lunes, 30 de diciembre de 2013

Culpa de una Fujoshi. Cap 12

Capítulo 12

Un baño. Si podría ser suficiente, para quitar la rabia que le brotaba por los poros. Ofuscado, nervioso, tratando de mitigar ese desorden emocional en su interior. Contar con el calor de la jornada, un boceto que parecía no tener fin a la hora de pintarlo, y el par de compañeros que le había tocado. Como si con Sungjong no alcanzara para fastidiarlo. ¿Porque su madre tenía que poner a ese sujeto junto a ellos?

Pocas, y cortas palabras. No comprendía mucho, o mejor dicho no entendía en nada a Myungsoo. Noches atrás, verlo sentado en ese banco de la plaza, solo, cuando sus miradas se cruzaron, y el maldito simplemente insinuándose de nuevo, como en el club.  Le había costado horrores poder seguir con su trayecto hasta su casa. Quería provocarlo, lo sabía. O bien Myungsoo era un promiscuo en busca de sexo cada vez que la oportunidad se presentaba.

Quería, fervientemente, haber bajado del auto, y probar de la carne de Kim, ahí mismo, en esa banca, bajo los faroles de la plaza. Sin importar nada.

-Es un maldito...- Los murmullos guardados para sí mismo, en el interior de las duchas del gimnasio.

Su cuerpo parcialmente desnudo.  Sudado, y un tanto percudido, con gotas de azul rojo y amarillo en sus brazos. Se desase de la bermuda, y el calzado. El interior del lugar era como una sauna. Demasiado calor. Suponía que su madre se iría con su hermano. Él andaba en su vehículo. No entendía porque Sungjong no sacaba ya su auto del garaje, para algo lo había comprado ¿No? Es más tendría que aprovechar a ver si así lograba conquistar a la jovencita, por la cual parece volar, o flotar por la estratosfera. Si, estaba enterado de todo,  también porque el menor le pedía consejos para poder salir de esa Friend Zone, que sin ganas entro.

Ni que fuera un genio con las mujeres, teniendo en cuenta que le gusta un hombre, pero podría decir que si tenía experiencias con ellas. Pero nada excesivo, una que otra novia. Nada serio. Sus estándares con respecto a tener una relación, no era como la de las costumbres en su país, esperando casarse. Optaba por probar cosas nuevas. Algo, que puede, haberse pegado en sus viajes a oxidante.

 Decir que ese cubo donde estaba era grande era poco, sobre todo si era para una persona, perfecto, lo menos que quería era un espacio claustrofóbico, no con el humor que tenía. Abrió la llave de la ducha, y el agua fría cayo, intempestivamente sobre su cuerpo. Era relajante, demasiado. Le estaba haciendo falta desde que vio a Myungsoo es mañana. Aunque secretamente, tendría que aceptar, que había esperado poder encontrarlo cuando fue al campus. Pero no espero pasar más de 11 horas, al lado de él.

Escucho la puerta de ingreso a las duchas abrirse. Alguien más en busca de quitarse la peste de la transpiración, y lo inquietante de sentirse sucio por el calor. No dio mucha importancia. Podía ser cualquiera de los compañeros de su madre o los amigos de su hermano. Woohyun no lo creía, no, por el simple hecho de que lo había visto más entretenido en ver al locutor que otra cosa. Increíble, la homosexualidad parecía ser contagiosa, o no sabía bien, pero su amigo gay, otro al club.

Enjuago su rostro con el agua, que caía de la ducha y de sus cabellos mojados. Concentrado en solo higienizarse, hasta que la puerta  blanca detrás de él, se abrió, y al voltear, la imagen impúdica del cuerpo desnudo, y adictivo de Myungsoo, lo descoloco.

<<Maldito...>>

...
...

Lleva viendo por el retrovisor a cada cinco minutos. Y miraría a cada segundo si no fuera que va conduciendo. Si intentaba sacar lo peor de él, o ponerlo nervioso, eso no lo sabía, pero se estaba cansando. Su paciencia, perdía los pocos hilos de cordura que tenía.

