asiento de copiloto y baja. La cochera, está más despoblada, que la del edificio donde él vive.

-Octavo piso- Dice mientras marca el número, en el tablero plateado, cuando ingresa al ascensor.

Mira hacia la pequeña pantalla que esta sobre las puertas de metal. Y los números van pasando, a medida que asciende, por cada piso. Un pitido suena y las gruesa y pesadas masas de acero se abren, dando paso libre para que salga.

Comienza a buscar el apartamento. <<C>> Y esta delante de él. Hay un pequeño botón al lado de la puerta. Lo presiona con su dedo índice, y espera. No pasa mucho tiempo, cuando los sonidos de una fuertes pisadas, se comienzan escuchar. La puerta se abre, solo un poco y alguien se acerca.

-¿Si?- Voz grave masculina, ojos intensos, profundos, oscuros, y piel morena es lo que se deja ver por la pequeña ranura.

-Disculpa se encuentra Stefania. Soy Sungkyu su compañero de...

Kim no puede finalizar, la puerta se cierra, y se escucha como, el joven del otro lado quita el pestillo. Ahora la puerta se abre, casi en su totalidad y la imagen imponente de Nam Woohyun, con su cabellos castaños oscuros un poco despeinados, una musculosa negra,  una bermuda blanca con el logo de Nike en la parte superior, cerca de la pretina, y sus pies descalzos. Por motivos que desconoce, Sungkyu siente su pulso acelerarse.

Woohyun, por su parte, esta estático, observando, si poder hablar. ¿Quién lo diría? Justo antes de escuchar tocar el timbre, Nam se había quedado estirado sobre el largo del sofá, con sus brazos detrás de su cabeza. Pensando. Y que mala jugada que le está haciendo la vida, porque sus pensamientos han cobrado vida, se han materializado, transportándose al mundo real, hasta estar justo delante de él. Con sus cabellos castaños, ojos rasgados y pequeños, piel blanca, y aparentemente suave. Camiseta beige, suelta,  jean negro, y zapatillas Adidas marrón. Algo está mal para Nam Woohyun, muy mal, y buscara la manera de reprimir "eso" todo lo que sea posible.

-Se quién eres-Tajante-¿que necesitas?

Sungkyu frunce el entre cejo. La actitud de ese joven, no le gusta, no le agrada. Este sentimiento de altives que carga sobre su persona, la está detestando, y aun así, sus pulsaciones, no se apaciguan.

-¿Se encuentra Stefania?-Pregunta, no le interesa en nada ser amable. Y quiere largarse cuantos antes.

-No

-Ok, me pidió que le alcanzara esto.-Sungkyu extiende la carpeta verde, tamaño oficio.- ¿Se la puedes entregar?

Woohyun la toma entre sus manos, y cuando lo hace, hay un pequeño, corto y simple roce de sus dedos, lo suficiente, como para alterar cada nervio del mayor. Sin más Nam se despide con un cortante "Adiós" y cierra la puerta. Sungkyu se retira hacia el ascensor. Molesto, casi indignado, de que alguien lo tratara como si fuera, la nada misma, como si se tratase de un simple vendedor ambulante, que pasa por la puerta de casa, ofreciendo cualquier cosa, a la venta. Tan indiferente ante su presencia. Llama al ascensor, las puertas se abren, y hay una mujer mayor con una bebe entre sus brazos, dentro. Pero dirige una última mirada a la puerta del apartamento de su compañera, antes de ingresar, al pequeño cubículo. Como si esperara por algo. Porque alguien, saliera y le pidiera disculpas, por su actitud, tan descortés.  << ¿Porque lo esperas?>> Interesante pregunta, pero no tiene una respuesta. Nadie sale tras de él, y simplemente asciende al interior del ascensor, y este se cierra y comienza a bajar.

Dos segundos después, la puerta del apartamento "C" se abre. Alguien sale, con su mirada perdida, en busca de él. Pero se ha ido. Woohyun suelta una bocanada de aire, pasa una mano por sus cabellos. Desconcertante. Una vez más siente ese remolino de sensaciones dentro suyo, como la noche anterior, envolviendo todo su cuerpo, con la misma fuerza que lo haría una serpiente constrictora con su presa, matándola por asfixia por la avasallante fuerza, que utiliza. Porque para Nam Woohyun así ha sido desde el primer segundo que vio a Sungkyu, alguien que le hace faltar el aire, alguien que desprende su alma del cuerpo, pero debe, o mejor dicho, quiere, oponer resistencia a aquello.

