jueves, 6 de febrero de 2014

Culpa de una Fujoshi. Cap 16

Capítulo 16

El rechazo duele, y él en ese momento lo estaba experimentando en carne propia. Un desasosiego que se apoderaba de cada rincón de su ser, opacando cualquier lumbre interna, hasta sentirse desprotegido completamente, aunque no le hallase sentido alguno, a tal sentimiento. Una agitación violenta, en su pecho, en un esfuerzo extremo de contener las salinas gotas en sus parpados.

<<Tiene una idea equivocada de ti...>>

Regreso al aula,  cerró la puerta y se quedó apoyada en ella, mientras observaba la ventana que daba hacia la calle. El clima seguía igual como hace varios días, fresco y triste por alguna manera decirlo. Paso una mano por sus labios, limpiándose con el dorso como si estuviera sucio, y luego batió sus cabellos, desesperado.

<<Tiene una idea equivocada de ti...>>

Un suave roce de su boca con la ajena, apenas, para él, un simple tacto que conllevaba más de una necesidad por estar cerca del mayor, un impulso incapaz de detener, porque no quería apartarse, quería dejarse llevar por esa corriente eléctrica, que lo lanzaba a hacer locuras.

Las manos del mayor se posaron sobre su cintura, y apretaron fuertemente en aquel lugar. Sus labios continuaban moviéndose, sobre los otros, sin recibir respuesta alguna, sin ser correspondido. <<Reacciona, ¿Por qué no me sigues?>> Se hostigo a preguntas a él mismo, buscando una explicación por la falta de acción de aquel sujeto. ¿Porque la reticencia? Sin embargo, y de manera inesperada, las manos sobre su cuerpo, lo apartaron, tan lentamente, que lastimo mucho más que su orgullo.

-No, no me interesa esto. No me interesas tú. Nada de lo que venga de ti me interesa.-La cejas en el rostro de Sungyeol se unían, fruncidas, expresando sin atavió la molestia o la ira que le genero su repentino acto. Sungyeol limpio sus labios, con el dorso de su mano, con tanta fuerza impuesta, dando la impresión de que algo repugnante había tocado su boca.- Idiota, yo no tengo tiempo para perder con niños inmaduros como tú, o sus infaltables ganas de ser cogidos como zorras. No soy juguete de nadie. Búscate otro hueso para roer, Myungsoo.

Sungyeol lanzo una última mirada, furibunda, luego solo giro sobre sus pies y se marchó, por ese pasillo hasta desaparecer.

<<Tiene una idea equivocada de ti...>>

-Oh que mierda sabes tú, Stefania- Reprocho a la joven, pese a que no se encontrara en las inmediaciones del conservatorio.

La puerta verde manzana, detrás de él, recibió un golpe seco de su puño. Un intento, truncado, de liberar la rabia y la aflicción mortificante que tensaba cada musculo de su cuerpo. Si no quería saber nada de él, Sungyeol podría habérselo dicho de otra manera,  << ¿Qué carajo sabe el de mí, para decirme todo aquello?>> Un impoluto silencio se instaló en su conciencia.

<<Exacto, él no sabe nada de ti... Ni tú de él>>

Y aun escuchaba la voz de su jefa, recriminándole su estúpida situación. Ahora quien golpeaba contra la puerta, era su nuca. Una y otra vez, con la maldita certeza de que era un idiota.

...
...

Era una locura, una broma de las peores que le podían haber jugado en su vida. Llego a pensar que era al propósito, solo para mofarse de él, o en extremo, demasiado, un complot en su contra. Pero el rostro perturbantemente serio, e irónico de la joven diluyeron su idea a cero.

Era una orden. No había "Por favor" de por medio, mucho menos otra opción a elegir, de un "Tómalo o déjalo". Nada. Siendo mayor podría haber replicado, incluso negarse, sin embargo  Stefania no vacilo en su mirada, y su voz al hablar.

<<Se hace lo que yo digo y punto...>>

Más directa, imposible.