¿Porque simplemente no lo dejaba tranquilo? Dongwoo está convencido, que no puede seguir aguantado las insistentes llamadas y mensajes por parte de Hoya. En un principio quiso, o pensó como idea hacerse de rogar, solo un poco. Pero a medida que los días transcurrían, se lo replanteaba, su cabeza y corazón se ponían en discusión. ¿Acaso no era mejor, olvidar? ¿Abrir sus puertas para alguien más? Para alguien que al menos valore sus esfuerzos por mantener una amistad.

Pero al momento, recuerda que lo suyo no es mantener una amistad, era poder estar cerca de la persona que lograba sacarle una sonrisa con solo observarlo, era querer más allá de lo debido, entre amigos. Era amar, sin ser amado. Sin recibir nada a cambio.

No supo en que momento sus ojos se humedecieron, empañando su vista. Detuvo su auto, cerca de la acera, frente a un edificio. No podía continuar así, no con las lágrimas, pujando por salir. Se bajó del vehículo, cerrando con fuerza la puerta. Solo para que aquel subido en esa moto Yamaha negra, que incluso él se encargó de elegir, notara no solo su presencia, si no el enojo que cargaba.

Con la remera de color verde desgastada, y un jean oscuro, Dongwoo lo que menos quería era enfrentarlo, porque en ese estado de casación, y abrumación en el que se encuentra lo que diga no saldrá con sutileza de sus labios.

La musculosa negra, con una imagen rara en el centro, bermuda color aceituna, Hoya se acerca, con pasos firmes y decisivos. Sus ojos sin mostrar un mínimo de emoción. El rodado estacionado varios metros atrás del de Dongwoo.

-¿Qué demonios quieres? ¿Por qué me sig...

Su nuca apresada por las fuertes manos del menor, y sus labios chocando abruptamente con los de Hoya. Las preguntas quedaron a media formular, y la mente en blanco.


...
...


-¡Adiós!

Las dos se despidieron a coro, de Sungjong y  su madre. Vieron el Volkswagen suran alejarse, y luego doblar en un esquina. En la calle frente a la universidad solo quedaba el Corolla de Sungyeol, la Gillera de Myungsoo, y la Ford EcoSport de Stefania.

-Tu que dices... ¿Vamos a espiar a ver que hacen?

Yadira arqueo una ceja,  en cuanto escucho y observo al rostro insinuante y pícaro de la mayor.

-No, mejor llévame a casa por favor...

Claro que puede gustarle las muestras de cariños entre hombres, pero bien entendido tiene, que debe respetar la privacidad de las personas, y seguro Stefania no lo hacía con malas intenciones, es solo que se dejaba llevar mucho por la tentación.

La locutora la miro ceñuda, pero luego las muecas en su cara, cambiaron radicalmente y miraron a la menor preocupada.

-Te llevo, sí, pero me dices de que quieres hablar conmigo, ahora.

El cuerpo se le puso tenso, incluso sintió que sus palmas sudaban, y sentían como un cosquilleo. Lo había olvidado. Luego de que Howon y Dongwoo se fueran, de los gritos impertinentes por parte de ambas, y de una larga charla con Sun Hi y los compañeros de la fundación, Yadira había formateado sus propias palabras.

-¿Y?

-¿Y qué?

Ahora que lo pensaba detenidamente, no le placía hablar de sus asuntos. Puede que con Stefania se conociera de mucho tiempo, que fuese su amiga y jefa de trabajo. Pero aún se sentía insegura de hablar con alguien más de sus problemas personales. Lamentablemente  ya había abierto la boca y la mayor no pararía hasta estrujarla y sacarle hasta la última cosa, que oculta.

-Sube al auto Yadiz, que tenemos que hablar...

-Mejor me voy en bus...