Culpa de Una Fujoshi. Cap 3


Capítulo 3


Los primeros rayos del sol del día, entran sin permiso por el ventanal de la habitación. La alarma del despertador comienza a sonar, y sus oídos lo perciben en el primer momento. Estira su brazo por debajo de las sabanas hasta lograr sentir el aire cálido de la mañana acariciar sus dedos. Alza un poco su mano, y de un solo golpe apaga el aparato, que se atreve a interrumpir su poco decente sueño. Poco decente, porque literalmente ha dormido poco. Se atreve a descubrir su rostro, y observa su bendito reloj. 6:30 am y él ya comienza su día.


-Pues ni modo solo queda levantarse- Su voz ronca y somnolienta aun.


Tan pronto como lo dice ya se encuentra de pies, fuera de su cuarto, camino al baño, que está en frente, del otro lado del pasillo. Dirige una mirada fugas a la habitación que está al lado de la suya. La puerta se encuentra cerrada. <<Puede caer una bomba y no se levantara>> Quizás no tanto así, pero Stefania recién abre sus ojos a las 9 de la mañana, ya que entra a trabajar a la 1pm. Aprovecha dormir un poco más.


-Que hija de mil… tan afortunada-Gruñe, pero no lo ha dicho con malas intenciones. Podría decirse que es una forma cariñosa que tienen para tratarse.


Luego de un baño, para terminar de desperezar sus cuerpo, Woohyun se toma su tiempo en desayunar. Algo bien preparado como debe de ser. Un desayuno al estilo Coreano. No comprende como su amiga logra sobrevivir el día entero solo con un café y una tostada. <<Mala costumbre>> Piensa. Él, en cambio, se detiene hasta almorzar en su trabajo. Ella ni eso.


Lava lo que ensucia, seca y guarda en la alacena. Termina de acomodar los gemelos en la muñeca de su camisa blanca, y por ese día prefiere no usar chaqueta, ni corbata. Busca en su habitación su maletín, y algunas carpetas. Prefiere no pensar, pero hoy su rutina va a ser más complicada de lo que acostumbra. Tendrá que recibir a los socios Japoneses, ya que su padre no se encuentra en el país. Debe admitir que a pesar de haber estudiado para encargarse, en un futuro, de la firma de su progenitor, ya está, ciertamente, cansado. Puede decir que, incluso, siente envidia de Stefania y su guitarra. Porque si, la música es lo que le gusta, y el futbol, pero claro, no todo se puede en la vida, o tal vez sí, pero su padre y sus negocios son su obstáculo, la piedra molesta en el zapato, si eso es. Ha y para variar es único hijo.


Su auto, un Audi A7 negro, circula por las calles de la ciudad, a una velocidad moderada, pero a la vez algo rápido. Woohyun puede llegar a decir que, manejar, le resulta des estresante. Le agrada tener el volante en mano, saber que es el quien manda, y domina. Y también debe agregar que es su momento de libertad para pensar, despreocupadamente.


Ya se encuentra, en la cochera del edificio de su trabajo, de la sucursal que él tiene a su cargo, más tarde tendrá que llegarse al aeropuerto, a recibir a los extranjeros. Dar una cálida bienvenida, llevarlos a comer y por supuesto, lo más importante, hablar de negocios. Frunce el entre cejo. Las puertas del ascensor se están por abrir, y una vez lo hagan, oficialmente su rutina comenzara.








Entre cierra los ojos, y una vez más mira su reflejo en el espejo del baño. Desastre. Hace una media hora que esta despierta, y unos cinco minutos que se ha levantado. Ese extenso periodo que paso en la cama, con los brazos detrás de la cabeza, y las piernas estiradas en la pared, tiempo que uso para hacer nada productivo, literalmente. No tenía intenciones de despegarse del colchón, y solo buscaba escusas para no salir de entre las sabanas. Luego de cierto tiempo, que ella considero el necesario para desperezarse, bajo sus pies al suelo, y otro rato más se detuvo a “reflexionar” acerca de la vida, mientras seguía sentada en  la orilla de la cama. Para sincerarnos un poco, no piensa en nada, pero ya es un hábito que tiene. Ahora se observa en el espejo y no sabe si correr y esconderse dentro del armario de su habitación, o reírse. Ninguna de las dos. Ya es tiempo que se acostumbre a su imagen de cada mañana. Stefania es de cabellos ondulados, con bastante volumen, y largo hasta la cintura. Pero el corte que lleva, es tan lindo como un desastre, sobre todo por las mañanas cuando se levanta. Parece la melena de un león, y su cara, por dios su cara, es mejor perderla que encontrarla.