¿Y ahora que hacia? Observo de soslayo al menor, que subía la cremallera de su chaqueta de cuero hasta llegar al cuello, y luego cruzaba el casco de la moto en su brazo, y el objeto quedaba colgando de este. Apenas unas pocas palabra dichas, intercambiando planes para completar sus obligaciones, pero con conclusiones nefastas. Sin ponerse de acuerdo en nada.

Él es Director de Programación, lo que significa, de una manera poco agraciada, que todo lo que sucede durante el programa de radio, son ideas propias de él, directamente salidas de su cabeza -Aunque de vez en cuando recibía algún aporte extra, de sus compañeros- Entonces ¿Porque su maldito, genio loco, interno, no generaba soluciones para salir de ese problema? Tenía la sensación de que su cerebro había sido recubierto por pintura negra, por ende no vislumbraba camino, por donde escabullirse.

<<Hace dos semanas, no estabas pensando lo mismo>>

Su mente, como la de varios, tendía a cobrar vida propia. Él era capaz de discutir con su propio raciocinio, tal como el par de locutores/ compañeros de trabajo, eran capaces de entablar conversación con la sombra de un poste de luz... Bueno eso estaba de más. No creía capaz a Sungkyu de aquello, pero quizás Stefania...

<<Sigue esquivando el tema, tratando de diagnosticar demencia en tu amiga, y el único loco aquí, eres tú por negarte hablar con Howon. >>

Un suspiro, y se cruzó de brazos. Apoyado en uno de los pilares del hall, mirando al robusto cuerpo de su ex mejor amigo, emprender marcha hacia la salida del conservatorio, con aires a su alrededor de estar ofendido o molesto tal vez. Y el aprovechando de que el menor le da la espalda, para poder pellizcar con sus dientes, su labio inferior.

<< ¿Te has puesto a pensar que si te beso es porque le gustas?>>

Si, si lo había pensado. Y la idea era tan tentadora, a tal punto de ilusionarse con que era así, porque las miradas de ese día parecían seguir la corriente de su imaginación. Howon demostró indiferencia, igual que él, al hablar, pero sus ojos parecían estar tan pendientes de cada uno de sus movimientos.

¿Y si realmente era así? ¿Y si ahora existían sentimientos del menor hacia él?

<<Háblale>>

Pero al salir de su letargo, cayó en la cuenta que ya se encontraba solo en ese Hall. Hoya ya se había ido, igual que Sungyeol, y quedaba solo él, con Myungsoo que permanecía encerrado dentro de una de las aulas.

-Ya es tarde. Es hora que cerremos.-Los pasos, junto con la voz de Kim, le hicieron voltear.

La mirada sombría en el menor, le preocupo. Lo cabellos desordenados, e incluso noto el nítido enrojecimiento en sus ojos.

-¿Te encuentras bien?- Pregunto en un tono bajo, tratando de no sonar entrometido, y no incomodar.

Myungsoo se encogió de hombros, y continúo caminando directo hacia la salida del conservatorio.

Dongwoo no hizo más pregunta. Se despidió del menor al salir, y se fue en su vehículo. No hacía falta ser un sabio, para deducir que algo había sucedido entre Kim y Sungyeol. Y de todas maneras, él no se involucraría, porque sencillamente tenia demasiado con su dilema llamado Howon.

¿Tal vez era momento de apartar a un lado su orgullo?

...
...


¿Diferente? ¿Esa podría ser la definición que utilizaría para describirla? No estaba seguro, pero definitivamente, no era lo que acostumbraba. Comenzando por la apariencia con que se presentó, vestida como si estuviera lista para ir a correr, si no fuese por el hecho de que se veía en un estado deplorable, por lo que le pareció, una gripe. 

Supo siempre que iba a tratar con una extranjera. Como su jefe le había pedido, recogió todo tipo de información acerca de la joven. Desde que era directora de un conservatorio, hasta que era locutora de un programa de radio. Sin embargo no había logrado dar con una imagen, y ese día había sido la primera vez en verla, también la primera vez que alguien, que no fuese hombre, se dirigía a él con tanta soberbia y arrogancia.