Stefania miro severamente a la menor, y apunto con su dedo índice y estirando completamente su brazo derecho, el vehículo. No, no le tomarían el pelo, si ya ha tenido varias oportunidades de notarla tensa, inquieta, o alterada. Y si sacaba la excusa de que era solo para que Woohyun y Sungkyu se fueran juntos, no le creería. Si casi pudo percibir algo de desesperación o urgencias en Yadira durante la tarde.

-Sube eh dicho.

...
...


No lo comprendía de verdad que por más que intentara, no podía tocar suelo firme, y decir que cabía en su entendimiento el comportamiento de Nam Woohyun. Ya era la segunda vez, en una semana. Otra muestra de amabilidad, que no comprendía. ¿Porque esos imprevistos cambios en su comportamiento?

La incomodidad era envolvente para ambos, no cruzaban palabra alguna. No se miraban y Kim Sungkyu se preguntó así mismo ¿Cómo carajo había accedido tan fácil?

Solos dentro de ese vehículo, que lejos era mucho mejor al suyo, con un silencio absorbente, el aire acondicionado encendido, porque  hasta en eso Woohyun se preocupó de preguntarle si le hacía falta. Su corazón en su pecho golpeando con fuerza las paredes de su tórax, casi de manera dolorosa. Y es que más allá de insólito, era vergonzoso. Por no decir ridículo.

¿Qué demonios? Si hasta recuerda, lo que hizo un par de noches atrás, pensando en ese tipo. En cualquier segundo abriría la puerta del Audi, y se tiraría en medio de la avenida. Y si con suerte, que le pisara un camión. Estaba siendo exagerado, aunque la revolución de sensaciones en su interior lo exasperaba.

"No soy gay"  A cada segundo se lo repetía en su cabeza, para que se le grabara, pero ¿Que otra explicación habría, para ese calor fastidioso que se apoderaba de su cuerpo, con solo pensarlo? ¿Con que justificaba que se masturbo, hasta el punto de querer sentir a Nam Woohyun apropiándose de él?

Sin darse cuenta se abanicó su rostro, con su mano. Parecía que el aire no funcionaba porque él ya sentía un cambio de temperatura.

-¿Aun te hace calor?- A su lado Woohyun aprovechaba el semáforo en rojo para poder observarlo, intrigado o curioso.

-¿Eh? No, no, no...- Aclaro un poco su garganta, y reconsideraba la idea de saltar del auto.- Estoy bien.

El menor solo se encogió de hombros, y esbozo una sonrisa. Puso en marcha al Audi nuevamente. Las luces de las calles se filtraban por las ventanilla, y de vez en cuando podía deleitarse mirando de soslayo, el delicado rostro nívea de Sungkyu. Pensativo, y deseaba en sobremanera poder saber qué era lo que rondaba en esa cabeza que lo tenía tan distraído. Con un polo beige cuello en V, y jean azul claro. Era extrañamente lindo.

-En ese edificio, déjame ahí...

Woohyun observo la edificación, y estaciono el vehículo, casi de mala gana. Se había echo, otra vez, demasiado corto el camino, y él aun quería conversar, y conocer más del mayor.

Kim comenzó abrir la puerta, pero justo un momento antes de poner un pie sobre la acera, volteo, dubitativo, a mirar a Nam.

-¿Quieres pasar al apartamento?... ¿a tomar algo?


...
...

Los puños se ciñeron con fuerza, sobre el cuello de su musculosa, y el mayor aparto bruscamente sus labios de los suyos. Por un ligero y fugaz momento pudo observar un atisbo de confusión en los ojos de Dongwoo pero prontamente se habían incendiado de ira, de algo que Hoya en sus años de amistad  jamás había presenciado.

-¿Qué demonios te sucede? ¿Eres un enfermo acaso?

Las palabras habían calado con fuerza en su interior.  Lo había besado, porque ya no podía, con la ignorancia petulante que Dongwoo destilaba hacía. No podía aguantar más tiempo, sin sentirlo cerca, y más aún, no pudo contener bajo su piel, el deseo de probar de los labios de su amigo. Pero esa no era su idea de seguirlo, eso no era lo que buscaba, el solo quería entablar las paces, calmar aunque fuese un poco esa tempestad entre ellos, pero todo había empeorado.