Recuerda, que ese día, debe ir una hora antes al conservatorio. Así que comienza a apresurarse. Tiene que acomodar la casa, bañarse, buscar las partituras para la clase de ese día, repasar el tema que tratara en la noche, en el programa de radio. Y son las diez de la mañana y a las doce tendría que estar tocando el suelo de la academia. Bien que dios se apiade de ella, porque se supone que solo cuenta con hora y media, el resto es lo que le toma ir desde el edificio hasta su lugar de trabajo. Definitivamente no tendría que haberse relajado tanto en su cama.


Suelta un suspiro. ¿Por qué demonios le cuesta tanto levantarse temprano?








 Calor, está haciendo demasiado calor dentro de la sala. Y eso se está notando en cada uno de sus estudiantes. Las gotas de sudor caen por el rostro de los menores, pero parece no importar, siguen poniendo empeño en aprender cada paso. Howon se detiene a pensar, si está siendo muy exigente con su grupo, y por eso están agitados y transpirando, o por el calor. En todo caso está el aire acondicionado, pero parece no hacer efecto en el cuerpo de ninguno


Screan de Usher, retumba entre las cuatros paredes. La música y el sonido de las suelas de las zapatilla chocando contra el suelo, resulta magnifico. Parecen estar todos en su elemento. Movimientos precisos, casi rayando la perfección, pero no, aun les falta, y solo un poco. Es admirable, ese grupo es el mejor que hay en toda la academia, bailan no solo porque lo hacen bien, si no que, hay sentimiento. Se percibe con solo ver las sonrisas en sus rostros.


Howon se acerca hasta la mesa donde tiene el reproductor musical, y detiene la música. Los menores se quedan estáticos, perplejos, y luego sueltan un abucheo entre todos.


-Creo que no se han dado cuenta, pero la clase ya termino. Es más nos hemos extendido varios minutos más de la hora…-Dice Howon mientras ríe.


Le agrada el entusiasmo de sus alumnos, pero vamos, él se merece un descanso. Aún le queda dos clases más durante la tarde, y hay que decir que el día anterior se fue a dormir tarde. Por eso se está sintiendo más pesado y agotado de lo normal. Sus alumnos se despiden de él, y se retiran. Se queda solo, mira la hora en su móvil y ya es mediodía, casi la una de la tarde. Momento de almorzar. Camina hasta la puerta del aula, y cuando sale, ve a Stefania correr por el pasillo hacia su dirección. Cargando la guitarra sobre su espalda, el bolso que cruza sobre su cuerpo, y una carpeta que mantiene bien sujeta en su brazo izquierdo.


-Hola Stef…


-¡Yadira me mataraaaaa!


Y la joven ignora por completo su presencia, y continua, a paso presuroso hasta el final del pasillo, y desaparece cuando dobla a la izquierda.


Howon no hace más que sonreír y sigue en plan de que debe comer algo, y tomar una bebida energizante cuanto antes o caerá de rodilla al suelo. Haber salido a cenar, la noche anterior, con Dongwoo y finalizar la salida con una batalla de baile en el apartamento de su amigo, lo dejo muerto. Para la próxima debería tener en cuenta, que es mejor salir a divertirse los fin de semana, cuando no hay que levantarse temprano para ir a trabajar.

Es el profesor de danza, hip hop para ser más precisos. Le encanta, no lo puede negar. Bailar es todo para él, pero tiene que ser sincero, exige demasiado esfuerzo físico, con el cual ese día no cuenta. Aunque a pesar de todo, ese día ha amanecido de buen ánimo. Y a su mente acude la imagen de un sonriente Jang Dongwoo, en la noche anterior.