Tenía que aceptarlo, si fuera por las fachas en que se presentó a la reunión, aseguraba que era su misma versión pero femenina, nada más. No hablo con altanería, no levanto la voz en ningún momento, si quiera dijo demasiado, como para creerla retadora. Pero era exactamente la falta de aquello, que le hacía juicio. La mirada inquisitiva, y altiva, con ese par de ojos grandes, el iris de un color café tan oscuro, que si no observabas bien, diría que era totalmente un círculo negro.

Y su voz, aunque ronca, al hablar mantenía un nivel bajo. No la conocía, y no hacía falta conocerla para saber que era la manera en que la joven, marcaba su fuerte presencia. No por nada Jukka la quería como parte de la empresa.

Intento mostrarse insinuante, atractivo, algo que a veces no le hacía falta demostrar con énfasis, porque era consciente de lo que causaba en las mujeres, incluso al escucharlo hablar. Pero Stefania, parecía jactarse de su propia Belleza occidental, que no hizo caso de su intento de cortejo. Todo lo contario, apenas balbuceo una frase.

-No me interesa. Es una propuesta pobre...

¡Con un demonio! El maldito de Jukka le estaba cediendo uno de los puestos gerenciales, y ella se había negado. La joven había apoyado su codo, sobre el posa brazos de la silla,  recargo su mentón en su mano, y con esa pose lo observo, infundiendo cierto grado, alto, de aburrimiento. Lo que se encargó de remarcar aún más, con un bostezo.

-Pues si es solo para esto, que me han llamado, me retiro.-Se había puesto de pie, acomodando su bolso en el proceso, y dedicándole una última mirada de suficiencia.-Por cierto la próxima vez que necesiten contactar conmigo, me pueden encontrar en el conservatorio, o la estación de radio.

Intercambiaron algunas palabras más, él esforzando todavía porque la joven cediera un poco ante su encanto físico, pero nada. Ella se marchó, con paso lento, sus manos perdidas dentro del bolsillo canguro del buzo, y dejándolo pasmado dentro de su despacho.

Pero aun no había acabado ahí ese asunto. Tuvo que llamar al extranjero, para comunicarle el fatídico encuentro, a su jefe que estaba en un viaje de negocios en Alemania. Jukka no reacciono como lo esperaba. Había soltado una carcajada en cuanto dio la noticia, sin embargo pidió que continuara  insistiendo. Jonghyun en un principio no comprendió porque la obstinación del mayor en que Stefania aceptara pero, de un momento a otro fueron claras las intenciones por parte de Karjalainen.

Si bien Stefania no marcaba un peligro para los planes de Jukka, a simple vista uno podía percibir la ambición inalcanzable, por conseguir el éxito, en la joven. El viejo, de alguna manera, se había percatado de aquello sin conocerla, y como había hecho con él, años atrás, la quería bajo su poder. Quien poseía ambición, llegaba lejos, según el empresario, y para evitar rivales, prefería contratarlos.

-¡Jonghyun, il mio amore!- La joven, de cabellos dorados largos, resaltantes y penetrantes ojos azules avanzaba con la maleta de ruedas, por la sala repleta de personas. Con chaleco de cashmere beige, camisa cárdigan, jean apretados a sus piernas, y botas de cañas largas, negras y de tacón fino, Erikka enlazo sus brazos alrededor del cuello de Jonghyun, y sin permiso, estampo sus labios con el del muchacho.

Él la correspondió, y pensó que el trabajo comenzaba a  ocupar un gran lugar en su vida, a tal punto que había olvidado que estaba en el aeropuerto esperando por la llegada de su novia.

-Te extrañe tanto amor-El rostro de la joven se perdió por el hueco de su cuello, y murmuro-¿Tú me extrañaste a mí?

-Sí, Erikka. Demasiado.

Pero no era así.

...
...