Enfermo... Y hasta entonces no se lo había planteado. No de ser homosexual, o bisexual, porque esta tan inmersamente confundido que no sabe que mierda es. Pero jamás se había puesto pensar en las posibilidades de que el mayor sintiera aberración por ese tipo de amor, entre el mismo, sexo. O que llegara a considerar que era una enfermedad.

Una fuerte sacudida en su camiseta, y Howon obligo a su mente dejar de divagar.

-¿Que mierda quieres? ¿Quién carajos te crees que eres Howon?

Y esa rabia enervante en su pecho, oprimían todo uso razón. Dongwoo podía destilar veneno, en esos arranques de furia, descomunales.

-¿Te piensas que soy estúpido o qué? ¿Que creíste que sería otro juguete de tus sabanas?, ¿Otro entretenimiento para tu cama? ¿O el trofeo para tu cuarto? Eres un maldito hijo de puta.

Para entonces tenían a su alrededor, pero no tan cerca, a varios de los transeúntes, observando con ojos estupefactos o curiosos.

Hoya, no lograba coordinar ni enfilar palabra alguna, no más allá de un tímido balbuceo, que no vislumbraba frase entendible, a oídos ajenos. ¿Qué le diría? Ahora más que nunca se arrepentía de sus actos desbocados. Analizar algo de lo que decía Dongwoo, ya no pudo, no cuando su mejilla siendo aplastada por el puño de su amigo, lo dejaba tendido en el suelo.

Dongwoo sacudió su mano. Los nudillos le dolían, y eso le hizo saber que a Howon puede que le allá dolido más.

Tan rápido como pudo, estabilizo sus piernas, e hizo caso omiso de las punzadas a un costado de su cara. Hubiera querido poder centrar sus ideas y mantener su juicio intacto, pero el impacto imprevisto de hace unos segundo, le nublaron la mente. Y estaba a punto de devolver el ataque, cuando dos uniformados, se acercaban corriendo hacia ellos.

-¿Qué es lo que sucede aquí?...


...
...


-¿Y cuándo pensabas contarme todo eso?

Stefania sirvió un poco de jugo de limón en un vaso de vidrio con detalles de lunares naranjas y se lo tendió a la menor. Yadira bajo el umbral de la cocina solo lo recibió más por inercia, que por ganas o necesidad de beber.

Estaban en el apartamento de la mayor, prácticamente discutiendo, o mejor dicho ella, recibiendo el regaño de su jefa, que hace menos de quince minutos se ha puesto en el papel de algo así como el de una hermana mayor.

-Espero que entiendas que una persona, con esas facultades, o mejor dicho con esa actitud, no tiene los patitos de la cabeza en fila ¿No?

Yadira asintió, bajo la cabeza. Está bien aceptaría lo que fuese por parte de Stefania. No porque fuera mayor a ella o porque la desesperación de desligarse de ese problema la llevara a hacerlo. Era por motivos que superaban expectativas. No por ser amigas. Por el hecho de ser mujer, y no por la edad. Porque la vida la había forjado de esa manera, solo que lastimosamente, la locutora y directora del conservatorio, ocultaba ese otro lado bajo un manto invisible.

-Mira Yadiz, yo no suelo hablar muy enserio a veces, pero esta vez te seré sincera. Llevas tiempo con este asunto, y como casi adulta que eres, debiste solucionarlo en un comienzo. Ignorando sus llamadas, no consigues nada. Teniendo en cuenta que en cinco meses has cambiando de numero de móvil tres veces.

Abecés era abrumante ese utópico estado de madures, en la mayor. No sabía que esperar si un discurso, que le hiciera sentir culpable por su falta de tacto en el tema, o palabras concretas y hoscas, que pudieran incomodarla.

-Una única opción, ya que esto lleva de un buen tiempo, a pesar de que yo recién me entero.-Stefania levanto un tono más a sus voz, haciendo hincapié, en la última frase, y el rostro de Yadira se tiño de carmín.- Tienes que denunciarlo.