Yadira observa la pantalla de su ordenador, teclea unas cuantas palabras, y regresa la vista de nuevo a la planilla de alumnos, que tiene a un lado suyo, sobre su escritorio. Esta demasiado concentrada, muy metida en su trabajo, hasta que el sonido brusco y seco de la puerta de la oficina, al abrirse, capta toda su atención. Stefania está de pie bajo el umbral, con su pelo suelto y des peinado. Su blusa gris, holgada de algodón, mal acomodada, casi se puede asegurar que se la ha puesto sin planchar. ¡Ah! pero lo más curioso es ver a la joven tan agitada como si hubiera corrido una maratón.


-¡Ahhhh! Lo siento, lo siento de verdad... Disculpa se me hizo tarde…


-¿Eh? ¿De qué hablas? ¿Por qué me pides disculpas?- La menor arquea una ceja. No entiende nada.


Stefania se queda estática. Se da cuenta que no hay indicios de que Yadira hubiera estado esperando por su llegada, o que planeara en algún momento, retirarse del establecimiento. Es más percibe la confusión en el rostro de su compañera. Stefania se golpea la frente con la palma de su mano, como si recién ahora, se diera cuenta de algo.


-Dime, hoy no tienes que dar tu examen de conducir. ¿Verdad?


Yadira niega con su cabeza.


-No. Tengo que dar el examen, sí, pero el viernes de la semana entrante.-Se explica la joven y luego…- Por cierto ¿hoy no tenías que renovar el carnet de conducir?


Y ahí está su dilema, resuelto, por alguna manera decirlo. Confundió las fechas y no hay manera de que llegue a tiempo para solucionar el problema. Tiene su carnet vencido de hace unos días, y no quiere arriesgarse a conducir otra vez por la ciudad. Si la detiene la policía no solo le pondrán una multa si no que le van a retener el auto, sin mencionar que el vehículo tuvo una falla, antes de salir del edificio, y se tuvo que manejar en taxi. Perfecto, ¿qué más le puede pasar? ¿Ahora cuándo podrá ver lo del carnet? Y su auto en terapia en un taller, a partir de mañana. Porque tiene que estar ella para que lo retiren. Stefania se acerca hasta el escritorio de Yadira y toma asiento en una de las sillas desocupadas. La guitarra la deja a un lado suyo. Suspira.


-Me quiero matar…


Yadira sonríe. La verdad es que no le sorprende que la mayor se equivocara, otra vez. La joven de cabellos castaños, poco más arriba de la cintura, y tez morena, es la secretearía del conservatorio, desde el momento en que se inauguró, pero amiga de Stefania desde mucho antes, hace dos años. Cuando Stefania viajo con Woohyun a corea por vacaciones, aunque el joven ya viviera en el país. Coincidieron en un evento otaku, y para ser más exactos, fue un género en particular lo que entablo la charla y luego dio comienzo a una amistad. Yaoi es ese gusto.


-No te mates. Hay trabajo para hacer. Demasiado. Hoy tienes dos clases, a las 17 hs y a las 19 hs. Myungsoo llegara dentro de unos minutos a revisar las partituras que tocaran durante las clases… y…-Se detiene, por que Stefania le ha puesto un alto con su mano.


-No digas más nada. Me estas corriendo indirectamente. Ahora mismo me voy-Suena divertidamente ofendida


Se levanta, pone su guitarra sobre su espalda, comienza a caminar hacia la puerta, con bastante parsimonia, arrastrando los pies sobre el suelo. Lento como si recién se levantara de dormir, y hubiera estado de fiesta durante la noche anterior.


Yadiz pone en blanco sus ojos, y se cruza de brazos.


-Vete ¡YA!


-Bueno, no te enojes…


Stefania desaparece de la oficina entre silenciosas ricillas.






Myungsoo entra a la cochera que tiene el conservatorio. Estaciona donde siempre suele dejar su moto, junto a la de Howon. Se saca el casco lo cruza en su brazo, y se baja. Es profesor de canto, y hoy tiene una clase compartida con su "casi" jefa. "Casi" porque lo que menos parece Stefania, es una jefa. Es mas, todos la consideran como a la hermana, a la cual se le ha perdido un tornillo. En el buen sentido.