La laptop sobre la mesa de la sala, encendida manteniendo abierta la ventana de Skype, en una conversación que terminaría por crisparles los nervios, un cumulo de hojas dispersar alrededor del ordenador -Trabajo que se acumulaba- y ella sentada, delante de todo aquello, sobre el parquet opaco que sufría de falta de brillo, a causa de su poca atención en la limpieza del apartamento durante esa semana. El manos libres en su oreja izquierda, y la imparable voz de Myungsoo que no paraba de escucharse a través del auricular.

-A ver Myung. Creo haberte dicho ayer, que ese chico tenía un idea errónea de ti- Le pareció escuchar carraspear al menor, del otro lado de la línea. Y Stefania se preguntó, ¿para que la llamaba, si no tenía ganas de oírla?- Y estoy en lo cierto, ¿no?

-Tal vez- Balbuceo sin ganas.

Frunció el entre cejo. El sonido del chat, anunciando un nuevo mensaje, la exaspero.

     -¿Tal vez?-Repitió la pregunta, casi despidiendo odio- ¡El tipo cree que eres un maldito promiscuo!-Grito, sin importarle, que escaleras arribas, encerrado en el baño, preparándose para salir dentro de un par de horas, estuviera Woohyun y probablemente la escuchara.

-¡Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! ¿Por qué mierda gritas? Te puede escuchar Woohyun.

<< ¿Dime qué hago? Lo extraño, pero no estoy seguro de que el sienta algo realmente por mi >>

Casi le da un tic en uno de sus ojos al leer el mensaje recibido. ¿Pero qué carajo? Si no fuera, porque sabía que era de Dongwoo hubiera jurado que se trataba de una charla entre mujeres. ¡Ni que fuese mina!

-Stefania, ¿sigues ahí?

Soltó un suspiro. Sinceramente no tenía ganas de responderle a ninguno de los dos. Es mas quería enviarlos a ambos, y sus dilemas, bien a la m... Tomo una bocanada de aire, y exhalo profundamente, mientras cerraba sus ojos. De verdad, estaba cansada, enferma, irritada por esa estúpida reunión con el imbécil del abogado del tal Jukka. Y como si fuese poco, comenzando su maldito periodo. A veces ser mujer era tan duro.

<< ¿Estas?>> Dongwoo seguían escribiéndole.

Aun tenía en mente, su ridícula actitud ante Lee Jonghyun. Si, casi se le caen los calzones, por semejante sujeto, pero no era tan estúpida como para rebajarse, así que trato de igualar la soberbia del joven. Y le salió bien, así que al menos en eso, se sentía relajada, aunque le pareció extraña la propuesta. ¿Por qué se interesaban en ella? ¿Por qué no buscaron a Sun Hi, que tenía experiencia, en el rubro de empresas? o ¿Al mismo Sungyeol? Tampoco era hipócrita, era una de las propuestas más tentadoras que le habían ofrecido en su vida, pero no era tan miserable, como para darle la espalda a esos niños.

-Estoy aquí Myung.-Respondió, rendida, y al mismo tiempo contestaba a Dongwoo.

<<Deja tu dilema, y habla con él. Es orgullo que tanto demuestran, terminara por distanciarlos del todo. Aprovecha la oportunidad que te di, y soluciona el problema. Sé que Howon está más que dispuesto, entablar más que una amistad contigo. >>

El timbre del apartamento sonó, y eso le pareció raro. Generalmente debían llamar al portero eléctrico, desde abajo para poder ingresar al edificio.

-Escucha Myung, debo colgar. Voy a ser directa, pendejo. Y no reniegues de mi sinceridad. A ti te gusta Sungyeol, y Sungyeol gusta de ti, eso es un hecho obvio.-Por un momento se le vino a la mente, una canción de Laura Pausini, luego retomo la conversación- Pero son tan estúpidos, que han comenzado por coger, en vez de conocerse de manera no sexual. Así que comienza por ahí, Myungsoo. Búscalo y aclara las cosas. Demuéstrale que está equivocado, que no eres ninguna zorra, y hazle saber que él fue tu primer y único hombre en penetrarte. ¿Está claro? Ahora te cuidas y chau.