Directa y sin vacilación. Pero tenía razón. Si luego de año y medio que había puesto relativamente un final a aquello, y las cosas en vez de mermar, para sentirse segura, con el trascurso de los meses, se volvían hostigadoras a un punto que la dejaba inquieta y nerviosa.

-Y no es para alarmarte, pero de dónde vengo, o donde fuese, un acoso, porque lo es, no tienen buen final.


...
...


Una vez Stefania le había dicho, que tenía el "Si" fácil. Solo por el hecho de aceptar cualquier invitación si se trataba de una persona, que realmente apreciaba. Generalmente cuando era ella, solo lo hacía porque era la versión de la hermana menor que jamás tuvo y que quizás deseaba. Si es algo que no le allá sentido, pero era una amistad que se definía de esa manera, mas fraternal que otra cosa.

Y en este momento se pregunta, que diría ese intento de hermana, cuando se enterara, que había accedido, prácticamente sin pensarlo, a pasar al apartamento de Kim Sungkyu.  Pegaría un grito en el cielo, de seguro.

Las cortinas del ventanal estaban corridas, y la vista a la ciudad asemejaba a la que tenía él en su oficina. La sala era espaciosa, y grande. Decorado con elegancia. El sofá, blanco en forma de "L" similar al de su despacho, solo que este tiene las curvas redondeadas, una mesa de cristal delante, un plasma, y podría seguir observando cada vez más si no fuese porque Kim salía de la cocina con dos latas en sus manos y se acercaba hacia él.

-¿Pepsi o cerveza?

Podría encontrase nervioso, porque la sonrisa en el mayor lo desestabilizaba, sin embargo, aparte de embobarlo, no podría recordar cuando fue la última vez que sintió, tanta satisfacción y sosiego en su pecho, por mirar a alguien.

-Pepsi. Debo manejar luego, así que solo por esta vez tendré que rechazarla.

Porque con muchas ganas estaba decidido, que no sería la única vez que estaría cerca de Kim Sungkyu. El joven le entrego la lata azul, y la verde de Heineken se la quedo el. Woohyun contemplo una vez más la sala, y quiso hacer o intentar una conversación más amena.

-¿Tocas el piano?

Lo había notado apenas ingreso a la vivienda, y definitivamente el instrumento había ganado su atención.

-Mmm... Algo así.-Sungkyu rasco su nuca.-Pero hace tiempo que... no toco nada en él.

-Yo podría... Digo si no te molesta.

Kim asintió vehemente, no tan seguro de si era lo correcto. El instrumento no había sido tocado por mas nadie, que no fuese él, y solamente cuando se trataba de aquella mujer. Casi podía asegurar que lo compro solo para complacerla, y mostrar de alguna manera cuanto la amaba.

Woohyun fue enérgico. Se sentó en la mullida banqueta blanca, y luego levanto la tapa del piano de cola. Sus dedos acariciaron de una sola pasada cada tecla, y luego sin titubear, sus dedos se agilizaron sobre el instrumento.

Amaba la música, demasiado. Y pocos sabían de esa Azaña suya, por aprender algo más de lo que realmente le apetecía benevolencia, de sus huidas infragantis durante las clases en la universidad, solo para prestar su pasión a un conservatorio en EE.UU, y que lograra sacar su deseo desenfrenado por ser parte y uno solo con el arte de la música.

Sea's Woman opacaba con el silencio del apartamento, con el sonido de su respiración, y el latido de su corazón parecía acoplarse con la pieza que sonaba, en cada rincón de la sala. Sungkyu observando aun lado del sofá, con la cerveza en la mano,  la figura de un Nam Woohyun vestido informalmente detrás de su piano, con solo una playera blanca, jean y zapatillas, no podría decir concentrado, más bien encantado por como tocaba el menor, aunque esa pieza que tan bien conocía, solo provocaba, las súbitas imágenes no deseadas de su pasado.