Ese día ha llegado antes, tiene muchas ganas de no estar en su casa. Se puede decir que cada hijo venera a su madre, y la tiene sobre un pedestal. Pero un caso distinto es el suyo. Él no la odia, pero tampoco le tiene mucho afecto. No por algo trágico que hubiera sucedido en su pasado, ni cerca, tuvo una infancia discretamente feliz. Claro, hasta que su padre falleció, cuando solo tenía 15 años y su madre contrajera matrimonio de nuevo, con el mejor amigo de su papá. Ahí Myungsoo se dio cuenta que su mamá venía con historia antigua con su padrastro, y la imagen que tenia de su progenitora, cayó en decadencia. Más aun cuando el paso a ocupar un lugar, luego del perro caniche que tiene la mujer, y de la planta abandonada sobre la mesa en un rincón oscuro de la sala. Al menos así parecía.


Lo bueno, y que aún lo pone de ánimos para sonreír, esa tarde luego de desocuparse, ira a ver su nuevo departamento. Que mejor que vivir solo ¿verdad? Sin nadie quien moleste, y en completa independencia. Paz absoluta. Debe agradecer a Sungjong que le ayudo a conseguirlo. Uno de sus mejores amigos, y profesor de danza femenina. Si es raro, pero los bailes para mujeres se le dan bastante bien al menor.


Camina hasta la entrada del conservatorio, tranquilo, sin pensar en algo relativamente importante. Un auto bastante lujoso se detiene ante el edificio. Un Toyota corolla gris que reconocería en donde fuera. Vidrios polarizados que no dejan ver nada del interior, y aun así, sabe quiénes son los que lo ocupan. Dentro esta Sungjong y su hermano mayor, Sungyeol. Este último, según Myungsoo, mejor no opinar. O quizás sí, la verdad no ha cruzado en su vida una palabra con él. Pero por lo poco que lo ha observado, se juega el sueldo a que es un cretino.


-Hola, Myungsoo.


Sungjong ha bajado del auto y está de pie frente a él. Con esa alegría que Myungsoo le gustaría saber de dónde sale.


-¿Qué tal, Jongie?- deja escapar un suspiro, mientras ve el Toyota alejarse. Y lo mejor de todo que no se ha dado cuenta de ello. Salvo el menor que prefiere callar, y guardar sus comentarios y risas para más luego.


Ambos van caminado por uno de los pasillos del conservatorio charlando de cosas banales, e irrelevantes, y por unos segundos se quedan de pie. Observan venir, desde el otro extremo del pasillo, a Stefania con su teléfono en mano y a un lado de su oreja.


-¡Ahhhh! Por favor. ¿Sí? Perfecto. Entonces te espero fuera de la radio. Adiós que tengas un buen almuerzo.- Ríe burlista y corta la llamada. Mira a los dos jóvenes que se van acercando, ambos, hacia ella- ¡Hi! ¿Cómo están?-Sin embargo no recibe la respuesta que espera.


-¿Qué haces tan temprano?


-¿No tenía que ir a renovar tu carnet de conducir?- Myungsoo continua con la pregunta del menor.


El rostro de Stefania se torna en un gesto, raro. Como de sorpresa con mezcla de decepción. Frunce el entre cejo.


-No puede ser ¿hasta ustedes lo sabían? Y ¿Por qué carajo no me avisan?






La noche, ya está sobre Seúl. Iluminando el cielo nocturno con sus estrellas centelleantes y una luna, redonda y grande. Refulgente como queriendo captar los ojos curiosos de cada ser viviente en esa ciudad.


Uprising de Muse se escucha a través de sus audífonos. Están en la tanda musical.


-Interchanging mind control. Come let the, revolution takes its toll…- Los labios de Sungkyu van susurrando la canción, aprovechando que nadie, salvo Stefania que está sentada a unos metros de él, lo pueden escuchar.


Hace un buen rato que han comenzado con el programa. El mayor relaja su cuerpo sobre la silla mientras lee un libro, esperando volver al aire. Stefania por otro lado se concentra en el tema que está por hablar en el siguiente bloque. Ambos sin decir palabra alguna ¿A qué se debe tanta tranquilidad entre ambos locutores? Pues es a causa que Stefania ingreso a la radio con un humor de perros. Gritando que se le había pasado el bus, que ningún taxi la quiso levantar, y por sobre todo que no estaba dispuesta a recibir ninguna queja de nadie, ya que llego dos minutos antes de comenzar con el programa, argumentando que al primero que le dijera “ah” lo castraba con la tijera sin filo que guardaba dentro de su bolso. Así de simple, así de directa. Así de violenta.