Si recibió insultos o no por parte del menor, no se enteró, porque colgó antes de recibir una respuesta. Se desconectó del chat, sin despedirse de Jang, y se levantó del suelo para atender. Se llevó una sorpresa, al abrir la puerta y que Yadira ingresara dentro del apartamento, jalando de su brazo y llevándola hasta la cocina, Jongie por atrás, se encargó de cerrar. Stefania volteo su cabeza para verlo, y el solo se encogió de hombros, dando entender que no comprendía nada.

-Stefania, ¿podrías ayudarme a escoger la ropa...-Woohyun descendía por las escaleras, solo con una toalla alrededor de la cintura, y aun con algunas gotas de agua en su torso.- Lo siento, ¿luego podrías subir?- Stefania solo asintió, y Nam regreso arriba, y se encerró en su cuarto.

Apena, cerro sus ojos, en un intento de descanso, su brazo fue jalado nuevamente, y Yadiz llamo su atención.

-Tenemos que hablar-Dijo la menor.

...
...

¿Lo odiaba? Seguramente no, aunque el dicho dice que del amor al odio, hay un solo pasó. No lo estaba, al menos no con certeza. Sin embargo todo lo que el creía o quería, parecía atravesar un crepúsculo, hasta cubrirse de total oscuridad. Tenía sentimientos fuertes hacia el menor, pese a que aquel no hacía más que disgustarlo con su comportamiento. Y nuevamente la pregunta arremetió en su cabeza ¿Lo odiaba? No, no lo odiaba. Le sucedía algo más. Tal vez el hecho de darse cuenta, que lo que en un momento quiso y obtuvo, le resultara poco, y la esperanza se perdía en algún lugar más recóndito del mundo, al saber que no conseguiría más de lo que ya le había sido otorgado.

Abandono su calzado, apenas ingresar a su casa. Todo en el interior iluminado por las luces ya encendidas. A pocas horas de que la tarde desapareciese por ese día, el cielo había oscurecido. Su pequeño gato, apareció, y comenzó ronronear mientras daba vueltas alrededor de sus piernas.  Sungyeol lo alzo entre sus brazos, cual si fuese una criatura, y se encamino hasta la cocina, al escuchar unos ruidos.

-Hola, Mamá- Dijo una vez cruzar el umbral de la entrada.

Sun Hi, saco la bandeja de dentro del horno. El bizcochuelo sabor a vainilla se alzaba recién cocido dentro de la fuente de vidrio, resistente a altas temperaturas, y Sungyeol lo observo, casi deleitándose con la imaginación.

-Hola hijo. No, esto no es para ti.

-Pero si quiera dije algo.-Refunfuño, mientras el animal que sostenía estiraba su cabeza hacia un lado, para dar lugar a que su dueño, le acariciara con el dedo índice en el cuello.

- Por si las dudas.- La mujer saco una par de cosas del interior del refrigerador. Desde un bols, con crema batida, hasta un par de frutilla.- ¿Sungjong?

-No lo eh visto. Me atrase, y cuando llegue al conservatorio, ya se había ido.

-Pero aquí no llego.

-Se fue con Yadira.-Sungyeol corrió una de las sillas, frente a la mesa, hacia atrás y tomo asiento. La gatita, se escabullo de sus brazos, y desapareció por el corredor que llevaba a la habitación de su madre. Sun Hi elevo una de sus cejas, y observo al joven- No imagines cosas, mamá. Recién envió un mensaje, y están, ambos, en casa de Stefania. No están solos.

La mujer asintió, y regreso a sus labores de repostería.

-Y... ¿Se puede saber, para que tanta junta secreta, entre ustedes?

-No.

-¿Tiene que ver con la fundación?

-No, mamá.-Mintió.

Por una vez quería que Sun Hi y los demás socios y encargados de Fly Hope, se mantuvieran a un  costado de lo que tuviera que ver con la fundación, todos menos Stefania, que al ser tan reciente su asociación, no cargaba con el mismo peso de los demás. En esta ocasión, seria él, y Sungjong, como hijos de Sun Hi, y Stefania. Aun así, eran varios más los que ayudaban.

-¿A qué hora salen mañana?