Y por unos minutos todo se volvió calma, y esa sala parecía ser un escenario, donde solo ellos dos eran participes, de ese espectáculo, y la luz de la luna surcando por el ventanal, terminaba por ser el reflector que los alumbraba. La inexistencia completa del mundo.

...
...

Las palmas de su mano y el lado izquierdo de su rostro, se pegaron contra los azulejos blancos y húmedos del baño. La ducha aún abierta, y el agua fría cayendo entre ambos cuerpos. Sus cabellos tironeados hacia atrás con fuerza, sacando un gemido de dolor de sus labios, que parecían querer rasgar el límite de la tolerancia.

No muy en claro tenia, como es que sus pies se auto condujeron a ese lugar. ¿En busca de que habían ido?, ¿porque no se detuvo cuando tuvo tiempo? Simplemente pudo haberse retirado, volver atrás, e irse con su primo. Pero una sensación oscura en su pecho, que no logra apaciguar, que no puede poner un paño frio, o algo de luz que lo ubique en donde está parado, lo ha llevado a perderse una vez más.

Ha poner los pestillos en la puerta del baño, a desnudarse en silencio, e interrumpir en ese cubículo ya ocupado. Ah no pedir permiso, para probar el sabor de esa boca ajena, a escabullir su lengua en el interior, y entregarse tan fácilmente ante el tacto caliente de aquel sujeto, que lo desquicia de manera excelsa.

Su cuello duele y arde, los diente del mayor mordiendo cada centímetro de piel, sin cuidado alguno. Desquitándose con él, con su cuerpo una ira interna, que puede ser peligrosa, y aun así, sentir la necesidad de que es tipo detrás de él, sea aún más desquiciado, más bruto.

-Eres como loca sucia Myungsoo...

El susurro caliente en su oído, las palabras denigrantes por parte de Sungyeol, el trato con él, como si fuera una puta de turno, y a pesar de aquello, pidiendo más.

-Tócame... Tócame...

Las palabras de su boca, siendo desconocidas para su ajetreada mente, y a la vez siendo obedecidas, sin oposición alguna. Una manos en su trasero, apretando sus nalgas con fuerzas, clavando esos dedos en su piel, y una de las falanges del mayor abriéndose paso entre sus nalgas, Acariciando ese minúsculo espacio entre ambas, y deteniendo sobre su entrada.

-¡Ahh!

Sus cuerdas vocales sirviendo, solo para emitir sus jadeos, ante la intromisión descuidada de esos dos dedos de Sungyeol. La lengua del mayor en busca de la suya, y él respondiendo sin resistencia. Su miembro erecto, apresado, y fuertemente apretado por la mano de Lee.

Y no puede más, con él mismo. ¿Por qué se rebajaba de tal manera? ¿Por qué se dejaba tratar de esa forma? Aunque la pregunta realmente era ¿Que quería de aquel sujeto? ¿Qué es lo que buscaba de verdad? ¿Por qué lo deseaba tanto?

Y sus pensamientos efímeros, se burlan de él, y le dan la espalda en cuanto su cuerpo siente el dolor que le produce tener que padecer ese hormigueo voraz en sus entrepiernas.  Su pene manipulado por la palma de Sungyeol, que gruñe en su oído, como si a pesar del placer estuviera en contra de todo aquello.

-Dios como te has puesto...Soo

Sin previo aviso es girado, y es su espalda sintiendo, ahora, la humedad de los azulejos. Una nueva sensación atosiga a su fisionomía. La lengua del mayor acariciando la punta de su hombría. Rodeando su glande, antes de arremetes contra su falo, y engullirlo de una vez.

-Mmm... Yeol.

Y ha pesar de que el mayor esta entretenido, con su pene, no ha perdido la oportunidad, de posar las manos en su trasero y penetrarlo con los dedos. Myungsoo desvaría, su pecho pierde el orden de la respiración y los latidos de su corazón, acrecentados, al punto de causar pequeños estamos en su cuerpo. Sus ojos se cierran, y el placer gobierna infernalmente en su ser.