Tomando las palabras de la joven, con veracidad, Dongwoo y Sungkyu se observaron y pasaron saliva por su garganta, con brusquedad y temor. También hay que añadir el rostro de pocos amigos que tenía. Aunque ahora esta calmada. ¿Alguna vez han escuchado el dicho que dice, que la música calma a las fieras? –Eso último referido a un animal salvaje-. Pues Kim Sungkyu garantiza al cien por ciento que dicha calma, es a causa de Muse. Pero mejor no comentárselo a Stefania. Teme que el aura negra con la que llego esa noche regrese. Y de verdad quiere conservar, sanas, sus partes íntimas.


Aparto su libro a un lado, y se enderezo en su silla. Dongwoo les hace seña desde el otro lado del cristal, que regresan al aire.


Stefania se acerca hasta su micrófono, seria.


-Bueno acá estamos de regreso, en el último bloque del programa- Sungkyu comienza hablar, y observa a la joven- Hoy le traemos un nuevo segmento, que será parte de los viernes.


-Vamos a debatir, reflexionar, razonar, o simplemente dar alguna opinión. Eso sí, seamos abiertos a cualquier tema, sin quejas.-Stefania parece animada ahora.


-Como algunos de nuestros seguidores sabrán ya, hemos hecho una encuesta por twitter. Y en base sus respuestas, y comentarios se ha elegido un tema ganador. Hoy ¡esss!-suena tambores redoblarse de fondo.


-Bullying!- Stefania empieza a seguir el ritmo de la canción que ha puesto Dongwoo. She loves me not de Papa Roach.- ¡WoooW! Interesante, cuantos comentarios han dejado.


Cada uno observa las pantallas de sus laptops


-Incluso por Facebook los oyentes se han animado a dejar sus comentarios.


-Pues bien comencemos- La música de Papa Roach suena por unos segundo más alto, y luego baja- Bullying, es agredir o humillar a otra persona. Insultar, divulgar rumores, lastimar físicamente o intencionalmente ignorar a alguien también son formas de Bullying.


-Puede ocurrir a través del celular, en persona, escrito, en la escuela, en el barrio, en algún transporte, en tu casa e incluso en redes sociales. Sea donde sea, el Bullying no debe permitirse, es inaceptable


-Es un problema que le afecta a millones de niños, sin importar de donde son ni de dónde vienen. Es un problema grave que se da principalmente en las escuelas. Es un problema que debe solucionarse cuanto antes.


-Los bullies molestan a los más pequeños o a los niños más vulnerables. Apuntan a los niños que son diferentes, que no usan ropa de moda o que forman parte de una minoría social o racial. Molestan a niños que se están desarrollando y son torpes con su cuerpo, o con sobrepeso, o hasta los más estudiosos o muy tímidos. No necesitan mucho para inspirarse si tienen la intención de herir, humillar o dejar de lado a alguien de su círculo de amigos. No sólo humilla a los niños que son atacados, también afecta a los testigos cercanos, especialmente si ellos no saben qué hacer al respecto.  No es una broma o un juego, es inaceptable.


Papa Roach deja de escucharse y comienza a sonar The beatiful people de Marilyn Manson. Ambos locutores, incluso Dongwoo que está en la sala de control, parecen bastante interesados en el tema. Stefania continua mientras mueve un poco su silla de lado a lado. Las rueditas que tiene debajo logran hacerlo más fácil.


-Incluso se da el cyber-bullying que se expande viralmente por la web, y puede humillar de una manera más difícil de controlar.


-Esto es algo que nos concierne a todos. Que nos puede involucrar directa e indirectamente. Hoy incluso algunos oyentes, se han animado han mandarnos por inbox sus propias experiencias personales, con respecto al Bullying.


El programa avanza. Comienzan a recibir algunos llamados al aire, dando sus opiniones acerca del tema que se está tratando. Están demasiados ensimismados en la cuestión, Y sorprende saber que no son pocos los que sufren abusos de Bullying. Y otros que no lo han vivido aun, están poniendo al aire, sus pensamientos ideas y planes, para detener el acoso/hostigamiento.






De pie fuera, sola y esperando para que la pasen a buscar. Stefania agradece que sea verano. Aunque el calor húmedo que se siente en la ciudad, resulta un tanto molesto y fastidioso. Sus fosas nasales logran percibir un aroma que le gusta, le agrada. Es el de tierra mojada. Levanta la mirada al cielo y a los lejos logra visualizar alguna nubes. Puede asegurar que lloverá durante el fin de semana. Que poco le ha durado a la luna presumir de su belleza.