-A las 9 de la mañana.-Respondió, la mujer. Algo más, para mantenerlos lejos de todo lo que planeaban hacer, había sido mandar de viaje a los niños de la fundación, junto con todos los encargados. Dos semanas. Sun Hi entre cerro sus ojos, y nuevamente observo al joven.-Sungyeol, hijo. Hace tiempo que quiero hacerte una pregunta.

-¿Cuál?- pregunto sin importancia, como si lo que fuese a decir su madre fuera de irrelevancia para su vida. Sus mirada en la pantalla de su móvil, mientras navegaba por internet, y se balanceaba en la silla de atrás hacia delante.

-¿Eres Gay?- Eso le tomó por sorpresa, pero: -¿Tienes alguna relación, con Kim Myungsoo?

Perdió el equilibrio, y la silla y él se fueron hacia atrás, quedando despatarrados en el suelo blanco de esa cocina.

-Esas... Son dos preguntas... Mamá.-Murmuro, apenas, entre quejidos

Y un dolor, punzante, se instaló en su espalda.


...
...

Una tarde completamente, solo. Generalmente era así, pero habían sido horas de pura ansiedad. Su sangre bullendo dentro de su cuerpo, como agua que recién hierve. Un descontrolado pulso, que se tranquilizaba, y en cuanto el móvil sobre el sofá sonaba, se disparaba de nuevo, como si viviera un momento de suspenso.

Sungkyu se miró una vez más delante del espejo de su habitación, que colgaba en la pared a un lado de la puerta. Un cristal demasiado amplio, lo suficiente para verse de cuerpo entero. Un Jean azul, gastado en las rodillas, no porque lo estuviera de manera literal, solo era como decorativo en el pantalón. Buzo blanco con capucha, y una estampa en el centro. Converse negras, un regalo de su compañera de trabajo, que parecía amar esa marca de zapatillas.

Totalmente informal. ¿Por qué? Porque esa seria, no más que una salida con una amistad, comer algo y regresar a su apartamento. Y el clima no se prestaba para ponerse ropa más… ¿Sugerente? Un golpe mental de sí mismo. ¿Por qué más sugerente? ¿Acaso quería insinuarse a Nam Woohyun? El aire abandono sus pulmones de una sola vez.

Su cabeza era un total caos. Porque pese que estaba sencillamente vestido, no iba a negar, jamás, que había puesto demasiado empeño en verse bien, para llamar la atención del menor. Inquietante, era ponerse a pensar que le gustaba un hombre-eso ya lo tenía asumido- pero ¿imaginarse a él, como el pasivo de algo que aún no había sucedido y que tal vez jamás sucedería, porque dudaba que aquel muchacho, fuera de meter goles en contra? Paso una mano por su rostro. Era mucho, para aceptar.

Aun así, desde la primera vez que fantaseo con Woohyun, y para su mala suerte, que termino propinándose placer, solo, -Y debía admitir, que tal acto se repitió varias veces más- era Nam, quien se hacía de su cuerpo, y él por su parte, gozaba con su inventiva.

Su móvil, sobre la cama, sonó, y Sungkyu disperso su complejo de uke, para atender.

<<Estoy fuera del edificio, esperándote>>


Relataba el mensaje, en la pantalla luminiscente de su celular. Robo una bocanada de aire, y alisto su mente, para un trajín de emociones que le esperaba durante la noche.


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Hiiii... como va todo???


Yo cansada, emocionada y bla bla...

disculpen el retraso, de verdad no tengo tiempo para escribirlo, y trato de ser lo mas rapido que puedo. Uso poco la pc, ya que la mia esta rota, y en la que escribo es de mi hermana.


Bueno, iba a ser mas largo el cap, pero quise dejar lo que sigue para la semana que viene. 


El Gyuwoo aun no lo termino, pero me queda poco. Tratare de tenerlo listo para el sabado.


Bien, me despido.


Iba a hablar de Infinite, y su nuevo programa, pero no terminare mas, y me van a matar aqui en mi casa.


Se cuidan, y Viva INFINITE!!!