Apenas unos sonoros gemidos escabullen de la boca llena de Sungyeol, que comienza a degustar el sabor salado del líquido pre seminal del menor. Y para su sorpresa, no le desagrada, ese niño que parece morir en cualquier momento de tanta lujuria escondida e su cuerpo, sabe demasiado rico. Demasiado bien, como para volverse adictivo.  

Y antes de que Myungsoo sucumba ante un orgasmo prominente, él se pone de pie, y detiene su manía repentina por practicar sexo oral. Toma de la estrecha cintura del menor, y en un solo esfuerzo lo levanta. Las piernas de Kim que actúan sin una orden implícita, y rodean sus caderas.

-Mmmmmggg...Ahhhggg! ¡Hyung!

Un grito casi agudo se escucha como eco, en cada Angulo de ese baño. Sin importarle el dolor que causo su intromisión descuidada, en el interior de Myungsoo, Lee comienza a moverse sin compasión.

-Grita más fuerte... Grita como la puta desesperada que eres.

Y es que ese juego de palabra sucias, parece complementar su acto sexual. Como algo propio de ellos, como un ritual pecaminoso, e inmoral que le concierne a sí mismos. Que lleva al extremo el nivel de excitación.

Los jadeos del menor sonando con fuerza en su oído, por cada embestida dentro de ese pequeño anillo, que sin poder verlo, lo imagina ya no rosado, quizás rojo, por su brutalidad y desquiciada forma de follarlo. La pared de azulejos blancos sirviendo de apoyo para la espalda de Myungsoo.

-¿Esto es lo que... quieres? mmmm... ¿Solo quieres que te folle?

Y a pesar de todo, entre gruñidos, no logra disimular la indignación que le provoca, la actitud de Kim. Que lo busque solo para saciar las ganas. ¿Qué sucede con ese chico? Las uñas del menor tiran de la piel de su hombro, hasta rasgarla y él solo lo apresa entre sus brazos con más fuerza, porque el agua que sigue mojándolos, torna sus cuerpos resbalosos.

-Más fuerte... follame...-Myungsoo aparta su rostro solo unos pocos centímetros, para poder observar los ojos de ese sujeto que lo está cogiendo, que se apropia de él, que le generan cosas que desconoce por completo.-Sungyeol... rómpeme... ¡AHHHHGGGG!


Ya no lo quiere escuchar, tampoco seguir cruzando miradas, y prefiere callarlo con un beso. Con su boca chocando con la otra, y devorarse con una necesidad desconsolante, dejándose llevar por ese frenesí caliente de sus cuerpos, azotarse por los latigazos de lujuria, y sentir morir, en cuanto lleguen a la cima de ese orgasmo.



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Holaaaaaaa! Como les ha ido?

Espero que bien, yo maso, con un dolor de estomago, horrible. Tome algo para el dolor de muela, y me cayo mal al estomago. Que desastre.

Bueno dejemos este tema de lado. Espero que el cap alla gustado,  con sus idas y vueltas, con la locura de cada uno, y sus pocas decisiones. jejeje es que bueno. No me maten, XD

Lamento si hay palabras mas palabras menos o errores de ortografia jajajaj es que la bomba en mi higado, ya a robado mi concentracion. XD

Por cierto que le trajo de regalo Santa? yo pedi woogyu en accion, o un chinito debajo del arbolito, pero, pffff... maquillaje, y eso que no me pinto, al menos no muy seguido jajajaja


Por cierto ya que optaron por un serial con Trebol de cuatro hojas, el cap lo voy a subir la semana que viene. Hoy actualizare otro.  A alguna le gusta los fics hetero? yo escribo dos XD jejejej fueron los primeros que se me ocurrieron a pesar de que amo el yaoi. jejeje

Bueno no tengo mas nada que decir solo que este 2014 nos sorprenda con nuevas emociones, aventuras, y cosas lindas por vivir. Que tengan un feliz año nuevo jejejej

Se las quiere

Kiss