La puerta de salida de la radio se abre, y aparece Sungkyu. Tiene puesto un polo blanco con unos Jean azules. Un estilo bastante agradable a la ojos de cualquiera. El mayor la observa curioso.


-¿Qué haces aun aquí… y sola?- Pregunta


-Esperando que me pasen a buscar


-Y ¿tú auto?


-No me hables del auto, ni del carnet. Simplemente no me lo recuerdes-dice casi gruñendo


-Por cierto ¿hoy no tenías que renovar tu carnet?


<<Perfecto>> Stefania no sabe si darse la cabeza contra la pared del edificio o que se habrá la tierra y se la trague. ¿Cómo puede ser que todos lo recordaran menos ella que se tenía que encargar de hacerlo? Imposible no tildarse como estúpida. Deja escapar un suspiro mientras se encoje de hombros. Está esperando por Woohyun, han quedado de que el la pasaría a buscar luego de que saliera del trabajo. Y aunque ha demorado otra vez en desocuparse, ya que Dongwoo convoco a otra reunión antes de retirarse, para dar aviso de que buscaria a alguien más para que se suma al equipo de trabajo, su amigo aun no aparece. Por lo menos no está sola en medio de la noche. Jang se fue primero apresurado como siempre.


-¿Estas segura que te vendrán a buscar?-Sungkyu de nuevo


-Siiii... No creo que me dejen abandonada como perro en la calle


-Yo lo haría…


Stefania alza su mano, la que está desocupada, porque en la otra aun lleva la carpeta con las partituras de una canción de Myungsoo que debe practicar, y el listado de alumnos nuevos que Yadira le pasó antes de retirarse del conservatorio. La cierra en un puño y pega en el brazo de Sungkyu que emite un leve un quejido.


-¿Qué demonios te sucede? ¿Por qué me pegas?


Y ahí van de nuevo. Otra vez comienzan con sus patéticas discusiones sin sentido, que solo ellos pueden tener. Tan metidos están que no captan la presencia de moreno delgado que está bajando de un Audi negro. El joven comienza acercarse a ambos, con el entre cejo fruncido. Su camisa blanca, pantalón de vestir negro y zapatos bien lustrados. Woohyun es lo más parecido a la perfección. Nam aclara un poco su garganta, haciendo un poco de ruido para hacerse notar delante de ese par que no dejan de arrojarse palabras, demasiados lejanas, a una muestra de cariño.


-Disculpen…


Stefania gira bruscamente su cabeza a un lado, y siente el tirón de los músculos de su cuello. Su rostro demuestra una mueca de dolor. <<La puta madre>> Piensa y ya sabe a quién echarle la culpa, pero antes de decir algo, se queda quieta, inmóvil. Acaricia la zona dolorida, y observa de soslayo a los dos jóvenes, y de pronto escucha la ridiculez más grande antes dicha…


-¿Es tu novio, Stefania?- Y mejor aún, la pregunta ha sido cantada a coro.


La cara de “No me jodas, estas charlando” de Stefania es épica.


-¿pero que acaso ustedes están locos o qué? ¡No! Los presento…-Se puede decir que esta incomoda, acaba de notar algo y por supuesto solo ella se da cuenta. Sus ojos grandes, y cafés brillan de ¿ilusión?-Él es namu, o Nam Woohyun el árbol que comparte vivienda conmigo, y él es el hámster sin ojos Kim Sungkyu mi compañero de trabajo.


No dice más nada. Prefiere callar. El silencio le ayuda a concentrarse para indagar mejor lo que ha intuido.


-Debemos irnos-Dice Woohyun antes de dar media vuelta, y encaminarse hasta el auto ignorando por completo al mayor.


Stefania, obedece sin chistar. Se despide del desconcertado locutor con una avenía, algo que no acostumbra, pero mejor así. No hay que refutar nada, ni comprender el comportamiento de Nam. Ella lo conoce y se ha dado cuenta del porqué de su actitud. Sabe que no está equivocada con lo que piensa y por lo que ha visto está en más que lo cierto. Lástima que ninguno de los dos hombres se ha dado cuenta de ello.

Stefania es la única que capto el momento en que ambos cuerpos masculinos se tensaron, en cuanto cruzaron miradas.